Confiando Plenamente en el Señor

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Podemos confiar en Dios en cualquier circunstancia

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Confiando Plenamente en el SEÑOR
La mayoría de las Biblias tienen como encabezado de este salmo lo siguiente: Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.
Por lo que antes de entrar en el estudio del salmo, me gustaría que habláramos un poco de este evento.
¿Quién era Absalón? Absalón era todo un personaje, alguien digno de aparecer en el programa Laura de América: ¿se acuerdan de ese programa que dice “que pase el desgraciado? Ahora vamos a ver porque.
Antes de comenzar a hablar de este personaje debo decirles que hay cosas que están en la Biblia que son narrativas, y no normativas, esto quiere decir que son una descripción de los hechos, mas no es una norma para que nosotros las apliquemos a nuestras vidas.
Por ejemplo, el hecho de que varios personajes de la Biblia, Jacob, David, Salomón hayan tenido múltiples esposas no es algo que debamos hacer, no es algo normativo, es meramente narrativo, esto es que la Biblia describe lo que hacían.
Y algo también muy importante que hace la Biblia es que nos describe los problemas en los cual estas personas incurrieron por haber tenido varias esposas. Por ejemplo Jacob, amaba más a Raquel que a Lea y eso se tradujo en que es preferencia se trasladó hasta el hijo de Raquel, ocasionando la animadversión de los hijos de Lea y sus concubinas… bueno ese es otro caso que además va en contra del plan original de Dios.
Salomón, ha sido el mayor sugar daddy que ha tenido la humanidad, y si no me crees, te digo que tuvo entre esposas y concubinas, aproximadamente mil mujeres, y el problema es que ya siendo anciano, les digo, todo un sugar daddy, lo hicieron que se apartara del SEÑOR.
Y bueno, vamos a ver ahora el caso de Absalón. Davida tuvo muchas esposas, y Absalón era hijo de Maaca, una de las esposas de David. Este hombre tenía una hermana que dice la Biblia que era hermosa, que se llamaba Tamar, y Amnón que el hijo mayor de David, hijo de otra esposa se enamoró de Tamar, su media hermana.
Les digo que está para Laura de América. El problema es que la cosa no paró ahí, Amnón con engaños hizo que Tamar lo fuera a ver y cuando ella lo visitó, abusó de ella y la violó (2º Samuel 13).
Dos años después, Absalón con engaños invita a su medio hermano Amnón, violador de su hermana Tamar a una especie de fiesta, y en medio del convivio, ya cuando había emborrachado a Amnón lo manda matar. Esto hace que Absalón huyera y estuviera fugitivo tres años, y dice la Biblia que David sufría por su hijo Absalón, 2º Sam. 13:37 dice que David lloraba por este hijo malvado todos los días.
Dice la Biblia a partir del v. 21 del capítulo 14 que David mandó llamar a su general en jefe Joab y le pidió que trajera de regreso a su hijo. Y la Biblia dice que:
25 En todo Israel no había ningún hombre tan admirado como Absalón por su hermosura; era perfecto de pies a cabeza. 26 Tenía una cabellera tan pesada que una vez al año tenía que cortársela; y según la medida oficial, el pelo cortado pesaba dos kilos. 27 Además, tuvo tres hijos y una hija. Su hija, que se llamaba Tamar, llegó a ser una mujer muy hermosa. [1]
Dice el capítulo 15:
Pasado algún tiempo, Absalón consiguió carros de combate, algunos caballos y una escolta de cincuenta soldados. 2 Se levantaba temprano y se ponía a la vera del camino, junto a la entrada de la ciudad. Cuando pasaba alguien que iba a ver al rey para que le resolviera un pleito, Absalón lo llamaba y le preguntaba de qué pueblo venía. Aquél le decía de qué tribu israelita era, 3 y Absalón le aseguraba: «Tu demanda es muy justa, pero no habrá quien te escuche de parte del rey.» 4 En seguida añadía: «¡Ojalá me pusieran por juez en el país! Todo el que tuviera un pleito o una demanda vendría a mí, y yo le haría justicia.» [2]
En otras palabras Absalón hacía lo que cualquier buen político hace: promete aunque no cumpla nada. Dicen por ahí que prometer no empobrece.
Absalón emprendió la marcha a Hebrón, 10 pero al mismo tiempo envió mensajeros por todas las tribus de Israel con este mensaje: «Tan pronto como oigan el toque de trompeta, exclamen: “¡Absalón reina en Hebrón!” 11 Además, desde Jerusalén llevó Absalón a doscientos invitados, los cuales lo acompañaron de buena fe y sin sospechar nada. 12 Luego, mientras celebraba los sacrificios, Absalón mandó llamar a un consejero de su padre David, el cual se llamaba Ajitofel y era del pueblo de Guiló. Así la conspiración fue tomando fuerza, y el número de los que seguían a Absalón crecía más y más.
13 Un mensajero le llevó a David esta noticia: «Todos los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»
14 Entonces David les dijo a todos los oficiales que estaban con él en Jerusalén:
—¡Vámonos de aquí! Tenemos que huir, pues de otro modo no podremos escapar de Absalón. Démonos prisa, no sea que él se nos adelante. Si nos alcanza, nos traerá la ruina y pasará a toda la gente a filo de espada. [3]
Es en este escenario donde David escribe este salmo 3.
A lo largo de su vida, David había enfrentado grandes enemigos: el gigante filisteo Goliat, el celoso rey Saúl quien lo había perseguido. En alguna ocasión después de regresar de una batalla David y sus hombres llegan a Siclag que era donde vivían y se dan cuenta que el pueblo había sido invadido, asolado, incendiado y se habían llevado a las mujeres y los niños cautivos. Dice la Biblia que todos los del batallón de David lloraron hasta que se cansaron de llorar, y que David tuvo mucho miedo porque sus propios hombres querían apedrearlo.
Pero la diferencia ahora es que era un hijo el que lo perseguía. Un hijo, al cual a pesar de su maldad, David amaba.
Es triste pero ¿Cuántas veces no hemos visto a hijos engañando a sus padres para despojarlos de sus bienes? ¿Cuántas veces no hemos visto a hermanos pelearse por las herencias de sus padres? ¿Cuántas veces no hemos visto hijos, esposas, esposos maltratados en el hogar? ¿Cuántas veces no hemos visto a un hombre demandar a su exesposa para no pagarle una pensión?
En ocasiones los golpes más duros los recibimos de las personas más cercanas.
Es por esto que este salmo presenta una oración intensa, profunda, sentida. David clama por apoyo y seguridad, en medio de la persecución y delante de la multitud de los adversarios. Su fuente de esperanza está en el Señor, y su salvación proviene del Dios.
Para David, su refugio no es humano sino divino, y su futuro está en las manos de quien tiene el poder y el deseo de redimirlo.
Los primeros dos versículos describen una situación desesperada. Muchos son los que lo persiguen. En el pasaje de Samuel que leímos, vimos que le dijeron a David: «Todos los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»
Estos dos versículos describen la crisis de David.
Se han multiplicado los adversarios y enemigos del Rey.
Para sus enemigos, ¡ni Dios mismo podía intervenir para rescatar y salvar al salmista de su crisis! La gravedad de su condición llegó a tal punto, que no tenía remedio, ni futuro.
Lo que caracteriza el inicio de la oración es la preocupación, sin embargo, como la plegaria se hace a Dios, manifiesta un sentido implícito y de esperanza. David se allega al Señor en medio de la crisis, pues entiende que su las fuerzas que afectan sus existencia pueden cambiar ante las acciones divinas de liberación.
Esto es algo muy importante que debemos de aprender de David, en los momentos más duros de su vida, lo que hacía era recurrir a Dios.
Y miren, en el pasaje que les comentaba en el que sus hombres quieren apedrearlo (1º Sam. 30:6) dice la Biblia que: David cobró ánimo y puso su confianza en el SEÑOR su Dios (NVI), (LBLA) David se fortaleció en el SEÑOR su Dios. Y esto es lo que veo relevante para nosotros: no solo es que David se animó sino que además encontró fuerzas en el SEÑOR su Dios (NTV).
En los siguientes 2 versículos (3-4) David reconoce a Dios como su escudo. Seguramente le viene a la memoria todas las veces que Dios lo había cuidado en el pasado, y como pudo, gracias a la fe, dormir tranquilo en medio del peligro. Estas experiencias pasadas le dieron seguridad para andar por fe y no por vista.
Debemos situarnos en la época, y la imagen del escudo alude a una parte muy importante de la armadura, sobre todo en la defensa de los guerreros de la época.
Entonces compara a Dios con el escudo del guerrero, porque el SEÑOR protege al salmista de los ataques de sus enemigos y adversarios, y se convierte en la fuente de su seguridad y esperanza.
David había tenido que salir huyendo de Jerusalén, humillado, y en sentido figurado con la cabeza agachada. A continuación en el v. 3 hay una frase que dice que Dios le «Levanta mi cabeza» esto es generalmente una imagen legal y jurídica. Puede aludir al gesto del juez cuando declara la inocencia de algún acusado, y lo demuestra ordenando el gesto de levantar la cabeza.
En el contexto teológico y espiritual del salmo, la expresión revela la actitud divina que es capaz de transformar las realidades adversas de las personas afligidas y necesitadas al «levantarlos» y ponerlos en algún sitial de honor y dignidad.
Aunque el salmista había acepta la gravedad de su condición; por otra parte, reconoce la capacidad de divina de liberación.
Ante el clamor y grito del salmista, el v. 4 nos dice Señor responde desde su monte santo. Dios recibe las plegarias que surgen de la angustia y responde las oraciones que reconocen su necesidad.
Ahora bien, ¿qué entendemos por monte santo? El salmo 2:6 dice: Pero yo he
consagrado a mi Rey sobre Sión, mi santo monte. [4]
Su monte santo alude a la morada divina, que en el salmo es una referencia a
Sión (Sal 2:6).
El monte santo de Dios era el monte Moriah en Jerusalén, el lugar donde Salomón, el hijo de David, construiría el templo (2 Crónicas 3.1). David sabía que Dios no podía ser confinado a un espacio determinado, pero expresó poéticamente su confianza de que Dios lo escucharía cuando orara.[5]
El salmista durmió y al despertar se percató que Dios le acompañaba y sustentaba. El apoyo divino el da valentía y fortaleza para enfrentar a los enemigos que le sitiaban. La presencia de Dios le permite despertar con sentido de futuro y seguridad. Y la oración del salmista, al descubrirse protegido y cuidado, es de afirmación y seguridad:
El sueño no se concilia muy fácilmente en medio de una crisis. David pudo haber pasado noches en vela cuando su hijo Absalón se rebeló y reunió un ejército para matarlo. Sin embargo, durmió tranquilamente, aun en medio de la rebelión. ¿Qué marcó la diferencia? David clamó a Dios y Él lo escuchó. La seguridad de una oración escuchada da paz. Es más fácil dormir bien cuando aceptamos, con plena seguridad, que Dios tiene las riendas de las circunstancias.
El insomnio es duro. En otras ocasiones les he contado cuando tuve ataques de ansiedad hace como año y medio, y miren, si algo puedo hacer bien es dormir. Y en esa ocasión me despertaba todas las noches en la madrugada y no podía dormir.
Y solo te puedo decir que cuando estés despierto por la preocupación de no poder cambiar las circunstancias, derrames su corazón delante de Dios y agradécele que Él lleva las riendas de todo. Y luego, ¡descansa![6]
En el v. 7 David le dice a Dios: Levántate.
Moisés clamó (Num. 10:35): ¡Levántate, oh Señor! y sean dispersados tus enemigos, huyan de tu presencia los que te aborrecen.
Lo que ambos pedìan a Dios es que les mostrara su favor y derrotara a sus enemigos.
Y hay ortra frase que es interesante: “tú hieres a todos mis enemigos en la mejilla;
rompes los dientes de los impíos.”
Y tal vez uno piense, que chistoso que pida que le rompa los dientes a sus adversarios, pareciera como que se trata de un chamaco en la primaria que quiere que le rompan la trompa a los de enfrente.
Y es probable que sea una metáfora que evoca la imagen de las fieras salvajes que no tienen el poder de hacer daño (Job 29:17; Sal 58:6). Imagínense a un tigre chimuelo.
El salmista es atrevido. El pide ayuda al SEÑOR porque sabe que siempre lo ha protegido de sus enemigos, avergonzándolos y debilitándolos.
Al igual que en el versículo 2 el salmista recuerda que la desiciòn es de Dios y no de sus enemigos, y eso hará la diferencia.
Luego de las afirmaciones de dolor y de preocupación, el salmo incluye varios elementos de esperanza.
La afirmación final del salmo es de seguridad y esperanza: La salvación le pertenece a Dios. Luego del reconocimiento de las complejidades y dificultades de la crisis, el salmista profesa que el dolor no tiene la última palabra contra la gente de bien, ni la angustia es la condición definitiva de las personas con fe. La primera parte del versículo final es una confesión pública de fe; y la segunda, una petición de bendición divina.
En este salmo vemos a David que se mueve del clamor en la dificultad a la afirmación de confianza y seguridad en Dios: Desde la expresión de herida profunda y mortal (v. 7), hasta la celebración de la victoria que proviene del Señor (v. 8).
La estructura del salmo es la simple y sencilla:
• La crisis del salmista: vv. 1–2
• El Señor es mi escudo: vv. 3–4
• El Señor es mi victoria: vv. 5–7
• El Señor es mi salvación: v. 8
Cuando miramos las situaciones inesperadas en nuestras vidas, siempre nos encontraremos parados en el umbral de caer en el abismo de la desesperación o caer en los brazos de un Dios lleno de gracia, amor y cuidado, un Dios que quiere llevarnos. sobre ese abismo de desesperación en un lugar amplio y espacioso de esperanza.
La esperanza es confianza inquebrantable en Dios. No niega la realidad de nuestro dolor, pero nos da una vida más allá de nuestro dolor. Nos da permiso para un nuevo comienzo. Es la espera feliz y confiada del bien, que nos levanta el ánimo y nos reta a creer en un futuro diferente. Es mirar siempre a Dios y decirle: En ti está mi esperanza (Salmo 39:7).
Cuando nos apoyamos en Dios, El promete inundar nuestras vidas con esperanza.
Pablo escribe: “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a medida que confiáis en él, para que reboséis de esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13).
A veces pienso que la esperanza es un acto de desafío, uno que Dios quiere que hagamos con valentía. Es atreverse a creer a pesar de nuestras pérdidas, a pesar de nuestras decepciones, a pesar de nuestras angustias.
¿Cuál era la esperanza de David que lo hacía dormir tranquilo y estar seguro de su salvación? El saber que Dios estaba con él, y por eso podemos decir, si Dios es con nosotros ¿Quién contra nosotros?
Y mira,
La presencia de Dios es tu:
· Esperanza.
· Confianza.
· Seguridad.
· Refugio.
· Valor.
· Fuerza para seguir adelante a pesar de todo lo que tengas que enfrentar.
[1]International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), 2 Sm 14:21–27. [2]International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), 2 Sm 15:1–4. [3]International Bible Society, Nueva Versión Internacional (East Brunswick, NJ: Sociedad Bı́blica Internacional, 1979), 2 Sm 15:9–14. [4]Lockman Foundation, Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas, electronic ed. (La Habra, CA: Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman, 1998), Sal 2:6. [5] Biblia del diario vivir, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 2000), Sal 3:4. [6] Biblia del diario vivir, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 2000), Sal 3:5.
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