LAS COSAS BUENAS DEL DESIERTO
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Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.
Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.
INTRODUCCIÓN: El desierto también tiene sus cosas, su lado bueno, amable y positivo; así como lo estudiaremos a la luz de las Santas Escrituras, tomando como ejemplo algunos personajes bíblicos como AGAR (errante) en esta primera parte del mensaje. A continuación lo que esta mujer, sierva de Sara experimentó en el desierto. Veamos cuáles fueron.
1. DIOS LA HALLÓ Y LA ENCONTRÓ JUNTO A UNA FUENTE DE AGUA EN EL DESIERTO.
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.
La halló (hb. Matsá): aparecer o salir al encuentro, estar presente, venir, topar, encontrar (NVI).
• La halló el ángel de Jehová: una manifestación visible del mismo Dios. Ella estaba huyendo a su casa en Egipto; el ángel del señor la encontró a mitad de camino. ¡Que Bendición!
REFLEXIÓN: Donde nos metamos y huyamos Dios nos encuentra; hasta en el desierto.
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.
Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado.
Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. Y aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.
Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
2. DIOS LE HABLÓ AL CORAZÓN EN EL DESIERTO.
Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.
• Para guiarla, instruirla, aconsejarla y hacerla recapacitar apropiada y compasivamente Agar había emprendido un viaje rumbo a su país natal (Egipto/Génesis 16: 1): Dios la encontró y la detuvo y la hizo volver a casa de su ama Sarai.
• Para prometerle multiplicar su descendencia (vr. 10). Esto era muestra de la misericordia divina reservada para Agar y su descendencia (Génesis 17: 20; 21: 13; 25: 12-18). De hecho los árabes reclamaban ser descendientes de Ismael y es un pueblo número.
• Para darle el nombre del niño y su carácter
Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.
Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.
Ismael (hb. Yismael o jismael): Dios oye, escucha, oirá (
REFLEXIÓN: Aun en el desierto Dios nos habla al corazón (
Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.
Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
3. DIOS LE PERMITIÓ TENER UN ENCUENTRO Y UNA EXPERIENCIA PERSONAL Y DIRECTA CON ÉL EN EL DESIERTO.
Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
• "Con el Dios que me ve". El Dios todo ojo, el que todo lo ve, el que me ve a mí, el Dios de ver: JEHOVÁ ROHI. Este sería para ella el nombre de Dios por siempre aunque probablemente al principio no sabría que Él era. Sin embargo; después que se marchó se apercibió de Él con una reflexión similar a la de los doce en Emaús
(Lucas 24: 31-32
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
• Nunca lo esperaba porque estaba fuera del camino y en desobediencia de su beber (
Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
• Dios vio el arrepentimiento, la conversión seria y verdadera de Agar. Haber abandonado la casa de su ama Sarai como esclava no podía hacerlo, porque no era dueña de sí misma y su deber era estar al lado de su ama y sumisa a ella.
REFLEXIÓN: Es en el desierto donde tenemos las mejores experiencias con nuestro Dios ( 1 Reyes 19: 1-19).
Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
4. DIOS LA CUIDÓ ESPECIALMENTE EN EL DESIERTO.
Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.
• Poso del viviente que me ve (hb. beer lahay roí): este fue el lugar en que el Dios de la gloria manifestó su especial cuidado por una pobre mujer en apuros (Vr. 14).
REFLEXIÓN: Aun en el desierto gozamos y vemos el cuidado divino.
5. DIOS ESCUCHÓ LA VOZ DE ISMAEL HIJO DE AGAR EN EL DESIERTO.
Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
• Significa literalmente que el niño fue escuchado por Dios y le proveyó para sus necesidades en el desierto y las de su madre, Agar.
REFLEXIÓN: Aun en el desierto Dios nos escucha, nos oye y suple para nuestras necesidades.
6. DIOS LA LLAMÓ DESDE EL CIELO EN EL DESIERTO.
GÉNESIS 21: 17, 18
Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
Llamó (hb. card): dar voces, habló, gritar, nombrar, llamar por nombre, fuera y para acosar a una persona que uno encuentra. El significado original es; bajó (PDT): "Pero Dios escucho la voz del niño, y el ángel de Dios bajo desde cielo. Él le dijo: Agar, que te pasa? No te asustes, Dios ha escuchado el llanto del niño". (vs.17).
• Para consolarla y animarla
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
ella estaba desmotivada, errante por el desierto (vs 14), cansada, sin provisiones, su hijo enfermó y a punto de morir.
• Para darle una gran promesa
Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
el propósito divino era animarla y estimularla y ayudar a su hijo y bendecirlo (Génesis 16: 10; 17: 20; 21: 13; 25: 12-18).
• Para instruirla y guiarla
Levántate (hb. cum): ponerse de pie (PDT) y cambiar la actitud (1 Reyes 19: 4-8).
Alza a tu hijo y sostenlo de la mano: Búscalo (DHH), Levántalo (PDT), Agárralo bien de la mano (PDT) y con fuerza, No lo sueltes de la mano (DHH).
REFLEXIÓN: Aun en el desierto Dios nos habla, llama, para guiarnos, animarnos, consolarnos e instruirnos.
7. DIOS ESTABA CON ISMAEL HIJO DE AGAR EN EL DESIERTO.
Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
• Señal de su presencia, protección, ayuda (DHH) y asistencia; tanto así que creció y vivió en el desierto (vr. 20, 21).
REFLEXIÓN: Aun en el desierto contamos y experimentamos la presencia divina.
LAS COSAS BUENAS DEL DESIERTO (II Parte)
Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
INTRODUCCIÓN: En esta ocasión estudiaremos las cosas buenas, amables y positivas que vivió y experimentó MOISÉS (sacado de las aguas) en el desierto. Veamos cuáles son a la luz de este pasaje bíblico.
1. TUVO UNA EXPERIENCIA MARAVILLOSA, EXTRAORDINARIA Y SOBRE NATURAL DE LA MANIFESTACION, VISITACIÓN, PRESENCIA Y GLORIA DE DIOS (Vr. 1- 6).
• El ángel de Jehová se le apareció (vr. 2): es una teofanía; una manifestación visible del mismo Dios y posiblemente del propio Cristo preencarnado (Hechos 7: 30).
• En una llama de fuego y una zarza ardiente (vr. 2): la gloria de la presencia de Dios el Shekina que transformó todo y todos los que toca (Hechos 7:30). Este mismo fuego acompañó más adelante a Israel en forma de columna (Éxodo 13: 21)
• Fue un acontecimiento que despertó la curiosidad de Moisés (Vr. 3, 4a): esto fue extraordinario, llamativo, sorprendente y a la vez, extraño, pero maravilloso (Hechos 7: 31).
• Dios lo llamó dos veces por nombre propio (Vr. 4): señala la solemnidad específica, especial, y peculiar (Génesis 22: 11; 46: 2; Éxodo 3: 4; 1Samuel 3: 10; Lucas 10: 41; 22: 31; Hechos 9: 4). Un llamado benévolo que Moisés respondió con un "heme aquí: aquí estoy (DHH), aquí me tienes (PDT).
• Quita el calzado de tus pies (vr. 5): una señal de reverencia, respeto y sumisión, como cuando alguien se quita el sombrero hoy (Hechos 7: 33).
• El lugar que pisas tierra santa es (Vr. 5b): un lugar común que se convierte en sagrado, debido a la visitación y presencia gloriosa de Dios (Josué 5: 15; Hechos 7: 33).
REFLEXIÓN: Las mejores experiencias y vivencias personales y directas con nuestro Dios las podemos tener en el desierto (1 Reyes 19: 4-13).
2. DIOS SE LE REVELÓ Y SE LE MANIFESTÓ CON NOMBRE PROPIO: YO SOY O YO SOY EL QUE SOY (Vr. 6, 14) (HECHOS 7: 32).
• Es una solemne declaración que hizo Dios de su nombre, por el cual sería conocido de Moisés: el Dios que está en el origen y al final de toda existencia, único e incomparable y sin limitaciones. También describe su naturaleza, su carácter, soberanía, atributos, obra de juicio y salvación. Se relaciona con el verbo "Ser" y por lo tanto implica absoluta existencia de Dios y su presencia: ¡YO SOY JEHOVÁ!
REFLEXIÓN: En el desierto el gran Yo soy también se nos revela y se nos manifiesta poderosa y grandemente.
3. DIOS LE RECORDÓ SU PACTO (Vr. 6).
• Pacto (hb. Berit): alianza, acuerdo, tratado, compromiso, fianza. El "pacto" que había hecho con su siervo Abraham, Isaac y Jacob; ahora Dios lo recuerda a Moisés estando en el desierto pastoreando las ovejas de Jetro
Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
REFLEXIÓN: En el desierto Dios también se acuerda de nosotros y de su Palabra fiel, dada a nosotros.
4. RECIBIÓ EL LLAMADO A LIBERAR AL PUEBLO DE ISRAEL (Vr. 7-10).
• Tenía cuarenta años y estaba pastoreando las ovejas de su suegro Jetro: estaba ocupado (vr.1) (Miqueas 6: 4; Hechos 7: 34-36). Para la época era un oficio muy bajo para un hombre de educación y cualidades como Moisés
Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;
REFLEXIÓN: En el desierto Dios también nos llama al ministerio y a cumplir sus propósitos.
5. CONOCIÓ MUCHO MEJOR A DIOS FORTALECIENDO SU COMUNIÓN CON ÉL Y LA COMUNIÓN FILIAL
Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó. Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado. Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.
• Fue un encuentro afectuoso con su hermano mayor Aarón en el desierto.
REFLEXIÓN: En el desierto también sirve para fortalecer nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos en la fe y familia.
. TUVO UN ENCUENTRO 6CONMEMORABLE Y MARAVILLOSO CON DIOS HECHOS 7: 31
Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:
• Maravilloso (gr. Dsaumazo): admirado, extraño, atónito, sorprendido, asombrado.
REFLEXIÓN: En el desierto es donde podemos tener los encuentros más maravillosos con Dios.
CONCLUSIÓN: El desierto no todo es malo; también tiene sus cosas buenas, amables y positivas, así como lo aprendimos de Moisés. ¡AMEN QUE SÍ!