La segunda dimensión de la obra redentora de Cristo es la muerte al pecado.
Si no fuera por el pecado, la muerte nunca había tenido un comienzo, y si no fuera por la muerte, el pecado nunca habría tenido un final.
William Dyer; Anónimo
2 Corintios 5:21 (RVR60): 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Romanos 8:3 (RVR60): 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Una cosa es saber que Cristo trata eficazmente con nuestros pecados (las cosas que hemos hecho mal en pensamiento, palabra y hecho), pero otra totalmente diferente es creer que Él, en la cruz, derrocó de manera definitiva el dominio del pecado.