Lectura Bíblica

1º Reyes 18:25–40 NBLA

25 Y Elías dijo a los profetas de Baal: «Escojan un novillo para ustedes y prepárenlo primero, pues son los más, e invoquen el nombre de su dios, pero no le pongan fuego». 26 Entonces tomaron el novillo que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «Oh Baal, respóndenos». Pero no hubo voz ni nadie respondió. Y danzaban alrededor del altar que habían hecho. 27 Como al mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: «Clamen en voz alta, pues es un dios; tal vez estará meditando o se habrá desviado, o estará de viaje, quizá esté dormido y habrá que despertarlo». 28 Y gritaban a grandes voces y se sajaban, según su costumbre, con espadas y lanzas hasta que la sangre chorreaba sobre ellos. 29 Pasado el mediodía, se pusieron a gritar frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde; pero no hubo voz, ni nadie respondió ni nadie hizo caso. 30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «Acérquense a mí». Y todo el pueblo se acercó a Elías. Entonces él reparó el altar del Señor que había sido derribado. 31 Elías tomó doce piedras conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien había venido la palabra del Señor, diciendo: «Israel será tu nombre». 32 Con las piedras edificó un altar en el nombre del Señor, e hizo una zanja alrededor del altar, suficientemente grande para contener dos medidas (14.6 litros) de semilla. 33 Dispuso después la leña, cortó el novillo en pedazos y lo colocó sobre la leña. 34 Y dijo: «Llenen cuatro cántaros de agua y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña». Después dijo: «Háganlo por segunda vez; y lo hicieron por segunda vez». Y añadió: «Háganlo por tercera vez»; y lo hicieron por tercera vez. 35 El agua corría alrededor del altar, y también llenó la zanja de agua. 36 Y a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde, el profeta Elías se acercó y dijo: «Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que Tú eres Dios en Israel, que yo soy Tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra Tuya. 37 »Respóndeme, oh Señor, respóndeme, para que este pueblo sepa que Tú, oh Señor, eres Dios, y que has hecho volver sus corazones». 38 Entonces cayó el fuego del Señor, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. 39 Cuando todo el pueblo lo vio, se postraron sobre su rostro y dijeron: «El Señor, Él es Dios; el Señor, Él es Dios». 40 Entonces Elías les dijo: «Prendan a los profetas de Baal, que no se escape ninguno de ellos». Los prendieron, y Elías los hizo bajar al torrente Cisón y allí los degolló.

Vivir Genuinamente la Fe (2da Parte) LA ORACIÓN

Mateo 6:1 NBLA

1 »Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos.

Mateo 6:5–8 NBLA

5 »Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. 6 »Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 7 »Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. 8 »Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan.

a) Contexto:

El Señor Jesús contrasta la actividad de los “hipócritas” en la Oración, con la Fe Genuina en Dios que llevará a cabo esta Actividad con el sentido correcto.

Jesús les dice a sus oyentes que deben “Cuidarse” esto es: Estar Alerta, prestar atención; de no hacer sus “obras de justicia” con el fin de “ser vistos” por los hombres (y ser alabados por ellos).

En el primer mensaje, habló acerca de la “ofrenda/limosna/caridad” que uno puede dar.

En este segundo mensaje, el Señor Jesús nos hablará sobre la Oración.

I. La Oración

a) El significado de la Oración:

Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento προσεύχομαι, προσευχή

1. «Orar», «orar a», «pedir», «oración», «plegaria de petición». Si bien δείσθαι denota casi siempre el pedir, προσεύχεσθαι no contiene ninguna definición más estrecha de contenido y se refiere al acto de invocar a Dios.

En palabras llanas, para el creyente, Orar es “hablar con Dios.” Es “Traer su petición ante Dios.”

Si alguien sabía lo que era comunicarse con Dios, este era el pueblo judío.

Desde sus orígenes, Dios se había comunicado con ellos:

Con los primeros seres humanos

Con los Patriarcas.

Con Moisés.

Con Josué

Con los Sacerdotes

Con los Jueces

Con los Reyes

Con los Profetas

Hay un simbolismo que se ve en el Altar del Incienso del Templo con Las Oraciones.

1. Se deben encender todos los días, tanto en la mañana como en la tarde. Éx. 30.7-8

Éxodo 30:7–8 NBLA

7 »Aarón quemará incienso aromático sobre él. Lo quemará cada mañana al preparar las lámparas. 8 »Cuando Aarón prepare las lámparas al atardecer, quemará incienso. Habrá incienso perpetuo delante del Señor por todas las generaciones de ustedes.

2. Se debe hacer con reverencia y atendiendo a lo que Dios pide. Ex 30.9

Éxodo 30:9 NBLA

9 »No ofrecerán incienso extraño en este altar, ni holocausto ni ofrenda de cereal; tampoco derramarán libación sobre él.

Éxodo 30:35 NBLA

35 »Con ello harás incienso, un perfume, obra de perfumador, sazonado, puro y santo.

3. Se elevan como el humo, que llegan ante el trono de Dios. Ap 8.3-4

Apocalipsis 8:3–4 NBLA

3 Otro ángel vino y se paró ante el altar con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 De la mano del ángel subió ante Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.

b) La Constancia de la Oración.

Mateo 6:5 (NBLA)

5a »Cuando ustedes oren...

Jesús muchas veces enseñó sobre la “necesidad de orar siempre y no desmayar” (Lucas 18.1)

Incluso, en su propia vida, la Oración era una actividad constante.

Jesús pasó mucho tiempo orando cuando:

Escogió a sus discípulos

Se transfiguró

Cuando sube a un monte a orar

En Getsemaní

c) El Contraste de la Oración

1. Los Hipócritas:

Mateo 6:5 (NBLA)

5b ...no sean como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres...

Alfred Edersheim. “Usos y costumbres de los Judíos en los Tiempos de Cristo” (Capítulo XIII: ENTRE EL PUEBLO, Y CON LOS FARISEOS) cita:

“No sería difícil reconocer a algún fariseo. Andando detrás de él lo más probable era que pronto se detuviera para pronunciar sus oraciones prescritas. Si había llegado el tiempo fijado para ellas, se detendría en medio del camino, recitaría quizá una sección de las oraciones, se adelantaría, recitaría otra sección, y así, hasta en el mercado o en las esquinas de las calles. Allí se quedaría de pie, como le enseñaba la ley tradicional, pondría los pies bien juntos, arreglaría su cuerpo y vestimenta, y se inclinaría tanto «que cada vértebra de su espalda se quedaría separada» (Ber. 28 b). El obrero dejaría caer sus herramientas, el mozo de cuerda su carga; si alguien tenía ya un pie en el estribo, lo sacaría. Había llegado la hora, y no se podía dejar que nada le interrumpiera o perturbara. Se afirmaba que, la misma salutación de un rey, debía quedar sin respuesta; incluso si una serpiente se enroscaba alrededor del talón, no se debía prestar atención a ello. Y no eran sólo las ocasiones prescritas para la oración las que así demandaban sus devociones. Al entrar en un pueblo, y al dejarlo, debía pronunciar al menos una o dos bendiciones; lo mismo al pasar por una fortificación, al afrontar cualquier peligro, al encontrarse con cualquier cosa nueva, extraña, hermosa o inesperada. Y cuanto más tiempo orara, tanto mejor. En opinión de los rabinos esto tenía una doble ventaja: porque «la mucha oración será seguramente oída», y «la oración prolonga la vida». Al mismo tiempo, como cada oración empezaba y terminaba con una bendición del Nombre Divino, había un especial mérito religioso en el mero número, y un centenar de «bendiciones» pronunciadas en un día era una especie de medida de gran piedad.”

El Señor Jesús, los “condenó” en Mateo 23.14 y Mateo 23.27-28

Mateo 23:14 NBLA

14 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas, que devoran las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacen largas oraciones! Por eso recibirán mayor condenación.

Estas eran oraciones que hacía que se exaltaran a ellos mismos y no a Dios.

Mateo 23:27–28 NBLA

27 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 »Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.

Con esto Jesús les dice, que en “apariencia” sus Actividades de Oración, los hacen ver bien ante los hombres, pero no ante Dios, quien mira el corazón.

Mateo 6:7 NBLA

7 »Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.

Lo realmente importante de la Oración no es la cantidad de palabras, no es cuanto repites frases aprendidas sin sentido. ¡Dios no escucha su palabrería vana!

Dios pone como modelo de la oración a una viuda que “insiste continuamente” a un juez injusto, a tal grado que le “agota la paciencia” que significa: que lo “abofetea” con su insistencia.

Pero Jesús habla aquí sobre una “insistencia consciente y personal” sobre lo que se pide.

¿Cuántas veces nosotros hemos ofendido a Dios al no orar conscientemente en las comidas o en nuestras oraciones familiares o devocionales. Como hablar por hablar, por cumplir un formalismo…?

2. Los Creyentes:

Mateo 6:6 NBLA

6 »Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Hazlo en secreto (literalmente en el cuarto de la despensa) como en la película “Cuarto de Guerra”

La oración es una actividad donde Dios nos permite comunicarnos con Él, aquí podemos ver que Jesús nos expresa que podemos hacerlo con libertad “cuando ores” pero al mismo tiempo, Jesús nos indica que, a diferencia de los “hipócritas” busquemos estar “a solas con el Padre” para expresarle nuestras peticiones y necesidades en la intimidad que lo hace un hijo con Su Padre.

Y con esto, algunos dirán: ¡Ya vez, por eso yo no asisto a la reunión de Oración de la Iglesia, porque aquí dice que es en privado, en mi cuarto secreto y no tengo que andarme exhibiendo delante de nadie!

Jesús, inmediatamente resuelve esta pregunta, con la enseñanza clara del “modelo de la oración” y comienza con: ¡Padre nuestro! dando a entender, que es una oración que se hace en presencia de más hermanos.

Jesús no condena la oración pública, y la iglesia desde sus inicios estaba constantemente unida y orando.

Lo que quiere indicar es, que a pesar de estar en público, la oración debe ser de intimidad con el Señor.

“La oración verdadera siempre es íntima. Si el corazón está bien y concentrado en Dios en una manera real y profunda, hasta orar en público nos encerrará a solas en la presencia de Dios.”

II. La Recompensa

a) Para los hipócritas:

Mateo 6:5 (NBLA)

5c ...En verdad les digo que ya han recibido su recompensa.

La recompensa es la Alabanza del público, el aplauso, el ganar una apariencia delante de los hombres.

Mas Dios, no escuchará “su palabrería”

b) Para el Creyente:

Mateo 6:6 (NBLA)

6b y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

La recompensa para el creyente es: Que su oración es escuchada.

Mateo 6:8 (NBLA)

8 porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan.

En esencia, al orar no estamos informando a Dios sobre nuestros problemas, cargas o necesidades. Sino que estamos manifestando nuestra confianza en que Él atenderá con Su poder, Misericordia y Gracia en nosotros.