HERMANOS, NO MURMURÉIS

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Santiago 4:11–12 (RVR60)
11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

INTRODUCCIÓN.

Este pecado es sin duda tan viejo como la humanidad misma, tiene una poder tan destructivo como el adulterio, el asesinato, o la blasfemia contra el nombre de Dios; y sin embargo es al mismo tiempo uno de los que menos atención se le presta entre muchos cristianos.
Es incluso uno ante el cual muchos creyentes a lo largo de la historia de la iglesia; han mostrado una actitud despreocupada, desentendida, e inclusive en muchas ocaciones ha sido tratado con mucha ligera, sin tomar en cuenta los efectos devastadores que provoca.
A diferencia de otros pecados, que requieren una serie de ciertas circunstancias particulares antes de que se cometan (adulterio, asesinato), este solo necesita una lengua maliciosa. David los describe asi:
Salmo 41:7–8 (NBLA)
7 Todos los que me odian murmuran a una contra mí; Traman hacerme daño, diciendo: 8 «Una cosa del demonio ha sido derramada sobre él, Así que cuando se acueste, no volverá a levantarse».
Santiago a lo largo de su carta, nos ha dejado claro el poder destructivo que puede emanar de una boca que no esta siendo gobernada por la Vida de Cristo y su palabra. La murmuración en la boca de los creyentes es una muestra de ellos.
Santiago retoma una vez más el tema de la lengua, pero ahora en conexión con nuestra relación con los miembros de la iglesia.
Santiago 4:11 (RVR60)
11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Dos cosas importante que debemos tomar en cuenta;
Santiago comienza su exhortación con una palabra muy familiar: Hermanos; es decir; se trata de aquellos que pertenecen al cuerpo de Cristo, quienes son miembros de la iglesia (en este caso la iglesia de la diaspora; de la cual el era el Pastor), pero en este caso, este principio tiene una aplicación a la Iglesia universal de Señor Jesucristo en todo el mundo y también tiene una aplicación específica a los miembros de la iglesia local (COX).
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. Santiago no esta negando que eso pasaba dentro de su iglesia. Era una realidad que los miembros de la Iglesia estaban involucrados en esta práctica pecaminosa. La murmuración dentro de la iglesia era un asunto más común de lo que creemos.
Hechos de los Apóstoles 6:1 (RVR60)
En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.
1 Corintios 5:11 (PDT)
11 Lo que les digo es que no tengan nada que ver con ninguno que diciendo ser hermano en Cristo, practique pecado sexual, robe, adore ídolos o insulte a los demás, o que sea borracho o estafador. Ni siquiera se junten a comer con ese tipo de gente.
Sin embrago, el hecho de que esto fuera un asunto que estuviera pasando dentro de la Iglesia, no significa por ningún motivo que esto sea correcto.
Murmuréis = 2635 Katalaleo; calumniar, difamar; murmurar, ser un traidor. Acusar falsamente o con intención maliciosa; atacar el buen nombre y la reputación de alguien.
DGLEV : Murmurar; Hablar [una persona] en voz baja, manifestando una queja o un disgusto por alguna cosa. 2 Hablar mal de una persona que no esta presente.
Santiago, al ver lo que estaba pasando dentro de la iglesia; no esta haciendo una recomendación a los hermanos, - Hermanos, les pido por favor que ya se dejen de esas cosas, que dejen de hablar unos de los otros- . NO de ninguna manera es eso.
El el idioma original es una verbo en acción imperativo en conjunción con la partícula negativa, es decir, es una Orden con caracter inmediato, urgente, y determinante a poner fin a esa conducta. - Hermanos paren ya con esa actitud. Eso no es el reflejo de un creyente, eso no da testimonio de Cristo y su mensaje-.
La murmuración es un pecado profundamente ofensivo, no solo contra la persona, sino que ofende profundamente a Dios.
En el AT encontramos una historia que nos muestra lo ofensivo que este pecado resulta a los ojos de Dios.
Números 12 (RVR60)
1 María y Aarón hablaron contra Moisés (NVI Murmuraron) a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
La instigadora principal de la murmuración fue María (Cuidado Hermanas, porque ustedes hablan más 10,000 palabras Diarias, en inducir a sus esposos a la murmuración.)
Aarón, no es inocente, porque el debió detener el mal proceder de su hermana. (hermano tu no eres inocente al participar en un pecado de murmuración)
La murmuración se produce a causa de percepciones personales y juicios de opinión parcial sobre las personas, que carecen de fundamentos argumentos validos.
2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
Cada uno de ellos tenía su función dentro del pueblo dada por Dios (Moisés el líder, Aarón el Sacerdote, María la profetiza). La Murmuración comienza con el descontento de lo que Dios a designado y las pretensiones personales insatisfechas.
La murmuración es un calumnia, es hablar mal de otros, sin fundamento, estaban hablando mal de Moisés solo por que su esposa era de piel oscura.
Aunque pensamos que nadie nos ve o nos oye (porque hablamos en voz baja), la murmuración alcanza a llegar a los oídos del Señor y eso debería de provocarnos temor de estar asiendo eso.
Proverbios 6:16–19 (NVI)
16 Hay seis cosas que el Señor aborrece(aversión, enemigo, enemistad), y siete que le son detestables (algo repugnante, asquerosidad): 17 los ojos que se enaltecen, la lengua que miente, las manos que derraman sangre inocente, 18 el corazón que hace planes perversos, los pies que corren a hacer lo malo, 19 el falso testigo que esparce mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
A Dios le parece repulsivo escuchar de nuestras bocas que estemos hablando mal de otros.
Lo que María y Aarón estaban haciendo con Moisés era realmente una abominación a los oídos de Dios.
3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.
En Todo esto Moisés mantuvo la calma, seguramente le llego a sus oídos lo que sus propios hermanos estaban haciendo en su contra, pero el tenía puesta su confianza en Dios. (algo debemos aprender de su ejemplo nosotros, cuando estén hablando mal de nosotros)
4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos.
6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Dios no se queda con nada, ante un pecado que le ofende de tal manera, el no va a dejar que eso se esparza por todo su pueblo.
Dios aborrece la murmuración, sabe lo contagiosa que resulta (deberíamos traer siempre un cubrebocas, para evitar contagiar a otros) y el poder destructivo que conlleva, de tal forma que el toma cartas en el asunto y va a tratar directamente con los infractores.
Dios llamo a los 3, pero el la disciplina era para los dos que participaron en el pecado. Por esa razón es que Dios llamo específicamente a Aarón y María para tratar el asunto.
Dios era quien había establecido el orden y la forma en la que el le hablaría al pueblo, el había escogido que Moisés fuera el instrumento. ¿Quienes eran ellos para ponerse por encima de la voluntad de Dios? ¿quienes somos nosotros para ponernos por encima de su voluntad hoy en día?
La murmuración nos lleva a pensar que estamos por encima de la voluntad, los planes y los propósitos de Dios.
Cuando murmuramos de los hermanos, estamos diciéndole a Dios yo se más que tu.La murmuración es un pecado que va de la mano con la arrogancia, la soberbia y el orgullo.
Aarón y María pensaron que sus palabras y sus pensamientos no habían sido escuchados por nadie, pero al hablar mal de Moisés, estaban hablando mal al mismo tiempo de Dios.(cuando hablas mal de un hermano en Cristo, estas hablando mal de Dios mismo quien fue quien lo rescató)
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue.
La murmuración entre hermanos es un pecado que ofende profundamente a Dios, que nos separa de el, que corta la comunión.
10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
Recuerde que la lepra es un simbolo en la Biblia de pecado.
¿Porque solo María recibió la disciplina de parte de Dios a causa de la murmuración y Aarón no? Porque aun cuando los participaron de la murmuración la que comenzó todo fue María.
Dios ama a sus hijos, y por tal razón cuando pecan los disciplina.
El pecado mancha nuestras nuevas vestiduras como hijos de Dios, La murmuración nos mancha delante de Dios, nos hace estar impresentables delante de el mientras no nos arrepintamos.
Estas orando, y sientes que tus oraciones no son escuchadas, abres la Biblia y la lees, pero no entiendes nada, vienes a la reunión y cantas pero no recibes de Dios en la alabanza y la prédica nada se te queda, es muy posible porque no quieres arrepentirte de tu pecado de murmuración contra los hermanos, no dejas de calumniar, de difamar, de decir cosas que ni te constan.
11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne.
Hasta que no vieron las consecuencias de su pecado, es que entendieron que habían ofendido no solo a Moisés con sus falsas declaraciones; sino que habían ofendido el carácter Santo de Dios mismo.
Murmurar de otros es hablar locamente, quien murmura es alguien que esta mal de sus facultades mentales a causa de que el pecado gobierna sobre sus vidas (escuche la Predicación del Jueves).
13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.
Mire Moisés, pudo haber dicho, - Bien merecido lo tiene, por su falta de cuidado al hablar, eso le pasa por meterse conmigo, etc-. Pero lo que podemos ver aquí, es el reflejo de un hombre manso, un hombre que descansa en la sabiduría, el buen juicio y en la justicia de Dios.
En lugar de alegrase por lo que le paso a su hermana, Moisés oro por la sanidad de su hermana, se humillo para interceder a favor del pecado de otros.
Esa es la conducta que un verdadero hijo de Dios debe asumir frente a la murmuración de otros creyentes, No debe orar por juicio, sino por misericordia de Dios.
14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos.
Dios nos perdona del pecado, pero no nos quita las consecuencias que sufrimos a causa de nuestros pecados. ¿Porque razón?, porque necesitamos aprender, reconocer que nuestro actuar ha sido incorrecto, que hablar mal de otros deshora a Dios y a nuestros hermanos.
La murmuración es un pecado grave porque destruye la reputación, el nombre de una persona.
Por la gravedad de este pecado, es que Santiago manda a los lectores de su carta a dejar de una vez por todas esa práctica pecaminosa que estaba pasando dentro de la iglesia.
Santiago 4:11 (RVR60)
11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Antes de expresarlo con palabras y a otras personas, la murmuración surge desde lo profundo del corazón de cada individuo. Jesús dijo: Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre. Mt 15:19-20.
La persona que que murmura (calumnia, difama, habla mal de otro que no esta presente) del hermano, refleja lo hay en su corazón. (María y Aarón).
Una vida espiritual en malas condiciones, siempre esta dispuesta a escuchar los males de otros, porque de cierta forma asi oculta su propia condición.
Proverbios 17:4 (RVR95)
El malo presta atención al labio inicuo y el mentiroso escucha la lengua detractora.
Quien habla mal de otros esta haciendo el trabajo de Satanás, porque el es el acusador de los hermanos.
Santiago les estaba diciendo a los hermanos, dejen de hacerle el trabajo al diablo, el es el enemigo de los hijos de Dios.
Una iglesia que donde se produce la murmuración no esta cumpliendo con la encomienda que Jesús les dejo a sus discípulos.
¿La encomienda de Jesús, el sello distintivos de los seguidores de Jesús cual sería? El amor que se mostrarían unos a otros.
Juan 13:34–35 (RVR60)
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
En una familia, lo mas normal y lo que se espera es que sus miembros se amen, se cuiden, y se apoyen mutuamente.
En la familia de Dios se espera lo mismo entre los hermanos (Eso se esperaba de Aarón y María respecto de Moisés, no que ellos mismos fueran los que le tiraran).
Muchos el día de hoy no pueden creer en el evangelio, a causa de que los propios creyentes; pues en lugar de amase como Jesús mando, ahora se dedican a hablar mal unos de otros, se acusan unos a otros (dentro de la iglesia, en la redes, etc), pero en muchos casos lo hacen de forma maliciosa.
¿Quiere decir esto que simplemente nos vamos a quedar callados cuando algo este mal y no lo vamos a denunciar?
De ninguna forma, pero es ahí donde muchos se confunden, confunden el amor, con una falsa tolerancia contra el pecado, confunden el amor con quedarse callado y no reprender cuando un hermano esta en un pecado y hay que corregirlo.
Si alguien esta pecado, no lo vamos a dejar en esa condición, un acto de amor verdadero implica corregirle, por lo que necesitamos ir a hablar con el, y de la forma bíblica Mt 18:15-21, vamos a exhortarte a abandonar ese pecado.
Pero, como ya lo hemos mencionado, la murmuración es hablar de forma maliciosa en contra de otro.
La persona que murmura, no solo habla mal de la persona sino que lo lleva al nivel de convertirse en juez de quien esta hablando.
11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Juzgar = 2919, Krino; Juzgar, decidir, evaluar, preferir, condenar, castigar, determinar. (judicialmente).
La consecuencia directa de la murmuración es que viene el juicio.
Simplemente después de hablar difamar a alguien con nuestra boca; ya evaluamos a nuestro modo de ver las cosas lo que paso, ya tomamos la decisión de como debemos tratarle y simplemente damos por cerrado el caso con nuestra sentencia y condena sobre el hermano. Ver Lev 19:16
Pero, el asunto no queda ahi, sino que al hacer esto, murmura de la ley y juzga a la ley.
Quien habla mal de su hermano, automáticamente esta hablando mal de la Ley. ¿Cuál ley?.
Mateo 22:36–40 (RVR60)
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
El Señor Jesús nos sintetizó toda la Ley de Dios para que pudiéramos comprenderla mejor de dos asuntos de suma importancia. Amar a Dios por encima de todo y con todo lo que somos y Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Santiago, quien había vivido con Jesús por tanto años en casa, quien había escuchado sus enseñanzas, y quien le había visto resucitado, comprendía esto, es a esa ley a la que se refiere, a la ley del amor al prójimo.
Santiago 2:8 (NBLA)
8 Si en verdad ustedes cumplen la ley real conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», bien hacen.
Para Santiago el que habla mal del hermano, el que juzga al hermano, habla mal de la ley de Dios y desprecia la ley de Dios.
11 Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Aquí hay un problema fuerte, el que habla mal del hermano, por tanto habla mal de la ley, el que desprecia al hermano, deprecia la ley y por lo tanto se antepone por encima de la Propia Ley de Dios.
Quién habla mal de otros simplemente esta diciendo que su opinión, sus juicios y su entendimiento de las cosas esta por encima de la Palabra de Dios.
Esta es una posición muy atrevida, quien participa de la murmuración esta diciendo que la Palabra de Dios esta incompleta, que Dios no tiene toda la razón y la verdad y que por tanto no se tiene porque someterse a su voluntad (María y Aarón con Moisés).
Un hacedor de la ley es alguien que se dispone a obedecerla, a llevarla a cabo.
Quien no es hacedor simplemente es desobediente.
No podemos decir que cumplimos lo que la Escritura dice, si estamos murmurando o participando en una murmuración hacía algun hermano.
No puede decir que esta cumpliendo el reglamento de tránsito, si simplemente estas manejando sin licencia.
Cuando alguien murmura de algun hermano (Pastor /esposa( Hijos / los que sirven / algún otro hermano), al hacerlo lo unico que esta expresando es la máxima evidencia de falta de amor.
Una familia normal jamás habla mal de sus propios miembros. (Porque al hacerlo asi; quedan desacreditados ante todo el mundo)
Esta actitud tiene implicaciones más profundas: Porque Hablar mal de otros es ponerse al nivel de uno que juzga, y el único que tiene esa facultad para Juzgar es un juez, y ese Juez es Jesucristo, por lo tanto implica usurpar el Lugar del Señor como Juez.
Santiago 4:12 (RVR60)
12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
Solo Dios por el hecho de ser Creador absoluto de todas las cosas, tiene el derecho de establecer las normas de conducta para sus criaturas.
Quien murmura, se pone en la misma posición que Satanás tomo cuando intento usurpar el cielo y tomar el lugar de Dios. Is 14:13-14.
Dador de la ley = 3550 nomodsetes; Legislador, ley dador. Este terminó solo aparece aqui en el NT; y se refiere a alguien que pone la ley en su lugar y que tiene el poder para aplicarla.
Aquellos que tienen la práctica de murmurar contra otros, con mucho atrevimiento intentan asumir en lugar que solo le pertenece a Dios por derecho. (Aarón y María intentaron con su murmuración decirle a Dios que se había equivocado al hablar solo por medio de Moisés y no tomarlos a ellos en cuenta)
Si el es unico dador de la Ley, por lo tanto el es el unico que puede salvar y perder.
La primera verdad es que la Salvación es algo que le compete solamente a Dios.
Ningún hombre, ninguna forma, doctrina, práctica religiosa tiene el poder de salvar al hombre de su pecado y de la condenación eterna. Solo es por medio del Señor Jesucristo, desde la promesa de su nacimiento este fue el anuncio que el ángel dio a Jose “… y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecadosMt 1:21
Fue por medio su muerte sustitutiva (tomo nuestro lugar y nuestra deuda eternamente infinita, con un pago con un valor eternamente infinito), lo que hizo posible nuestra salvación eterna y nos libro de la condenación para siempre.
Hebreos 7:25 (RVR60)
25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Si tu aún no eres salvo hoy, ven a Cristo mi amigo, para que el tome tu deuda infinita de una vez por todas y te conceda el perdón de tus pecados, la gracia de la salvación y la bendición de la vida eterna)
Pero no solo tiene el poder de Salvar, sino también el de perder.
Perder = 622, apolumi; destruir completamente, arruinar, ruina, No tiene la idea de aniquilar, sino de dejar arruinado, totalmente inservible.
Mateo 10:28 (RVR60)
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Dios es el único capaz, de dejar al pecador no arrepentido totalmente en el castigo eterno, sin ninguna posibilidad perpetua de restauración.
Esta condición para todos aquellos que rechazan de forma deliberada la oferta de Gracia de Dios.
Quienes piensan que después de la muerte no hay nada, o quienes con sus razonamientos ha dejado a Dios de lado. (Y eso te incluye a ti que vienes regularmente a la iglesia, pero que no has entregado tu vida a Cristo).
Por eso es que Santiago nos advierte que el pecado de la murmuración no es un asunto trivial o que se debe tomar a la ligera.
pero tu ¿quien eres para que juzgues a otro?
La murmuración es una falta de respeto completa a Dios, pues intenta usurpar su lugar, y de la misma forma es una falta de respeto contra el hermano.
El que murmura de otros muestra que tienen una visión distorsionada de si mismo.
Romanos 12:3 (NTV)
Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.
Juzgar a otro o murmurar de otros es la oposición al amor al que Jesús llamo a sus discípulos a mostrar entre ellos.
Podríamos creer que el hablar mal de otro no es un pecado muy grave; pero la Escritura lo considera uno de los peores, porque es quebrantar la ley regia e infringir los derechos que sólo pertenecen a Dios.
Todos nosotros somos culpables a causa de nuestros pecados. Estamos bajo la ley y al mismo nivel que nuestros hermanos. Somos los acusados.
Por consiguiente, en vez de colocarnos por encima de la ley y asumir la investidura de juez, debiéramos alentar, consolar y amar a nuestros hermanos. En suma, no estamos en la posición de juzgar a otros, puesto que nosotros mismos necesitamos la gracia y misericordia de Jesucristo. Ayudémonos unos a otros dirigiendo nuestra atención a Jesús.
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