La Maravilla de la Esperanza
Introducción
1. La esperanza muestra el gran amor del Padre.
2. La esperanza en Jesús quita nuestros pecados.
“En Emanuel Dios ha venido a habitar con nosotros. ‘Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros como en una tienda, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad’ (Jn. 1:14). Ninguno podrá sondear las riquezas de esta gracia por la que Dios, por medio de Emanuel, ha venido a habitar con los pecadores. Con el fin de decir algo por lo menos como medio de una explicación mayor, es probable que sea mejor obtener la información del propio Evangelio de Mateo. Esto significa que, en Cristo, Dios vino a habitar con los dolentes, para sanarlos (4:23); con los endemoniados, para liberarlos (4:24); con los pobres en espíritu, etc., para bendecirlos (5:1–12); con los afanosos, para liberarlos de su afán (6:25–34); con los juzgadores, para advertirles (7:1–5); con los leprosos, para limpiarlos (8:1–4); con los enfermos, para sanarlos (8:14–17); con los hambrientos, para darles de comer (14:13–21, 15:32–39); con los inválidos, para restaurarlos (12:13; 15:31); y sobre todo, con los perdidos, para buscarlos y salvarlos (18:11)”37.