Jesus (Pasión)

Cuanto más nos acercamos a nuestra alegría pascual, mucho más puros tendríamos que ser a través del ayuno, por la oración, por la observancia, por las obras de misericordia, y además lavando nuestros pecados con un llanto continuo. Y si alguien piensa que no necesita llorar por sus pecados, en estos días por lo menos, debería dolerse por los sufrimientos de su Señor. Porque aunque era Dios antes de todos los tiempos, vino en forma de siervo, fue escupido y azotado por hombres malvados, por ellos y por nuestra salvación, en estos tiempos, él no aborreció el dar su vida.

¿Por qué Cristo inclinó su cabeza en la cruz? Para enseñarnos que por la humildad debemos entrar al cielo. Además, para demostrar que tenemos que descansar de nuestro propio trabajo. También para poder cumplir con la petición: ¡Que me bese con los besos de su boca! Y para poder pedir permiso a su esposa para dejarla. Es de gran virtud la memoria de la pasión del Señor. Si la sostenemos firmemente en nuestra mente, se dispersarán cada una de las nubes del error y del pecado.

Para su salvación, los hombres deben confiar completamente en Cristo, no buscar ser justificados de ninguna otra manera que no sea por su muerte y su pasión, ni ser justos por ningún otro método que no sea una participación de su justicia completamente perfecta.