Filosofía de Gestión
Notes
Transcript
Misión: Somos una iglesia fundamentada en la Palabra de Dios, que abraza el sacrificio de la Cruz, con cristianos que aman a Dios y se aman entre ellos mismos, comprometidos con la causa de Cristo, que caminan en integridad de corazón y con un testimonio que impacte su esfera de influencia.
Visión: Ser una iglesia comprometida con anunciar y defender la verdad del Evangelio, siendo instrumentos de Dios para presenciar transformación de vidas bajo el marco del Evangelio de Cristo.
Valores No Negociables: Estamos Comprometidos con la Enseñanza Bíblica, la Familia, La Integridad, La Santidad, El Servicio y la Excelencia.
Declaración de Fe
Declaración de Fe
La Iglesia Bíblica Redención y Gracia basa su enseñanza y actuación en la Confesión de Fe que a continuación se describe y que a su vez está fundamentada en los credos y confesiones de fe reconocidos y aceptados por la Iglesia a través de la historia y más particularmente por las iglesias y denominaciones protestantes desde los tiempos de la Reforma.
1. La Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por Él en su totalidad (2 Tim. 3:16). Por lo tanto es infalible, autoridad máxima y suficiente. La Biblia nos enseña cómo deben actuar los cristianos y cuáles deben ser las pautas por las cuales se rige su vida (Sal. 119:11; Mat. 4:4).
2. Dios es Trino (Padre, Hijo y Espíritu; Mat. 3:16-17); uno y único, eterno, Creador (Gen. 1:1); soberano Señor sobre todas las cosas visibles e invisibles (Sal. 103.19).
3. Jesucristo es Dios (formando parte de la Trinidad divina; Mat. 1:23), es eterno (Jn. 1:1), concebido por el Espíritu Santo (Luc. 1:35), nacido de una virgen (María; Luc. 1:27), vivió sin cometer ningún pecado (I Jn. 3:5), murió para que todos los hombres pudiesen tener una relación personal con Dios, resucitó a los tres días de ser crucificado (Luc. 24), ascendió a los cielos (Luc. 24:50) y regresará de nuevo mostrando todo su poder y su gloria (Heb. 9:28).
4. El Espíritu Santo es Dios (formando parte de la Trinidad divina; Jn. 15:26), está presente y activo en la Iglesia (Jn. 14:16-17), convence al mundo del pecado (Jn. 16:7,8), reparte dones en la Iglesia (I Cor. 12:11-18), cambia a los creyentes que se arrepienten y creen (Jn. 3:7-8), y prepara a los creyentes para seguir los pasos de Jesucristo (Rm.15:16; Hch. 1:8).
5. El hombre está alejado de Dios por causa del pecado. Para que vuelva a tener una relación perfecta con Dios, es necesario que reconozca el sacrificio que Jesucristo hizo por todos nosotros. Sin la ayuda de Dios el hombre permanecerá esclavizado y atado por el pecado (Rm. 5:1-18).
6. La muerte de Jesucristo en la cruz es el único y suficiente sacrificio mediante el cual todo ser humano puede recibir el perdón de sus pecados. Basta con reconocer en fe que Cristo sufrió y murió ocupando el lugar de cada uno de nosotros (Hebreos. 9:13-26).
7. El hombre debe arrepentirse sinceramente delante de Dios, confesando sus pecados y abandonando de forma voluntaria (Hechos. 26:20) todos los actos que van en contra de la Palabra de Dios. La persona que reconoce el sacrificio de Jesucristo y se arrepiente, se convierte en un Hijo de Dios (Jn. 1:12) siendo ante sus ojos libre de toda culpa.
8. Todo aquel que crea con fe en el sacrificio de Jesucristo recibe la salvación de parte de Dios. El Espíritu Santo da seguridad de la salvación al creyente (Rm. 8:16), quien ha restablecido su relación con Dios y muestra con su vida la entrega total hacia Jesucristo.
9. Todos los hijos de Dios resucitarán después de la muerte para disfrutar de la vida eterna al lado de Dios, pero aquellas personas que hayan rechazado a Dios resucitarán para recibir la condenación eterna en el infierno, viviendo eternamente separados de Dios (I Cor. 15; 2 Tes. 1:9; Jn. 3:36).
10. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo. Ella está compuesta por todos los cristianos verdaderos del mundo (I Cor. 12:12-13).