Estamos en Guerra Iglesia
Guerra Espiritual • Sermon • Submitted • Presented • 56:22
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· 2,592 viewsSi usted es un verdadero creyente, escúcheme bien lo que le voy a decir: Satanás lo odia, lo odia a usted y a su familia. Satanás odia el evangelio, odia su predicación odia a la Iglesia pero mucho más a aquella que fielmente se mantiene siguiendo y sirviendo a Dios. Juan Bunyan lo llamó una guerra santa, el conflicto bélico de aquellos enemigos de la fe en Cristo, que nos declaran la guerra. Esta guerra implica una batalla inflexible contra tres grandes enemigos de la fe en Cristo: el diablo, el mundo y la carne.
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31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
El trasfondo cultural de la época nos relata que; se zarandeaba el trigo para separarlo de las otras cosas que se habían mezclado con él, generalmente la paja y otros elementos que no debían colar junto con el trigo.
La repetición del nombre de Simón indica la solemnidad y la importancia de la afirmación que el Señor está a punto de hacer, pero también indica una profunda preocupación o un lamento por Simón.
Como cuando se dirige a Marta cuando estaba afanada y turbada con muchas cosas, en señal de preocupación por ella el Señor le dice; Marta, Marta.
Cuando habló de Jerusalén en Lc 13:34. Expreso su lamento diciendo Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados.
Y a Saulo cuando perseguía a la Iglesia el Señor se le aparece en el camino y le dice: Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?
En todos los usos el Señor esta indicando la importancia de lo que les va a decir y al mismo tiempo su preocupación por ellos.
En el caso que tenemos, no es solamente Pedro, pero el Señor habla con el que sería el líder de la primera Iglesia y le dice que ha estado orando por él.
Si usted nota, en el texto cuando el Señor se dirige a Pedro, utiliza el pronombre personal os, y luego dice zarandearos, incluyendo a todos los discípulos.
Así que no era solamente Pedro el objetivo de Satanás, su intención era zarandearlos a todos.
La verdadera intención del zarandeo de Satanás, es apartar, separar o sacar a Pedro de la fe y la fidelidad a Cristo.
Serán sometidos a una prueba severa por parte de Satanás, con la esperanza de que no quedara rastro alguno de fidelidad y confianza en el Señor.
Pero Dios usará ese mismo proceso para fortalecer la fe de Pedro.
Mi querido hermano y todos los aquí presentes:
ESTAMOS EN GUERRA
ESTAMOS EN GUERRA
Si usted es un verdadero creyente, escúcheme bien lo que le voy a decir:
Satanás lo odia, lo odia a usted y a su familia. Satanás odia el evangelio, odia su predicación odia a la Iglesia pero mucho más a aquella que fielmente se mantiene siguiendo y sirviendo a Dios.
Lo odia porque usted es la imagen de Cristo, lo odia porque usted es la singular obra de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras, y lo odia porque usted fue arrebatado del poder de sus garras.
Usted es un desertor de Satanás y huyó de su territorio. Por la gracia de Dios conociste y reconociste a Cristo como tu Salvador y Señor.
Satanás lo odia porque Dios ahora está con usted y porque ahora amas a Cristo y su Palabra.
Satanás lo quiere de vuelta. Y como Cristo le dijo a sus discípulos, hoy le quiero decir que usted y esta Iglesia pero en especial su pastor también están en su lista.
Satanás os ha pedido, o nos pedirá para zarandearnos como a trigo, para probarnos severamente, con la intención de separarnos, de apartarnos y de sacarnos de la sincera fidelidad a Cristo y su Palabra.
Porque nos odia y odia la Iglesia y odia a aquel predicador que se para firme y proclama la verdad de Dios.
Nos ha declarado la guerra, por tanto no sobreestime ni subestime a Satanás.
No es una deidad caída, él no es Dios. Solamente es un ángel caído. No es omnipotente, no es omnisciente, no es omnipresente. Sin embargo es un poderoso enemigo que tenemos.
Jonh Blanchard dijo en una oportunidad durante su ministerio, que se nos opone un enemigo viviente, inteligente, pleno de recursos y muy astuto, que puede sobrevivir a los cristianos más viejos, puede trabajar más que lo más ocupados, puede pelear más que los más fuertes y burlar a los más sabios.
En su vitrina de trofeos, se da el lujo de tener algunos, con los nombres de aquellos grandes en la historia del cristianismo, que una oportunidad fueron victimas de sus inflexibles y más severos ataques.
Hombres como David el varón conforme al corazón de Dios, hombres como Abraham el amigo de Dios, Sansón el más fuerte, Salomón el más sabio, Adán el hombre perfecto y el próximo en la lista pudiera ser uno de nosotros.
Porque cada verdadero creyente, está comprometido, con lo que la Biblia llama la guerra espiritual.
Juan Bunyan lo llamó una guerra santa, el conflicto bélico de aquellos enemigos de la fe en Cristo, que nos declaran la guerra.
Esta guerra implica una batalla inflexible contra tres grandes enemigos de la fe en Cristo: el diablo, el mundo y la carne.
Quiero compartir tres puntos sobre esta guerra.
ES UNA BATALLA FEROZ
ES UNA BATALLA FEROZ
La batalla contra Satanás y sus demonios es mis queridos hermanos; implacable, cruel, es despiadada, muy dura y muy tenaz.
Sus empedernidos ataques son sin misericordia, su ejército es agresivo, maligno y muy cruel contra aquellos fieles seguidores de Cristo.
Su poder se encuentra en lugares altos sobre nosotros y a nuestro alrededor.
Por eso se nos dice velad y orad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar.
Este ejército es muy poderoso para que nosotros luchemos con nuestras propias fuerzas.
Por eso Pablo nos dice allá en la segunda carta a los corintios.
3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
Pero aunque el enemigo es poderoso, no podemos ceder contra Satanás ni rendirnos ante él.
En lugar de ellos se nos dice lo siguiente:
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Sométete a Dios, vive conforme a su voluntad, acepta su Señorío sobre ti, haz lo que Dios te dice que hagas y resiste, aguanta la presión, resiste la embestida antagónica de aquellos enemigos de la fe y de la predicación de la Palabra de Dios y el diablo huirá de vosotros.
La guerra en la que estamos es;
ES UNA BATALLA ESPIRITUAL
ES UNA BATALLA ESPIRITUAL
La batalla contra Satanás y sus demonios es espiritual.
No peleamos contra este enemigo con pistolas, tanques, artillería pesada o armas nucleares.
Tampoco peleamos contra carne y sangre. Como Pablo escribió a los de Efeso:
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Esta batalla no es por intereses hegemónicos, o posiciones geopolíticas estratégicas y económicas. El objetivo es mucho más alto, es la realidad espiritual de la verdad, la justicia y la gloria del Dios viviente y la proclamación del evangelio de Cristo.
Detrás de nuestros enemigos visibles de carne y hueso se encuentra un ejército de adversarios invisibles, cuyo armamento es invisible con los cuales se oponen y atacan al reino del Señor Jesucristo, atacan a los fieles creyentes, atacan a nuestras familias, nuestras esposas, nuestros matrimonios, nuestro hogar y nuestros hijos.
Atacan a la Iglesia, la estorban, introducen cizaña para que crezca junto a la semilla y desde adentro pretenden interrumpir el avance de la obra de Dios, por eso no hay nada que tenga más estorbo en la Iglesia que la Predicación de la Palabra de Dios.
Luchamos contra el poderoso, innumerable e invisible ejército de Satanás. La lucha es intensa, es extenuante sus ataques vienen de todos los frentes, desde afuera y desde adentro.
El oponente anda alrededor buscando a quién devorar. Se camuflan bien, puede aparecer como el príncipe de las tinieblas o como un ángel de luz y sabe cómo y cuando atacar.
Y para terminar;
ES UNA BATALLA NECESARIA
ES UNA BATALLA NECESARIA
La batalla contra Satanás y sus demonios es necesaria. Así como el mundo actual no puede escapar a la guerra contra el terrorismo, nosotros tampoco podemos escapar de la guerra contra Satanás.
Nos guste o no, estamos en guerra, lo creas o no, estamos en guerra, estemos listos o no, estamos en guerra.
No podemos pedir amnistía, ni consideraciones médicas, ni tampoco podemos evitar los ataques que vendrán.
El día que usted le dijo que si al Señor y se acercó a Él usted se reveló contra Satanás y este le declaró la guerra.
Hermanos estar en medio de la guerra y que no nos demos cuenta de esta realidad es supremamente peligroso.
Si tratamos de ignorar al verdadero enemigo nos convertiremos en carne de satanás, seremos el blanco fácil y seremos derrotados.
Por eso Dios nos dice:
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Muchos cristianos hoy en día prestamos muy poca atención al mandato de Pablo. Muchas Iglesias hablan más sobre el desarme que sobre el armamento, algunos ya bajaron sus armas y sacaron banderitas blancas.
También muchos predicadores promueven una amplia fraternidad universal y ecuménica que incluye una variedad de opiniones religiosas, en lugar de exponer la perfecta y purificada siete veces Palabra de Dios.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Por desagradable que sea el tema de Satanás, necesitamos exponerlo, por desagradable que nos parezca el tema, estamos en guerra. La guerra santa es el conflicto bélico entre el reino de Dios y el reino de Satanás, entre los que somos de Cristo y los que están en su contra.
Así que querido amigo decida de que lado de la historia en esta guerra usted va a estar.
Si usted quiere ser un pasivo, inoperante según su propio criterio, rechace este mensaje y rechace a Cristo y no le entregue su vida a él.
Satanás igual le destruirá. destruirá su vida, su hogar, su familia y le ocultará la verdad de Cristo y su evangelio y al final lo vas a lamentar.
Pero si quieres rebelarte en contra de Satanás lo único que debes hacer es aceptar a Cristo este día, pero como ya vimos entrarás en una guerra que requiere compromiso serio con Dios para poder vencer.
La decisión es únicamente suya, nadie más decidirá por usted.
Y usted querido cristiano que me escucha, será mejor que te armes de lo que Dios nos ha provisto para vencer en esta guerra o te hallarás perdido y en el lugar perfecto para que Satanás de destruya a ti y a los tuyos.
Iglesia, será mejor que empecemos a discernir las cosas espirituales, y empecemos a ver lo que es de Dios y lo que no es de Dios o terminaremos siendo carne de asador para el enemigo de la Iglesia de Cristo.
Será mejor si identificamos al enemigo y destruyamos su base de operaciones antes de que esta nos destruya a nosotros.
No depongas tus armas, no te rindas, no tengas miedo, no saques la bandera blanca, no cambies tus convicciones solamente para encajar con la mayoría. el diablo es un mentiroso, el quiere hacernos creer que somos nada cuando el bien sabe que somos hijos de un Gran Rey, y cuando el bien sabe que su derrota esta escrita en un libro eterno.
Levántate y pelea la buena batalla porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.