Pobreza

Also called: Pobre
Falta de dinero o recursos.

Top Bible Verses about Pobreza

Deuteronomio 15.7–11

Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre,sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y … Read Deuteronomio 15.7–11

Proverbios 6.10–11

Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado. Read Proverbios 6.10–11

Amós 4.1–2

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescador; Read Amós 4.1–2

Lucas 6.20

Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Read Lucas 6.20

Juan 12.8

Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis. Read Juan 12.8

Hechos de los Apóstoles 2.44–45

Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Read Hechos de los Apóstoles 2.44–45

Santiago 2.15–16

Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Read Santiago 2.15–16

Famous Christian Quotes About Pobreza, Pobre

No tengas miedo de abnegarte

¿Tienes miedo a la pobreza? Cristo llama bienaventurados a los pobres. ¿El esfuerzo te asusta? Ningún atleta es coronado sin el sudor de su frente. ¿Estás ansioso por lo que respecta a los alimentos? La fe no teme la hambruna. ¿Le tienes miedo del terreno al descubierto, para tus miembros gastados con el ayuno? El Señor está a tu lado. ¿Te alejas de quien tiene la cabeza sucia y el cabello sin peinar? Cristo es la verdadera cabeza. ¿Te aterroriza la infinita soledad del desierto? En el Espíritu se puede caminar siempre en el paraíso. Basta con volver tus pensamientos allí y nunca más estarás en el desierto. ¿Está tu piel áspera y escamosa porque ya no te bañas? Aquel que ha sido lavado en Cristo, no necesita lavarse de nuevo. A todas tus objeciones, el apóstol da una breve respuesta: “Los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria” que ha de venir después de ellos, “que será revelada en nosotros”. Eres demasiado codicioso de placer, hermano, si lo que deseas es regocijarte con el mundo presente, y reinar con Cristo de aquí en adelante.

Jerónimo

No eres olvidado porque estés abajo

Dios te respeta, tanto como cuando tu condición es baja o cuando es elevada, y por lo tanto no debe causarte mucho problema cuando esté abajo. No sólo eso sino que, para hablar familiarmente, él manifiesta más de su amor, gracia y ternura en el tiempo de aflicción que en el de prosperidad. Debido a que en primer lugar Dios no te escogió porque estuvieras en una situación elevada, no te olvidará porque ahora te encuentres abajo. Las personas podrán mirarte con desdén y alterar sus respetos cuando tu condición se vea alterada. Cuando una situación determinada haya arruinado tu finca, tus amigos de los buenos tiempos quizás se comporten como desconocidos al temer que pudieras ocasionarles problemas. ¿Pero acaso Dios hará eso? ¡No, no!

John Flavel

Que cada uno de nosotros esté sujeto a su prójimo

Que todo nuestro cuerpo esté a salvo en Cristo Jesús, y que cada uno de nosotros esté sujeto a su prójimo, según el don que él nos ha dado. Que el fuerte atienda a los débiles y que los débiles respeten a los fuertes. Que los ricos provean a los pobres y que los pobres den gracias a Dios que les ha dado alguien que provee para su necesidad. Que el sabio demuestre su sabiduría no con palabras, sino con buenas obras. No dejemos que el humilde dé testimonio de sí mismo, pero permitámosle que otro testifique acerca de él. No dejemos que los puros se jacten de sí mismos, sabiendo que es otro quien les provee su autocontrol.

Clemente de Roma
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