El Dios del Pacto es mi pastor
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Introducción
Introducción
A medida que los creyentes avanzan en su vida de santificación, experimentan las palabras dadas por el Señor por medio del apóstol Pablo:
Hechos de los Apóstoles 14:22b (RVR60)
Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
Al contrario de la enseñanza errónea de muchos falsos maestros de la actualidad que atraen a montones con promesas como: “Ven a Jesús y tus problemas terminarán” “Dios tiene un maravilloso plan para tu vida” “Eres un hijo del rey, por lo que debes reclamar esos derechos, declarando tu prosperidad” y disparates similares, la escritura es clara en recordar al creyente verdadero del evangelio de Jesucristo que: Hch 14.22 “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Es por ello que es necesario que los verdaderos creyentes seamos confirmados en la fe de Jesucristo por medio de pruebas y tribulaciones. Así como nuestro Señor padeció por nosotros y llevó en si nuestras cargas pecaminosas, el creyente debe estar preparado para seguir las pisadas de su maestro.
Ahora bien, en las Santas Escrituras, el bendito y misericordioso Señor ha dejado a su pueblo 6 versículos en los cuales meditar, llorar, reflexionar y gozar. Me estoy refiriendo al único Salmo 23.
Salmo de David. 1 Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Con la ayuda del Señor meditaremos en este precioso salmo en su integridad (de forma introductoria), título del sermón “El Dios del Pacto es mi pastor”
Exposición escritural
Exposición escritural
Este Salmo puede dividirse de la siguiente manera, describiendo al Señor como nuestro pastor:
Guiador v. 1
Proveedor y protector v. 2
Sanador y defensor v. 3
Estandarte v. 4
Santificador v. 5
Esperanza v. 6
En este salmo el creyente debe meditar en su pertenencia a Cristo el pastor y obispo de nuestras almas.
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
El autor de este salmo, el rey David, comienza este hermoso trozo de revelación celestial declarando el nombre de su Dios, Jehová. Según Éxodo 3:14, “14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” Jehová es el nombre de la alianza, y significa: (a) autoexistencia; y (b) la inmutabilidad y fidelidad de Dios. El Señor Jesucristo dijo: Juan 8:58 “58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
El salmista dice que el único Dios Vivo y verdadero “ES” no será ni fue, sino en tiempo presente “SU” pastor, identificándose como propiedad de Él. La promesa se extiende... Ez34.11-12 “11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.”
Ahora bien, la figura del pastor de ovejas en las escrituras principalmente significa: Cuidado, guía, provisión y disciplina (explicar la analogía y llevar a Cristo). Es en estos sentidos que el salmista describirá al bendito Dios del pacto como su pastor. Jn10.11 “11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (nosotros como ovejas, características)
El salmista al identificarse con Jehová, el Dios del Pacto, declara firmemente “nada me faltará”. Esta firmeza de palabras solo pueden ser sustentadas y creídas cuando uno realmente pertenece y depende de las promesas del Dios del Pacto, Jehová. Jn10.27-30 “27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.30 Yo y el Padre uno somos.”
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
El salmista confiado en su pertenencia y dependencia como oveja del pastor, señala que el Señor lo llevará a lugares seguros donde pueda alimentarse de los más exquisitos pastos, con una quietud y fuera de todo peligro. Esto nos enseña que como ovejas de Cristo, somo llevados por el ES al alimento más exquisito y fuera de errores, la bendita Palabra del Señor. Mt4.4 “4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
Por otro lado, señala que será pastoreado o conducido junto a aguas de reposo. Esto nos enseña que nuestra vida cristiana es un camino, pero no un camino desértico, sino un camino en el que podemos ser saciados de las aguas que corren del manantial de vida, nuestro pastor se encarga de que no nos falte el agua. Jn7.38 “38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.”
3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Si bien el salmista descansa en que su pastor lo protegerá y proveerá, reconoce que fallará, porque no puedes ser reconfortado sin antes haber sufrido. Es por eso que si los sufrimientos sean por el resultado del pecado o no, de todos ellos nuestro pastor nos hará retornar a Él, dando la paz a nuestras almas.
El pecado es sufrimiento y nos aleja del Señor, pero si le pertenecemos Él se encargará de traernos a su redil (la oveja descarriada).
Cuando el Señor nos retorna a su redil, El Señor nos guía por su senda o camino, por donde él caminó y esto para su propia gloria. Orígenes de Alejandría dijo: “Cristo camina delante del rebaño como el pastor y con sus huellas va trazando el camino para que las ovejas pisen donde él ha pisado”.
El santo nombre del Dios del pacto es el motivo por el cual somos restaurados, Él es fiel a su pacto.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
El salmista inspirado por el Señor nos revela la singular esperanza que tiene aquel que pertenece al Dios del pacto, al pastor de la ovejas, a saber, el conocimiento anticipado y seguro de la presencia de Dios en los momentos más oscuros de su peregrinaje y sobre todo en la muerte. Mt28.20b “ y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Es esta seguridad que es confirmada por el ES la cual hace clamar al salmista “no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo” (explicar la presencia especial de Dios con el creyente, la unión mística con Cristo Jn14.20 “20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.” )
No importa la oscuridad que pasemos, jamás debemos olvidar que es solo la sombra. Cristo en la cruz pasó “el valle de la muerte”.
Tu vara y tu cayado… Un pastor llevan un cayado con el cual: cuenta a sus ovejas, las limita en el pastado y las disciplina. Esta figura el Señor nos revela a través del salmista, que nuestro Buen Pastor, Cristo Jesús no perderá a ninguna de sus ovejas ya que siempre está al tanto de todas, las limita por medio de su Palabra hasta donde andar y finalmente las disciplina si es necesario para que vean su pecado.
Este cayado es el que debe obrar en nosotros en tiempos de oscuridad (prueba, pecado y muerte), recuerda que tienes un pastor y obispo de tu alma el cual te mostrará su cayado para cobrar ánimo. Ap 1:17-18 “17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” Rom 8.36-39 “36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Al comprender que ni la muerte nos separará del amor del Señor, el salmista inspirado por el Señor nos muestra una figura muy interesante.
Dice que el Señor prepara un banquete para los suyos y estos se alimenten con tranquilidad, aún estando los enemigos presentes. Esto nos enseña que los enemigos de Dios no pueden afectar ni en un milímetro la Gracia de Dios en el creyente. Sal118.6 “6 Jehová está conmigo; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.”
Y por otro lado, el Señor a los suyos trata con la plenitud de sus bendiciones, los santifica y no solo llena sus copas de favores, sino que las rebalsa.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Finalmente el salmista llega a la cúspide de confianza en el Dios del Pacto diciendo: Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida… ¿Qué podrá quitarle el bien y la misericordia del Dios del Pacto? ¿Jehová cumplió, cumple y cumplirá sus promesas, de eso no hay dudas.
La esperanza final del salmista es morar con Dios mismo, misma esperanza que es confirmada en Cristo Ap21.3 “3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.”
Usos del sermón
Usos del sermón
Amado hermano, El Señor es tu pastor y tu eres su oveja, El Dios del pacto es tu Dios.
Recuerda que las ovejas tienen 6 distintivos, si las tienes, tu eres parte del rebaño del buen pastor:
Concocen a su pastor
Reconocen su voz
Le escuchan cuando las llama por su nombre
Lo aman
Confían en Él
Lo siguen
Aquellos que se encuentran sin el pastor de las almas no son partícipes de las promesas que aprendimos, pero hoy una vez mas, Él llama a los suyos por medio de esta predicación. Reconoce:
Estás sin pastor, por ende perdida (pecado y miseria)
Necesitas ser traída al redil (Gracia y misericordia)