La Trina Deidad
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7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.
1. ¿Qué expresamos con el nombre de “Trina Deidad”?
1. ¿Qué expresamos con el nombre de “Trina Deidad”?
Para expresar la verdad bíblica de que el Ser Divino subsiste en tres personas usamos los términos de «Trina Deidad», «Santísima Trinidad», «Trinidad Divina».
Para expresar la verdad bíblica de que el Ser Divino subsiste en tres personas usamos los términos de «Trina Deidad», «Santísima Trinidad», «Trinidad Divina».
El vocablo «Trinidad» se deriva del latín «trinus»= triple (tres en uno), al que viene a corresponder otro sinónimo: «tríada», del griego «triás», que viene a significar también «un conjunto de tres».
El vocablo «Trinidad» se deriva del latín «trinus»= triple (tres en uno), al que viene a corresponder otro sinónimo: «tríada», del griego «triás», que viene a significar también «un conjunto de tres».
Para el judaísmo, la clara enseñanza novotestamentaria sobre la Trina Deidad forma parte del «escándalo»de Cristo crucificado (1 Cor. 1:23). Mateo 26:63–66; Juan 5:18; 10:30–33,
Para el judaísmo, la clara enseñanza novotestamentaria sobre la Trina Deidad forma parte del «escándalo»de Cristo crucificado (1 Cor. 1:23). Mateo 26:63–66; Juan 5:18; 10:30–33,
23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
30 Yo y el Padre uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?
33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
En otros lugares, nos muestran que el tenerse por «el Hijo de Dios», «haciéndose igual a Dios», es lo que llevó a Jesucristo a la Cruz. El mismo veloque les oscurece a los judíos la comprensión de lugares como Is. 53 (2 Corintios 3:14–15)
En otros lugares, nos muestran que el tenerse por «el Hijo de Dios», «haciéndose igual a Dios», es lo que llevó a Jesucristo a la Cruz. El mismo veloque les oscurece a los judíos la comprensión de lugares como Is. 53 (2 Corintios 3:14–15)
1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
2. ¿Qué sentido tiene esta doctrina?
2. ¿Qué sentido tiene esta doctrina?
El Nuevo Testamento no nos dice que hay tres dioses, sino tres personas en un solo Dios. Por tanto, esta doctrina puede dividirse en las siguientes proposiciones:
El Nuevo Testamento no nos dice que hay tres dioses, sino tres personas en un solo Dios. Por tanto, esta doctrina puede dividirse en las siguientes proposiciones:
A) La Escritura nos habla de tres personalidades distintas en Dios.
A) La Escritura nos habla de tres personalidades distintas en Dios.
B) Cada una de estas personas es divina; es decir, es Dios.
B) Cada una de estas personas es divina; es decir, es Dios.
C) Las tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— son un solo y mismo Dios.
C) Las tres personas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— son un solo y mismo Dios.
Jesucristo es Dios manifestado en carne (1 Tim. 3:16; 1Jn. 4:2 ), o sea, VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE EN LA UNICA PERSONA DEL HIJO DE DIOS.
Jesucristo es Dios manifestado en carne (1 Tim. 3:16; 1Jn. 4:2 ), o sea, VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE EN LA UNICA PERSONA DEL HIJO DE DIOS.
16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.
2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
3. Errores modernos
3. Errores modernos
Ya hemos mencionado el Unitarismo. La Teología Liberal no es sino una forma más de Unitarismo o Unitarianismo.
Ya hemos mencionado el Unitarismo. La Teología Liberal no es sino una forma más de Unitarismo o Unitarianismo.
Niegan la Trinidad los llamados «Testigos de Jehová». El Modalismo ha resurgido también recientemente en una secta carismática que se denomina «Sólo Jesús» y bautiza únicamente en el nombre del Hijo. Para ellos, «Padre» y «Espíritu Santo» son meros títulos del único Dios verdadero, Jesús.
Niegan la Trinidad los llamados «Testigos de Jehová». El Modalismo ha resurgido también recientemente en una secta carismática que se denomina «Sólo Jesús» y bautiza únicamente en el nombre del Hijo. Para ellos, «Padre» y «Espíritu Santo» son meros títulos del único Dios verdadero, Jesús.
El Modernismo Teológico va más allá de todos estos errores, llegando a poner en duda y hasta a negar la personalidad de Dios. Si se niega un Dios personal, ya no tiene razón de ser el hablar de una o más personas en Dios
El Modernismo Teológico va más allá de todos estos errores, llegando a poner en duda y hasta a negar la personalidad de Dios. Si se niega un Dios personal, ya no tiene razón de ser el hablar de una o más personas en Dios
4. EL MISTERIO DE UN DIOS EN TRES PERSONAS
4. EL MISTERIO DE UN DIOS EN TRES PERSONAS
a. Concepto de persona
a. Concepto de persona
El hablar de un Diosen tres personas nos lleva a la siguiente conclusión: el Dios verdadero es un Dios personal, pero no es una sola persona, sino que el Ser Divino subsiste individualmente en tres personas.
El hablar de un Diosen tres personas nos lleva a la siguiente conclusión: el Dios verdadero es un Dios personal, pero no es una sola persona, sino que el Ser Divino subsiste individualmente en tres personas.
Aquí radica la esencia del mayor misterio de nuestra fe cristiana, ya que entre nosotros, cada individuo, o sea, cada ser humano individual, es una persona (por eso, al multiplicarse las personas se multiplican igualmente los individuos humanos), mientras que en Dios, el Padre, el Hijo y elEspíritu Santo son tres personas divinas realmente distintas, pero no son tres individuos divinos, sino un solo Ser Divino individual.
Aquí radica la esencia del mayor misterio de nuestra fe cristiana, ya que entre nosotros, cada individuo, o sea, cada ser humano individual, es una persona (por eso, al multiplicarse las personas se multiplican igualmente los individuos humanos), mientras que en Dios, el Padre, el Hijo y elEspíritu Santo son tres personas divinas realmente distintas, pero no son tres individuos divinos, sino un solo Ser Divino individual.
¿Cómo se manifiesta una persona frente a otra? Como un «yo» que puede referirse y dirigirse a un «tú»; uno y otro pueden referirse a un «él». Ahora bien, vemos en las Escrituras un «Yo», un «Tú» y un «El» claramente distintos y, sin embargo, identificados en todos los atributos que pertenecen al Ser Divino Unico. O sea, Dios se manifiesta como un solo Ser Divino en Tres Personas. (Exodo 3.13-14)
¿Cómo se manifiesta una persona frente a otra? Como un «yo» que puede referirse y dirigirse a un «tú»; uno y otro pueden referirse a un «él». Ahora bien, vemos en las Escrituras un «Yo», un «Tú» y un «El» claramente distintos y, sin embargo, identificados en todos los atributos que pertenecen al Ser Divino Unico. O sea, Dios se manifiesta como un solo Ser Divino en Tres Personas. (Exodo 3.13-14)
13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
5. La trinidad en el Nuevo Testamento
5. La trinidad en el Nuevo Testamento
ØLa Trinidad. Lucas 1:35; Hechos 10:38.
ØLa Trinidad. Lucas 1:35; Hechos 10:38.
35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
ØEl Señor Jesucristo menciona las tres personas en Juan 15:26.
ØEl Señor Jesucristo menciona las tres personas en Juan 15:26.
26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
ØLa Trinidad en la formula bautismal, Mateo 28:19.
ØLa Trinidad en la formula bautismal, Mateo 28:19.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
ØLa Trinidad en la bendición apostólica: “La gracia del Señor JESUCRISTO, el amor de DIOS, y la comunión del ESPIRITU SANTO, sea con todos vosotros”, 2 Corintios 13:14.
ØLa Trinidad en la bendición apostólica: “La gracia del Señor JESUCRISTO, el amor de DIOS, y la comunión del ESPIRITU SANTO, sea con todos vosotros”, 2 Corintios 13:14.
14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
ØLa doctrina de la Trinidad nos enseña que en Dios hay tres personas distintas en una sola Deidad.
ØLa doctrina de la Trinidad nos enseña que en Dios hay tres personas distintas en una sola Deidad.
ØNo que sean tres Dioses, sino que una sola Deidad. Deidad: (Lat. Deitatis) Ser divino o esencia divina.
ØNo que sean tres Dioses, sino que una sola Deidad. Deidad: (Lat. Deitatis) Ser divino o esencia divina.
6. El Antiguo Testamento contiene indicios del carácter trino de Dios.
6. El Antiguo Testamento contiene indicios del carácter trino de Dios.
En ciertos relatos del Génesis el Señor habla en la primera persona plural: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza»; «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros» y «Ahora, pues, descendamos …» (Gn. 1:26; 3:22; 11:7). De la misma manera, Dios se expresa en el llamamiento de Isaías: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?» (Is. 6:8).
En ciertos relatos del Génesis el Señor habla en la primera persona plural: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza»; «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros» y «Ahora, pues, descendamos …» (Gn. 1:26; 3:22; 11:7). De la misma manera, Dios se expresa en el llamamiento de Isaías: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?» (Is. 6:8).
26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.
8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Es poco probable que Dios haya hablado así con los ángeles, y especialmente cuando creó al hombre, un acto en que solo la deidad participó. Más bien estos pasajes sugieren comunión entre los miembros de la Trinidad.
Es poco probable que Dios haya hablado así con los ángeles, y especialmente cuando creó al hombre, un acto en que solo la deidad participó. Más bien estos pasajes sugieren comunión entre los miembros de la Trinidad.
Las apariciones del ángel de Jehová a Agar (Gn. 16:7–14), a Abraham (Gn. 17:22; 18:1–22,19:1), a Josué (Jos. 5:13-15, 6:2) y a Manoa junto a su esposa (Jue. 13:2–23), se interpretan como teofanías del Cristo pre-encarnado.
Las apariciones del ángel de Jehová a Agar (Gn. 16:7–14), a Abraham (Gn. 17:22; 18:1–22,19:1), a Josué (Jos. 5:13-15, 6:2) y a Manoa junto a su esposa (Jue. 13:2–23), se interpretan como teofanías del Cristo pre-encarnado.
7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.
8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.
9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.
10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.
11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.
12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.
13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
14 Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.
22 Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham.
1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.
7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo.
8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.
9 Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda.
10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
11 Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.
12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?
13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?
14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
15 Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.
16 Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos.
17 Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,
18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,
21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.
22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová.
1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo,
13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?
14 El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
15 Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.
2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
2 Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos.
3 A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo.
4 Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda.
5 Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
6 Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
7 Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte.
8 Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.
9 Y Dios oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.
10 Y la mujer corrió prontamente a avisarle a su marido, diciéndole: Mira que se me ha aparecido aquel varón que vino a mí el otro día.
11 Y se levantó Manoa, y siguió a su mujer; y vino al varón y le dijo: ¿Eres tú aquel varón que habló a la mujer? Y él dijo: Yo soy.
12 Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?
13 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: La mujer se guardará de todas las cosas que yo le dije.
14 No tomará nada que proceda de la vid; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; guardará todo lo que le mandé.
15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.
16 Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.
17 Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
18 Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?
19 Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.
20 Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.
21 Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.
22 Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.
23 Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.
Se distingue entre este ángel y los demás. Se lo identifica personalmente con Jehová, y al mismo tiempo se lo distingue de él (Gn. 16:7–13; 18:1–2; 19:1–28; 32:24–30).
Se distingue entre este ángel y los demás. Se lo identifica personalmente con Jehová, y al mismo tiempo se lo distingue de él (Gn. 16:7–13; 18:1–2; 19:1–28; 32:24–30).
7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.
8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora.
9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.
10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.
11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.
12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.
13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo,
2 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche.
3 Mas él porfió con ellos mucho, y fueron con él, y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron.
4 Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.
5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.
6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí,
7 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.
9 Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.
10 Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta.
11 Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta.
12 Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar;
13 porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo.
14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba.
15 Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.
16 Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.
17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
18 Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos.
19 He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera.
20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida.
21 Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado.
22 Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar.
23 El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar.
24 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;
25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.
26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
27 Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová.
28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.
24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.
27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Las referencias al «Espíritu de Jehová», especialmente cuando parecen tener un énfasis moral, aparentemente significan que el Espíritu es el agente de Dios (véanse Gn. 1:2; Is. 40:13; 58:8–14).
Las referencias al «Espíritu de Jehová», especialmente cuando parecen tener un énfasis moral, aparentemente significan que el Espíritu es el agente de Dios (véanse Gn. 1:2; Is. 40:13; 58:8–14).
2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
13 ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?
8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,
14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.
Algunos relacionan la personificación de la sabiduría divina (Pr. 8:22–31) con la doctrina de la palabra (Jn. 1:1–18) y con la sabiduría de Dios en 1 Corintios 1:24.
Algunos relacionan la personificación de la sabiduría divina (Pr. 8:22–31) con la doctrina de la palabra (Jn. 1:1–18) y con la sabiduría de Dios en 1 Corintios 1:24.
22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras.
23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.
24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.
27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Es interesante notar que en las Escrituras se identifica a Cristo con la Palabra de Dios [logos] y con la sabiduría de Dios [sofia], pero nunca con el Espíritu de Dios [pneuma theou].
Es interesante notar que en las Escrituras se identifica a Cristo con la Palabra de Dios [logos] y con la sabiduría de Dios [sofia], pero nunca con el Espíritu de Dios [pneuma theou].
Se usa tres veces el nombre de Dios en la bendición sacerdotal (Nm. 6:24–26) y se encuentra la triple repetición de la palabra «santo» en la invocación de Isaías 6:3. Parece que Isaías 48:16 y Zacarías 2:10–13 se refieren a Cristo, el Siervo redentor de Jehová.
Se usa tres veces el nombre de Dios en la bendición sacerdotal (Nm. 6:24–26) y se encuentra la triple repetición de la palabra «santo» en la invocación de Isaías 6:3. Parece que Isaías 48:16 y Zacarías 2:10–13 se refieren a Cristo, el Siervo redentor de Jehová.
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
16 Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.
10 Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová.
11 Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.
12 Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén.
13 Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado de su santa morada.