13. Todo el Consejo de Dios: Una liberación soberana
Sermon • Submitted
0 ratings
· 6 viewsNotes
Transcript
Introducción
Introducción
Por la gracia del Señor hermanos… hemos venido aprendiendo cómo el Señor, el Bendito Dios Trino revela por medio de su Palabra el plan y propósito de esta creación en general para su gloria y alabanza.
12. Formas de revelación en el periodo Mosaico
34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
En el último sermón aprendimos que: El Señor por medio de teofanías (manifestaciones divinas) revela su voluntad, la cual es “Habitar en medio del pueblo” siendo esta una prefiguración del propósito final de Dios para con su pueblo.
Consideremos que al haber aprendido las formas de revelación dadas a Moisés, ahora veremos aquellos eventos en la vida de Moisés que revelan el plan y propósito de Dios para con su pueblo, es decir el contenido de la revelación. Por ejemplo la liberación de la esclavitud, la cual nos enseña la futura liberación de la esclavitud del pecado en y por Cristo, la construcción del tabernáculo y su moviliario que nos enseña la santidad y la forma en la que el pueblo debe acercarse al Señor a través de un mediador, el cual se Cristo.
Pero antes de continuar debemos recordar “la cadena de oro” por la cual la promesa de Dios dada en Gn3.15 y confirmada a los patriarcas con respecto a la simiente, continúa sin falla. Leémos...
10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
La promesa del Señor no tiene discontinuidad en el tiempo ya que más adelante será de la tribu de Judá de la cual vendrá el Rey David de quien el Cristo es hijo.
1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
Un punto muy importante a recalcar es que el ministerio de Moisés nos revela las implicancias de la vida y obra del mesías solamente, ya que físicamente el Señor Jesucristo no es descendiente de Moisés. Por lo que debemos observar el ministerio de Mosiés como aquel que contiene mucha riqueza tipológica de Cristo, más que en otros pediodos de revelación del antiguo testamento.
Ahora que hemos recordado nuestro peregrinaje por esta serie, vayamos con la ayuda del Señor a meditar en el sermón del día de hoy que titula...
1. Exposición del texto
1. Exposición del texto
6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
En el contexto, Moisés inicia su ministerio con una prueba grande (sobre-explotación a causa de su primer encuentro con Faraón), la cual hace que él mismo se sienta desanimado por su comisión. Es en ello que el Señor le confirmará las obras que hará en Egipto y el Faraón para liberar a su pueblo. Todo en virtud al pacto hecho con los patriarcas.
1 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. 2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. 4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
El autor de las promesas a Israel
El autor de las promesas a Israel
Éxodo 6:6 (RVR60)
6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ...
Teología Propia Capítulo 2: Nombres, ser y atributos de Dios
Jehová es el nombre de la alianza, y significa: (a) autoexistencia; y (b) la inmutabilidad y fidelidad de Dios.
Es el Dios del pacto quien pronunciará su promesa Ex3.15 “15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.”
Es el Dios autoexistente que les recuerda que no necesita de los isrealitas para existir y que su obra poderosa de liberación será por su mero beneplácito.
Es el Dios fiel quien no olvida sus promesas quien revelará su voluntad inmutable para con su pueblo.
Este es el mismo bendito Jehová que prometió la simiente a la mujer en Gn 3.15. Estos hechos históricos y grandiosos son parte de la preparación del terreno para la venida del mesías al mundo.
Las promesas para el pueblo
Las promesas para el pueblo
1 Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. 2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. 4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. 6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
JEHOVÁ, el único Dios vivo y verdadero es el que llevará a cabo TODA la obra de liberación de los israelitas de Egipto, ya que las promesas de nuestros versículos comienzan con un “YO OS...”. Ellos no moverán ni un dedo para que esta grande azaña ocurra sin falencias. Eso es así porque la promesa de liberación del Señor no depende de la bondad de los israelitas sino depende del beneplácito soberano del Señor Jehová.
El Señor del Pacto promete (leer Ex6.6-8):
Sacarlos de las tareas pesadas de Egipto
Librarlos de la esclavitud
Redimirlos por medio de su poder y juicio (las plagas, la señal de sangre)
Tomarlos en su cuidado personal (teofanías y providencias)
Meterlos en la tierra prometida a los patriarcas (victoria sobre sus enemigos)
Confirmarles como su heredad (reposo )
El Señor obrará cada uno de estos puntos en virtud de sí mismo, no de los israelitas, sino en virtud de su fidelidad.
7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
Y para que no quede duda sobre la promesa de liberación de Egipto, el Señor finaliza sus palabras con:
YO JEHOVÁ.
Este hecho real (aclarar la importancia del realismo de la naraación de Moisés) fue cumplido a cabalidad, puede ser constatado en el cántico de Moisés de Ex15.1-18.
Exposición doctrinal
Exposición doctrinal
Ahora bien, la liberación del pueblo de Egipto contiene una tremenda enseñanza doctrinal en cuanto a la historia de la redención, de hecho, es con este evento que el término “historia de la redención” toma más forma dentro del relato bíblico, ya que como hemos visto, el hombre desde la caída en el Edén no ha sido más que un esclavo de su pecado y arquitecto de su propia ruina, y que este se dirige directamente al juicio justo de Dios por rebelarse ante su Ley Santa. Es por ello que: Rom9.29 “29 Y como antes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia, Como Sodoma habríamos venido a ser, y a Gomorra seríamos semejantes.”
Ahora bien, del pasaje que hemos estudiado se desprende la siguiente doctrina:
La obra de redención es un acto libre y soberano de Dios en favor a su pueblo por medio del cual, Dios mismo es glorificado. La liberación de los israelitas de Egipto por el poder de Dios revela la forma soberana en la que somos liberados de la esclavitud del pecado.
La soberanía de Dios en la redención
La soberanía de Dios en la redención
Al igual que el pueblo de Israel, todos los hombres nos encontramos en un estado de esclavitud al pecado Juan8.34 “34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” Es necesaria la intervención divina para ser liberados, ya que nadie puede liberarse por sí mismo (compartir lo que le aconcetió a Moisés cuando intentó liberar a su pueblo por sus fuerzas Ex2.11-14) Nadie puede quitarse el peso de condenación del pecado por sí mismo Rom 6.23 “23 Porque la paga del pecado es muerte... Necesitamos el mismo poder soberano de Dios y al mismo Dios que sacó a los israelitas de Egipto para nuestra liberación del pecado.
Veamos cómo las mismas promesas de liberación soberana dadas a Israel se cumplen en los creyentes.
Sacarlos de las tareas pesadas del pecado
Sacarlos de las tareas pesadas del pecado
El pecado es una carga pesada, la cual si no es quitada nos llevará al fondo del infierno. Nuestros esfuerzos y tareas en el mundo no tienen un propósito eterno, por lo que nuestras tareas se asemejan al conformismo terrenal de Israel en Egipto.
Sino fuera por la iniciativa soberana de Dios en virtud a su pacto de sacarnos de estas tareas y llevarnos hacia Él, nosotros no deseamos ser sacados de allí, pensaríamos como los insensatos israelitas.
3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
Es por medio de Cristo Jesús quies es Dios mismo encarnado que tenemos la promesa:
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
pero ¿Quiénes van a él?
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
El Señor es quien soberanamente nos quita la carga del pecado.
Liberarnos de la esclavitud del pecado
Liberarnos de la esclavitud del pecado
La apariencia de la vida nuestra se asemeja a la vida esclavizada de los israelitas en Egipto, nos conformamos con el pecado. Pese al dolor que ocasiona el pecado por sus frutos, nos conformamos con vivir así.
Una vez mas podríamos leer las palabras del pueblo insensato
3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.
El que es esclavo del pecado vive engañado por él, haciendo cosas vergonzosas.
20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Pero es el poder soberano de Dios quien nos cambia el corazón, nos quita el de piedra que se conforma con la esclavitud al pecado y nos dá uno de carne que late para Dios, que vive en la libertad gloriosa de la verdad del evangelio de Jesucristo.
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Redimirlos por medio de su poder y juicio (las plagas, la señal de sangre)
Redimirlos por medio de su poder y juicio (las plagas, la señal de sangre)
Amados hermanos hermos sido comprados por un precio. Así como el Señor dijo “os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios” así por la obra redentora de Cristo le pertenecemos, nos redimió de la esclavitud y la condenación del pecado.
23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.
Así como el pueblo vió las maravillas y milagros, así Cristo confirmó su ministerio por medio de los mismos. Así como el pueblo tuvo que pintar el marco de sus puertas con la sangre de un animal, así y aún más grande y significativo es el sacrificio de Cristo en la cruz y el derramamiento de su sangre. No fuimos redimidos no por la sangre de un animal, sino por la sangre preciosa de Cristo Jesús
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
Tomarlos en su cuidado personal
Tomarlos en su cuidado personal
No fuimos liberados y redimidos del pecado para ser dejados al descuido, sino que el Señor nos promete ser nuestro Dios y cuidar de nosotros. Así como cuidó de los israelitas en el desierto y cumplió, así cuidará de nosotros en todo momento hasta que estemos con Él más allá de la muerte.
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Él lo hace por medio de su Santo Espíritu que nos prometió
7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Meterlos en la tierra prometida a los patriarcas
Meterlos en la tierra prometida a los patriarcas
El Señor cumplió al meter a los israelitas a la tierra prometida a los patriarcas, el Señor cumple mis hermanos al meternos a su reino eterno en virtud a los méritos de Cristo, la misma promesa dada a Abraham en su cumplimiento total (no se limita a la Canaán física) es cumplida y mediada por Cristo.
9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. 10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. 11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré. 13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
Confirmarles como su heredad
Confirmarles como su heredad
Así como los israelitas fueron confirmados en Canaán como su posesión por la mano de Josué, de mayor manera nosotros en Cristo sabemos que tenemos una heredad junto a Él para toda la eternidad.
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Es así que el relato de la liberación de Egipto por la mano soberana de Dios en todos sus procesos nos enseña y señala a la bendita obra de redención en Cristo Jesús.
Aplicaciones
Aplicaciones
Exhortación
¿Crees que eres esclavo del pecado?
¿Fuiste liberado de la esclavitud del pecado?
¿Sabías que la incredulidad de la generación que salió de Egipto hizo que no ingresen a la tierra prometida sino que sus hijos ingresaron Dt1.34-40? No pretendas estar en la iglesia del Señor y ser un incrédulo, ya que debe ser terrible estar en el infierno habiendo estado tan cerca del cielo.
¿Entiendes la obra de redención efectuada por Cristo?
¿Obedeces a las instrucciones de tu redentor?
Seguridad
Nuestra salvación depende enteramente de la soberanía del Señor.
El Señor por medio de sus sacramentos nos reafirma su promesa de salvación.
No importa las cosas que vivamos en esta vida, recuerda que es solo un peregrinaje el cual está seguro en Cristo.
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.