Sermón sin título (8)
Sermon • Submitted
0 ratings
· 9 viewsNotes
Transcript
TRABAJO FINAL
TRABAJO FINAL
INDICACIONS PARA EL DESARROLLO DEL PROYECTO FINAL-VARONES
Instrucciones: Imagínate como misionero local que has sido enviado como plantador de una nueva misión iglesia.
Luego explique en su monográfico las siguientes preguntas:
¿Cómo entiendes el llamado pastoral y el de misionero en general y como entiendes tu llamado en particular?
¿Cómo entiendes el llamado pastoral y el de misionero en general y como entiendes tu llamado en particular?
El llamado pastoral es una convocatoria que Dios hace a algunos hombres para que cuiden de Su rebaño. En otras palabras, el llamado pastoral es una vocación por la que un hombre al sentirse impelido por Dios cumple la función de supervisar, acompañar y administrar esa porción del pueblo de Dios que toma una expresión visible en la iglesia local.
L. Berkhof en su Teología Sistemática considera que en la Biblia el anciano (presbuteroi, Hch. 20:17); el obispo (episkopoi, 1 Tim. 3:1 ); los administradores (kubernesis, 1 Cor. 12:28); los guías (hegoumenoi, Heb. 13:7); y los pastores (poimenes, Ef. 4:11) siendo diferentes formas de denominar el mismo oficio “tenían el encargo de velar sobre el rebaño que había sido confiando a su cuidado. Tenían que proveerlo, gobernarlo, y protegerlo considerándolo como la familia de Dios.[1]
A razón de todos los sustantivos con los que la Biblia subraya el oficio y vocación de aquel que ha sido llamado por Dios para cuidar de Su grey ninguno resulta tan instructivo y conmovedor como el de pastor. La figura de un pastor estaba bien arraigada en la mente del pueblo de Dios. Todos los patriarcas fueron pastores (Gen. 13:1-6; 37:12-17). Algunos de los hombres más admirados en la historia de la nación fueron pastores, como fue el caso de José (Gén 37:2) y Davíd (1 Sam. 16:11,19) e incluso de mujeres muy queridas como Raquel (Gén 29:9) y Séfora, la esposa de Moisés (Éx. 2:16-17,21).
Algunos aspectos de este oficio estaban regulado en la Ley de Moisés con el fin de evitar la negligencia (Ex. 22:10-13). El oficio de pastor de Jacob era demandante en ocasiones el calor del día lo consumía, la helada de la noche lo afligía y el sueño cerraba sus ojos (Gn. 31:40). David se enfrentó a osos y leones cuando estos pretendían robar algún cordero del rebaño (1 S. 17:34, 35). Se esperaba que el buen pastor defendiera sus ovejas (Is. 31:4), cuidara la recién parida, que cargará en los brazos al cordero (Is. 40:11) y que velara por la dispersa (Ez. 34:12). Era bien sabido en todo el oriente que el pastor regresaba antes del amanecer al redil público y llamaba a las ovejas por su nombre, las cuales al escuchar su voz le seguían. El pastor iba delante guiándolas seguras a lugares donde hubiera agua y alimento, tenía un cayado con el cual las dirigía y las protegía de los peligros del camino. Se cuentan historia muy conmovedoras acerca de la relación que un pastor tenía con las ovejas, se dice que, en ocasiones los pastores se intercambiaban las ropas para intentar confundir las ovejas de alguien, y otras veces se ponían a la distancia e intentaban imitar el llamado del pastor legítimo, pero todo aquello era en vano el oido de la oveja era fiel a la voz de su pastor.
Pero quizas lo que más debe llamar nuestra atención es el hecho de que David llamó a Jehová “mi Pastor” (Sal. 23). Y en efecto, el Señor era el Pastor de Israel: “Presta oído, oh Pastor de Israel; tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado más alto que los querubines; ¡resplandece! “Sl. 80:1. Dios se da a conocer como un pastor bueno y celoso de su rebaño Israel. Aún la esperanza mesiánica de la nación estaba bien representada en el oficio de pastor: “Como un pastor vela por su rebaño el día que está en medio de sus ovejas dispersas, así yo velaré por mis ovejas y las libraré de todos los lugares adonde fueron dispersadas un día nublado y sombrío” Ez. 34:24. Al respecto el profeta Miqueas anunció: “Y El se afirmará y pastoreará su rebaño con el poder del SEÑOR, con la majestad del nombre del SEÑOR su Dios. Y permanecerán, porque en aquel tiempo El será engrandecido hasta los confines de la tierra.” Miq 5:4. Es por esto que uno de los “Yo Soy” con los que Jesús dio a conocer su carácter divino fue “Yo soy el buen pastor” Jn. 10:11. Los escritores del Nuevo Testamento no dudaron en anunciar esta verdad: “Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno” Heb 13:20. y aún Pedro dijo “Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.” 1 Pe. 2:25.
Particularmente, con todo lo expuesto pienso que la responsabilidad y la dignidad con la que el oficio pastoral es envestido es casi abrumadora. Personalmente veo mi oficio de pastor como el llamado de un hombre común y corriente para servir a Cristo, enseñar a Cristo y llevar sus padecimientos. Como pastor debo identificarme plenamente con Pablo cuando dijo:
“Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia, de la cual fui hecho ministro conforme a la administración de Dios que me fue dada para beneficio vuestro, a fin de llevar a cabo la predicación de la palabra de Dios, es decir, el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria” Col 1:24–27.
Es cierto que para todo creyente el llamado del evangelio es un llamado a negarse a sí mismo (Mr. 8:34) y a transitar por los caminos angostos de esta vida cargando una pesada cruz (Mt. 7:13-14; 10:38), pero el pastor no solo debe llevar su propia cruz, sino que debe ser ejemplo y soporte a otros. Con los años he observado como la vara con la que Dios suele disciplinar a sus pastores parece ser mas pesada y la regla con la que mide su conducta más alta. Con esto no pretendo decir que Dios discrimina la aplicación de su justicia, porque Él es perfectamente justo, pero si afirmo que el Señor trabaja especialmente y con especial ahínco en el carácter de aquellos que ha elegido para la santa vocación. Como lo dijo un autor desconocido:
Cuando Dios quiere instruir a un hombre Y estremecer a un Hombre Y adiestrar a un hombre, Cuando Dios quiere moldear a un hombre Para que actúe la parte más noble; Cuando Dios anhela de todo corazón Crear a un hombre tan grande y osado De forma que el mundo quede asombrado; Miren sus métodos, y sus caminos. Cuán despiadadamente perfecciona A quien el regiamente selecciona. Cómo lo martilla y lo hiere, Y con golpes maestros lo convierte En figura de arcilla para pruebas Que tan solo Dios entiende; Mientras solloza el corazón del torturado Y sus manos eleva implorando. Cómo Él dobla más nunca quiebra Cuando se propone el bien hacer; Cómo Él usa a quien escoge Y con cada propósito lo induce A probar de Dios el esplendor, Pues del propósito y el fin es el Autor. [2]
[2]Oswald Sanders. Liderazgo Espiritual p. 153. Editorial Portavoz, (1994) Grand Rapids Michigan USA.
¿En qué tipo de comunidad crees que le gustaría plantar esa iglesia y por qué?
¿En qué tipo de comunidad crees que le gustaría plantar esa iglesia y por qué?
Hay un texto muy instructivo para esta cuestión de escoger el tipo de comunidad para plantar una iglesia. En el capítulo 9 de su primera carta a los corintos Pablo hace una defensa de su oficio de apóstol debido a un grupo de personas en la congregación que pretendían examinarlo (vv.1-2) y explica cuales son los derechos de un apóstol (vv. 4-6) según fueron instituidos por el propio Señor (v.14). Pablo explica que a pesar de ello voluntariamente ha prescindido de estos derechos a fin de que el evangelio no halle tropiezo (vv.15-18). Luego Pablo habla de acerca de la flexibilidad que ha tenido en su ministerio para presentar el evangelio a toda clase de gente y es aquí donde se vuelve instructiva la lección para nosotros:
Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible. A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. 1 Cor. 9:19-23.
Pablo al igual que cualquier otro cristiano es libre, sin embargo se ha hecho esclavo de todos para ganar la mayor cantidad de almas para Cristo. Aunque Pablo era judío se hizo “judío” en el sentido de cumplir la ley externamente a fin de ganar a los judíos que permanecían bajo la ley. Lo propio hizo con los que estaban sin la ley de Dios, Pablo se hizo como sin ley (aunque el está bajo la ley de Cristo) a fin de alcanzarlos con el evangelio. Y lo mismo hizo con los débiles para que por todos los medios posibles pudiera salvar a alguno. Definitivamente su meta era salvar a los hombres y usaría todos lo medio legítimos para hacerlo, pero ¿Cómo fue que llegó a ellos? ¿Qué era lo que permitía que Pablo accediera a un “público” tan diverso? Construyó puentes con los que pudo identificarse con las necesidades de las personas y así predicarles el evangelio. Pablo no cambió el evangelio, no comprometió la doctrina, no modificó el mensaje dependiendo de su audiencia, pero si “contextualizó” su evangelismo a fin de ser efectivo. Él no se concentró en una sola audiencia sino que aprovechó cada ocasión para anunciar el evangelio de Cristo.
Pienso que como ministros tenemos un ejemplo aquí de cómo debemos pensar y actuar al momento de abordar una comunidad con el evangelio. Aunque en efecto una comunidad esta formada por un grupo de personas que más o menos comparten los mismo intereses y condiciones socioeconómicas, dentro de esa comunidad hay diversidad. Hay personas que tienen un nivel profesional más elevado que otras, habrán quienes tengan mejor posición económica, más tiempo libre, habrán empleados, comerciantes, amas de casas, independientes, dueños de negocios, universitarios, adolescente, etc. Es en esta diversidad en donde pienso debemos seguir el ejemplo de Pablo. Pero, a riesgo de sonar contradictorio, pienso que enfocarse en una comunidad específica (en el sentido más amplio del término) es algo provechoso. Admito que no soy un experto en misiones y quizas mi experiencia no es lo suficientemente representativa como para ser concluyente, pero he observado como con algunas personas, más que con otras, me resulta más sencillo y natural crear relaciones que me permitan evangelizarles.
A veces noto como simplemente mi presencia no le es cómoda a cierto tipo de personas, se sienten señaladas, denigradas o simplemente no se identifican conmigo, es como si no “encajo” en su entorno. Viceversa también ocurre, hay lugares donde soy yo el que se siente denigrado, señalado, etc. Mientras que con otras personas las cosas surgen de manera natural y amena. Y esto me ha llevado a preguntarme en ocasiones si un pastor que vive en la zona más pobre de la cuidad podría pastorear efectivamente una iglesia ubicada en la zona más rica de la ciudad o viceversa, y de ser así, me pregunto cómo se fomenta la relación entre los miembros y el pastor, cómo puede ministrar efectivamente a un pueblo que vive una realidad que desconoce completamente, y además, cómo podría la iglesia ser sensible ante las necesidades y carencias del ministro si la mayoría de ellas son ajenas para ellos. Estoy consciente de que han habido hombres citadinos que han sido preparados en los mejores seminarios y luego ha sido llamados por Dios a plantar iglesias en zonas rurales y sus esfuerzos han sido grandemente bendecidos. Se de hombres ricos que se han instalado en las zonas más pobres de su ciudad para llevar el evangelio, pero considero que estos son casos extraordinarios y no la norma.
Por esto, me inclino a pensar que el pastor en condiciones normales (habrán sus excepciones) debe procurar plantar una iglesia en una comunidad donde él pueda participar activamente de la realidad del pueblo de Dios y que pueda vivir como vive el promedio de su congregación, a fin de ser un pastor que se identifique efectivamente con las necesidades de la iglesia. Pero además debe estar preparado como Pablo para evangelizar toda la diversidad que existe dentro de esa comunidad en donde piensa Dios les está guiando a plantar la iglesia.
Nada de lo que he dicho hasta ahora es concluyente admito que estoy aprendiendo y que el Señor es soberano. Pero partiendo de ello pienso que el Señor me está llamado a plantar la iglesia en una comunidad donde hayan familias con matrimonios jóvenes (30-40 años) con los cuales me podré identificar y ministrar con mayor efectividad puesto que comparto una realidad similar.
Por otra parte, siendo yo mismo extranjero pienso que puedo trabajar en un comunidad donde hayan extranjeros. El estar lejos de la tierra natal y de los seres amados generan necesidades físicas y emocionales particulares e incluso estilos de vidas particulares debido a que la mayoría de las personas extranjeras deben trabajar más que los nacionales más para poder cubrir con sus gastos.
Igualmente, pienso en algunas zona donde no existan tantas iglesias (admito que esto no es un limitante). He observado como hay lugares en la ciudad de Panamá donde parece que en cada esquina ya hay una iglesia local establecida. Mi visión es plantar una iglesia Bautista Reformada y en la ciudad hay muy pocas pero aún así me inclino por identificar zonas donde hayan pocas iglesias. Entre las zonas que considero que pueden cumplir con estas condiciones (familias jóvenes extranjeras, pocas iglesias) veo: Costa del Este, Claiton, San Francisco, El dorado, Condado del Rey, Brisas del Golf, etc. Admito que yo mismo al considerar estas opciones pienso que estas zonas son de las más costosas de la ciudad y eso implica un variable a la que prestar gran atención (presupuesto financiero). Otro aspecto que he visto es de suma importancia es que como familia misionera es ventajoso que podamos vivir en la misma zona donde se planta la iglesia. Esto trae una serie de ventajas que poco se consideran. Hacer vida en la comunidad donde se planta la iglesia no solo me va a permitir relacionarme extramuros con las personas (escuelas de los niños, parques, actividades deportivas y culturales, festivales, etc.) sino que podré sentir las mismas dolencias y necesidades de la comunidad. En este sentido, viendo que vivo desde hace algunos años en la comunidad del Dorado / Dos mares es probable que me incline por escoger esta zona. La limitantes que veo aquí es que aunque en efecto hay muchas familias extranjeras la mayoría son asiáticos. Igualmente, confiamos en que los planes del Señor deben prevalecer y que nos irá guiando en cada etapa del proceso. Todos los planes debe considerarse y someterse en oración a Dios. Donde quiera que el Señor decida plantar su iglesia hay estará su bendición.
¿Cuáles textos entiendes que debes leer para mejorar, ampliar, reforzar tu preparación y por qué esos textos?
¿Cuáles textos entiendes que debes leer para mejorar, ampliar, reforzar tu preparación y por qué esos textos?
1. Para organizar el gobierno de la iglesia.
En mi caso particular considero necesario ponerme a trabajar en la formación de ancianos y diáconos que me puedan apoyar y aconsejar en el oficio pastoral. Ante las continuas demandas de la congregación a veces suelo ser tentando a proponer para estos cargos a personas que no están suficientemente comprometidas, preparadas o incluso interesadas. Esto puede ser un mal muy doloroso porque resulta fácil escoger a la persona incorrecta pero muy difícil tener que quitarla. Por lo tanto, debo estar muy atento a esta debilidad pecaminosa.
(a) Textos para el oficio de anciano:
Palabra fiel es esta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo. Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo. 1 Ti 3:1–7.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé, 6 esto es, si alguno es irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía. Porque el obispo debe ser irreprensible como administrador de Dios, no obstinado, no iracundo, no dado a la bebida, no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas, sino hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo, dueño de sí mismo,
reteniendo la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.” Tit 1:5–9
“Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: 2 pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria.” 1 P 5:1–4
(b) Para el oficio de Diacono
De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. Que también estos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. 1 Ti 3:8–10.
2. Equipar a la congregación para el evangelismo personal.
He pensado de manera errada que la evangelización es algo que va a ocurrir como por “arte de magia” en la vida de los miembros de la iglesia. He soñado despierto con la idea de que los hermanos estarán trayendo de manera orgánica a la iglesia a personas que ellos han alcanzado para Cristo, pero, solo ha sido eso, un sueño. Por lo que considero apropiado que los miembros de la congregación estén familiarizado con aquellos textos que contienen las verdades fundamentales de la salvación, a fin de estén equipados para predicar el evangelio en todo tiempo. En este caso por razones de espacio solo mencionaré los texto.
(a) Somos salvados de una gran calamidad: Mateo 1:21
(b) Acerca de quién es Dios
Dios como dueño de todo: Sal. 24:1.
Dios como el que sustenta todo: Hch. 17:28.
Dios como el autor y el motivo de todo lo creado: Col. 1:16-17.
Dios Santo: Sal. 5:4-5; Is. 6:3.
(c) Acerca de quién es el Hombre
El hombre como una criatura buena, valiosa y virtuosa: Gén. 1:31.
El hombre luego de pecar: Gén. 6:5-6; Ecl. 7:29; Ro. 1:28-32; Ro 3:9-18.
(d) Acerca de qué es el pecado
Una falla en la naturaleza del hombre: Is. 1:5-6.
El pecado separa a Dios y al hombre: Is. 59:2; Ro. 3:23.
La Muerte como consecuencia del pecado: Ro: 6:23; Ez. 18:20.
La ira de Dios como consecuencia del pecado: Ro. 1:18.
Hijos de Diablo como consecuencia del pecado: 1 Juan 3:8.
(e) Acerca de quién es Cristo
Cristo verdadero Dios- verdadero hombre: Flp. 2:5-8.
Llevó nuestras maldiciones: Ga. 3:10-13.
Llevó nuestros pecados: Is. 53:6; 2 Co. 5:21.
Sufrió la Ira de Dios: Is. 53:5.
Dios Padre lo mata: Is. 53:10.
Resucita como Señal de aceptación como pago por nuestros pecados: Ro. 4:25.
Es el Señor de Todo: Hch: 2:36; Ro. 14:11-12.
Cristo intercede por su pueblo: Heb 7:25.
(f) Acerca de la verdadera Fe y Arrepentimiento
Mc. 1:15; Job 42:6; Juan 3:18.
¿Cuáles pudieran ser tus tres primeras series de sermones y por qué? Obviamente esto podría cambiar en el mañana.
¿Cuáles pudieran ser tus tres primeras series de sermones y por qué? Obviamente esto podría cambiar en el mañana.
(1) Acerca de la Biblia: Me parece apropiado comenzar hablando acerca de la doble naturaleza de la Biblia (Divina-humana). He notado cuando trabajo con grupos pequeños que tomarse el tiempo para enseñar la Biblia con la Biblia a generado más confianza que cuando asumo que la gente acepta de manera automática la autoridad que ella dice tener. Que el cristiano conozca su Biblia y confíe en ella como autoritativa, inerrante e infalible sería mi primera serie de enseñanza.
(2) El evangelio: La segunda serie que comenzaría sería sobre el evangelio. Enseñaría cada aspecto fundamental sobre el evangelio. Enseñaría p.ej.:
(a) Quién es Dios (Santidad- Justicia- Ira- amor) Comenzaría por esto, la gravedad del pecado reside en la persona contra quien se comete [Dios]. Por ejemplo, cuando las personas dicen mentiras tienden a restarle importancia porque todos los hombres de diferentes maneras y muchísimas veces se han mentido los unos a los otros –es tan irrelevante para ellos que algunas veces ni se percatan que han mentido- así que la mentira se ha vuelto algo común entre las relaciones humanas. Por lo tanto, decirles a las personas que mentir es pecado y que deben arrepentirse puede llegar a sonarles como una exageración religiosa. Pero, si le hacemos comprender que la mentira no solo es cometida entre hombres mentirosos sino que es un acto de desobediencia contra las leyes divinas y contra el mismo Dios quien es digno de nuestra fidelidad y verdad; que no puede tolerar la mentira y que de hecho abomina los labios mentirosos (Pr. 12:22); que destruye a los que hablan falsedad (Sal. 5:6); que además ha jurado por su santidad que no mentira (Sal. 89:35); que no es hijo de hombre para que mienta (Nm. 23:19); porque por su propia gloria no lo puede hacer (1 Sm. 15:29); y que de hecho es imposible para Él que alguna vez lo haga (Heb. 6:18) porque Él es el Dios de la verdad (Sal. 31:5), el Espíritu de la Verdad (Jn. 16:13) y la Verdad misma ( Jn. 14:6) quien desde la eternidad pasada y hasta la eternidad futura jamás ha proferido ni una sola mentira sino que siempre ha tratado a la humanidad con verdad y fidelidad, inevitablemente el pecado alcanza la dimensión correcta en cuanto a gravedad y culpabilidad.[1] Decir que el hombre es pecador no trasmite mucho debemos esforzarnos por demostrar a la luz de quien es Dios la gravedad del pecado y la culpabilidad del hombre. Al final de todo, el evangelio es un mensaje acerca de Dios.
(b) El hombre y el pecado. Dios creó al hombre a la imagen y semejanza de Él, lo hizo un hombre con valor, honor y dignidad, sin embargo, el hombre decidió voluntariamente no creerle a Dios, revelarse en su contra desobedeciendo las leyes que les había dado para que las cumpliera. En consecuencia, siendo Dios un Dios Justo debió juzgar su pecado. La relación que había entre Dios y el hombre se rompió y se ha mantenido desde entonces una hostil enemistad. El pecado deformó moral y espiritualmente al hombre hasta convertirlo en algo totalmente depravado y deshonroso a la vista de Dios.
(c) Cristo como el único camino que Dios ofrece y el único sacrificio que acepta para la salvación [Cristo y su obra]. Los hombres por naturaleza son propensos a confiar en sus buenas obras como el medio para alcanzar la salvación. La gente en verdad cree que Dios los admira por la forma en que viven y lo buenos que son. Por lo tanto, es preciso explicarles que ninguna obra humana es lo suficientemente buena como para que Dios la acepte como medio para satisfacer su justicia. Si ese fuera el caso, entonces en vano murió Cristo. Se requiere algo más que simples buenas obras para salvar al hombre de su estado de condena. Les debemos enseñar que se requería un sacrificio perfecto imposible de llevar a cabo por un simple hombre, por lo que el mismo Hijo de Dios [quien es igual a Dios] abandonó la gloria del cielo para hacerse hombre. Adicionalmente, se les debe explicar que caminó como hombre en la tierra, que llevó una vida perfecta, y que cuando se cumplió el tiempo los hombres lo rechazan y lo crucifican. Le explicamos que todo este sufrimiento era necesario para satisfacer la justicia de Dios y aplacar su ira. Cristo cargó nuestros pecados muriendo en nuestro lugar, Él pago la deuda que era impagable por los hombres. Le explicamos que a los tres día después de su muerte resucita como señal que había vencido la muerte y que el Padre había aceptado su sacrificio; luego el Padre lo sentó a su diestra dándole la gloria, el honor y el dominio de todo. Ahora sentado a la derecha de la Majestad Él intercede como un abogado a favor de su pueblo. Cristo abrió el único camino de Paz entre Dios y los hombres.
(d) La fe y el arrepentimiento. Les explicamos que todos lo que reconocen su estado de pecado (arrepentimiento) e incapacidad de relacionarse con Dios por sus propios medios y deciden confiar su vida a Cristo como su Salvador y Señor (fe), Dios los perdona completamente, los declara justos y los reconcilia Consigo. Finalmente, les invitamos a no postergar la decisión sino a rendirse y a entregar su vida con confianza a Cristo. Adicional a esto, enseñaría cual es la naturaleza de la verdadera fe y el verdadero arrepentimiento.
3. La marcas de la verdadera conversión
La tercera serie sería sobre como luce una vida cristiana o lo que es lo mismo cuales son las evidencias de una verdadera conversión. Los hermanos debe ser equipados con el conocimiento de este aspecto objetivo de la salvación (santificación), no solo para ellos mismo sino para que también cuiden a la congregación de los lobos rapaces que se visten de ovejas (Mt. 7:15-23). Les enseñaría que cuando una persona pone sinceramente su fe en Jesucristo inevitablemente comenzará a crecer en Él y las indiferencias hacia Dios desaparecerán. Ya Dios no será un adorno religioso ni Jesús un amuleto, sino que un cambio de parecer en cuanto al pecado tendrá origen (un notable cambio en toda su existencia se hará evidente), de amar el pecado pasará a odiarlo. Además, les advertiría que si estás cosas no se hacen notorias en su vida entonces necesita considerar el hecho de que su arrepentimiento y su fe no fueron auténticos y deben buscar nuevamente abrazar la esperanza del evangelio (entender cada una de sus verdades e implicaciones), porque su salvación no cuenta con las evidencias de una salvación autentica.
1. La salvación
(a) No todo el que se llame Cristiano es un verdadero cristiano: Mateo 7:22-23.
(b) La salvación es algo verificable: 1 Juan 5:13.
2. Las marcas de la salvación (conversión)
(a) Es una persona propensa a una vida santa: 1 Juan 1:5.
(b) Tiene un vínculo profundo con los hermanos de la fe:1 Juan 2:9; 1 Juan 4:7; 1 Juan 1:7; 1 Juan 3:14.
(c) Crece continuamente: Efesios 4:15; Colosenses 1:10; Proverbios 4:18.
(d) No practica el pecado: 1 Juan 3:9; 1 Juan 5:18.
(e) No ama al mundo malvado: 1 Juan 2:15; 1 Juan 5:4; Lucas 9:23.
(f) Hace justicia: 1 Juan 3:7-10; Efesios 2:10.
(g) Guarda los mandamientos: 1 Juan 3:24 ; 1 Juan 2:4.
(h) Anda como Cristo anduvo: 1 Juan 2:5-6.
(i) Persevera en la práctica de las enseñanzas que han sido dadas por Cristo y sus apóstoles: 1 Juan 2:24.
(j) Se purifica a sí mismo (coopera en su santificación): 1 Juan 3:3.
(k) Cree y confiesa a Cristo como el Salvador: 1 Juan 4:2.
¿Cuál crees que debiera ser el primer personal que formaría parte de tú equipo de trabajo y por qué?
¿Cuál crees que debiera ser el primer personal que formaría parte de tú equipo de trabajo y por qué?
Un mentor: Personalmente he comprobado que Dios no se complace en los “llaneros solitarios”, la soledad en el ministerio es algo que no se puede evitar pero decidir trabajar solo es un peligro que si se debe evitar a toda costa. Necesito de un pastor que tenga más experiencia que yo y pueda guiarme durante todo el proceso. Además que sea un hermano/amigo en quien poder confiar los dolores y las penas propias del ministerio.
Un compañero de ministerio: Necesito a un hombre con la misma visión y el mismo deseo de servirle al Señor con el que pueda compartir la pesada carga del ministerio. No tiene que ser un pastor, pero si un hermano con un carácter probado que esté dispuesto a tomarse enserio el ministerio. Este hermano será un consejero fiel, un hombre que consideraré igual a mi y que valoraré mucho sus reprensiones. Es muy peligroso cuando todas las decisiones están en manos de un solo hombre, esto es algo que he pagado con mucho dolor, es un peligro.
Un equipo de finanzas: Una de las tentaciones en la que más se ve expuesto el ministros es al uso indebido, desordenado y pecaminoso de las finanzas. Personalmente, prepararía a alguien para que se encargará de todos los asuntos financieros de la iglesia.
Ancianos y diáconos: En este caso trabajaría con un poco más de paciencia para formar a hombres para el ministerio. El carácter de los ancianos y de los diáconos es algo que la Biblia se toma muy en serio y formarlo suele tomar algo de tiempo.
¿Cuál es un área a la que tú tienes que prestar atención de manera particular porque la consideras una debilidad (orgullo, lujuria, dejadez, falta de seguimiento, organización, estudio, y muchas otras). Una vez identifiques esa área, ¿qué piensas que podrías hacer para atender esa área?
¿Cuál es un área a la que tú tienes que prestar atención de manera particular porque la consideras una debilidad (orgullo, lujuria, dejadez, falta de seguimiento, organización, estudio, y muchas otras). Una vez identifiques esa área, ¿qué piensas que podrías hacer para atender esa área?
[1] L.Berkhof. Teología Sistemática. p. 700. y