Velorio Tía Medardo.
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Lectura:
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1 Cuando Jesús entró de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. 2 Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y Él les explicaba la palabra. 3 Entonces vinieron* y le trajeron un paralítico llevado entre cuatro hombres. 4 Como no pudieron acercarse a Jesús a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde Él estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que estaba acostado el paralítico. 5 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». 6 Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: 7 «¿Por qué habla Este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?» 8 Al instante Jesús, conociendo en Su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: «¿Por qué piensan estas cosas en sus corazones? 9 »¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? 10 »Pues para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados» dijo* al paralítico: 11 «A ti te digo: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». 12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: «Jamás hemos visto cosa semejante»
Marcos 8.34-37 “34 Llamando Jesús a la multitud y a Sus discípulos, les dijo: «Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. 35 »Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de Mí y del evangelio, la salvará. 36 »O, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? 37 »O, ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?”
Mateo 7.13-14 “13 »Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 »Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
Isaías 1.18 “18 »Vengan ahora, y razonemos», Dice el Señor, «Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán.”