Levántate y Ve

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Levántate y Ve

Jonás 1:1-2
Jonás 1:1–2 RVG
Y la palabra de Jehová vino a Jonás, hijo de Amitai, diciendo: Levántate, y ve a Nínive, la gran ciudad, y pregona contra ella; porque su maldad ha subido delante de mí.
Desde mi infancia yo recuerdo escuchando la historia de Jonás y como un gran pez se tragó a Jonás. Es una historia que ha sido enseñado mucho en las iglesias, pero muchas veces se pierda lo que Dios estaba haciendo en esta historia.
El libro inicia en vs. 1-2 con un mandato de Dios. Dios viene a Jonás y dice Levántate y ve a Nínive. Dios escoge a Jonás para hacer algo tan importante. Advertir a una ciudad que Dios está al punto de destruirla por su pecado en contra a Dios.
Entonces, Jonás era el hombre que Dios quería para hacer esta obra tan importante. Pero tristamente, la reacción de Jonás a la palabra de Dios no fue bien. Hermanos, es importante para nosotros entender que cuando Dios dice Levántate y ve, que debemos escuchar. Debemos hacer su voluntad.
Dios tiene un propósito en todo lo que hace, Dios tiene un plan más grande que nosotros podemos imaginar. Pero el problema es que muchas veces somos como Jonás, y no estamos de acuerdo con lo que Dios quiere.
Qué hacemos cuando escuchamos la voz de Dios? Decimos sí Señor, y lo hacemos? Espero que sí. Pero hermanos, muchas veces el problema hoy en día, en nuestra sociedad es que no queremos ser 100% comprometido a Dios.
Queremos hacer nuestra voluntad, pensamos que Dios no sabe mejor, pensamos que lo que Dios está haciendo no es tan importante, o pensamos que nuestras ideas y maneras son mejor que Dios.
Hermanos, como vamos a ver hoy, Jonás no fue 100% comprometido a Dios. Es importante que cuando escuchamos la voz de Dios que dice Levántate y Ve, lo hacemos, sin cuestionar.
Entonces, hermanos, como podemos ver que Jonás no fue 100% comprometido a Dios? Vamos a ver por toda la historia de Jonás en este libro que fue así.
Huyó de Dios - Jonás 1:3
Jonás 1:3 RVG
Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope; y halló un navío que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en él para irse con ellos a Tarsis de delante de Jehová.
Primeramente vemos qué Jonás huyó de la presencia de Dios. Vamos a ver por qué huyó luego, pero vamos a enfocar en este momento de la historia. Jonás escucha la voluntad de Dios, escucha el mandato de Dios, claramente sabe que es Dios hablando a él, y huye.
Qué hace? Jonás quiere escapar completamente la presencia de Dios. No quiere escuchar su voz, no quiere sentir su presencia, no quiere hacer nada que Dios ha mandado a él? Por qué? Porque no está 100% comprometido a hacer la voluntad de Dios.
Mire en vs. 3, Vemos los extremos a los que llegó Jonás para escapar de la presencia de Dios. Descendio a Jope, y pagó un pasaje en un navío para irse a Tarsis.
Hermanos, Jonás no tenía planes, no sabía por qué va a Tarsis, su único pensamiento es salir de la presencia de Dios. Hacer cualquier cosa para esconderse de Dios. Porque no quiere hacer la voluntad de Dios.
Hermanos, no podemos escondernos de Dios. Es imposible. Dios es omnipresente y sabe todo lo que hacemos. Él sabe donde estamos en cada momento. Él sabe lo que estamos pensando. Jeremías 23:24
Jeremías 23:24 RVG
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
Jonás trató de huir de la presencia de Dios, pero no fue posible. Nunca es posible para nosotros tampoco. Hermanos, Jonás fisicamente se fue de la presencia de Dios, y aunque nosotros no físicamente huimos de Dios, muchas veces con nuestras emociones, pensamientos, y acciones huimos de Dios.
Dejamos la palabra de Dios, dejamos la oración, dejamos la iglesia que Dios nos ha dado, dejamos el compañerismo con los hermanos todo con el propósito para huir de Dios, para no escuchar su voz, y para no hacer su voluntad. No queremos estar cerca a su presencia, porque sabemos la voluntad de Dios y no queremos hacerlo.
Eso fue el pensamiento de Jonás. No fue 100% comprometido a la voluntad de Dios. Y todos de nosotros sabemos la historia de lo que hizo Dios para llamar la atención de Jonás.
Fue echado en el mar, y Dios envió un pez para tragarse a Jonás. Dentro de este pez, Jonás dijo a Dios que haría su voluntad. Pero tristamente, vamos a ver que todavía Jonás no está comprometido al plan de Dios.
Se enojó con Dios - Jonás 3:1-2
Jonás 3:1–2 RVG
Y vino palabra de Jehová segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y predica en ella el mensaje que yo te diré. 
Una vez más vemos el mandato de Dios a Jonás, Levántate y Ve. Dios todavía tiene un plan, Dios todavía quiere usar a Jonás para cumplir su voluntad. Y esta vez, Jonás lo hace.
Dios envia a Jonás a Nínive, para advertir a ellos que Dios está al punto de destruir la ciudad por sus pecados. Dios quiere dar una oportunidad a esta ciudad para arrepentirse de sus pecados y seguir a Dios.
Vamos a ver luego que Jonás no quiere que la ciudad se arrepienta. Él quiere ver la destrucción de la ciudad. Jonás 3:9-10, 4:1-2 Mire lo que pasa. Níneve se arrepiente y Dios no destruyó la ciudad.
Jonás 3:9–10 RVG
¿Quién sabe si se volverá y arrepentirá Dios, y se apartará del furor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les había de hacer, y no lo hizo.
Jonás 4:1–2 RVG
Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó. Y oró a Jehová, y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque yo sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, lento para la ira, y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal.
En vs. 1 de capítulo 4 vemos la reacción de Jonás. Desagradó a Jonás, y se enojó. Imaginase hermanos, enojarse porque Dios no castiga una ciudad. Parece que Jonás tiene un odio para esta ciudad, y quiere que sea destruida y cuando Dios no lo hace, se enoja.
Hermanos, esto es un buen señal que Jonás todavía no está 100% comprometido a la voluntad de Dios. Dios hace lo que quiere y Jonás no está de acuerdo y se enoja.
Hermanos, la actitud de Jonás a la misericordia de Dios es una actitud que nunca debemos tener. Enojarse por lo que Dios ha hecho, especialmente algo bueno, porque no es lo que nosotros queremos es pecaminoso y ofensivo a Dios.
Nunca debemos enojarnos sobre algo que Dios ha hecho dentro de su voluntad, pero tristamente lo vemos. Alguien a quien miramos con desprecio por su pecado, se arrepiente y viene a Dios, y nos enojamos, porque pensamos que debe ser castigado.
Primero, si eso es nuestra actitud debemos mirar en nosotros mismos. Nosotros tambien somos como esa persona. Pecadores. Pero qué más? No solo enojado por lo que Dios hace en la vida de una persona, pero de pronto una situación?
Hay una situación y queremos una cierta solución, pero Dios hace algo diferente. Nos enojamos? Decimos a Dios, por qué lo hizo así? Hermanos, eso tambien nunca debe ser nuestra reacción. Debemos ser comprometido a la voluntad de Dios no importa lo que es. Efesios 5:15-17
Efesios 5:15–17 RVG
Mirad, pues, que andéis con diligencia; no como necios, sino como sabios, redimiendo el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Hermanos, como vemos en Efesios, nosotros debemos andar con diligencia, no como necios, no como insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Jonás fue un necio. Él quería su voluntad, y no la voluntad de Dios. Él hizo lo que Dios dijo porque Dios castigó a Él no porque fue comprometido a la voluntad de Dios. Es obvio por su reacción a la misericorida de Dios.
Hermanos, qué es su reacción a la voluntad de Dios? Depende en si le agrada a usted? Nuestra reacción no debe ser basado en lo que nosotros queremos. Debemos estar listo para aceptar lo que Dios hace, no importa si nos hace feliz o nos agrada.
Despreció el carácter de Dios
Entonces, ya hemos visto que Jonás huyó de Dios, despues se enojó con Dios por su decisión, y finalmente, vemos algo peor que todo. Jonás 4:2-3
Jonás 4:2–3 RVG
Y oró a Jehová, y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me precaví huyendo a Tarsis; porque yo sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, lento para la ira, y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Piense en lo que Jonás está diciendo. El dice que entiende el carácter de Dios, que Él es clemente, piadoso, lento para la ira, grande en misericordia y que se arrepiente del mal. Claramente Jonás entiende el carácter de Dios.
Pero por como está hablando y por lo que dice, vemos un desprecio por el carácter de Dios. Mire en lo que dice. No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Parece que está hablando del caracter de Dios.
Allá, antes de huir de Dios, él escucha la voluntad de Dios, y dijo no quiero, porque entiendo el caracter de Dios. Yo entiendo que Dios podría arrepentirse del mal, y tener misericordia hacia Nínive. Y no quería ser parte de eso.
Él dice en vs. 2, por eso, me precaví hyuendo a Tarsis; por qué? Porque él sabía el caracter de Dios. Despreció el caracter de Dios. Pensó que si Dios fue así, no quería nada que ver con la voluntad de Dios hacia Ninive.
Hermanos, que triste el pensamiento y acciones de Jonás cierto? Jonás, aunque era un profeta de Dios, para hacer la voluntad de Dios, no es 100% comprometido a su voluntad. Y al fin, Despreció el carácter de Dios como si fuera una falta tener misericordia y mostrar bondad.
Hermanos, la voluntad de Dios es perfecta. Nosotros no debemos decir a Dios, no estoy de acuerdo con lo que quiere de mi, entonces no lo hago. No hermanos. Debemos decir, Sí Señor. Tu sabes mejor, Señor. Tu caracter es perfecto, y tu voluntad es lo que hago y no de mí.
Al fin vemos que Jonás dice a Dios, me quita la vida. Jonás estaba en el punto de este viaje, donde preferiría morir antes que continuar haciendo la voluntad de Dios.
Entonces hermanos, hemos visto este proceso. Hemos visto la resistencia en contra a Dios hacia su voluntad. Jonás no quería servir a Dios en este asunto. Un profeta, un predicador, no quiere hacer la voluntad de Dios.
Entonces, como estamos esta mañana. Qué es nuestra actitud hacía la voluntad de Dios. Estamos listos para decir Sí Señor? Lo que tu quieres Señor. O estamos como Jonás. Resistiendo la voluntad de Dios, huyendo de Dios, se enojando con Dios, y despreciando el carácter de Dios.
Hermanos, ya es tiempo rendirnos a Dios, y decir lo que tu quieres Señor, lo hago. Ya es tiempo, no debemos quejarnos, no debemos huir, no debemos rechazar la voluntad de Dios. Ya es tiempo de decidir que va a servir a Dios en cualquier area. No seamos como Jonás. Decimos sí mi Dios.
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