DE DONDE PROCEDEN LOS CONFLICTOS

Santiago  •  Sermon  •  Submitted
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Por lo regular cumplamos al entorno externo de los conflictos que podemos tener, pero para poder terminarlos debemos atacar la raíz, y la raíz no esta en el entorno sino dentro de nosotros.

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Santiago 4:1–3 (RVR60)
1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

INTRODUCCIÓN.

Las guerras, los conflictos y las disputas son casi tan antiguas como la propia aparición del hombre en la tierra.
Basta solo darle una mirada a la sociedad humana, para darnos cuenta de la cantidad de guerras, peleas, disputas y pleitos que existen.
Hay guerras y conflictos de escala mundial entre países (guerra Ucrania- Rusia, la guerra comercial entre USA y China), entre los estados o las ciudades del mismo países (Norte / Sur), entre empresas, televisoras, equipos deportivos, etc; pero también existen guerras, conflictos y pleitos a menor escala pero con la misma intensidad; entre vecinos, familias, matrimonios, e incluso entre individuos.
La iglesia y los creyentes no esta exentos de que existan este tipo de cosas.
Es cierto que al principio de la iglesia “la multitud de los que había creído eran de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”. Hch 4:32
Pero si observamos en los escritos del Nuevo Testamento, este retrato de la iglesia se desvanece en un corto tiempo. Los creyentes de la Iglesia en Corinto discutían publicamente en las reuniones, e incluso se demandaban en los tribunales civiles. Los creyentes en Galacia se atacan y se hacían daño unos a otros (Gl 5.15), mientras que los Efesios fueron exhortados por Pablo a guardar la unidad espiritual (Ef 4:1-16), incluso en la iglesia de Filipos habían dos hermanas que no se llevaban bien (Fil 4:1-3).
Santiago mismo había recibido información de que los cristianos de la diaspora también estaban inmersos en esa clase de disputas, pleitos y contiendas, una serie de conductas que no deberían ser propia de los creyentes.
Tal como lo hace un buen médico que al tratar a su paciente quiere erradicar la enfermedad atacando el problema y no los síntomas; de la misma forma, el pastor Santiago no busca combatir los síntomas, sino la raíz del problema, por lo que el arranca su corrección con una pregunta.
Santiago 4:1 (RVR60)
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
El hecho que Santiago hiciera esta pregunta a los lectores de la carta, no fue como una posibilidad o una pregunta de conocimiento general, sino que la intención era poner al descubierto lo que realmente estaba pasando.
Desde el momento que el hombre cayó, lo pleitos y las peleas estan presentes de en nuestras vidas. Caín mató a su hermano Abel producto de un pleito Gn 4:8; Lot provoco un conflicto con su tío Abraham Gn 13, Absalón se sublevo contra David su Padre (2 S 13-18); incluso los discípulos le causaron problemas al Señor cuando se disputaban quien de ellos sería el mayor en el reino (Lc 9:46-48).
Santiago describe 2 síntomas del problema que estaba pasando dentro de la iglesia;
Guerras = polemos, de la que se deriva la palabra “polémicas”. Batalla, conflictos, rivalidades.
El hecho que Santiago mencione el sustantivo en plural, es muy significativo, porque nos habla que esto no era un asunto ocasional, sino más bien frecuente entre los miembros de la iglesia.
El ambiente de amor, comunión y unidad que debería prevalecer dentro de la iglesia, ahora estaba ensombrecido por una repleto de polémicas(discusión entres dos o más personas que defienden opiniones contrarias),pleitos, y disputas.
Una guerra siempre se deriva de posiciones y posturas encontradas, es un enfrentamiento bélico prolongado que refleja de falta de acuerdo y la obstinación por defender su visión a cualquier precio.
Pleitos = mache; lucha, riña, contienda, enfrentamiento grave, pero ciertamente más específico. Un pleito es el enfrentamiento entre dos mas personas por diferencias de opinión o de intereses.
Ambos términos son usado de forma metafóricamente para referirse a las relaciones personales violentas, las cuales en un extremo, pueden terminar incluso en asesinato.(v2).
La gravedad del asunto no solo consistía en los conflicto o su frecuencia; sino en el hecho que no se producían entre inconversos, sino entre creyentes.
Por lo regular llegamos a pensar que las guerras, los pleitos o los conflictos, se presenta en nuestra vida como el resultado de agentes externos. (Se me atravesó un taxi, me agandallo el estacionamiento; etc).
Pero la realidad no es que los conflictos vengan de afuera hacía adentro; sino que los conflictos, pleitos y las guerras salen de adentro hacia afuera; basta tal solo mirar como esta la sociedad actual.
(Incremento en la drogadicción, alcoholismo, violencia doméstica, maltratos de todo tipo, la inseguridad, incluso el suicidio).
Los desordenes personales estan hoy en el nivel más crítico de la historia; la impaciencia a tope, la frustración, la ira y la hostilidad abundan por todos lados, conductores obsesos, que hacen actos de intimidación en incluso el uso de armas de fuego para descargar la furia y el disgusto sobre otros.
Santiago 4:1 (RVR60)
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
La raíz del los conflictos comienza en el interior, es el producto de nuestra pasiones.
Pasiones = Tienen la conotación de la satisfaccion de los deseos, placer, deleite. Hedone, de donde se deriva las palabras “hedonismo" y “hedonista”.
Hedonista, es alguien que práctica el hedonismo o esta relacionado con el.
Hedonismo = Es una doctrina que proclama el placer como el fin supremo de la vida. Es el deseo personal incontrolado de satisfacer cada pasión y cada antojo que promete satisfacción y disfrute inmediato.
Dado que los conflictos no vienen de fuera sino de dentro, una guerra en el corazón puede ocasionar una guerra con quien sea y por lo que sea.
Estas pasiones son el producto de una concupiscencia que pretende alcanzar lo que no tiene, o lo que no esta dispuesto a peder.
Este es el resultado de hombres y mujeres que buscan sus propios intereses personales y satisfaccion y que no les interesa involucrase en un conflicto con tal de adquirid o defender lo que desea.
Y luego nos preguntamos ¿Porque hay tantos hogares infelices? ¿Porque tantas iglesias desgarradas por la división? ¿Porque tantos conflictos en los trabajos?.
El deseo por satisfacer esas pasiones viene por supuesto del pecado del egoísmo.
Eva desobedeció a Dios porque quería comer del árbol y llegar a ser como Dios. Abraham mintió respecto a su esposa porque quería salvar su propia vida (Génesis 12:10–20). Acán causó la derrota de Israel porque siendo egoísta tomó el botín prohibido (Josué 7)
Una persona que escoge la satisfacción de sus deseos terrenales como fin supremo de todas las cosas, va contra la voluntad manifiesta de Dios y aún cuando venga a la iglesia su vida es estéril y sin fruto.
Lucas 8:14 (RVR60)
14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Es bueno escuchar la Palabra porque a través de ella venimos a la verdad, pero cuando hay una obsesión mayor por la satisfacción de los deseos personales, que la Palabra se vuelve infructuosa en estos corazones.
Los conflictos en la casa, el trabajo, el vecindario, la iglesia, no son el producto de lo que otros hacen o dejan de hacer; sino más bien de la propia insatisfacción que nosotros mismos tenemos por no conseguir lo que queremos.
Santiago 3:14–16 (NTV)
pero si tienen envidias amargas y ambiciones egoístas en el corazón, no encubran la verdad con jactancias y mentiras. Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría que proviene de Dios. Dichas cosas son terrenales, puramente humanas y demoníacas. Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad.
Esta clase de conducta nada tiene que ver con la sabiduría de Dios para conducirse en el la vida, sino más bien esta conducta tiene más que ver con la sabiduría de este mundo, de de nuestra carne, que es alimentada desde el infierno.
Los deseos egoístas incontrolables son muy peligrosos, porque llevan a acciones incorrectas.
Santiago 4:2 (RVR60)
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Si los deseos egoísta de placer se ven frustrados y no encuentran su satisfacción, van a iniciar el conflicto externo.
Codicias = epithymeo; es un anhelo o deseo intenso de cualquier tipo. Por el contexto se entiende que es un anhelo desmedido, mal encaminado y pecaminoso.
Cuando una persona da rienda suelta a sus deseos, se olvida completamente de la Palabra de Dios, los placeres de la vida han ahogado la palabra y ya no obedecerá al 10° mandamiento:
Éxodo 20:17 (NBLA)
»No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo»
La codicia no tienen respeto por nada ni por nadie, y cuando controla la vida de una persona la lleva a romper cualquier limite con tal de tener lo que desea, incluso disfrazándolo con la fachada de espiritual..
Aarón y María se quejaron contra la esposa de Moisés, pero en realidad realidad tenían envidia de la autoridad de Moisés y querían ese lugar para ellos (Números 12).
Absalón codiciaba el poder, las riquezas y la fama de David su padre, por eso engaño al pueblo para ganarse su corazón diciéndoles que el si los atendería. (2 Samuel 13-18)
Una persona codiciosa que por todos lo medios busca satisfacer sus pasiones cae en una trampa; ¿cual es? nunca podrá ser feliz.
Nunca va a disfrutar de la vida. Nunca va a encontrar agradecimiento por lo que Dios le da, al contrario siempre se va quejar.
Una persona asi, nunca puede llevarse bien con otros, por que siempre esta envidiando lo que otros tienen.
Siempre esta buscando algo, como si eso cambiará su vida, cuando el verdadero problema esta en su corazón.
Otras acciones incorrectas, producto de los deseos egoístas.
matáis y ardéis de envidia
Matais = phoneuo, Cometer homicidio, asesinar.
¿Es acaso que los lectores de la carta de Santiago estaban cometiendo asesinato de forma explicita?
La expresión se entiende que se refiere en sentido figurado. Pero la codicia por satisfacer los deseos, es tan peligrosa porque puede hacer a una persona un asesino, un mentiroso, un desobediente a los padres, un adultero y hacer que otras personas tambien transgredan la palabra de Dios.
La codicia de tener lo que otra persona tiene, sean cosas materiales, posiciones, personas (esposa /esposo/hijos), dones o ministerios, conduce al deseo de querer eliminar a las personas que sean necesarias para alcanzar lo que no esta en sus manos y esto es un deseo potencialmente homicida.
Mateo 5:21–22 (TLA)
»Recuerden que hace mucho tiempo Moisés dijo: “No maten, pues si alguien mata a otro, será castigado”. Pero ahora yo les aseguro que cualquiera que se enoje con otro tendrá que ir a juicio. Cualquiera que insulte a otro será llevado a los tribunales. Y el que maldiga a otro será echado en el fuego del infierno.
El odio , el desprecio y el insulto contra el hermano es tanto como la acción física del homicidio.
Pero también el arder de envida, es una actitud de odio contra otros porque esta celoso, y cuando los celos controlan la vida, pueden conducir al homicidio. (Los hermanos de Jose / Acab con Nabot y su viña).
Otras acciones incorrectas, producto de los deseos egoístas.
y no podéis alcanzar ; combatís y lucháis,
Cuando una persona alberga tantos deseos impetuosos pero no puede alcanzar lo que codicia, sin lugar a dudas se va a meter en guerra con quien sean con tal de obtener lo que quiere, si no tienen al Dios gobernando su vida.
Combatir = machomai; discutir, argumentar, pelear verbalmente
luchais = polemeo, hacer guerra.
Los conflictos dentro de la esfera del matrimonio, son el resultado de eso, una lucha contante porque cada uno de los dos quiere que solo sus deseos sean los que permanezcan en pie. Y hay tanta insatisfacción entre las parejas al grado que no importa pelear por días, semanas, meses o incluso llegar a la separación, con tal de que mis deseos se cumplan.
Juan y Juana acaban de casarse. Juan tiene un buen trabajo con un salario suficiente. Juana quiere una casa tan buena como las otras parejas jóvenes de la iglesia. Juan quiere un auto del último modelo. Juana quiere muebles finos y buenos electrodomésticos. Algunas de estas cosas se tienen que comprar a plazos. El salario de Juan apenas si es suficiente para soportar la tensión. Entonces nace un bebé; esto significa gastos adicionales y un presupuesto desequilibrado. Al ir aumentando las demandas de Juana, Juan se vuelve gruñón e irritable. Juana reacciona con peleas y lágrimas. Pronto las paredes de la casa están vibrando con el fuego cruzado. El materialismo está destruyendo el hogar.
Ese es el meollo de los conflictos en la familia; las naciones, en los trabajos e incluso las iglesias.
Por otra parte, puede que Juana sienta envidia. Piensa que Roberto y Susana Ferrer tienen un puesto más destacado en la asamblea que ella y Juan. Pronto hace observaciones sarcásticas a Susana. Al irse enconando la hostilidad entre ellas, Juan y Roberto se ven envueltos en el conflicto. Luego los otros cristianos toman partido y la congregación queda dividida —debido a la codicia de una persona por un puesto destacado.
Todos son el resultado de codicia y envidia personal no satisfecha. Es la fuente de los altercados y peleas entre las personas de todo el mundo incluyendo a los creyentes .
pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
El enfoque adecuado para este problema, no estaba en las peleas, tampoco en las discusiones, sino más bien en la oración.
En lugar de llevar las cosas al Señor en oración los miembros de la iglesia estaba intentando alcanzar lo que querían a través de sus propios esfuerzos.
Sin duda alguna una de las razones que por las que habían tantos conflictos en la iglesia era ala falta de oración. Quizá la oración había dejado de ser una práctica habitual entre ellos.
La Enseñanza de Jesús respecto de la oración es una promesa de consuelo y alivio para el necesitado.
Mateo 7:7–8 (RVR60)
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
No pedir a Dios tiene como consecuencia no recibir. Algunos de los lectores de la carta simplemente ni siquiera pasaba por su mente pedirle a Dios ayuda alguna, porque se consideraban a si mismos autosuficientes, completamente capaces de cuidar de ellos mismos.
La manera adecuada para evitar los conflictos es Orar, no discutas, no pelees.
Pero en lugar de llevar estos asuntos delante del Señor en oración lo que hacemos es intentar conseguirlos por nuestros propios esfuerzos. (El ejemplo del matrimonio joven).
Si queremos algo que no tenemos deberíamos pedírselo al Señor.
Esto que significa, ¿es acaso que la oración es entonces un cheque en blanco al portador?
Santiago 4:3 (RVR60)
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
De ninguna manera; ahí mismo Santiago nos da una lección acerca de la oración.
Algunos estaban orando, pero sus oraciones no era contestadas, pero esto no contradice lo que ha dicho inmediatamente anterior sobre el hecho de no pedir?
Juan 14:13–14 (RVR60)
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
No llegamos a recibir respuesta en nuestras oraciones no por causa de Dios, sino por causa nuestra.
Nuestra oración es en el Nombre de Jesús, se lo pedimos al Padre, pero esto no es una formula mágica. La respuesta a nuestra oración esta condicionada dentro del mismo verso, Si las peticiones de nuestra oración glorifican al Padre, es entonces que el Señor va a responderlas.
Pero que estaba pasando, alguno estaban usaban la oración como un pretexto para hacer su propia voluntad. al igual que hoy algunos usan la oración no para alinearse a la voluntad de Dios sino que quieren alinear a Dios a sus propia voluntad.
En lugar de buscar su voluntad, le decimos a Dios lo que el debe hacer, e incluso nos enojamos cuando el no hace lo que queremos. No solo nos enojamos con Dios por no contestar nuestras oraciones egoístas, también no enojamos con el pueblo de Dios, de tal forma si Dios no hace lo que le decimos y le pedimos, nosotros nos enfrascamos en una guerra para conseguir lo que Dios no nos ha concedido.
Nuestra oración no es concedida porque Pedimos mal, porque lo hacemos pensando en complacer nuestros deseos egoístas.
Kistemaker Simon J. “Dios se niega a escuchar a hombres que ansiosamente buscan placeres egoístas. La avaricia es idolatría y esto es una abominación ante los ojos de Dios. Dios no escucha las oraciones que vienen de un corazón lleno de propósitos egoístas. La codicia y el egoísmo son insultos a Dios”.
Dios responde a las oraciones de los que le invocan cuando estas estan alineadas a su voluntad, cuando los hacemos de la manera correcta.
La actitud correcta de nuestras oraciones deber ser la misma de Jesús cuando estaba en Getsemaní.
Lucas 22:41–42 (RVR60)
Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Jesús nunca oro para que se cumplira su voluntad incluso cuando la de el fue Santa, tampoco oro para que cumplieran sus deseos, aunque los de el eran Santos, Su oración estaba centrada en cumplir la voluntad de Dios por eso sus palabras fueron escuchadas.
Si los hombres aprendiéramos a contentarnos con lo que Dios no ha dado, cuantos conflictos se evitarían, si estuviéramos dispuestos a compartir mas que adquirir, cuanta paz habría,
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