CONSEJERÍA BÍBLICA PASTORAL.

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INTRODUCCIÓN.

¿Qué define la consejería?

La Biblia cita una amplia gama de palabras que describen precisamente lo que la consejería busca abarcar.
Especialmente en el Nuevo Testamento, lo que respecta a la edificación de la iglesia, aparecen estos términos.
Significa que el punto de partida de la consejería es la iglesia, para con sus miembros y más allá de ella; es decir el entorno social de cada iglesia. Tanto el punto de partida como la meta es el contexto llamado iglesia.
El pastor de esta iglesia es Jesucristo («Yo soy el buen pastor» Jn 10.11a) y sin su ayuda y encarnación en el ejercicio del trabajo los resultados serán fragmentados.
Ahora, lo que en forma implícita responde a la pregunta, son las personas en necesidad dentro del contexto citado.
La Biblia manda que:
«se restauren mutuamente» (2 Co 13.11),
«se animen mutuamente» (1 Ts 4.18; 1 Ti 4.13),
«se amonesten mutuamente» (1 Ts 5.14),
«instruirse mutuamente» (Col 3.16),
«ayudar a los demás» (Fil. 4,3),
«sufrir con los que sufren y alegrarse con los alegres» (1 Co 12.26),
«ayudarse unos a otros a llevar la carga» (Ga 6.1-2);
Y esta lista podríamos ampliar aún más.
Todas son palabras que engloban el término consejería.
El contexto de estas interpelaciones muestra que hay personas en necesidad las cuales necesitan la ayuda de otro. Precisamente lo que un consejero emula en su misión para con sus aconsejados.
La consejería trata de dar respuestas a preguntas que se refieren a la salvación, la sanidad, de acompañar a personas enfermas, moribundas, de ocuparse por personas con enfermedades crónicas, con personas con capacidades diferentes.
¡Todos ellos lo necesitan!, o mejor nos preguntamos, ¿quién no precisa de un consejero en algún momento de su vida?
En camino a la perfección.
Efesios capítulo cuatro nos da un margen de referencia hacia donde cada cristiano debiera apuntar para con su vida; y así le debieran importar también sus semejantes que lleguen allí;
Dice «que todos lleguemos […] a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo» (v. 13).
En este camino a la plenitud, o como lo formula el evangelio de Mateo «sed perfectos, así como su Padre celestial es perfecto» (5.48) indispensablemente necesitamos —en determinadas situaciones— a un consejero que nos dé un empujón, como representante de Dios, a superarnos y avanzar hacia la meta.
La consejería es necesaria porque nos encontramos en el camino. Pablo lo expresa como anillo al dedo:
«no es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí» (Fil 3.12).
Con su humilde y sincera experiencia de vida aconseja a los hermanos.
Definición:
Consejería es la práctica o el acto de dar un consejo, guía o instrucción, preferente en una situación controlada.
EL PROPÓSITO DE DIOS COMO OBJETIVO FINAL DE LA CONSEJERÍA BÍBLICA.
Alguna vez, te has preguntado:
¿Cuál es el objetivo y propósito de la consejería?
En forma implícita, Santiago deja ver un asunto muy debatido en el contexto teológico; trata la cuestión de:
«¿Qué aspectos de la semejanza de Dios ha mantenido el hombre después de la caída en pecado?», o «¿Hasta qué punto se distorsionó la semejanza?»
Santiago desafía a tratar a todos con este concepto en el fondo de la mente, el hecho que cada persona es un ser creado a la imagen de Dios, diciendo:
«Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. […] Esto no debe ser así» (Stg 3.9-10).
Dios ama al mundo, ama a las personas, buscando restaurar lo distorsionado, y nos invita a participar en la restauración del potencial fragmentado.
Entonces podemos decir que:
Los propósitos de Dios, en la consejería son:
A. Restaurar:
Viendo a cada persona desde esta óptica, el consejero busca encender en el aconsejado el potencial de superarse, de igual modo como Dios convida a las personas y les invita a abandonar su quebranto, pasando a una vida de abundancia, de victoria en Cristo Jesús.
En este sentido consiste el objetivo del consejero en —junto con el aconsejado— exponer su problema ante Dios, para recibir soluciones satisfactorias.
Exponer el problema ante Dios significa hacerle ver y participar a Dios en la búsqueda de la solución al problema.
Pablo lo describe como sigue:
«Ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor […]; el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad» (Ef. 5.8- 9).
Traer a la luz de Cristo un problema es el camino de restaurar lo torcido, hacia aquello como Dios se lo ha imaginado para con el hombre desde un inicio, es decir bueno, justo, verdadero.
Cada vez que el consejero persigue este propósito, el resultado será de provecho para el aconsejado y de plena realización para el mismo. Esto porque crea una relación y dependencia con su Creador.
B. Traer a la luz:
El consejero se propone con su aconsejado a restaurar lo fragmentado de manera que pueda (viéndolo con un potencial de cambio en Cristo Jesús):
1. Profundizar y mejorar su autoimagen.
2. Reconocerse y aceptarse más honestamente.
3. Reconocer el verdadero sentido de su vida.
4. Ser menos dependiente.
5. Ser menos arrogante.
6. Comportarse de manera serena.
7. Ser más lento en excitarse.
8. Poder tratar más amorosamente a las demás personas.
9. Ser más tolerante.
10. Preocuparse más por el bien de los demás, respetando sus necesidades y deseos.
11. Obtener una mayor madurez personal.
12. Reconocer intenciones y objetivos inconscientes y corregirlos si necesario.
13. Adquirir las habilidades para llevar una vida de manera responsable.
EL CONSEJERO BÍBLICO.
Hoy en día existe la idea generalizada de que los únicos que pueden dar la consejería son los psicólogos, psiquiatras, orientadores u otros profesionales de las ciencias sociales. Pero la Biblia dice otra cosa:
La Biblia afirma que la consejería no es exclusiva para los expertos o profesionales. La consejería no es una ciencia es una cuestión espiritual.
La Biblia dice que la consejería puede ser dada por parte de toda la iglesia(Ro 15:1, 14; Ga 6:1-2; Col 3:16; 1 Ts 4:18; 5:11; Hb 3:13; Stg 5:16).
Romanos 15:1 RVR60
1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Romanos 15:14 RVR60
14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
Gálatas 6:1–2 RVR60
1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Colosenses 3:16 RVR60
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
1 Tesalonicenses 4:18 RVR60
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
1 Tesalonicenses 5:11 RVR60
11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
Habacuc 3:13 RVR60
13 Saliste para socorrer a tu pueblo, Para socorrer a tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, Descubriendo el cimiento hasta la roca. Selah
Santiago 5:16 RVR60
16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Adams, lo expresa de la siguiente manera: “Dios llama a cada cristiano a aconsejar a otros en algún punto, algún tiempo, sobre algo”
“Con respecto a Gálatas 6:1, Adams continúa diciendo:
La orden es clara: todos tenemos que restaurar a cualquier hermano o hermana a quién Dios haya colocado providencialmente en nuestro camino cada día”
La Consejería Bíblica es parte del discipulado cristiano que Dios nos llama a hacer en la Gran Comisión (Mt 28:19-20).
Mateo 28:19–20 RVR60
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Como parte de la gran comisión que nos dice que debemos hacer “discípulos” en todas las naciones. Y parte del discipulado cristiano es ayudar a los creyentes a que se conduzcan según la Palabra de Dios, y una forma de hacer esto es mediante la consejería bíblica. Así, que, si el mandato de la Gran Comisión es para todos los creyentes, la consejería también es un mandato para todos los creyentes.
John MacArthur por su parte lo describe de la siguiente manera:
Desde los tiempos apostólicos, la consejería se ha realizado en la iglesia como una función natural de la vida espiritual del cuerpo de Cristo. Después de todo, el Nuevo Testamento manda a los creyentes: "amonestaros los unos a los otros"; “exhortaos los unos a nosotros”; "animaos unos a otros, edificaos unos a otros"; "confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados”.
Todos en un momento u otro necesitamos consejo del otro, o damos consejo a otros. Esto es un ministerio mutuo entre los creyentes.
Por supuesto, el cristiano laico no debe andar buscando problemas que resolver entre los hermanos, esto es ser un entrometido, lo que lo vuelve un pecado (2 Tes 3:11), más bien, debe dar consejería cuando Dios ha colocado a otro en su camino.
2 Tesalonicenses 3:11 RVR60
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
Es una necesidad que cada ministerio de la iglesia realice consejería, los pastores, misioneros, maestros de escuela dominical, pastores de jóvenes, líderes de varones o mujeres, etc. Cada uno de estos ministerios tiene bajo su cargo la responsabilidad de una parte del Cuerpo de Cristo, y estos tienen la necesidad de recibir consejo bíblico.
Al pastor Dios le ha dado la carga y la autoridad para ejercer el aconsejamiento. Adams, nos menciona que los pastores si son llamados a “buscar los problemas entre los miembros de la iglesia, con miras a cortarlos de raíz.
Como pastores, no se les requiere solo que se hagan cargo de los problemas con los cuáles tropiezan en su camino, sino que han de vigilar sobre las almas (vidas) de cada miembro”9 (Heb 13:17).
Hebreos 13:17 RVR60
17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Por otra parte, hay personas con dones especiales dentro de la iglesia que pueden apoyar al pastor en situaciones específicas. Por ejemplo, puede que haya personas que Dios los ha dotado de una mayordomía excelente de sus finanzas, por tanto, el pastor puede recurrir a ellos cuando se busca dar consejo a una persona que tiene problemas en esa área.
REQUISITOS INDISPENSABLES PARA EL MINISTERIO DE LA CONSEJERÍA.
¿Qué cualidades necesita reunir un consejero cristiano?
Y obvio, primero tiene que ser un cristiano, ¿no es cierto? ¡Si! Necesita tener aquello y saber de Aquel hacia quien quiera guiar a sus aconsejados. Esto no implica que debe haber pasado por todas las experiencias que los aconsejados le presenten, pero si vivir en dependencia con Aquel que puede ayudar o sostener a las personas en sus necesidades.
Ser sano
En este sentido examina su vida en forma continua bajo la luz de la Palabra de Dios para enderezarla y obedecerla en su propia vida. Satisface sus necesidades personales según los fundamentos bíblicos. Busca ser una persona sana antes de sanar a otros.
Ser humano
Hay los que creen deber tener resuelto todos sus problemas personales antes de ser un consejero eficaz. El consejero cristiano sin embargo lleva en cuenta se diferencia en gran manera de una conversación de consejería. ¿A qué me refire que precisamente en su humanidad se encuentra también en el camino? Al reconocerlo obtiene la aprobación de Dios y la autoridad de sus aconsejados para realizar su trabajo.
Dejarse supervisar
Permite y busca además de un tercero que le supervise en su trabajo a modo de prevenir un trato subjetivo para con sus aconsejados. Apuntar a la objetividad re- quiere de una constante interacción con personas que representan una autoridad en su vida, que le apoyen por un lado y por otro lado le controlen.
Dr. Michael Klessmann da mucho énfasis en el trabajo de supervisión para los consejeros con el argumento.
“la Consejería Pastoral y la gestión en el vicariato (pastorado) en conjunto, son actividades con demasiada responsabilidad, para que estas puedan ser confiadas a la voluntad subjetiva y las capacidades y limitaciones más o menos casuales del pastor. […] Este enfoque, de que el propio enfoque teórico sea hecho transparente también en la práctica, me parece totalmente indispensable y deparado épicamente”.
Disciplinarse en el hábito de soltar sus problemas y de los aconsejados.
Participar de una conversación en la calle, se diferencia en gran manera de una conversación de consejería. ¿A qué me refiero? Lo que una persona comparte en un lugar cerrado, de confianza, sea esta una decisión, una confesión, un deseo, una realidad de vida … puede a veces afectar profundamente la vida del consejero. Se da las veces que escucha y acompaña a varias personas con experiencias irresueltas que llevan tiempo para resolverlas. También están aquellos que abandonan el tratamiento y el consejero se queda con la incógnita de que pasará de aquel.
¿Cómo maneja el consejero estas situaciones?
De manera indispensable – si quiere quedar sano y perseverar en su trabajo – debe entrenarse en la disciplina espiritual de entregar, soltar a Dios todo lo vivido con las personas que buscan ayuda. Requiere de suficiente humildad el verse como una herramienta de Dios y no como dueño de lo que hace, ni de las personas que aconseja.
Tener apoyo en oración.
Es bien sabido que las personas no bus- can a la primera la ayuda de un consejero; primero buscan ayuda de amigos, familiares, de google, de …, y en última instancia de un consejero. Significa probablemente que tiene un problema acumulado de hace tiempo y difícil de resolver.
En este sentido es necesario que el consejero tenga personas en su iglesia que oren por el trabajo que realiza como embajador de Cristo.
LA CONSEJERÍA DEBE SER BÍBLICA.
En la consejería bíblica la revelación especial de Dios en las Escrituras tiene preponderancia. Dios se ha revelado a nosotros a través de la Biblia, esto es lo que en teología se ha llamado “revelación especial”. Así, Dios en las Escrituras nos revela en forma especial las verdades sobre sí mismo, y sobre la relación del hombre en cuatro dimensiones: su relación con Dios, su relación consigo mismo, su relación con su prójimo y su relación con la creación.
No hay nadie que conozca mejor el ser humano que el Dios que lo creo, y este se ha revelado en las Santas Escrituras para guiarnos en los asuntos prácticos de las Escrituras. Así, las Escrituras son la única fuente de autoridad para resolver nuestros problemas espirituales (Sal 119:9; 24, 98- 100; Jn 6:63; 2 Ti 3:16-17).
Salmo 119:9 RVR60
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.
Salmo 119:24 RVR60
24 Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros.
Salmo 119:98–100 RVR60
98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. 99 Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. 100 Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;
Juan 6:63 RVR60
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
2 Timoteo 3:16–17 RVR60
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
La consejería sin las Escrituras es una consejería sin el Espíritu Santo. 2 Timoteo 3:16 nos dice que las Escrituras son útiles para perfeccionar a los santos, mediante lo que podemos considerar los medios de la consejería bíblica: enseñanza, reprensión, corrección e instrucción. Dios es el verdadero y único consejero, nosotros solamente somos sus voceros.
La Palabra de Dios es suficiente para conducirnos en la vida piadosamente. La Palabra trata todo lo que necesitamos. No hay un versículo para cada tema, eso sería demasiado simplista, pero habla sobre todos los temas.
Podemos resumirlo en la expresión "En la Biblia no está todo, pero habla de todo".
La Biblia no es una enciclopedia, e ir a ella con la actitud enciclopedista de la era de la información es incorrecto. Ella no está acomodada así. Por supuesto, hay temas que en la Palabra de Dios que, si tiene versículos concretos, pero, en muchos otros casos solo contamos con principios bíblicos, y estos hay que explicarlos a las personas.
LA CONSEJERÍA DEBE SER NOUTHÉTICA.
Puesto que Jesús es el “Consejero Asombroso,” debemos ver las Escrituras para obtener una correcta interpretación acerca de la consejería de las personas en sus problemas personales.
Jay Adams llama a la consejería de la Escritura “confrontación nouthética.” Las palabras nouthesis y noutheteo (noudsetéo en español) son nombres y formas verbales en el Nuevo Testamento del cual el término “nouthético” viene. “Nouthético” es una transliteración de la palabra griega noudsetéo. Significa amonestar, exhortar.
Definiciones de términos y frases importantes:
1. El aconsejar nouthético: El aconsejar nouthético es usado en la Biblia para confrontar al aconsejado con su problema de comportamiento. Involucra confrontar al aconsejado con “palabras” para efectuar personalmente cambios en el comportamiento.
2. Amonestar – noudsetéo: Poner en la mente, i.e. (por implicación) advertir o regañar gentilmente: - exhortar, amonestar (Concordancia Strong).
3. Confrontación – El acto de traer a dos personas, una frente a la otra, para descubrir la verdad (Webster’s 1828 Dictionary).
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