Animándonos En El Señor
Escuela De Pastores y Líderes 2022 • Sermon • Submitted
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Introducción:
Introducción:
Vemos que David tuvo que animarse en el Señor varias veces a lo largo de su vida 1 Samuel 30:6
6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
David fue un hombre experimentado en dolor y lamento
El género o tema más repetido en el libro de los salmos es el lamento
Y en ello podemos aprender acerca del valor del lamento y buscar confiar en el Señor a través de nuestro dolor
Vendrán momentos de mucha oscuridad y dolor en nuestra vida, pero deberíamos poder decir lo que dijo Job. Job 1:21
21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
1. Recurre a La Oración
1. Recurre a La Oración
Nuestro lamento no solamente es queja
Mas bien nuestro lamento es una oración
Es recurrir a Dios siempre en nuestro dolor y sufrimiento
El lamento es el clamor sincero de un corazón dolido que lucha con la paradoja del dolor y con la promesa de la bondad de Dios.” Salmos 77:2-3
2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.
3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
“El lamento es una oración en medio del sufrimiento, que conduce a la esperanza.”
“surgen. Típicamente, el lamento formula como mínimo dos preguntas: (1) “¿Dónde estás, Dios?”; (2) “Si me amas, ¿por qué me pasa esto?”.
“Podrías pensar que el lamento es lo opuesto a la alabanza. No lo es. En cambio, el lamento es un camino que lleva a la alabanza a medida que nos conduce por nuestro quebranto y nuestra decepción.”
La mayor parte de los lamentos bíblicos sigue un patrón según el cual Dios lleva a los sufrientes por una ruta determinada.
Suele incluir cuatro elementos clave:
Una apelación a Dios
Una queja
Una petición
Una expresión de confianza y/o de alabanza.
Expresa tus luchas
Expresa tus luchas
El salmista dice en Salmos 77:2-4
2 Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.
3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
4 No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
Presenta tus preguntas
Presenta tus preguntas
El salmista dice en Salmos 77:5-9
5 Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.
6 Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:
7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?
8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah
Sus preguntas son claras:
¿Desechará el Señor para siempre?
¿No volverá a sernos propicio?
¿Ha cesado para siempre su misericordia?
¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
¿Ha encerrado con ira sus piedades?
Orar sinceramente de esta manera admite que el dolor y el sufrimiento a menudo generan emociones difíciles que no se basan en la verdad pero que aun así sentimos que son ciertas.
La oración nos hace dar la vuelta
La oración nos hace dar la vuelta
El salmista recuerda en Salmos 77:10-12
10 Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
11 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
12 Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.
Una vez que trae a la memoria las obras del Señor dice en Salmos 77:13
13 Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?
2. Plantea Tus Quejas
2. Plantea Tus Quejas
El salmista dice en Salmos 10:1
1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
“Dios, sé que no eres cruel, pero hoy me da la impresión de que lo eres”.
La queja santa
La queja santa
Si lees los salmos de lamentación encontrarás muchas quejas creativas
Esta no es una sugerencia para estar enfadado con Dios
No es una excusa para sacar al aire toda tu ira contra Dios
Pero si existe un lugar para la queja con Dios que es de forma bíblica
Cuando se enfrentan al sufrimiento, muchas personas pueden encuadrarse en dos bandos: la ira o la negación.
El lamento bíblico ofrece una alternativa. Por medio de la queja santa podemos expresar nuestro desencanto y avanzar hacia una solución.
Nos quejamos basándonos en nuestra creencia de quién es Dios y qué puede hacer.
Presenta tus quejas
Presenta tus quejas
Nuevamente vemos esto a lo largo de los salmos
Las preguntas que dicen “¿Por qué estás lejos?”
“¿Por qué te escondes?”
Este segundo paso del lamento es útil porque aborda algo que nos es familiar.
Todos nosotros, tarde o temprano, descubrimos que la vida está llena de injusticias.
¿Alguien te ha tratado mal alguna vez?
¿Has visto cómo trataban injustamente a alguien?
Eso de por sí es bastante angustioso. Lo que empeora incluso más la situación es cuando el perpetrador parece salirse con la suya.
La ausencia de consecuencias o de resolución es exasperante.
El lamento da voz a nuestras preguntas difíciles.
Vemos estas preguntas a lo largo de los salmos. Salmos 22:1; 44:23-24; 80:12; 88:14; 13:1-2; 35:17; 74:10; 94:3; 137:4
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
12 ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?
14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
3 ¿Hasta cuándo los impíos, Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños?
Trae tus frustraciones
Trae tus frustraciones
En el Salmo 10 vemos las frustraciones que ve cada día Salmos 10:2-11
2 Con arrogancia el malo persigue al pobre; Será atrapado en los artificios que ha ideado.
3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.
4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia.
6 Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.
7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y maldad.
8 Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido;
9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
10 Se encoge, se agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
11 Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
Sin embargo, el salmista convierte su posición impotente en una plataforma desde la que clamar a Dios. Su queja sincera es una oportunidad de redirigir su corazón. En lugar de permitir que las circunstancias dolorosas le dominen, generando amargura o desespero, expone su angustia. La especificidad de esta intensifica la oración. Las frustraciones expresadas en el lamento le impulsan aún más hacia Dios, no le apartan de Él.
Cómo quejarse correctamente
Cómo quejarse correctamente
Ven con humildad
Ora bíblicamente
Sé sincero
No te limites a quejarte
3. Pide Osadamente
3. Pide Osadamente
Conlleva dirigirse confiadamente a Dios para que actúe en consonancia con su carácter.
Se centra en cómo el lamento pasa de la pregunta por qué a la cuestión del quién recibe la petición.
El puente del “pero”
El puente del “pero”
Vemos que el salmista aun hace las preguntas Salmos 22:1-2
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.
Pero también se centra en el carácter de Dios
La palabra clave es “pero” Salmos 22:3-5
3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.
5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
Peticiones atrevidas
Peticiones atrevidas
Gracias a que David ve el carácter de Dios puede hacer peticiones urgentes y expectantes Salmos 22:11, 19-21
11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida.
21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.
Podemos pedir a Dios que haga algo para salvar y rescatar
“¡Levántate, oh Jehová!” Esto se menciona en 7 salmos de lamento. Salmos 10:12
12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres.
“Préstanos ayuda” Salmos 60:11-12
11 Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres.
12 En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos.
“Recuerda tu pacto” Salmos 25:6
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas.
“Haz justicia” Salmos 83:16-18
16 Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová.
17 Sean afrentados y turbados para siempre; Sean deshonrados, y perezcan.
18 Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.
“No recuerdes nuestro pecado” Salmos 51:1
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
“¡Restáuranos!” Salmos 80:3
3 Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
“No guardes silencio; escúchame” Salmos 28:1-2
1 A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro.
2 Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo.
“Enséñame” Salmos 143:10
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
“Justifícame” Salmos 35:23-24
23 Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.
24 Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, Y no se alegren de mí.
4. Decide Confiar
4. Decide Confiar
“Todos los auténticos cánticos de adoración nacen en el desierto del sufrimiento”, dice el músico y escritor Michael Card.
El sufrimiento puede aportar claridad.
La pérdida afirma la confianza.
Tendrás que elegir
Tendrás que elegir
Demasiadas personas se quedan atascadas en sus quejas
Otras nunca van más allá de sus peticiones y de lo que quieren que Dios haga por ellas
Pero se debe llevar el lamento hasta su conclusión adecuada
Deberás elegir tener confianza
Confianza = Paciencia activa
Confianza = Paciencia activa
El lamento nos ayuda a practicar la paciencia activa.
La confianza es hablar con Dios, compartir nuestras quejas, buscar su ayuda y luego comprometernos de nuevo a creer quién es Dios y qué ha hecho, aun cuando la prueba no haya desaparecido. El lamento consiste en nuestra manera de soportar, de confiar, de esperar.
Vemos en el Salmo 13 que David lamenta, presenta sus quejas y hace una petición Salmos 13:1-4
1 ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
2 ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
Pero Dios...
Pero Dios...
Aquí en el v. 5 David empieza dando afirmaciones que se fundamentan en el carácter de Dios.
El cambio nuevamente empieza con un “pero” Salmos 13:5
5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.
Vemos en varios salmos el cambio del lamento a la confianza Salmos 31:12, 14; 71:10-11, 14; 86:14-15
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado.
14 Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios.
10 Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,
11 Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
14 Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más.
14 Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de violentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí.
15 Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,
La confianza consiste en creer lo que sabes que es cierto aunque la realidad del sufrimiento pueda poner en duda esa creencia.
Tres afirmaciones de la confianza
Tres afirmaciones de la confianza
5 Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.
6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.
“Yo en tu misericordia he confiado” Gálatas 2:20
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
“Mi corazón se alegrará en tu salvación” Romanos 8:28, 31
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
“Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien” Salmos 13:6
6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.