El endemoniado gadareno

Marcos 5:1–8

1 Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. 2 Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, 3 que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. 4 Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. 5 Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. 6 Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. 7 Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. 8 Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.

Introducción

El ministerio de Jesús se caracterizó por acudir a lugares donde había necesidad. Su principal objetivo fue traer libertad a los oprimidos por el diablo. Hechos 10:38 “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”

Pero también para anunciar la venida del Reino de Dios. Marcos 1:15 “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”

Busco una sola alma

En las regiones de Galilea y Judea, Jesús siempre estaba rodeado de personas que querían escucharlo y que fueran sanadas por Él, como lo vemos en Marcos 5:24, cuando sanó a la mujer con el flujo de Sangre en Galilea.

Pero en esta ocasión, fue a la región de Gadara, territorio gentil, donde nadie salió a recibirlo, solamente un hombre poseído por demonios. Santiago 2:19 los demonios conocen a Jesús.

Con esto vemos que a Jesús no le interesaba la fama, el reconocimiento o los aplausos de la gente, Él estaba interesado en las almas. Lucas 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”

Esta historia confirma la parábola de la oveja perdida de Lucas 15.

Una sola alma tiene mucho valor para el Señor.

El poder de Jesús

Este hombre era poseído por una gran cantidad de demonios. Marcos 5.9 “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.”

Nadie podía dominarle no con cadenas. Marcos 5:4 “Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar.”

El hombre busca eliminar la desdicha que provoca el pecado con herramientas humanas, pero son deficientes e ineficaces, así como los gadarenos querían dominar al demonio con recursos materiales.

El placer de este mundo dura demasiado poco como para satisfacer la necesidad del alma.

Solamente Cristo puede dominar y destruir el pecado que atormenta la vida del hombre y dar satisfacción total. Juan 4:14 “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

Jesús solamente usó la Palabra para liberar a este hombre. Marcos 5.8 “Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.”

Tenemos al alcance el poder de Cristo en su Palabra: 1 Corintios 1.18 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”

La indiferencia

Marcos 5:16-17 “16 Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.”

La gente de Gadara no conocía a Jesús ni el poder de Dios.

Ellos habían sido testigos de como el poder de Satanás había atormentado a ese hombre por muchos años, y no se alegraban por su liberación.

Estaban más preocupados por la perdida de sus cerdos que por la liberación de un alma del poder de Satanás.

Ellos actuaron como el hermano mayor del hijo pródigo, quién se enojó porque se gastó en realizar una fiesta en lugar de alegrase por el regreso de su hermano. Lucas 15.

Conclusión

La indiferencia es un mal que está afectando a muchos cristianos hoy día.

No solamente debemos alegrarnos por la restauración de un alma, sino que también debemos buscar esa alma perdida.

Tomemos el ejemplo de Jesús, a quien las multitudes lo buscaban, pero a Él le interesaba más la salvación de un alma. Lucas 15:7 “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.”

Pero también recordemos que ahora nosotros tenemos ese poder de expulsar demonios. Marcos 16:17–18 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Esta autoridad será real en nosotros en la medida en la que estemos dispuestos a renunciar a nosotros mismos y hacer la obra de Dios.