1 PEDRO 1:13-16
13Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
deben mantener un juicio equilibrado. Le es fácil al cristiano dejarse llevar por este, ese o aquel entusiasmo repentino y emborracharse con la última moda o manía. Pedro les exhorta a que mantengan la compostura esencial que les es propia a los que saben lo que creen.
Es la gran característica del cristiano el vivir en esperanza; y porque vive en esperanza puede soportar las pruebas del presente. Cualquiera puede soportar la lucha y el esfuerzo y el trabajo siempre que esté seguro de que conduce a alguna parte. Es por eso por lo que el atleta se somete al duro entrenamiento y el estudiante al estudio. Para el cristiano, lo mejor siempre está por venir. Puede vivir con agradecimiento por todas las misericordias del pasado, con resolución de aceptar los desafíos del presente y con una esperanza segura de que, en Cristo, lo mejor es lo que está todavía por venir.
Era un mundo dominado por el deseo, cuya meta era encontrar nuevas y más salvajes formas de satisfacer la concupiscencia.
El ser escogidos de Dios es entrar, no solo en un gran privilegio, sino también en una gran responsabilidad. Pedro recuerda el antiguo mandamiento que estaba a la base de toda la religión hebrea. Dios insistía en que Su pueblo fuera santo, porque Él es santo (Levítico 11:44; 19:2; 20:7, 26). La palabra para santo es haguios, y el sentido de la raíz es diferente porque pertenece a Dios. En este sentido, el templo y el sábado eran santos, y los cristianos son santos porque son diferentes de todos los demás porque pertenecen a Dios, Que es el único Santo por antonomasia. Un cristiano es una persona que pertenece a Dios, porque Dios la ha elegido para una labor en el mundo y para un destino en la eternidad. Ha sido elegido para vivir para Dios en el tiempo, y con Él en la eternidad. En el mundo tiene que obedecer Sus leyes y reproducir Su vida. Al cristiano se le encomienda la tarea de ser diferente.