Consolación Divina

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En la providencia de Dios, Él ha permitido que las pruebas y aflicciones sean catalizadores para santificarnos y moldearnos a la imagen de Cristo.

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En medio de nuestras propias historias de vida, tratamos de darle sentido a lo que nos pasa. Instintivamente, sabemos que las cosas no son como Dios las diseñó. El mundo en el que vivimos está caído, y algunas veces está tan mal que no pensamos que algo que podamos decir o hacer marcará la diferencia. En vez de eso, pasamos nuestro tiempo soñando acerca de lo que podría ser. “Si tan solo no hubiese hecho eso, entonces yo no estaría aquí.” “Si tan solo no me hubieran descubierto, entonces no estaría pagando el castigo de lo que hice””Si tan solo hubiera tenido una mejor infancia, mejores amigos, mejores padres, mejores trabajos, mejores circunstancias, entonces...”. Creemos, equivocadamente que el cambio de nuestras circunstancias harán la diferencia. “El problema está afuera”, nos repetimos una y otra vez. “Me orilló a hacerlo”. Y no nos damos cuenta que, en realidad nos estamos desligando de las responsabilidades y no reconocemos que el problema reside en nosotros.
Imagina que tenemos una botella llena de agua. ¿Qué pasaría si yo comienzo a apretarla? Comenzará a salirse el agua por la boca de la botella. ¿Por qué? Porque esta lleno de agua, y al recibir presión saca lo que hay dentro, agua. Lo mismo pasa en nosotros. Cuando viene la presión, saca lo que hay dentro.
¿Quieres saber cómo es una persona? Mira cómo se comporta cuando está bajo presión.
Pero aún debemos responder la pregunta: ¿Cuál es, entonces, el propósito de que esté pasando por esto?
Romans 8:28 NBLA
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.
La carta de Pablo a los Romanos es considerada la columna vertebral del nuevo Testamento, pues en ella toda la doctrina cristiana se puede ver de manera simple y resumida, pero sobre todo aplicada a la vida. Por ejemplo, Romanos 1-3 nos habla de la terrible e irremediable condición condenada del ser humano. Romanos 4 nos enseña que en Cristo Dios proveyó de un medio para castigar nuestros pecados, sin que nosotros los pagáramos. Romanos 5 nos describe cómo Dios nos declara inocentes ante Él, y Romanos 6 describe nuestra responsabilidad ahora ante esa salvación, a saber, buscar la santidad entendiendo quiénes somos en Cristo. Pero Romanos 7 nos presenta un problema: ¿por que hago lo que no quiero, y no hago lo que quiero hacer? Pablo responde que se debe a nuestro pecado que aún reside en nosotros. Y, en medio de la desesperación que él sintió sobre esta realidad, Romanos 8 nos recuerda que no estamos solos en esa lucha contra nuestro pecado.
Y, justamente en este contexto es que nuestro pasaje se encuentra. Romanos 8.28 nos da una grandiosa esperanza, un glorioso privilegio en medio de las circunstancias. Y en el tiempo que nos resta vamos a ver tres aspectos de ese privilegio: Cuál es ese privilegio glorioso; las Personas implicadas en ese privilegio; el Origen de ese privilegio.

Un privilegio glorioso

Sabemos que todas las cosas cooperan para bien”.
Hay al menos 2 cosas que podemos aprender de esta frase.

Sabemos que las cosas cooperan para bien

Sabemos”. No se trata de algo dudoso o incierto. No se trata oculto o imposible de entender.
Sabemos” que el fuego quema, y que el agua nos moja y refresca. “Sabemos” que el sol calienta y la noche es fría. “Sabemos” que hacer lo correcto trae recompensas, y hacer lo malo trae consecuencias.
Todas estas cosas las “sabemos” porque las experimentamos diariamente. Algunas más que otras. Pero al final todas son experiencias que tenemos, y “sabemos” que son ciertas. Eso es lo que la palabra sabemos significa originalmente. Es un conocimiento en base a la experiencia.
El Señor no deja a su pueblo en la incertidumbre con respecto a la salvación. - Tomas Watson
Lo mismo sucede con cada una de nuestras circunstancias. Él ama que nosotros le reconozcamos en todo lo que sucede, tanto en lo bueno como en lo malo. Romanos 12.2Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.” Es necesario una continua renovación de nuestro entendimiento, a través de la Biblia, para que podamos comprobar (verificar NBLA) la voluntad de Dios.
Entonces, el anhelo de Dios para ti hoy es que “sepas” que esta circunstancia en la que estás tiene un propósito. Y ¿cuál es ese propósito?

Todas las cosas cooperan para bien

¿Alguna vez has trabajado en equipo para un proyecto? Para muchas tareas y proyectos es necesario de un equipo. Así como en la música se necesita un instrumento y una voz para que haya un tiempo de alabanza hermoso (no diciendo que sin ellos no hay), así mismo hay cosas que no se pueden hacer solas para un proyecto.
Y Dios, queriendo mostrar Su sabiduría y amor para contigo, ha diseñado que cada situación sea un catalizador, y estimulante para un mayor bien.
Esta expresión “ayudan a bien” se refiere a la medicina. Varios ingredientes venenosos, habilidosamente mezclados por el farmacéutico, forman una excelente medicina y cooperan para el bien del paciente. De la misma manera, todas las acciones providenciales de Dios, al estar divinamente mezcladas y santificadas, cooperan para el máximo bien de los santos. Aquel que ama a Dios y es llamado conforme a su propósito puede tener la seguridad de que todo en el mundo será para su bien. - Thomas Watson
La pregunta es: ¿Cuál es ese mayor bien? Pablo lo responde en Ro. 8.29 “Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (eńfasis mío) Este es el mayor bien que todo ser humano debe aspirar. No es vivir una vida cómoda. No es tener una vida libre de preocupaciones o angustias. No es tener mucho dinero. Una casa. Familia. Trabajo. Ni siquiera tener libertad, porque es posible que estés libre y aún así esclavizada. No. La verdadera libertad es vivir para Aquel que te compró con Su sangre. Paradógicamente, la verdadera libertad es ser libre del pecado, pero siendo esclavo de Jesucristo.
Cada circunstancia que pases, ya sea aquí dentro o allá afuera, está divinamente diseñada para que la imagen de Cristo esté en ti. Esto es, que tu actitud y manera de vivir sea cada vez más igual a la de Jesús. El cómo respondes ante la presión, el qué sientes cuando las cosas no salen como quieres, la esperanza que te mantiene de pie en medio de la tormenta, todas esas cosas son maneras que Dios te da la oportunidad de reflejar Su carácter. Todas las cosas “cooperan” para ese mayor bien.
Pero existe una exclusividad. No todas las promesas se pueden aplicar para todas las personas. Lo que nos lleva a nuestra segunda enseñanza.

Personas implicadas en ese privilegio

“A los que aman a Dios” y “Son llamados”.
Así como no todas las reglas se aplican para todas personas, así mismo sucede con las promesas. Hay una condición para que esta promesa de “todas las cosas cooperen para bien” funcione. Una condición que se ve de dos maneras:

Los que aman a Dios

En primer lugar, únicamente aquellos que aman a Dios son los beneficiados de ese privilegio glorioso. Pero ¿qué significa amar a Dios? Bueno, pues, nuestro Señor Jesucristo lo dijo en Marcos 12.30-31Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza”. Y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento mayor que estos.” Amar a Dios es reconocer que Él tiene la preeminencia en nuestra vida. No solo que ocupe el primer lugar en nuestra vida, sino que Él ocupe todo nuestra vida.
John 14:15 NBLA
»Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos.
Es aquí donde se ve si realmente amamos a Dios. Si vivimos en obediencia demostramos que lo amamos. Si desobedecemos, esa rebeldía únicamente demuestra nuestro desprecio por Dios y Su santidad. OJO que no estoy diciendo que por nuestra obediencia es que Dios nos ama, sino todo lo contrario. Es por ese amor que Él demostró hacia nosotros que nosotros le podemos amar (1 Juan 4.19 “Nosotros amamos porque Él nos amó primero.” )
¿Cómo podemos amar a Dios aquí en la cárcel?
En tu tiempo a solas con Él.
Hay un inmenso privilegio el poder estar en un lugar encerrado, donde mi única compañia es Dios. Observen la actitud del apóstol Pablo estando él en la cárcel
Acts 16:23–25 NBLA
Después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo. Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.
A pesar de haber sido encarcelados POR PREDICAR EL EVANGELIO (ellos no hicieron nada que ameritaba que los encerraran), Pablo y Silas, encerrados en la cárcel cantaban a Dios alabanzas en su celda. Ahora bien, las cárceles de ese entonces no eran como las que tenemos hoy. Eran cárceles, donde las celdas eran cuevas. Eran frías y humedas. La única luz que había era lo que una antorcha llegaba alumbrar. Y, por si eso no era necesario, sus manos y sus pies estaban encadenados a la pared, o incluso sus mismas manos y pies estaban atados entre ellos. Pero, a pesar de estar en esa condición, el corazón de Pablo y Silas ardía en amor por Dios, y cantaban alabanzas.
2. En tu obediencia
La Biblia dice en Romanos 13.1-2
Romans 13:1–2 NBLA
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos.
En la obediencia a las autoridades hay bendición de parte de Dios. Un que ama a Dios reconoce que Dios puso a las autoridades para impartir justicia. Ellas han sido delegadas por Dios para hacerlo aquí en la tierra, y hay bendición cuando éstas lo hacen con equidad y en nombre de Dios. Lo mismo aplica en nosotros que nos sometemos a las autoridades. Pero OJO no hay condición en este mandato. No está diciendo que si las autoridades son justas y hacen lo bueno hay que obedecerlas. No. Dios está ordenando obedecer sin reproche. Si ellos hacen lo malo, ellos darán cuenta a Dios por abusar de su autoridad y no hacer lo que Él les delegó hacer. Pero será ellos con Dios. Lo que nos toca a nosotros es obedecer, y buscar la paz entre nosotros.
Una segunda manera que se ve la exclusividad, la cual veremos más brevemente, es para aquellos que Dios ha llamado para ese propósito.

Los que son llamados por Dios

Esto podría ser un tanto difícil de entender, así que lo vamos a ver de una manera simple.
Cuando nosotros queremos construir una silla de madera, nosotros primero hacemos un diseño de cómo queremos la silla. Después de ello, proseguimos a escoger los materiales que ocuparemos para elaborar dicha silla. Están la madera, los clavos, el pegamento, la cierra para cortar, la pintura. Una vez que están los materiales escogidos para el trabajo, vamos y tomamos esos materiales en el taller.
Esa acción de ir y tomar los materiales es lo que Pablo está describiendo cuando dice “Son llamados conforme a Su propósito”. Dios diseño un plan para moldearnos iguales a Él, y en ese plan escogió los materiales que ocuparía (circunstancias) para ese fin. Entonces, ya que escogió los materiales, prosigue a tomar la madera (nosotros) y empieza cortarnos y darnos forma.
Ephesians 1:4 NBLA
Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor
Y esto nos lleva a nuestra tercera enseñanza del pasaje. Ya vimos cuál es el privilegio glorioso, y acabamos de ver quiénes son los implicados en ese privilegio. Ahora veremos el origen de ese privilegio.

Origen de ese privilegio

Conforme a Su propósito”.
Aquí está el pináculo de nuestro estudio. He aquí el por qué todo lo que hemos hablado. Efesios 1.4Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.” Nuestro Dios tiene un propósito para todo lo que hace. Con Él no existe un Plan B, C, D o E. Con nuestro Dios, todo lo que Él se determina a hacer, Él se encarga de realizarlo. Y nos preguntamos: ¿Cuál es ese propósito de Dios para mi vida? Muchas personas se han hecho esa pregunta, sin encontrar una respuesta que les satisfaga.
Anhelar que nuestra vida tenga un propósito es una de las necesidades más básicas en el ser humano. La idea de correr tras el aire, sin ningún rumbo o propósito le angustia a cualquiera. Y quizá tú mismo hoy te encuentres en esta encrucijada. Quizá tanto tiempo encerrada ha provocado que hayas perdido la noción de que hay algo más por lo cual vivir. Quizá ya no tienes ninguna esperanza, te estas rindiendo. Y aquí es donde debes poner un alto, y ponerte a pensar:
Aún hay esperanza para tu vida. Aún hay algo por lo cual vivir, y que vale la pena seguir. Tu propósito es ser como Cristo. Tu mayor motivo para seguir adelante es que, en algún momento estarás delante de Dios, delante de Aquel que compró tu vida con Su sangre en la cruz. Ahí estarás tú, recibiendo el descanso que Él prometió.
Philippians 1:6 NBLA
Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

Aplicación

Nuestras virtudes son imperfectas, nuestros consuelos mudables, pero el fundamento de Dios está firme. Los que edifican sobre esta roca del propósito eterno de Dios no tienen por qué temer apartarse; ni el poder del hombre ni la violencia de la tentación podrán jamás derrumbarlos - Thomas Watson
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