la autoridad y la sumision
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Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
1. Introducción.
Autoridad: Es delegación de poder, mandato, dominio o magistratura.
El Trono de Dios se fundamenta en la autoridad.
el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
La autoridad de Dios rige todas las cosas. Su autoridad lo representa a Él mismo.
Dios está por encima de todas las autoridades y todas ellas están debajo de Él.
La rebelión de Satanás.
isaias 14 12-15
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.
En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
El primer pasaje muestra cómo Satanás infringió la autoridad de Dios, mientras que el segundo señala su trasgresión a la santidad de Dios. Fue el intento de Satanás de poner su trono sobre el trono de Dios lo que violó la autoridad de Dios, y fue ésta rebelión lo que Dios condenó.
Satanás no tiene temor de que prediquemos la Palabra de Dios, pero sí teme cuando estamos sujetos a la autoridad de Cristo. Los que servimos a Dios jamás debemos servir según el principio de Satanás, sino según el principio de Cristo. Cuando actuamos según el principio de Cristo, el poder de Satanás se desvanece.
2. Los Dos Principios Que Rigen en el Universo.
Uno es el principio de la autoridad de Dios y el otro es el principio de la rebelión satánica. No podemos servir a Dios y a la vez tener un espíritu rebelde. Satanás se ríe cuando una persona rebelde predica la Palabra, porque en esa persona actúa el principio satánico.
A. Pablo: Principio de la autoridad. (Hch.9:1-18).
Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
Su encuentro con la salvación y la autoridad de Dios fue tan fuerte que días después pudo escuchar y sujetarse a Ananías (un hermanito desconocido que es mencionado una sola vez en toda la Biblia). Pablo se sujetó a él porque primero se había encontrado con la autoridad de Dios.
No miremos al hombre sino a la autoridad con la que ese hombre está revestido. No obedecemos al hombre sino a la autoridad de Dios en ese hombre. Pero si miramos al hombre sin mirar su autoridad seguramente tendremos serios problemas para sujetarnos a él.
Antes de que una persona pueda someterse a las autoridades delegadas por Dios
tiene que conocer primero la autoridad de Dios mismo.
B. Saúl: Principio de la rebeldía.
Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá. Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec. Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
La mayor exigencia que Dios le pone al hombre es la obediencia. Saúl desobedeció a Dios y fue desechado.
Sólo la obediencia honra completamente a Dios, porque ella lo toma a Dios como centro.
3. Casos de Rebeldía en el A. T.
A. La Rebelión de Adán y Eva.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
La prohibición de Dios fue para poner a Adán bajo su autoridad y que éste aprendiera la obediencia. Todas las criaturas de la Tierra estaban bajo la autoridad de Adán, pero él mismo estaba bajo la autoridad de Dios.
En el orden divino estaba Eva debajo de Adán y Adán debajo de Dios. Eva tenía una doble autoridad a la cual obedecer, pero al desobedecer actuó bajo el principio de rebeldía de Satanás. Tomó su propia decisión, se rebeló y cayó. Toda acción que es deficiente en la obediencia es una caída y todo acto de desobediencia es rebelión.
B. La Rebelión de Cam.
Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,y dijo:
Maldito sea Canaán;
Siervo de siervos será a sus hermanos.
Dijo más:
Bendito por Jehová mi Dios sea Sem,
Y sea Canaán su siervo.
Engrandezca Dios a Jafet,
Y habite en las tiendas de Sem,
Y sea Canaán su siervo.
Noé era la cabeza de la familia, su esposa e hijos estaban bajo su autoridad. Cuando Noé pecó, su hijo Cam no vio ni respetó la dignidad de la autoridad de su padre, sino que se deleitó en ver el error cometido por la autoridad y en hablar de eso con sus hermanos. Este hecho sacó a luz el espíritu rebelde de Cam. Sin embargo, Sem y Jafet actuaron según el principio de la autoridad, cubriendo la desnudez de su padre. Cam fue declarado maldito y esclavo de sus hermanos.
El que opera según el principio de la autoridad cubrirá los errores y pecados de la autoridad aun cuando la autoridad misma tenga que ser disciplinada.
El que opera según el principio de la rebeldía criticará y murmurará contra la autoridad y usará ese pecado para justificar sus propias acciones rebeldes y carnales.
El que no se somete a la autoridad será siervo de aquel que sí la obedece.
LA AUTORIDAD Y LA SUMISIÓN 2 C. La Rebelión de Nadab y Abiu
Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.
Aarón era la cabeza. Sus hijos eran simples ayudantes que servían junto al altar obedeciendo las directivas de su padre. Ellos no podían actuar independientemente de su padre. Y eso fue lo que hicieron.
Ofrecer “fuego extraño” significa “
servir sin haber recibido órdenes, servir sin obedecer a la autoridad”.
La rebeldía se manifiesta cuando obramos sin la coordinación del resto del cuerpo (vs.1).
La rebeldía se manifiesta cuando nos acercamos a Dios como a nosotros nos parece, y no como Dios mismo nos manda. Descuidar los mandamientos de Dios es rebeldía (vs.1).
Presentarnos ante Dios en rebeldía nos acarrea juicio (vs.2).
Si nuestro servicio y trabajo están cada vez más muertos, es tiempo de que le pidamos a Dios que nos ilumine para ver si servimos en el verdadero principio de la autoridad o si lo hacemos según el principio del fuego extraño.
La obra de Dios debe coordinarse bajo la autoridad. Dios quería que Nadab y Abiu sirvieran bajo la autoridad de Aarón.
En el N.T. tenemos como ejemplos a Bernabé y Pablo, Pablo y Timoteo, Pedro y Marcos. Todos ellos trabajaron juntos. Algunos tenían responsabilidades, mientras que otros ayudaban. Dios pone a algunos para estar en autoridad, junto a otros que deben estar bajo autoridad. Esto es trabajar según la autoridad coordinada. Por eso, el que actúa en forma independiente está en rebeldía.
Lo que Dios busca no es el sacrificio que le podamos entregar sino que la autoridad sea mantenida.
Así como la autoridad delegada sigue a Dios, de la misma manera todos los que están bajo autoridad deben seguir a la autoridad delegada por Dios. No hay lugar para el servicio individual aislado, cada uno debe servir coordinado bajo autoridad.
D. La Rebeldía de Aarón y María .
María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos.
Aarón y María podían estar en desacuerdo con su hermano con respecto a la esposa que él había elegido, pero no podían levantarse en contra de la autoridad que Dios mismo había establecido.
Como hermanos mayores ellos podían reprender a su hermano, pero el error que cometieron fue hablar en contra de la posición de autoridad que tenía Moisés. Mezclaron asuntos familiares con la posición de autoridad de Moisés. “¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?”.
· Las diferencias personales no deben llevarnos a cuestionar la autoridad (vs.1).
· Dios delega su autoridad soberanamente. Por eso no debemos creer que nosotros lo haríamos mejor (vs.2).
· Dios oye la murmuración acerca de la autoridad y la frena para detener el mal (vs.2).
· Dios mismo sale en defensa de la autoridad criticada (vs.4). La autoridad no es algo que uno logra por sus propios esfuerzos,
sino que es dada por Dios a quien Él escoge.
· Debemos tener temor de hablar mal contra las autoridades (vs.8).
· La murmuración acarrea juicio (vs.10). Cada vez que hay rebelión y murmuración, perdemos la presencia de Dios y su obra se frena.
Nuestras palabras de murmuración y críticas demuestran que dentro de nosotros hay un espíritu rebelde. Debemos temer a Dios y no hablar así. Pero hay personas que hablan contra los pastores y contra los líderes de la iglesia, o contra las personas que están en autoridad sobre ellos, y no se dan cuenta de la gravedad de hablar así. No sólo que actúan en rebeldía, sino que también se ponen bajo el juicio de Dios.
Hasta que no se haya tratado la murmuración contra la autoridad la presencia de Dios no se manifestará.
E. La Rebelión de Coré, Datan y Abiram (Nm.16).
Este es un ejemplo de rebelión colectiva. De los vs.1 al 40 se rebelan los líderes y de los vs. 41 al 50 se rebela la congregación.
Los líderes despreciaban a Moisés y a Aarón, y al rebelarse pensaban que solamente se oponían a ellos. No tenían la intención de ser rebeldes a Dios, ni de dejar de servirle, sin embargo no podían ver que Dios y su autoridad delegada son inseparables.
No es posible estar sujeto a Dios y a la vez ser rebelde contra el hombre que Dios escogió.
El que se rebela contra la autoridad delegada se está rebelando en contra de Dios mismo.
La Autoridad y la Sumisión 3
No debemos ver al hombre, sino de dónde proviene su autoridad con la cual ha sido revestido (vs.3).
· Dios siempre sale en defensa del que ha designado (vs.5-7).
· La envidia y la disconformidad abren puertas a la rebeldía (vs.9-10).
· Atacar a la autoridad delegada es atacar a Dios mismo (vs.11).
· La rebeldía cierra la comunicación, deforma la realidad y endurece a la persona (vs.12-14).
· El hombre maduro que vive de acuerdo al principio de autoridad, reclama la justicia de Dios sobre todo acto de rebeldía (vs.15).
· El espíritu de rebeldía es sumamente contagioso (vs.19).
· Una razón por la que a veces la iglesia no prevalece es la presencia de los rebeldes. Todos los pecados liberan el poder de la muerte, pero la rebeldía lo hace aún más (vs.32-33).
Dios puede soportar muchas cosas pero no permitirá que se resista a su autoridad. Dios puede tolerar y soportar muchos pecados pero no puede tolerar ni soportar la rebeldía, porque ésta es el principio de Satanás. Por lo tanto, el pecado de rebeldía es más grave que cualquier otro pecado.
Y sobre él Dios ejecuta juicio de inmediato.
4. Las Expresiones de Rebeldía y sus Consecuencias.
A. Reincidir en el pecado.
Pero aún volvieron a pecar contra él,
Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;
B. Desoír el consejo Aquí estamos hablando del consejo espiritual y bíblico que las personas maduras pueden brindar. No nos referimos a las opiniones o puntos de vista personales.
Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.
Muchas veces los libró;
Mas ellos se rebelaron contra su consejo,
Y fueron humillados por su maldad.
C. Apartarse de la comunión
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
D. Negar la Palabra y a quienes ministran la Palabra
Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová. Negaron a Jehová, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre; antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos.
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá.
E. Desobedecer a la autoridad establecida por Dios
Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
F. Desobedecer abierta o encubiertamente la voz de Dios.
Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo.
Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.
G. Dios se aparta de los rebeldes.
Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada. Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro.
H. Son quebrantados.
Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos.
I. Caen en un estado de sordera y ceguera espiritual.
Hijo de hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa rebelde.
J. Sus vidas y ministerios terminan muriendo
Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina,
5. Principios Sobre la Obediencia.
A. Para someternos a la autoridad y reconocerla como tal primero necesitamos tener un encuentro con la autoridad de Dios.
Nuestras acciones no deben ser gobernadas por el conocimiento del bien y del mal (según lo bueno y lo malo), sino que deben ser motivadas por la obediencia a la autoridad de Dios.
No debo preguntarme “si es pecado o si no lo es”, lo que debo preguntarme es “
si estoy obedeciendo o no a la autoridad de Dios” al hacer tal o cual cosa.
B. Tengamos un espíritu de obediencia.
Practiquemos la obediencia. Dios quiere que obedezcamos a las autoridades delegadas tanto como a Él. Todos los miembros del Cuerpo deben someterse unos a otros, y cuando esto ocurre hay unidad entre los miembros y unidad con la Cabeza que es Cristo.
Cada vez que nos reunimos un grupo de cristianos, inmediatamente se establece un orden espiritual. Cada obrero cristiano (pastor, líder, maestro, encargado, etc.)
debe saber quién está por encima de él.
Cuando entendemos quién está sobre nosotros y a quién tenemos que sujetarnos, descubrimos cuál es nuestro lugar dentro del cuerpo de Cristo.
C. Aprendamos a ejercer la autoridad delegada.
El que trabaja para Dios necesita, además de aprender a obedecer, aprender a ser la autoridad delegada de Dios en la iglesia y en el hogar.
Es necesario aprender a estar bajo autoridad como a ejercer la autoridad.
La iglesia sufre cuando hay desobediencia y rebeldía, pero también sufre a causa de aquellos que no saben estar en autoridad.
6. Características de los Obedientes.
¿Cómo podemos distinguir si una persona es obediente a la autoridad?
A. Procurará hallar la autoridad a donde vaya.
El lugar en donde se aprende la obediencia es en la iglesia, ya que en el mundo no existe realmente la obediencia.
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Pero una vez que la obediencia es aprendida se expresa en cualquier parte.
B. Es mansa y tierna (pero no débil).
Ha sido ablandada por Dios mismo al encontrarse con su autoridad y no puede ser dura. Está abierta a ser corregida y ministrada porque reconoce y acepta la autoridad espiritual.
C. No busca ni reclama estar en autoridad.
Porque ha aprendido a estar bajo autoridad.
D. Mantiene la boca cerrada.
Está en sujeción y no se atreve a hablar descuidadamente en contra de la autoridad porque hay en ella conciencia de autoridad.
La Autoridad y la Sumisión 4
E. Es sensible a todo acto de rebelión y anarquía.
No apoya, ni promueve la rebeldía en ninguna de sus expresiones. No se deja envenenar por los rebeldes ni manipular por ellos. Nunca se une a los rebeldes ni los apoya.
F. Conduce a otros hacia la obediencia y la autoridad.
7. David y la Autoridad.
Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.
Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos.
A. David actuó según el principio de autoridad.
David ya había sido ungido rey, pero él sabía que si mataba a Saúl se rebelaba en contra de la autoridad de Dios, porque Saúl también había sido ungido por Dios. Incluso, hasta en sus expresiones verbales, demostró el principio de obediencia a la autoridad.
B. La obediencia a Dios es superior a la obra para Dios.
Si David gobernaba al pueblo pero no se sometía a la autoridad de Dios, su obra sería tan inútil como la de Saúl. En su corazón había un esperar en obediencia.
Cualquier cosa que hagamos para Dios debe ser la consecuencia de nuestra obediencia a Dios si esperamos ser bendecidos y prosperados.
C. David mantuvo la autoridad de Dios.
Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?
Solamente pueden ser autoridad los que se someten a la autoridad.
Es absolutamente imprescindible que nos sometamos a la autoridad antes de ejercer autoridad.
La bendición de Dios está en la obediencia.
Para traer bendición sobre tu propia vida y sobre la vida de la iglesia, necesitás estar bajo la autoridad de Dios y bajo la autoridad de las personas que te pastorean, te lideran y te enseñan.
Ellos también son tu autoridad. Respetálos y tenélos en gran estima. Valorálos tanto como Dios los valora.
8. Jesús, Nuestro Modelo de Autoridad.
Se despojó voluntariamente de su autoridad como Dios y vino a obedecer. (Fil. 2:5-11). Él es nuestro ejemplo de vida bajo autoridad.
Tenía que probar su obediencia como hombre y la aprendió.
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
Para tener autoridad, es necesario estar bajo autoridad, en obediencia.
¿Por qué Cristo tenía una absoluta autoridad? Porque siempre vivió en perfecta obediencia.
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Cristo es el principio de la obediencia, por lo tanto una persona llena de Cristo debe ser una persona llena de obediencia.
Cristo siempre obedeció al Padre y a las autoridades
Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
La obediencia requiere un corazón humilde de siervo. Tan sólo en el principio de la obediencia podemos servir a Dios. Y tan sólo en obedecer como Cristo lo hizo podemos reafirmar el principio de autoridad de Dios.
La obediencia a Dios debe ser sin medir las consecuencias, hasta la muerte.
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Por medio de los padecimientos y las pruebas Jesús aprendió la obediencia (Hb.5:8). Con cada sufrimiento que soportó maduró en la obediencia.
¿Para qué sirve el sufrimiento?
Para aprender la obediencia.
Cuando pasamos por el sufrimiento aprendemos la obediencia. Pero el valor no está en cuánto hemos sufrido sino en cuánto hemos aprendido a obedecer a Dios por medio de esos sufrimientos.
Sólo los obedientes son útiles a Dios. El sufrimiento ablanda nuestro corazón y nos lleva a Dios para entregarnos a Él y obedecerle.
9. El Evangelio es un Llamado a Creer y a Obedecer.
La Biblia menciona la obediencia tanto como la fe (2º Tes.1:8,
pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
La purificación es por la obediencia a la verdad
La fe se expresa en obediencia.
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
Mediante la fe recibimos la vida de Dios y mediante la obediencia mantenemos su autoridad.
Dios nos salva para que le obedezcamos, para que seamos obedientes a su voluntad.
10. Obediencia a la Autoridad Delegada.
La palabra “delegado” significa: otorgado a otro, cedido, autorizado.
Estas autoridades son representativas de Dios. No actúan con autoridad propia, sino recibida por una autoridad superior.
A. En el mundo.
· Toda autoridad proviene de Dios.
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
· Sujetarnos a las instituciones humanas.
· Aunque los gobernantes de las naciones no crean en Dios no debemos maldecirlos
No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.
· Los símbolos de la sujeción a las autoridades terrenales son cuatro: tributo, impuestos, respeto y honra.
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.
· Hablar mal de las autoridades es una actitud carnal
y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,
B. En la Familia.
· Las casadas deben sujetarse a sus maridos (
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
· Los hijos sujetos a los padres
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
· Los empleados a sus jefes (Efesios 6:5-7
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.
C. En la Iglesia.
La iglesia es el ámbito en donde se ejerce la autoridad de Dios.
Él desea que toda su iglesia ejerza Su autoridad y que no haya rebeldía. Dios espera de nosotros una obediencia completa, no parcial. Por lo tanto, la responsabilidad de la iglesia es enorme.
Dios quiere que obedezcamos no solamente a Su autoridad directa, sino también a las autoridades delegadas que él mismo ha instituido: pastores, líderes, encargados de Redes, maestros, profetas, apóstoles, etc. (1º Co.16:15-16, 1º Tes.5:12-13; 1º Ti. 5:17).
En el libro de los Hechos vemos que aún entre los ancianos y apóstoles había un orden de autoridad establecido (Hch.15). Algunos apóstoles eran mayores y otros menores.
Cada uno de nosotros debemos saber en qué lugar de autoridad estamos y bajo qué autoridad estamos. Debemos someternos sin temor a las autoridades delegadas (Ro.13:1).
¿Y si la autoridad es injusta?
Si Dios se arriesga a confiarle su autoridad a los hombres, podemos entonces arriesgarnos a obedecer. Si el que ejerce la autoridad es justo o injusto, no nos importa, porque esa persona tiene que dar cuentas directamente ante Dios.
No estamos atados a permanecer bajo esa autoridad si su injusticia es deliberada. Podemos irnos pero sin levantarnos en contra de ella.
11. Diferencia Entre Sumisión y Obediencia.
La sumisión es una cuestión de actitud, mientras que la obediencia es un asunto de conducta. Pedro y Juan respondieron al concilio judío: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios” (Hch.4:19). La actitud de ellos no era rebelde, dado que todavía se sometían a los que estaban en autoridad, sin embargo no mostraron obediencia absoluta.
Sólo Dios recibe la obediencia absoluta. Toda persona inferior a Dios sólo puede recibir una obediencia limitada.
Cuando las autoridades nos dicen que hagamos cosas que contradicen o se oponen a nuestros valores cristianos, o que son abierta o encubiertamente pecaminosas podemos y debemos desobedecerlas.
Cuando la autoridad delegada y la autoridad de Dios mismo entran en conflicto, debemos mantener la sumisión pero no la obediencia a la autoridad delegada.
Si la autoridad delegada da una orden que contradice claramente el mandamiento de Dios, se la tratará con respeto pero no se la obedecerá, porque su orden ofende a Dios.
Veamos algunos ejemplos bíblicos:
A. Éxodo 1:15-22. Las parteras y la madre de Moisés desobedecieron el decreto del Faraón al salvar la vida de Moisés, sin embargo se las consideró mujeres de fe.
B. Daniel 3:8-30. Los tres amigos de Daniel se negaron a adorar la estatua de Nabucodonosor. Desobedecieron la orden del rey pero se sometieron al horno de fuego.
C. Daniel 6:10-28.Daniel desobedeció el decreto real y oró a Dios, sin embargo se sometió al juicio del rey al ser arrojado al foso de los leones.
D. Hechos 4:13-33.Los gobernantes les habían prohibido a Pedro y a Juan predicar el evangelio, los amenazaron y golpearon, sin embargo ellos salieron y continuaron predicando el evangelio.