Un compromiso Avivado
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Introducción
Introducción
33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.
34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas.
35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien.
37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.
38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.
La falta de un compromiso serio con Dios es lo que distingue al cristianismo en la actualidad.
y es una de las mas grandes causas de la tibieza y la frialdad que caracteriza la vida espiritual de muchos cristianos hoy en día.
Parece que en nuestra generación la palabra compromiso es una mala palabra.
Como si fuéramos legalistas, o extremistas,
¿Que esto de compromiso? a mi háblame de la del amor de Dios y de su Gracia,
pero no quiero saber nada de compromiso, suena como una atadura o esclavitud.
Nuestra generación esta muy interesada en buscar todos los beneficios y bendiciones que puedan obtener de Dios; pero poco interés hay en comprometerse sinceramente a Dios con obediencia y humildad.
Y es por esa razón, que en nuestra sociedad abundan la personas que profesan con mucha facilidad ser cristianos; mientras su vidas no reflejan en lo absoluto un compromiso con la fe que profesan.
Y esto a raíz de que muchas veces el evangelio que se proclama es un evangelio diluido y adulterado,
un evangelio que ofrece salvación sin arrepentimiento,
comunión con Dios sin obediencia y una vida cristiana sin un compromiso genuino.
Muy lejos han quedado para muchos las palabras del apóstol Pablo en
1 Corintios 15:58 (RVR60)
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
La NVI lo traduce de esta manera:
“Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”
En otras palabras Pablo alienta a los hermanos de Corinto a no desmayar
y es por eso que Pablo les recuerda el evangelio para reavivar en ellos su compromiso con Dios.
Porque donde no hay compromiso serio con Dios no hay esperanza de perseverar hasta el fin.
El cristiano sin un compromiso sincero con Dios es como
un niño fluctuante que es llevado por todo tipo de doctrina,
no solamente cambia con mucha frecuencia de iglesia sino que carece de convicciones firmes, hoy es bautista maña es carismático después es mormón y después quien sabe donde acabará.
un cristiano sin un compromiso con Dios es como el hombre que describe santiago:
“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (St. 1:8)
No se congregan con frecuencia en la iglesia, como dice el autor de hebreos (tienen la costumbre de no congregarse) , no oran, no leen sus biblias, no están firmes en la fe por que les falta compromiso.
Y esto es extremadamente peligroso, la falta de compromiso con Dios nunca acaba bien; Es una invitación a puerta abierta para que el pecado entre fácilmente a nuestras vidas.
La tibieza y la inconstancia en la vida cristiana produce amargos frutos en nuestras vidas.
Un ejemplo de esto es Judá, quienes habían descuidado su compromiso con Dios y las consecuencias de su tibieza fueron terribles.
Hemos ya considerado el capitulo 8,
La palabra de Dios confrontó el pecado del Pueblo, lo cual resultó en un arrepentimiento masivo y una adoración colectiva a Dios de parte de todo el pueblo.
Pero era necesario que su Compromiso fuera avivado, de otra manera estaban destinados a caer en el mismo error una vez mas.
El pueblo no necesitaba una charla motivaciónal que estimulara sus emociones para animarlos a servir a Dios,
tal emoción se esfuma con gran facilidad,
hoy hay mucha emoción en las iglesias y muy poco compromiso.
Un pueblo conformado por pecadores, que se inclinan fácilmente a la maldad y son muy propensos a caer en la comodidad.
NECESITAN mucho mas que buenas intenciones y fuerza de voluntad para asumir un serio y sincero compromiso con Dios.
Esdras, Nehemias y los levitas sabían que sin un compromiso sincero de parte de todo el Pueblo hacia Dios todo lo que había pasado hasta el momento hubiera sido en vano.
Y es por eso que en el capitulo 9 encontramos a los lideres de Juda dirigiendo al Pueblo a un compromiso con Dios.
Nehemías 9:38 (RVR60)
38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.
Este versículo es muy significativo, después de todo lo que el pueblo había sufrido por su desobediencia, la semilla de la palabra que fue sembrada por Esdras y Nehmias parece estar rindiendo frutos en el pueblo.
¿Cual fue el compromiso que asumió el Pueblo aquel día?
que incluso que firmaron con su propias manos.
Nehemías 10:28–39 (RVR60)
28 Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento,
29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.
30 Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
El pueblo se arrepintió por desobedecer el mandamiento que Dios le había dado de no mezclarse con las naciones paganas
3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.
4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.
31 Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda.
El pueblo se arrepintió por desobedecer el mandamiento de guardar el día de reposo y el año de jubileo (Lev. 25:2-7)
32 Nos impusimos además por ley, el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios;
33 para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los días de reposo, las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios.
El pueblo se arrepintió por desobedecer el mandamiento de contribuir anualmente para el sostenimiento del templo (Exodo 30:11-16)
34 Echamos también suertes los sacerdotes, los levitas y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como está escrito en la ley.
El pueblo se arrepintió por su falta de interés en las necesidades del templo (Levitico 6:12-13)
35 Y que cada año traeríamos a la casa de Jehová las primicias de nuestra tierra, y las primicias del fruto de todo árbol.
El pueblo se arrepintió por su desobedecer el mandamiento de traer las primicias a Dios (Deuteronomio 26:1-3)
36 Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios;
El pueblo se arrepintió por su desobedecer el mandamiento de traer los primogenitos de sus ganados y rebaños a Dios (Numeros 18:15-17)
37 que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades;
El pueblo se arrepintió por su desobedecer el mandamiento de traer los diezmos a Dios (Levitico 27:30)
38 y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.
39 Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.
El pueblo se arrepintió por la corrupción que había en los lideres.
Este compromiso no es cualquier compromiso, no es superficial ni ligero,
pero si es el que Dios requería de su pueblo,
Y es por eso que este tema es tan importante, porque debemos de entender que el comprometernos sinceramente con Dios no es una alternativa para el creyente,
Dios requiere que su pueblo este comprometido con El, El es un Dios celoso de su nombre y el no aceptara nada menos que un compromiso serio a El de parte de sus hijos.
En el pasado, el pueblo no había entendido esta verdad y es por eso que fracasaron terriblemente, pero ahora, habiendo escuchado la palabra de Dios, han reconocido que no pueden continuar con su tibieza e indiferencia a Dios.
Tal fue la convicción que la Escritura produjo en ellos que expresaron lo siguiente en
Nehemías 9:33–35 (RVR60)
33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.
34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas.
35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
El pueblo fue confrontado por su falta de compromiso y se arrpentieron
¿y que hicieron después?
Se comprometieron inmediatamente con Dios.
no hay otra manera de solucionar la falta de compromiso en nuestras vidas.
Al comprometernos sinceramente con Dios la falta de compromiso se acaba, no se requiere mucha ciencia, no hay que buscarle mucho,
Pero con esto no quiere sugerir que es fácil,
al considerar este pasaje, encontramos una larga lista de cosas que el pueblo mismo reconoce que debían de cambiar, costumbres que tenían bien arraigadas que tenían que desechar,
En primer lugar el pueblo debía apartarse de todos los ídolos y comprometerse solamente con el unico Dios verdadero.
Por eso este compromiso comienza con la siguiente declaración:
Nehemías 9:6–32 (RVR60)
6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham;
8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.
9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;
10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.
11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas.
12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.
13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos,
14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley.
15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.
16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.
17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.
18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones,
19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
20 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.
21 Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.
22 Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán.
23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.
24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran.
25 Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad.
26 Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.
27 Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos.
28 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste.
29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.
30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.
31 Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.
El pueblo necesitaba reconocer que Dios no tiene rival,
El es el único Dios verdadero, y es por esta razón que nuestro compromiso debe de ser únicamente a El.
El pueblo como muchos de nosotros se comprometía con facilidad a sus ídolos y descuidaba sin ninguna preocupación su compromiso con Dios,
es triste ver como muchos cristianos se comprometen con todo menos con Dios y sus otros compromisos son mas importantes que su compromiso de servir a Dios.
la ley de Dios confrontó al pueblo y pudieron RECONOCER que solamente existe un Dios verdadero que en INCONTABLES ocasiones les había demostrado su INFINITO PODER Y DEIDAD,
De manera que si hay alguien al que le debían su compromiso, Ese es a Dios.
El despreciar tal compromiso es un pecado digno de juicio como ellos mismo lo reconocieron al proclamar:
“Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo
No podemos pretender ser seguidores de Cristo si nuestro compromiso con Dios es a medias,
Es muy necesario que evaluemos nuestra vida para examinar
¿Como esta nuestro compromiso con Dios?
probablemente nos demos cuenta que es necesario que Dios avive en nuestros corazones un sincero compromiso a El
si es que verdaderamente queremos ser seguidores de Cristo.
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
La falta de compromiso a Dios en pastores, ministros y muchos cristianos a traído terribles consecuencias, no pensemos que el descuido con nuestro compromiso con Dios terminará bien,
Que Dios en su gracia por medio de su Espíritu avive nuestras vidas.