LA PARÁBOLA DEL GRANO DE MOSTAZA
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Introducción
Introducción
31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de viajar a California y algo que me llama la atención cada vez que he tenido la oportunidad de viajar en un avión; son las rigorosas medidas de seguridad que hay en los aeropuertos.
No me quejo, sin lugar a a duda es algo bueno y necesario;
Hay guardias de seguridad por todos lados, cada pasajero tiene que pasar por una linea de revisión; muchos de ustedes conocen el protocolo
Es por eso que al viajar en avión es necesario llegar con horas de anticipación;
es mucho el tiempo que se toma al pasar por la linea de revisión.
Esta ultima vez que viajamos, me paso algo que nunca me había pasado,
Al formarnos en la linea de revisión, note que había un guardia con un perro olfateador con cara de morder a alguien.
Después de eso, nos pidieron que nos quitáramos lo zapatos y como yo llevaba una maleta pequeña
Me pidieron pasarla por una maquina de rayos x
donde los guardias pueden ver lo que uno lleva dentro de su maleta.
Y al pasar mi maleta, OBSERVE que uno de los guardias la tomó y abrió mi maleta
sin pedirme permiso; y sacó un bote de gel para el cabello que había empacado y me informó que no podía viajar con eso y lo tiró.
Yo, sin cuestionarlo simplemente le di las gracias y continuamos con la revisión,
No obstante, esto me llamó mucho la atención al considerar lo rigurosas que son sus medidas de seguridad
Y por cierto, al investigar un poco mas al respecto, me dí cuenta hay muchas cosas que para nosotros pueden parecen insignificantes, sin embargo, no se permiten en los aviones comerciales.
Incluso, las prohibiciones son aún mas estrictas cuando se tratan de vuelos internacionales y me dí cuenta, que una de las cosas que con mucha frecuencia son confiscadas en los aeropuertos son semillas.
En los viajes internacionales, existen muchas restricciones de productos agrícolas y es por eso que cada persona que viaja de otro país a los Estados Unidos tiene que presentar una declaración de cada fruta, vegetal, legumbre o semilla que lleve consigo.
Para que la aduana estadounidense pueda determinar si tales productos son permitidos en territorio americano, de otra manera tendrán que ser desechados.
Algo tan insignificante como una semilla puede producir grandes problemas al tratar de entrar en otro país. Para muchos esto es una exageración, nunca faltan aquellos que siempre tratan de discutir con los agentes de seguridad, que solamente están haciendo su trabajo.
Sin embargo, al considerar el potencial que conlleva una pequeña semilla, entonces podemos entender porque existen restricciones tan rigurosas.
Una semilla de una planta prohibida de otro país tienen el potencial de afectar considerablemente la fauna y el ecosistema de esta nación.
Este es el increíble y asombroso potencial de una diminuta semilla
que es capaz de crecer y multiplicarse.
Esto es lo que encontramos en esta parábola del grano de mostaza, que fue relatada por Jesús;
Esta parábola se encuentra registrada en los evangelios sinopticos;
(Mateo 13:31-32) (Marcos 4:30-32) y (Lucas 13:18-19)
y a diferencia de las otras 2 parábolas que hemos considerado
(La parábola del sembrador y la parábola del trigo y la cizaña)
que son explicadas explícitamente por Jesús,
esta parábola no cuenta con una interpretación detallada de parte de Jesús,
sin embargo, esto no significa que su significado no pueda ser extraído, pero, debemos de ser muy cuidadosos para evitar imponer nuestras opiniones subjetivas en el texto.
Y para poder hacer esto, es necesario que no perdamos de vista el contexto, recordemos que Jesús se esta dirigiendo a una multitud a la orilla del mar, algunos de los cuales han recorrido grandes distancias a pie, para poder estar ahí.
Ha sido un día largo y seguramente soleado,
y por la forma en que Mateo registra este relato, es muy probable que lo presenta en orden cronológico,
En otras palabras; en ese día Jesús comenzó su discurso con la parábola del sembrador, después continuó con la parábola del trigo y la cizaña y al final del día Jesús concluyó con dos parábolas muy breves pero muy significativas; La parábola del grano de mostaza y de la harina fermentada.
Y que MANERA tan admirable de concluir, verdaderamente impresionante, no podíamos esperar menos del maestro de maestros, del predicador por excelencia, nuestro Señor Jesucristo.
En la parábola del sembrador aprendimos que solamente 1 de cuatro terrenos fue capaz de producir buen fruto.
Para la inmensa multitud que se había amontonado ese día, esto representaba una gran advertencia;
todos los terrenos se había expuesto a la semilla de la palabra de Dios;
como cada uno de ellos, pero solo la buena tierra dió fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno
El mensaje es claro, no solo se trata de ser oidores de la palabra de Dios sino del fruto que la palabra produzca en nuestras vidas.
Dios nos ayude a ser buena tierra, esa debe de ser nuestra actitud al meditar en la parábola del sembrador
Sin embargo, el desafío no termina ahí
Todos aquellos que produzcan fruto para la gloria de Dios por el poder de la semilla de la palabra, ahora en la segunda parábola son representados por el trigo.
En la parábola del sembrador abundaban los terrenos infertiles y en la segunda parábola, Jesús, nos lleva a no ignorar la presencia abrumadora de la cizaña.
Que se opone a toda costa al avance del evangelio en este mundo,
Así que estadísticamente hablando, las cosas no parecen muy alentadoras, si lo vemos desde una perspectiva humana
Solamente 1 de cuatro terrenos da buen fruto y luego el enemigo se entromete;
y entre el trigo de Dios, siembra su cizaña; tratando de estropear la obra de Dios;
Sin embargo, la parábola del grano de mostaza nos presenta un mensaje lleno de esperanza y al mismo tiempo nos conduce a depositar nuestra confianza en Dios, porque El es soberano y los resultados le corresponden a El, como dijo el apóstol Pablo:
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Corintios 3:6)
La simpleza del Evangelio
“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo”
Humanamente hablando no existe nada espectacular en la labor del sembrador, alguien pudiera sugerir que la siembra es una labor muy sencilla y que no requiere de habilidades sobrenaturales.
No obstante, no debemos de cometer el error de menospreciar una labor tan importante;
ya que sin la ardua labor del sembrador, aquella semilla aunque capaz de producir mucho fruto, de nada serviría si no es sembrada en la tierra.
¿Que provecho tendría la mejor de las semillas si no fuese sembrada?
En la parábola el sembrador vemos como EL SEMBRADOR salió a sembrar y la parte de la semilla que cayó en buena tierra dio su fruto, en la segunda parábola el sembrador sembró buena semilla en su campo y cosechó buen trigo
En esta parábola;
El sembrador tomó un grano de mostaza y lo sembró en su campo
que a su vez rindió su fruto.
Sin lugar a duda la buena semilla representa la palabra de Dios.
11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
De manera que en estas parábolas, Jesús enfatiza la importancia de compartir con diligencia el evangelio del reino de Dios.
Si nos adentramos en el contexto histórico, nos daremos cuenta que la mayoría de Judíos tenían expectativas muy equivocadas con respecto al Mesías, incluso muchos de ellos menospreciaban el hecho de que Jesús pasaba mucho tiempo de su ministerio enseñando la palabra de Dios.
Incluso muchos de sus seguidores le abandonaron porque no soportaban sus enseñanzas.
Esto es evidente aun en este pasaje
Notemos como los discipulos cuestionaron a Jesús
10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Les fascinaba que Jesús hiciera milagros, les atraía el hecho de que Jesús alimentaba a las multitudes, esperaban que Jesús se elevara como su líder político para derrocar al imperio Romano que les tenía bajo opresión.
Sin embargo sus expectativas humanas rápidamente se fueron esfumando al escuchar la incomparable forma en que Jesús enseñaba la palabra de Dios.
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Para muchos esto era absurdo, no podían comprender que El Mesías por fin había llegado y en lugar de armar una revolución, estaba sembrando la semilla del evangelio.
NO obstante, aunque para muchos esto parecía ser algo insignificante y sin importancia
Como una semilla de mostaza, “la cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas”
Era en realidad el inicio de la obra mas increíble e impresionante que cualquiera pudo haber anticipado.
Esto nos lleva al segundo punto que quiero compartir con ustedes
El Poder del Evangelio
“…31El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol...”
Aunque a simple vista, un grano de mostaza, siendo tan pequeño parece insignificante
Al ser sembrado y caer en buena tierra; es capaz de crecer de una forma tan impresionante que puede alcanzar alturas muy elevadas a tal punto de convertirse en un árbol.
Esto es una ilustración muy buena del poder del evangelio que obra en nuestras vidas,
Para muchos la lectura, el estudio y la meditación de la palabra de Dios es algo absurdo, sin sentido ni valor, incluso les representa una total perdida de tiempo.
Pero no para nosotros, aun cuando no vemos los resultados deseados de manera inmediata,
Debemos de confiar plenamente en el poder de su palabra,
El sembrar, aunque no se considera como una labor espectacular, si que requiere arduo trabajo
Es así como los creyentes estamos llamados a compartir el evangelio,
Se requiere mucho esfuerzo y diligencia para abrir la biblia en casa con nuestra familia y sembrar la palabra de Dios en nuestros hijos
Se requiere valentía para compartir el evangelio en nuestro trabajo, escuela o entorno social.
Pero ESE ES NUESTRO LLAMADO; sembrar la buena semilla, somos sembradores de la gloriosa semilla del evangelio
¿Como esperamos fruto si no sembramos?
Nuestra labor es simple, predicar el evangelio, así como el sembrador arroja la semilla, a nosotros se nos a delegado por Dios el enorme privilegio de compartir las buenas nuevas de salvación.
No hacemos uso de tácticas humanas, no tratamos de adornar la semilla, de otra manera corremos el riesgo de estropear nuestra labor
Como simples sembradores, compartimos el evangelio
Y dejamos que la palabra que es poderosa, obre en las vidas de todos aquellos con los que compartimos el evangelio.
Y la palabra de Dios nunca regresa vacía,
11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Cuando el sembrador arroja esa diminuta semilla de mostaza no parece ser la gran cosa,
Incluso los efectos de aquella labor en ese momento son imperceptibles a simple vista,
pero en el interior de esa tierra, esa pequeña semilla, que para muchos era insignificante
comienza a germinar y a transformar completamente aquel terreno, una vez que ha echado raíz comienza a crecer y llega el momento en que la obra del sembrador y el poder de la semilla es aparente a todos.
Lo que una vez fue una pequeña semilla ahora se ha convertido en un gran árbol.
El reino de los cielos es semejante a ese diminutivo grano de mostaza,
En aquella región de Galilea, el sembrador por excelencia, sembraba la buena semilla del evangelio.
Para muchos su labor era insignificante, y es por eso que le rechazaron y le colgaron en una cruz,
pensaron que habían terminado con Jesús y sus enseñanzas.
Lo que ignoraron fue que la poderosa semilla del reino ya había sido sembrada, y aunque intentaron a toda costa frenar la expansión del evangelio de Cristo.
Lo que comenzó con Jesús y un puñado de discipulos, se expandió por todo el mundo conocido de aquel tiempo y hasta el día de hoy, mas de 2 mil años después; El evangelio de Cristo continua transformando y salvando vidas para la gloria de Dios.
A pesar de que en este mundo abunda la incredulidad,
Como en los tres primeros terrenos que se nos presentan en la parábola del sembrador;
a pesar de la implacable plaga de cizaña que trata de estorbar constantemente la obra de Dios
Nada en este mundo puede detener el crecimiento y el avance de la poderosa semilla de la palabra de Dios QUE sea plantada con fidelidad.
y esto nos trae a nuestro ultimo punto
La Consumación del Evangelio
“pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”
Este lenguaje figurativo tiene como propósito el comparar un reino con un árbol en el cual las aves del cielo encuentran refugio y hacen nidos en sus ramas.
Esta comparación no era desconocida para los judíos.
En el Antiguo Testamento encontramos dos instancias donde Dios ilustra la grandeza de un reino humano con la grandeza de un árbol frondoso
En Daniel capitulo 4 encontramos como Dios ilustra la grandeza del reino de Nabucodonosor con la grandeza de un árbol;
20 El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,
21 cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,
22 tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.
En Ezequiel 31, Dios compara la grandeza de Egipto con la grandeza de un árbol que domina sobre el bosque
6 En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.
Así que en esta parábola, hablando del incomparable reino de Dios,
esta pequeña semilla de mostaza, que al haber sido sembrada por el sembrador,
y que creció hasta ser la mayor de las hortalizas y llego a convertirse en un gran árbol.
Representa el eterno e inigualable reino de Dios
así que el punto principal de esa parábola es que
Cuando Cristo regrese para consumar su REINO, nadie podrá negar su INFINITA GLORIA.
Quizás en ese día a la orilla del mar, para muchos aquello no era la gran cosa,
No obstante, todos contemplaremos la majestuosa gloria del reino de Dios.
El que llegó a este mundo de la manera mas humilde regresará en Gloria sin igual
y todo ojo le verá y toda rodilla se doblará y toda lengua confesara que el es El Señor.
Así que, Mientras Cristo regresa, vivimos por fe y no por vista y con fidelidad sembramos con diligencia la poderosa semilla del evangelio; No te rindas hermano.
Para el mundo, la poderosa semilla del evangelio representa UNA AMENAZA, y se tratarán todo lo posible para frenar su propagación
Sin embargo, El éxito del Evangelio esta garantizado, Nadie puede frenar el Reino de los cielos.