1 PEDRO 1:10-12
La gracia de Dios en la salvacion de sus escogidos por medio de JESUCRISTO.
Pedro escribe el término sufrimientos en plural para enfatizar la magnitud y variedad del dolor y de la pena que Jesús tuvo que soportar. Sin embargo, Pedro contrasta los sufrimientos de Jesús con “la gloria que a éstos seguiría”. Vale la pena destacar el uso del plural, “glorias” en muchas versiones. Este plural se refiere a la gloria de la resurrección de Jesús, la gloria de su ascensión y la gloria de su retorno a la tierra”.
b. “Al hablar de las cosas que ahora les han anunciado”. En este segmento del versículo notamos, en primer lugar, que la palabra cosas es sumamente importante. Dicha palabra se refiere a los sufrimientos y glorias de Cristo (v. 11) y resume el contenido del evangelio. El mensaje de los profetas del Antiguo Testamento al vaticinar acerca de la vida, muerte y resurrección no era para beneficio propio. En cambio, sus profecías siguen constituyendo un ministerio a la iglesia de la era neotestamentaria.
En consecuencia, notamos a continuación que Pedro enfatiza la palabra ahora. Se refiere al evangelio que se está predicando en su tiempo. Vincula el mensaje del Antiguo Testamento con el del Nuevo Testamento y así enseña implícitamente la unidad de la Escritura. Pedro mira las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento a la luz de su cumplimiento en el Nuevo Testamento; él confirma que Jesús ha cumplido estas profecías. El teólogo luterano R. C. H. Lenski señala astutamente que: “Todo el evangelio del Nuevo Testamento se apoya en el testimonio del Espíritu que fue dado en el Antiguo Testamento mediante los profetas del Antiguo Testamento. Cancélese dicho testimonio y se quitará el fundamento del evangelio de Cristo”.89
c. “Los que predicaron el evangelio”. Los destinatarios que vivían en el Asia Menor (la presente Turquía) oyeron el evangelio predicado por misioneros que habían llegado a su territorio. Esta frase es demasiado general como para poder determinar si Pedro mismo fue uno de tales misioneros. La frase predicaron el evangelio alude a la oscuridad espiritual en que se encontraban los destinatarios antes de que llegaran los misioneros.
d. “Por el Espíritu Santo enviado del cielo”. El Espíritu inspiró a los profetas en los tiempos del Antiguo Testamento. Pero el día de Pentecostés, él descendió desde el cielo para guiar y dirigir a los que proclaman el evangelio. Así es que el Espíritu Santo dirigió a los apóstoles y a sus ayudantes y les impartió su poder divino, para que su mensaje no fuese palabra de hombre sino palabra de Dios (1 Ts. 2:13).
e. “Hasta los ángeles anhelan contemplar esas cosas”. Los ángeles rodean el trono de Dios, son los mensajeros que Dios envía para ayudar al hombre que hereda la salvación (Heb. 1:14), se regocijan cuando un pecador se arrepiente (Lc. 15:7, 10), y reunen a los elegidos en el día del juicio (Mt. 24:31). Sin embargo su conocimiento de la salvación del hombre es incompleto, porque anhelan contemplar el misterio de la salvación.
El verbo contemplar en el original significa efectivamente “observar con el cuello extendido”. (En su epístola, Santiago utiliza el mismo verbo haciendo referencia a la acción de mirarse en un espejo, presumiblemente fijado a una mesa. La gente inclinaría sus cuerpos para mirarse en el espejo [1:23–24]). Los ángeles aprenderán las cosas de la salvación por intermedio de la iglesia. Como bien dice Pablo: “A fin de que ahora a los principiados y las autoridades en los lugares celestiales sea dada a conocer por medio de la iglesia la iridiscente sabiduría de Dios” (Ef. 3:10 trad. C.N.T.).