Avaricia
Top Bible Verses about Avaricia
Proverbios 28.8
Eclesiastés 5.10–12
Isaías 5.8
Efesios 5.5
1 Timoteo 6.9–10
Santiago 5.1–6
Famous Christian Quotes About Avaricia, Codicia, Egoísmo, Juegos de azar, Materialismo, Tacañería
Dios no va a ser compartido con otras cosas
Los hombres del mundo de buena gana aumentarían su participación en los bienes de este mundo: algunos codiciando oro y plata, otros codiciando casas y familias, otros un gran nombre, la influencia y la gloria. Algunos son atraídos por un objeto, otros por algo más que eso, pero todos se esfuerzan a través de diversos caminos a alcanzar sus distintos proyectos. Pero la porción de las almas santas es Dios mismo. Si queremos estar poseídos de tal porción, una herencia como es la de nuestro Señor, nos corresponde ordenar nuestra vida para que podamos merecer poseerlo y ser nosotros mismos poseídos por él. Es decir, si queremos poseer a Dios como nuestro destino, no debemos tener nada fuera de él, porque de hecho es avaro, el que piensa que desear a Dios no es suficiente. Si buscamos cualquier otro objeto, como por ejemplo el oro, la plata o la propiedad, Dios despreciará ser compartido con esas cosas.
Usando y abusando de las bendiciones materiales
El marfil, el oro y las riquezas de todo tipo son en realidad bendiciones de la providencia divina, que no sólo son permitidas sino expresamente diseñadas para el uso de los hombres. En ningún lugar se nos prohíbe reír, saciarnos de comida, añadir nuevas posesiones a aquellas que ya han sido disfrutadas por nosotros o por nuestros antepasados, deleitarnos con una armonía musical o beber vino. Esta es la verdad; pero en medio de la abundancia de estas cosas, está muy lejos del uso legítimo de las bendiciones divinas el que nos sumerjamos en deleites sensuales, que embriaguemos la mente y el corazón con placeres presentes y que perpetuamente vayamos detrás de nuevos placeres.
La afición por lo fino nunca es satisfecha
El amor por los manjares y el amor por el vino, aunque son grandes vicios, no son de tal magnitud que superen a la afición por lo fino. “Una mesa llena y reiteradas copas” son suficientes para satisfacer la avidez. Pero para aquellos que gustan del oro, la púrpura, y las joyas, ni el oro que está por encima de la tierra y debajo de ella es suficiente, ni el mar de Tiro, ni la carga que viene de la India y Etiopía, ni aun el río Pactolo fluyendo con oro, ni siquiera si un hombre fuera convertido en un Midas puede llegar a estar satisfecho, sino que sería aún pobre, deseando otra riqueza. Estas personas están dispuestas a morir con su oro.