Jesús el Hijo del Hombre
Juan 1:50, 51 • Sermon • Submitted
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“Hijo del hombre” fue uno de los títulos favoritos de nuestro Señor para sí mismo; se usa ochenta y tres veces en los Evangelios y al menos trece veces en Juan.
El título habla tanto de la deidad como de la humanidad de Jesús. La visión en Daniel 7:13 presenta al “Hijo del hombre” en un escenario mesiánico definido; y Jesús usó el título de la misma manera (Mat. 26:64).
Como Hijo del hombre, Jesús es el “vínculo vivo” entre el cielo y la tierra.
A menudo, en este Evangelio, encontrarás a Jesús recordándole a la gente que Él descendió del cielo. El pueblo judío sabía que “Hijo del hombre” era un nombre para su Mesías (Juan 12:34).
Al final de ese cuarto día, Jesús tenía seis hombres creyentes que eran sus discípulos.
Ellos no “dejaron todo y lo siguieron” inmediatamente; eso vendría después. Pero habían confiado en Él y experimentado Su poder.
En los tres años que tenían por delante, crecerían en su fe, aprenderían más acerca de Jesús y un día tomarían Su lugar en la tierra para que la Palabra pudiera ser llevada a toda la humanidad.
I. El origen celestial de Jesús
I. El origen celestial de Jesús
Jesús es 100% hombre
Heb 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Jesús es 100% Dios
Fil 2:5-11 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
II. La misión terrenal de Jesús
II. La misión terrenal de Jesús
Jesús vino a buscar y a salvar.
Lucas 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Jesús vino a dar vida en abundancia.
Jn 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Jesus vino a dar vida eterna.
Jn 10:27 - 30 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre uno somos.
III. El futuro glorioso de Jesús
III. El futuro glorioso de Jesús
Jesús viene de nuevo a recibirnos.
Jn 14: 1-3 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Jesús viene de nuevo para gobernar las naciones.
Ef 1:20 - 21 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero;
Jesús viene a juzgar y destruir al enemigo.
1 Cor 15:25, 26 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
Conclusión
Conclusión
Nuestro Salvador sabe lo que sentimos.
Su misión es nuestra misión.
¡Su futuro es nuestro futuro!
¡Compartiremos las gloriosas recompensas de la eternidad!