La Supremacía de Cristo en el hogar (Boda de Noe y Yailienis)
Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno,
4 que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos,
5 a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
En ella confía el corazón de su marido,
y no carecerá de ganancias
Su marido es conocido en las puertas,
cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
El amor es paciente, es bondadosoa; el amor no tiene envidiab; el amor no es jactancioso, no es arrogante;
5 no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido;
6 no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad;
7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella