¿Cómo se manifiesta la naturaleza espiritual en el cristiano?
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Handout
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Bosque exegético:
I. Buscad las cosas de arriba (v. 1)
A. Si habeis resucitado con Cristo (v. 1a)
II. Poned la mira en las cosas de arriba (v. 2)
Proposición exegética:
En esta porción Pablo les pide a los colosences que, debido a haber resucitado con Cristo, deben buscar las cosas celestiales concentrando su atención en las mismas a fin de que sea evidente su condición espiritual de resucitados en Cristo.
Verdad universal:
Dios ordena manifestar perceptiblemente lo que se es espiritualmente en Cristo.
Proposición homilética:
Todo aquel que ha nacido de nuevo debe buscar las cosas que agradan a Dios y concentrar su mente solo en ellas a fin de que sea manifiestamente perceptible su condición espiritual.
Oración interrogatoria:
¿Cómo se puede manifestar la condición espiritual en la realidad perceptible de la vida?
Oración de transición:
hay dos maneras perceptibles de manifestar la condición espiritual del creyente.
Bosquejo Homiletico:
I. La primera manera perceptible de manifestar la condición espiritual es buscando lo que agrada a Dios (v. 1).
II. La segunda manera perceptible de manifestar la condición espiritual es poniendo la mira en lo que agrada a Dios (v. 2).
I. La primera manera perceptible de manifestar la condición espiritual es buscando lo que agrada a Dios (v. 1).
II. La segunda manera perceptible de manifestar la condición espiritual es poniendo la mira en lo que agrada a Dios (v. 2).
¿Cómo se puede manifestar la condición espiritual en la realidad perceptible de la vida?
Hay dos maneras perceptibles de manifestar la condición espiritual interna del creyente:
I. La primera manera perceptible de manifestar la condición espiritual es buscando lo que agrada a Dios (v. 1).
Antes de que pueda manifestarse sinceramente esta búsqueda de lo que agrada a Dios es sumamente necesario tener la condición espiritual interna apropiada delante de Dios. Esto es, tener nueva vida en Cristo. El que ha muerto en Cristo al mundo y sus deseos ha resucitado en Cristo para hacer la voluntad de Dios. Por tal razón, el nacido de nuevo busca lo que a Dios agrada. Dado que la orden esta expresad en tiempo gramatical continuo es necesario, por tanto, que la condición espiritual apropiada delante de Dios sea algo que ya se posee. De ahí que la frase condicional “si, pues, habéis ...” este expresada en tiempo pasado con respecto a la acción de presente continuo “buscad” y “poned”.
De nuevo pregunto ¿Cuál es la condición espiritual que deben tener aquellos a quienes se dirige esta orden celestial? Esta condición o estado espiritual es “Resucitados con Cristo”
Pablo esperaba que los receptores de la carta a los colosenses entendieran esta realidad espiritual sin la cual nadie puede acercarse a buscar a Dios. Los que han resucitado con Cristo son los creyentes. Dicho de otro modo, los que están vivos en Cristo, por haber sido resucitados espiritualmente después de haber muerto espiritualmente en Cristo en el momento de la conversión, son los creyentes (cp. Ro. 6:3-4; Ga. 2:20).
Una vez más, los que han resucitado con Cristo para tener nueva vida con Dios han muerto al mundo y, por tanto, ya no buscan las cosas que hay en el mundo: los deseos de la carne, la vanagloria de la vida y los deseos de los ojos (1Jn. 2:16).
Ahora bien, la respuesta o manifestación evidente y lógica de todo aquel que a muerto al mundo y a las cosas que hay en el, es la de vivir queriendo hacer la voluntad de Dios. Lo que agrada a Dios es lo que le agrada al que ha resucitado con cristo y ya no vive para el mundo. Por eso se manda a “buscar las cosas de arriba”, las celestiales, en contraste con las de abajo, las terrenales o las del mundo.
El verbo “buscar” bien el sentido de una búsqueda esforzada constante. Esta búsqueda tiene como objeto supremo “las cosas de arriba”. Todas estas cosas son las de alto valor moral y espiritual, las mismas en las que Dios quiere que anden sus hijos.
El mandato de “buscar” es común en la Biblia, por ejemplo se nos manda a buscar la paz (1 P. 3:11), buscar a Dios (Hch. 17:27), buscar la voluntad de Dios (Jn. 5:30), buscar primeramente el reino de Dios (Mt. 6:33) y buscar en oración a Dios (Mt. 7:7). Pero aquí, en el contexto amplio de la epístola a los Colosenses se contrasta las enseñanzas impías o terrenales (Col. 2:4-23) con las enseñanzas piadosas o celestiales (Col. 3: 5-4:6). Entonces, lo que esencialmente Pablo esta pidiendo a los Colosences es que la vida terrenal de lo creyentes en Colosas debe ser corresponder a su condición espiritual, la celestial.
“las cosas de arriba” están en contraste con las cosas de abajo, las de la tierra; las mismas que son inmorales y paganas. Son contrarias a Dios. Las cosas de arriba son toda suprema bendición que se encuentra donde Cristo esta: A la diestra de Dios.
Cristo esta sentado a la diestra de Dios, lo cual simboliza favor, poder y autoridad celestial. Además, se resalta su majestad sobre todo otro ser. De esto también se deduce que “todas las cosas de arria” están de acorde con su majestad y santidad. Lo que es conforme a la gloria del cielo es todo aquello que es puro, justo, recto, virtuoso y que da gloria a Dios. De hecho, la Biblia también enseña qué en todas estas valores es que debemos ocupar nuestros pensamientos. Esto es lo mismo que debemos busca
II. La segunda manera perceptible de manifestar la condición espiritual es poniendo la mira en lo que agrada a Dios (V.2).
Una vez más somos apremiados con un imperativo: “Poned”. La razón es porque lo que debemos mirar es de suprema importancia y determinante para nuestra vida y santidad. Poner la mira en las cosas santas y celestiales es observar todo lo que Cristo hizo y dijo para imitarlo. Todo lo que hemos visto ejemplificado en la vida terrenal de Cristo debe ser observado y practicado.
Entonces, “estas cosas de arriba”, en las que debemos poner la mira, son todo el cuerpo de doctrina para la vida de los ciudadanos del cielo. Por contraste, toda enseñanza o doctrina de cuño terrenal son para los que pertenecen a este mundo terrenal que busca los suyo y tiene su esperanza en lo meramente terrenal. Esto es justamente lo que hacen los hijos del diablo.
23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Avanzando con el estudio de esta porción bíblica, en el contexto posterior del capítulo 3 “las cosas de arriba”, comprendidas como doctrinas espirituales, podrían ser las siguientes virtudes morales: Compasión, bondad, humildad, mansedumbre, longanimidad, paciencia, perdón y, sobre todo, amor. En todas estas virtudes cristianas, como también se las puede llamar, es que debemos ejercitarnos mental y espiritualmente. Mental por aprender lo que significa y espiritualmente por practicar lo que significa. En pocas palabras, pongamos la mira en las cosas celestiales.
Por cierto, “poned” literalmente se traduce aquí como “ejercitar la mente”. Es decir que debemos entretenernos mentalmente en todas estas piadosas virtudes.
Al meditar en las enseñanzas de las Escrituras y la vida practica de Cristo nuestros pensamientos serán estimulados a la piedad y a las buenas obras. Cuanto más nos enfoquemos en pensar en las cosas de arriba mejor será nuestra vida espiritual en la tierra.
Como dijo A. T. Robertson:
“El cristiano tiene que mantener los pies sobre la tierra, pero la cabeza en el cielo”
Por tanto, busquemos y pongamos toda nuestra atención en las cosas que a Dios agradan para hacer perceptible nuestra condición espiritual.
Como dijo hace ya varios siglos atrás el puritano Mathew Henry:
“No se trata, pues, solo de una búsqueda afanosa sino también de una actitud mental y sentimental constante, una contemplación deleitosa de las cosas celestiales”