CONECTADOS - La Culpa - Temporada #4 Episodio VII
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¿QUÉ ES LA CULPA?
¿QUÉ ES LA CULPA?
La culpa es el resultado de haber violado una norma o ley en particular. Cuando cruzamos una línea moral, ética o legal, somos culpables. Esto es así, aunque no sepamos que hemos cruzado una línea. La culpa es sobre todo un estado o una condición, no un sentimiento.
La culpa trabaja de la mano con la conciencia, ya que cuando la conciencia nos acusa aparece la culpa. La reacción es fundamental para enfrentar las consecuencias buenas o malas.
DOS REACCIONES ANTE LA CULPA:
DOS REACCIONES ANTE LA CULPA:
1. NEGACIÓN Y DEFENSA
1. NEGACIÓN Y DEFENSA
Caso 1: Saúl
Caso 1: Saúl
—¡Yo sí he obedecido al Señor!—insistió Saúl—. He cumplido la misión que él me encomendó. Traje prisionero a Agag, rey de Amalec, pero destruí a los amalecitas.
Y del botín, los soldados tomaron ovejas y vacas con el propósito de ofrecerlas en Guilgal al Señor tu Dios.
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros.
La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y como tú has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey.»
Los necios se burlan de la culpa, pero los justos la reconocen y buscan la reconciliación.
Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.
2. ACEPTACIÓN Y ARREPENTIMIENTO
2. ACEPTACIÓN Y ARREPENTIMIENTO
Caso 2: David
Caso 2: David
—¡He pecado contra el Señor!—reconoció David ante Natán. —El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás—contestó Natán—.
LA CULPA EN SÍ NO ES MALA, SI NO FUERA POR LA CULPA NO TENDRÍAMOS OPORTUNIDAD DE RECIBIR EL PREDON DE DIOS.
LA CULPA SI NO SE RECONOCE Y NOS ARRPENTIMOS TRAE UN MONTON DE SENTIMIENTOS NEGATIVOS
LA CULPA SI NO SE RECONOCE Y NOS ARRPENTIMOS TRAE UN MONTON DE SENTIMIENTOS NEGATIVOS
Y cada cual decía a su hermano: De cierto somos culpables por nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah
Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos.
—He pecado—les dijo—porque he entregado sangre inocente. —¿Y eso a nosotros qué nos importa?—respondieron—. ¡Allá tú!
Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.
»¡Mírame, Señor, que me encuentro angustiada! ¡Siento una profunda agonía! Mi corazón está desconcertado, pues he sido muy rebelde. Allá afuera, la espada me deja sin hijos; aquí adentro, hay un ambiente de muerte.
La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.
EL RECONOCIMIENTO Y ARREPENTIMIENTO TRAEN PAZ Y LIBERTAD.
EL RECONOCIMIENTO Y ARREPENTIMIENTO TRAEN PAZ Y LIBERTAD.
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño.
pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah
El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.”
Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.
Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable.
EL SEÑOR NOS RECIBE
EL SEÑOR NOS RECIBE
Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.
El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.
Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Nadie enseñará a nadie diciendo: “Conozcan al Señor”, porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande —oráculo del Señor—; perdonaré sus culpas y ya no me acordaré de sus pecados.