El Amor Incondicional es la Insignia del Reino

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El Amor es la Insignia del Reino. Jesús enseña la diferencia entre las tradiciones de los rabinos y el verdadero sentido de la Ley de Dios en el caso del Amor al prójimo.

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El Amor Incondicional es la Insignia del Reino

Lectura Bíblica
Marcos 12:28–34 NBLA
28 Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que Jesús les había contestado bien, le preguntó: «¿Cuál mandamiento es el más importante de todos?» 29 Jesús respondió: «El más importante es: “Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; 30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza”. 31 »El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento mayor que estos». 32 Y el escriba le dijo: «Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que Él es Uno, y no hay otro además de Él; 33 y que amarle a Él con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios». 34 Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y después de eso, nadie se aventuraba a hacer más preguntas.
Mateo 5:43–48 NBLA
43 »Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. 44 »Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, 45 para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 »Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? 47 »Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? 48 »Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto.

a) Contexto:

EL Señor Jesús cita por 6ta vez una referencia directa a la Ley y cómo los escribas y fariseos la han intentado llevar a cabo, mediante sus “tradiciones y mandamientos de hombres.”

I. La Referencia en la Ley

a) Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Nuestro texto dice:
Mateo 5:43 NBLA
43 »Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”.
La referencia directa es en:
Levítico 19:18 NBLA
18 ”No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
Deuteronomio 10:19 NBLA
19 »Muestren, pues, amor al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto.
El mandamiento de Dios es mostrar amor por el prójimo, y se complementa con que este prójimo, puede ser el extranjero. (cualquier ser humano).
Jesús, Pablo y Santiago, citan la referencia directa de la Ley en algunos pasajes en el Nuevo Testamento, como:
Mateo 22:39 NBLA
39 »Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Romanos 13:9 NBLA
9 Porque esto: «No cometerás adulterio, no matarás, no hurtarás, no codiciarás», y cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume: “Amaras a tu projimo como a ti mismo.”
Gálatas 5:14 NBLA
14 Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Santiago 2:8 NBLA
8 Si en verdad ustedes cumplen la ley real conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», bien hacen.

II. La Diferencia con la Tradición

¿Encontraste la diferencia?
Lo que llama la atención de esta tradición es que <Omitieron y Añadieron> a la Ley.
Aunque ellos sabían acerca de este mandamiento en la Ley, se puede corroborar en la conversación que tiene un <escriba> con Jesús acerca de ¿cuál es el mandamiento más importante? (Mr. 12:28-34). La “tradición” de los escribas y fariseos había {omitido} la frase <“como a ti mismo”> que es la parte clave para saber de qué manera cumplir lo que se está ordenando en este mandamiento.
Esta tradición, había reducido el mandamiento a una mera acción “humanamente aceptable.”
Ellos se dieron cuenta de que la exigencia de este mandamiento de parte de Dios, era <sobrenatural>, es decir, que solo con el poder de Dios se podía cumplir; pero ellos, bajaron el estándar, para hacerlo un <acto posible>
Asimismo, cambiaron el significado de <prójimo> por <amigos> desechando así a los que no encajaban con su grupo o no les simpatizaban.
No conformes con quitar el sentido de “amar al prójimo como a uno mismo” ellos añadieron que debían “aborrecer a sus enemigos.” Lo cual no está explícito en la Ley.
Sin duda, los enemigos de Dios, se convirtieron en enemigos de su pueblo, pero esto, difiere mucho de que Dios les haya dado el permiso de <aborrecerlos>.
Tanto en textos de los “salmos imprecatorios” como en otros pasajes donde Dios claramente muestra su indignación contra el pecador, eso no nos da la concesión para <odiar> a nuestros enemigos.
El siguiente salmo es un claro ejemplo:
Salmo 139:19–24 NBLA
19 ¡Oh Dios, si Tú hicieras morir al impío! Por tanto, apártense de mí, hombres sanguinarios. 20 Porque hablan contra Ti perversamente, Y Tus enemigos toman Tu nombre en vano. 21 ¿No odio a los que te aborrecen, Señor? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra Ti? 22 Los aborrezco con el más profundo odio; Se han convertido en mis enemigos. 23 Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis inquietudes. 24 Y ve si hay en mí camino malo, Y guíame en el camino eterno.
Mateo PERVERSIÓN POR ADICIÓN

El duro trato de Israel con esos pueblos fue totalmente como el instrumento del juicio de Dios. El pueblo de Dios no debía devolver mal por mal, crueldad por crueldad, odio por odio. La idea de que los gentiles, incluso los malvados, debían ser personalmente despreciados y odiados se originó del propio orgullo y la propia arrogancia moral hereje de los judíos, no de la Palabra de Dios.

La indignación contra los enemigos de Dios, no debe convertirse en una <venganza personal> tomemos como ejemplo al Señor Jesús y a David, que fueron “consumidos por el celo de la casa de Dios” (Salmo 69:9 y Juan 2:17).
Contrario a esto, era que los fariseos habían tomado esta ocasión para descargar su odio personal y sus venganzas. (el historiador judío Alfred Edersheim dice:)
Usos y costumbres de los Judíos en los Tiempos de Cristo Capítulo XIII: ENTRE EL PUEBLO, Y CON LOS FARISEOS

esperar a quitarse las filacterias antes de extender una mano para rescatar a un niño de ahogarse en el agua!

Nuestra actitud, como lo dirá el Señor en los versículos siguientes es <amar a nuestro prójimo, quienquiera que éste sea> incluso “nuestros enemigos.”
Dios ha tratado con sus enemigos desde el comienzo, y ha utilizado diferentes medios para <juzgarlos con justicia> y pagarles conforme a sus hechos; ejemplo:
La Maldición a Adán y Eva
El Diluvio
La torre de Babel
El Hambre y las Sequías
Las Plagas
Los Prodigios
Las Guerras y la Esclavitud
El Infierno
Pero debemos recordar que esto solo es obra de Dios y del sistema de Justicia que Él estableció.
Cuando hablamos sobre la Venganza, vimos las reglas específicas que Dios dio para ese momento preciso, pero que ahora, en el Reino de Cristo, la Venganza, el Odio, la Falsedad, el Divorcio, el Adulterio y la falta de amor, no Pertenecen al Reino.

III. Jesús establece al Amor como la “Insignia del Reino”

Pero Yo les digo...

a) Amen a su prójimo como a sí mismos

(según la referencia de la Ley)
Juan 13:34–35 NBLA
34 »Un mandamiento nuevo les doy: “que se amen los unos a los otros”; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros. 35 »En esto conocerán todos que son Mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros».
1 Juan 4:7–8 NBLA
7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Y el Señor extiende este mandato hasta donde el Señor originalmente quiso que se extendiera: “A TODOS”
Cuando Dios creó al ser humano, lo creó para vivir en comunidad, sin pleitos, sin odio, sin separación entre ellos.
Apareció el Pecado y destruyó esa armonía en la que estaba el ser humano con Dios y con su prójimo.

b) Amar como Dios ama:

Mateo 5:44–47 NBLA
44 »Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, 45 para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 »Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? 47 »Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles?

1. Amar a los Enemigos

Lucas 6:27–28 (NBLA)
27 »Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen;
28 bendigan a los que los maldicen;
Uno ama a una persona cuando trata sinceramente de promover el bienestar de aquella persona...
Algunos han sugerido que esta serie de pasos que se describen en Lucas, podría ser llevado a cabo de manera progresiva si se leen en orden inverso.
Esto es: Orar, Bendecir, Hacer bien, Amar.
Un buen comienzo siempre es:

2. Orar por los que nos Persiguen

Lucas 6:28 (NBLA)
28 oren por los que los insultan.
Cuando oramos por alguien, le estamos mostrando que nos importa, que deseamos el mayor bien que uno le puede desear a otra persona: “¡Que Dios lo ayude!”
Al orar, vas a someter tus deseos de <venganza> por la voluntad de Dios.
Mateo OREMOS POR QUIENES NOS PERSIGUEN

“Esta es la exigencia suprema. Por medio de la oración vamos hasta donde nuestro enemigo, estamos a su lado, y rogamos por él a Dios”

No te vaya a pasar como a Aman en el libro de Ester:
Ester 5:9–14 NBLA
9 Aquel día Amán salió alegre y con corazón contento; pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta del rey y que este no se levantaba ni temblaba delante de él, Amán se llenó de furor contra Mardoqueo. 10 Amán, sin embargo, se contuvo, fue a su casa, y mandó traer a sus amigos y a su mujer Zeres. 11 Entonces Amán les contó la gloria de sus riquezas, la multitud de sus hijos, y todas las ocasiones en que el rey lo había engrandecido, y cómo lo había exaltado sobre los príncipes y siervos del rey. 12 Y Amán añadió: «Aun la reina Ester no permitió que nadie, excepto yo, viniera con el rey al banquete que ella había preparado; y también para mañana estoy invitado por ella junto con el rey. 13 »Sin embargo, nada de esto me satisface mientras vea al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey». 14 Su mujer Zeres y todos sus amigos le dijeron: «Haz que se prepare una horca de 50 codos (22.5 metros) de alto, y por la mañana pide al rey que ahorquen a Mardoqueo en ella; entonces ve gozoso con el rey al banquete». Y el consejo agradó a Amán, y mandó preparar la horca.
Ester 7:9–10 NBLA
9 Entonces Harbona, uno de los eunucos que estaban delante del rey, dijo: «Precisamente, la horca de 50 codos (22.5 metros) de alto está en la casa de Amán, la cual Amán había preparado para Mardoqueo, quien había hablado bien en favor del rey». «Ahórquenlo en ella», ordenó el rey. 10 Colgaron, pues, a Amán en la horca que había preparado para Mardoqueo, y se aplacó el furor del rey.

3. Demuestren que son hijos de Dios

El Señor otorga su Gracia sobre todos, aún alimenta a los que lo aborrecen, les da vida a los que niegan su existencia, les concede bendiciones de todo tipo a los seres humanos que se han rebelado contra Su Creador. (Salmo 145:15-16).
Aún los más perversos y malvados, tienen buenos sentimientos y aman a sus seres cercanos, o quienes los aman. ¿qué hace especial a un cristiano si hace lo mismo?
Esto incluye “saludar” a todos...
Jesús en esta parte, los compara directamente con las personas que los fariseos nunca se hubieran querido relacionar ni tener nada qué ver: “los publicanos” y Jesús les dice que son exactamente iguales a ellos en su manera de comportarse.

4. Sean “maduros” como el Padre es “perfecto”

El Señor Jesús dice que la meta de la obra que el Señor ha comenzado en los hijos del reino es la perfección, esto es, para entenderlo mejor, la madurez hasta llegar a imitar el carácter de Cristo.
Lo que para los hombres es imposible, resulta posible para Dios, quien lleva a un ser humano “muerto” en la miseria espiritual, a ser “bienaventurado” con la Salvación otorgada por Cristo y moldeado a la misma imagen de Su Señor.
¡Qué Glorioso!
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