El Fruto de Permanecer

Introducción

El Señor frecuentemente describe los beneficios de guardar su Palabra. En Deuteronomio 11, por ejemplo, ofrece a los israelitas una detallada descripción de la increíble vida que los espera si disponen sus corazones a obedecer los mandamientos de Jehová. El Salmo 1 declara que la persona que guarda la Palabra es como un árbol plantado junto a un río, cuyas hojas no se marchitan nunca. Seguramente la intención del Señor en estos, y muchos otros textos, es motivar nuestros corazones al describir los beneficios que nos esperan por caminar en obediencia a él.

Deuteronomio 11:8-9; 13-16 ; 18-28

Salmos 1:1-3

A los judíos que habían creído en Jesús les anuncia también tres beneficios:

I. Que serán verdaderamente sus discípulos.

- Seguramente no hubiera sido necesario añadir el calificativo «verdadero» si todos los que afirmaban ser sus discípulos realmente lo fueran.

- La popularidad del Maestro de Galilea, sin embargo, había dado lugar a una especie de «moda» en la que muchos, por el prestigio que les otorgaba, se decían ser discípulos de él.

- Si corriera por cuenta nuestra decidir cuáles son las condiciones que determinan si somos discípulos, existirían tantas versiones de lo que es un discípulo, como el número de personas que llegarán a creer en Jesús.

- Gracias a Dios que no queda librado a nuestros criterios, sino que Jesús proveyó esta clara definición: Un discípulo camina en las instrucciones de su Señor.

II. Al guardar su palabra conoceremos las verdad.

- No es por el conocimiento que poseemos.

- La verdad no se obtiene con la mente, sino con el corazón.

- No es solo el fruto del estudio, sino de la intensidad de una relación con Aquél que es verdad

- De esta manera entonces, no son conocedores de la verdad los que más estudios bíblicos han realizado, sino los más fieles en guardar la palabra de Dios.

III. Conocer la verdad trae libertad.

- Quienes conocen la verdad, acceden a la libertad de la esclavitud que trae el pecado.

- En esto encontramos la evidencia más clara de que el conocimiento que trae libertad no es intelectual.

- Solamente cuando caminamos en esas verdades caen las cadenas que nos atan y somos verdaderamente libres.

Conclusión: Y conocerás la verdad y esta te traerá libertad.