Oración Semana 4 (Septiembre)
El verbo «esperadme» es un verbo que suele ir asociado con deseo, confianza, etc., por parte del hombre, y con favor y misericordia por parte de Dios.
Sofonías 3:8 es el único versículo del texto original del AT que contiene todas las letras del alfabeto hebreo.
1. Tenemos en estos versículos un anuncio profético de la conversión de las naciones. Se advierte un cambio de lenguaje: en lugar de orar a los dioses falsos y jurar por ellos, todos invocarán (v. 9) el nombre de Jehová. Al contrario que en Babel (Gn. 11:1–9), donde el hombre mostró su deseo de independencia, y hasta su concepto de autosuficiencia (Gn. 3:5 y ss.), y perdió la comunión, no sólo con Dios, sino también con sus semejantes (v. La recriminación de Adán en Gn. 3:12), ahora se abre una nueva era en la que un corazón renovado, sumiso a las demandas de un Dios santo (comp. con Ez. 36:26, 27), se expresa con pureza de labios, en contraste con un culto idólatra impuro y blasfemo, invoca al Dios vivo y verdadero, y es capacitado para servirle de común consentimiento. Dice M. Henry: «La gracia que convierte refina el lenguaje, no por hacer ingeniosas las frases, sino por hacer sabia la sustancia … Servirán a Dios de común consentimiento, con un solo hombro (así dice literalmente), con lo que alude a los bueyes bajo el yugo, cuanto tiran por igual».
En aquel Día Milenial, los gentiles traerán a los judíos dispersados de vuelta a su tierra como una ofrenda a JEHOVÁ. Judá destruirá a los impíos que se alegran en su soberbia, por lo que ya no podrán hacer que el remanente creyente de Israel se atemorice. Los que queden serán humildes y pobres, que confiarán en el nombre de JEHOVÁ y vivirán en justicia.