La importancia de la perseverancia

2 Juan 1:9-11 “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.”

Introducción

El apóstol Juan escribe a la iglesia para:

Felicitarlos por su perseverancia en el evangelio

Para advertirles de los falsos maestros

Para exhortarlos a seguir perseverando en el evangelio.

La perseverancia en la doctrina es sumamente vital para la salud espiritual del cristiano, quien está expuesto a los ataques de Satanás.

Satanás procura atacar con más saña a los cristianos que dejan de perseverar. 1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.”

Su estrategia es aplicar anestesia espiritual para que no puedan percibir el daño que les está causado.

Veremos la importancia de perseverar.

Somos de Cristo

2 Juan 9 “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.”

Perseverar en el evangelio es evidencia de que somos de Cristo, no es para que seamos de Cristo. (Según la enseñanza de la religión, perseveramos para ser de Cristo)

Aquel que ha nacido de nuevo se deleita en perseverar en el evangelio, le es un placer y no una carga.

Salmo 122:1 “Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.”

Se lamente cuando no podía hacerlo: Salmo 42:4 “Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.”

La iglesia primitiva encontraba deleite en perseverar unidos en el evangelio: Hechos 5:42 “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.”

Si Cristo mora en nosotros, encontraremos placer en perseverar en el evangelio de Cristo.

Crecemos espiritualmente

Al perseverar en el evangelio crecemos espiritualmente al ser alimentados con la Palabra de Dios, la oración y el servicio.

1 Pedro 2:2 “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.”

Al perseverar en el evangelio somos alimentados con la Palabra de Dios, esta nos hace crecer espiritualmente.

Pero es necesario prestar atención a la Palabra y recibirla para que pueda nutrirnos. Un niño le pueden servir el alimento, pero si no lo come, no le podrá nutrir.

Santiago 1:23-25 “Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”

Es necesario crecer espiritualmente para que podamos alcanzar la madurez necesaria para servir a Dios con excelencia y así trae a otros a Cristo. 1 Timoteo 3:6 “no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.”

Podemos velar con excelencia

Estando en constante comunión y alimentados con la Palabra, tendremos la fuerza y motivación para velar para la venida del Señor.

1 Tesalonicenses 5:4-6 “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.”

La parábola de las vírgenes prudentes nos exhorta a velar en unidad como iglesia, si uno comienza a dormir, el otro lo despertará, y así nos motivamos unos a otros.

Solos no podemos velar, por eso es de suma importancia velar como una iglesia en Cristo.

Conclusión

El apóstol Juan nos exhorta a no prestar oído a aquellas personas que quieran estorbar nuestra perseverancia en el evangelio.

2 Juan 10-11 “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.”

Gálatas 5:7 “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?”

Muchos cristianos poco a poco se van alejando de la motivación de la iglesia primitiva de perseverar todos los días. Hechos 5:42 “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.”

Porque han prestado oído a falsas enseñanzas que los han desviado de su fe.

Hebreos 10.25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Así que iglesia, Dios esta mañana nos exhorta a perseverar en el evangelio sin prestar oído a voces que quieran desmotivarnos y las circunstancias difíciles que nos rodean.

Jeremías 6:16 “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.”