La noche antes de amanecer

La noche antes de amanecer 1  •  Sermon  •  Submitted
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Confiar en Dios aun cuando no vemos actividad de SU Mano en nuestra vida

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Este mes recordamos el evento que sacudió y sigue sacudiendo la historia. El nacimiento de nuestro Salvador llegó en un contexto complicado para Israel y sigue siendo así para el cristiano actual, porque tenemos la certeza de la Salvación, pero el día a día puede ser complicado como el de cualquier ser humano que sufre, se duele, se enferma, tiene pendientes.
Esos días que tenemos dificultades, o cuando la crisis dura demasiado nos sentimos cansados. Nos cansamos de ser buena gente, portarnos bien si después de todo ¡me va mal! Nos cansamos cuando no vemos resultados, no te va tan bien como pensaste que debería irte, al contrario parece que la cosa está peor.
Amas a Dios, no has dejado de creer en ÉL pero como que necesitas unas vacaciones de ÉL, unos días para soltarte el pelo, liberar la presión.
Soltero, soltera te cansas de esperar al cristiano guapo buena honda ¡no hay! y los que hay no se ponen las pilas y de pronto piensas: “quizá soy muy idealista” tengo que bajar el estándar, quizá lo encuentre en un antro; he dejado de ganar dinero por ser honesto, etc. El caso es que cuando ese pensamiento llega, nos sentimos culpables por pensarlo, pero debes saber que estar cansado es perfectamente normal. Pablo dice:
Así que no nos cansemos de hacer el bien...” (Gálatas 6:9, NTV)
¿Por qué dijo eso? porque sabía que se iban a cansar de hacer el bien en algun momento, o de portarse bien o de no ver resultados. Habrá momentos que vas a querer decir ¡estoy cansado! ¡no quiero seguir!
La historia de hoy es para quienes alguna vez se han cansado de hacer el bien y no ver retribución. La Escritura nos dice que para el que quiere hacer lo bueno no siempre es fácil.
El contexto histórico es interesante. En un principio Israel no tenía rey, son un gran territorio. Piden un rey y Dios se los concede, el primer rey se llama Saúl, después es David y después su hijo Salomón.
Después de él, el reino se divide en 2 el reino del Norte y del Sur. El norte conserva el nombre Israel y el del Sur se llama Judá. La capital de los 2 (Belén y Jerusalén) están en territorio de Judá. Cada reino tiene su rey. La mayoría de los reyes del norte fueron malos, adoraron ídolos, se alejaron de Dios, hicieron pactos con los reinos vecinos y actuaban como pueblo sin Dios.
El reino de Judá tuvo de todo, reyes buenos y otros malos, los buenos siguieron a Dios, hicieron lo recto ante ÉL. Cuando tenían un conflicto, los reyes le decían al pueblo que se volvieran a Dios, los reyes malos hacían convenios con las demás naciones.
La historia de hoy sucede en el año 735 a. C. Asiria era la super potencia de la época, eran guerreros crueles y tenían un sistema organizado de gobierno, dominan a quien se ponga enfrente, les cobran impuestos. Las naciones odian a Asiria, pero le tienen miedo. El rey de Israel fue con el rey de Aram y le dijo: “unamos nuestros ejércitos y hagamos la guerra contra Asiria, hagamos algo para no ser oprimidos por ellos”. Después envía mensaje al rey de Judá con lo mismo: “Nos vamos a unir con Aram para pelear contra Asiria”.
Acaz rey de Judá tiene alrededor de 20 años, es un rey que hizo lo malo, sacrificó a sus hijos en el fuego, cerró el templo, hizo altares en todo Judá, cuando muere lo entierran en las afueras de Jerusalén porque no lo querían recordar. Acaz recibe el mensaje: “Vamos a pelear contra Siria”.
Ahora tiene un dilema, sabe que aún uniendo los 3 ejércitos no son lo suficientemente fuertes para derrotar a Asiria, sabe que van directo a al derrota. Las torturas de Asiria eran legendarias. Además sabía que si decía que no se unía, Israel y Aram se ofenderían y sería el pretexto para que lo invadan. Si dice que sí, sabe que están amolados, si dice que no…también. Esta historia está en 2a Reyes 16.
La gente de Judá ha sido fiel a Dios y están atrapados, quizá dicen: “hemos sido fieles a Dios por generaciones, aun bajo Acaz hemos sido fieles a Dios, poniendo en peligro nuestras vidas. El rey Acaz está ofendiendo a Dios, estamos a punto de ser invadidos por Aram e Israel, o vamos a la guerra contra Asiria a morir. Con los reyes anteriores sabíamos que al ver el peligro, buscarían a Dios. Somos testigos de cómo buscaron a Dios y ÉL los libró, pero Acaz ¡no hará eso! Ha abandonado a Dios, ha dejado el pacto, ha cancelado la adoración en el templo. Dios no tiene por qué escucharlo y ahora nosotros vamos a pagar los pecados de este rey ¡No es justo!
Hemos intentado ser justos, nos hemos esforzado, buscamos a Dios y aun así ¡pagaremos los pecados de este rey! Por 3 generaciones hemos hecho lo posible para enseñar a nuestros hijos a ser justos, ahora ellos preguntan ¿por qué seguir siendo fiel a Dios? ¿por qué seguir obedeciendo y siendo fiel? ¿por qué seguir orando? Hemos sido fiel a Dios y ¡no obtenemos nada a cambio!
Acaz se pregunta ¿qué hago? ¿me uno a la guerra contra Asiria? ¿o me preparo para que Israel y Judá me invadan? Mientras piensa qué hacer le llega la noticia que Aram acaba de cruzar la frontera, entra a territorio de Israel, se prepara para atacar las ciudades Filisteas que están cerca de su frontera. Escucha que el ejército de Israel marcha hacia Jerusalén (es su capital, pero está en territorio de Judá) ¿qué hacer? en medio de esa situación de miedo Dios envía al profeta Isaías a hablar con Acaz.
Este es el mensaje para quienes quieren permanecer fiel a Dios pero están cansados. Hombres y mujeres que han hecho lo justo, lo bueno pero no han recibido nada bueno ni justo. Para quienes parece que viven una noche muy larga. Es Dios hablando a Judá y también a ti y a mí, que a veces te sientes cansado de la vida, de ser cristiano, del matrimonio, cansado del jefe, cansado de recibir injusticias y dices, Dios ¡estoy cansado!
«Consuelen, consuelen a mi pueblo —dice su Dios—.” (Isaías 40:1, NTV)
¿Por qué dicen eso? Porque saben que se van a desesperar, angustiar, necesitan consuelo. Dios ha visto su fidelidad, su esfuerzo, su sufrimiento.
Hablen con ternura a Jerusalén y díganle que se acabaron sus días tristes y que sus pecados están perdonados...” (Isaías 40:2, NTV)
Díganle que su pecado ha sido perdonado, ha terminado su tristeza.
¡Escuchen! Es la voz de alguien que clama: «¡Abran camino a través del desierto para el Señor! ¡Hagan una carretera derecha a través de la tierra baldía para nuestro Dios! Rellenen los valles y allanen los montes y las colinas; enderecen las curvas y suavicen los lugares ásperos.” (Isaías 40:3–4, NTV)
Isaías dice: Dios está a punto de hacer algo ¿creen que se ha olvidado? ¿que no hace nada? esperen, Dios no se ha desviado ni 1 mm de lo que ha dicho que hará, porque Dios es fiel. Dios está preparando toda la historia, las circunstancias, las crisis, las guerras. Pero ellos reaccionan igual que nosotros, que estamos tan enfocados en la vida, en lo que me está pasando ¿por qué yo? ¿por qué tengo que pagar el pecado de otro, la culpa de alguien más? Acaz nos metió en esto ¡yo qué culpa tengo! y Dios les dice: Antes que me abandones quiero hacerte unas preguntas:
¿Quién ha sostenido los océanos en la mano? ¿Quién ha medido los cielos con los dedos? ¿Quién sabe cuánto pesa la tierra, o ha pesado los montes y las colinas en una balanza?” (Isaías 40:12, NTV)
¿Quién es suficientemente poderoso para hacer eso? ¿el rey de Aram, Israel, d Asiria? respuesta ¡no!
¿Quién puede dar consejos al Espíritu del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para aconsejarlo o instruirlo? ¿Acaso el Señor alguna vez ha necesitado el consejo de alguien? ¿Necesita que se le instruya sobre lo que es bueno? ¿Le enseñó alguien al Señor lo que es correcto, o le mostró la senda de la justicia?” (Isaías 40:13–14, NTV)
Se que quieres abandonarme, pero antes de hacerlo por las circunstancias o porque estás cansado, quiero que recuerdes ¡con quién estás tratando! se trata de Dios quien no necesita que lo instruyan, que lo animen ¡Es el Creador del cielo y tierra! No necesita que lo aconsejen. Porque ¿no es cierto que a veces queremos aconsejar a Dios sobre lo que es mejor para nosotros? Dios quizá no lo sepas, pero ya tengo 30 y no tengo hijos, tengo 3 hijos y no tengo trabajo, tengo trabajo pero no me alcanza, me alcanza pero no soy feliz, soy feliz pero estoy enfermo ¡no te das cuenta ! no queremos ofenderle pero a veces parece que no pone atención.
Isaías dice: ¡alto, alto! dime ¿quién le recuerda a Dios algo porque lo pudo olvidar? ¿quién le va a decir a Dios lo que es mejor? ¡nadie!
No, porque todas las naciones del mundo no son más que un grano de arena en el desierto. No son más que una capa de polvo sobre la balanza. Él levanta el mundo entero como si fuera un grano de arena.” (Isaías 40:15, NTV)
Las naciones del mundo no valen nada para él. Ante sus ojos, cuentan menos que nada, son sólo vacío y espuma.” (Isaías 40:17, NTV)
Judá te preocupa Aram, Israel, Asiria. Te preocupas por tu soltería, tus hijos, porque las personas hablan mal de ti, entiendo tu preocupación pero vamos a lo básico ¿quién es tu Dios? ¿qué tan poderoso es tu Dios? Es el Dios de la historia, quien te dio la tierra, tiene un pacto contigo, va a cumplir lo que te ha prometido.
Esto es para nosotros, quieres alejarte de Dios por las circunstancias en tu vida, quieres alejarte de Dios por esa deuda, esas amenazas, por ese problema en el trabajo, esa enfermedad, te quieres alejar porque parece que Dios no hace nada. Isaías recuerda que Dios mueve los corazones de los reyes de la tierra, el que dice: esta nación es poderosa hoy pero mañana será sólo historia. Y lo quieres dejar porque no hace lo que crees que debe hacer, como si tú sabes más que ÉL.
¿Con quién podemos comparar a Dios? ¿Qué imagen se puede encontrar que se le parezca?” (Isaías 40:18, NTV)
¿Acaso no han oído? ¿No entienden? ¿Están sordos a las palabras de Dios, las palabras que habló antes de que existiera el mundo? ¿Son tan ignorantes?” (Isaías 40:21, NTV)
En otras palabras: antes que me dejes, que busques alguien más, ante que te des por vencido, antes medita en esto ¡quién es a quién estás abandonando! ¡a quién le quieres dar la espalda!
Dios se sienta sobre el círculo de la tierra; la gente que hay abajo le parecen saltamontes. Él despliega los cielos como una cortina, y hace con ellos su carpa.” (Isaías 40:22, NTV)
Tienes miedo de Aram, de Asiria, para Dios son como chapulines. Le tienes miedo al paso del tiempo, al jefe, a la enfermedad, a tus compañeros de trabajo, etc. Dios no está menospreciando a nadie, el punto es que tengas un poco de perspectiva. Porque ÉL tiene el control, sigue siendo Dios, por eso ¡no te alejes! No te vayas. Sigue confiando, sigue siendo fiel, sigue obedeciendo, sirviendo, trabajando.
Él juzga a los poderosos del mundo y los reduce a nada. Apenas comienzan, recién están echando raíces, cuando él sopla sobre ellos y se marchitan; se los lleva el viento como a la paja.” (Isaías 40:23–24, NTV)
¿Recuerdan cuando David peleó contra los filisteos que eran una raza poderosa? ¡Dios los protegió! Este no es momento para alejarte, esa no es alternativa.
«¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo.” (Isaías 40:25, NTV)
Esto que sigue es para cada uno de nosotros, para ti y para mí.
Levanten la mirada a los cielos...” (Isaías 40:26, NTV)
Estas cansado, quieres buscar por tu lado, llamar al compadre, estás al límite de tus fuerzas, te pido que me des una noche más. Esta noche, sal al patio, levanta tus ojos al cielo, observa la luna llena, las estrellas, los planetas, obsérvalos hasta que te caiga el peso de la realidad de Dios quien hizo toda la Creación y que es tu Dios.
“… ¿Quién creó todas las estrellas? Él las hace salir como un ejército, una tras otra, y llama a cada una por su nombre. A causa de su gran poder y su incomparable fuerza, no se pierde ni una de ellas.” (Isaías 40:26, NTV)
Ahora se pondrá personal.
Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el Señor no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos?” (Isaías 40:27, NTV)
¿Por qué murmuras, Jacob? ¿Por qué refunfuñas, Israel: «Mi camino está escondido del Señor; mi Dios ignora mi derecho»?” (Isaías 40:27, NVI)
¿Has hecho esto alguna vez? Refunfuñado. Como niño malcriado, creyendo que Dios no ve tu vida: Señor mira mis finanzas ¡no ves mi camino! No ves mi matrimonio, nos estamos despedazando. Dios mis hijos necesitan la figura paterna, materna ¡No ves mi vida! Se que formaste naciones, abriste el mar, diste comida en el desierto, pero no creo que veas mi situación, lo que estoy pasando ¡parece que ignoras mi derecho!
Isaías dice ¡no lo abandones ahora! ¡no le des la espalda! Tu vida no es desconocida por Dios, tu situación no está escondida. ÉL conoce las estrellas por nombre, tu situación la sabe al derecho y al revés, no es momento para ser desleal, para desconfiar.
¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido? El Señor es el Dios eterno, el Creador de toda la tierra. Él nunca se debilita ni se cansa; nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.” (Isaías 40:28, NTV)
Quizá no entiendes lo que está haciendo, pero no quiere decir es es infiel o que se olvide de ti.
Estar cansado no es malo. Pero significa que en lugar de abandonarlo, puedes pedirle fuerzas. El cansancio no es razón para abandonar, es la oportunidad para clamar y decirle ¡no sé cómo seguir! ¡no puedo más! estoy a punto de ser infiel y no quiero ! Pero no puedo más. Dios te dice: ¡qué bueno que viniste, porque ¿sabes qué hago con los cansados?! ¿los cacheteas, los castigas? ¡no!
Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.” (Isaías 40:29, NTV)
Al que está cansado: ¡le doy fuerzas!
Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos. En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas...” (Isaías 40:30–31, NTV)
La palabra confiar se puede traducir como “esperar”. Esperar algo que quieres que suceda, con expectativa, con ansias. Estos versos nos dicen: cuando tengas esa expectativa, ansia, desesperación, cuando sabes que no hay nada más que puedes hacer. No puedes cambiar al rey de Aram, no tienes idea de qué hará Asiria, pero ¡voy a esperar en Dios! esperaré a lo que ÉL hará, porque aunque estoy cansado, se que Dios hará algo, mis caminos no están escondidos de ÉL. Sé que se preocupa por mí, esperaré lo que ÉL hará. Al mantener esa actitud es ahí donde encontrarás las fuerzas que ÉL promete.
En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.” (Isaías 40:31, NTV)
Isaías le dice a Judá y Dios a nosotros: “Cuando estés cansado -vas a estar- ya sea en el matrimonio, trabajo, cansado de ser honesto ¡no me abandones! ¡no pierdas fe! ¡no me des la espalda en tu debilidad! Sólo porque no hago lo que crees que debo hacer o de la forma como quieres y te has cansado, ese cansancio no es indicación que no estoy haciendo algo, tu cansancio no quiere decir que no tengo Poder o el control, sólo indica que necesitas fuerzas nuevas para seguir adelante.
Por eso esta noche sal al patio, mira el cielo, observa todo lo que Dios ha hecho. Dios quiere y puede intervenir en tu vida cuando estás cansado. Dile: Has creado todo esto ¡confiaré en ti! esperaré en ti. Y al poner tu confianza en ÉL ¡ahí encuentras SU Fortaleza!
No tiene sentido desobedecer a Dios ¡no hay ninguna ventaja! sabes que alejarte de ÉL por cansancio, por no ver resultados, después vas a regresar pero con heridas, con dolor, tristeza, remordimientos, vergüenza. Al estar cansado no ganas nada con darle la espalda, ganas cuando en tu cansancio te vuelves a Dios y le dices: “Señor mi esperanza eres tú!” ¡ahí encuentras tu fortaleza!
Isaías les dice: confía en Dios aun cuando no tienes evidencia de SU presencia. Cuando el cielo se oscurece ¡confía en Dios! Dios te dice ¡confía en mí no importa lo que veas, oigas o sientas! Quiero que seas fiel a pesar de la amenaza de Asiria, Aram, Israel y entonces te daré fuerzas en medio de tu cansancio.
Dios recibe más gloria cuando confías aunque no veas evidencia de SU presencia o actividad. Recibe más honra por nuestra debilidad fortalecida. Como si dijera: “Mira a fulano, está en un matrimonio difícil, en el trabajo lo tratan mal, lo calumnian, es el único cristiano en la oficia y se burlan, no tiene trabajo, pero vive cada día como si YO estuviera haciendo algo. Siente mi presencia.”
Cuando vivimos así aun cuando el cielo está oscuro, en ese momento de más oscuridad antes del amanecer, es cuando podemos ver SU Gloria en los cielos, como las estrellas en la noche más oscura.
Recuerda este verso y dile a Dios que necesitas fuerzas para seguir, que prefieres seguir esperando en ÉL, pero necesitas que se cumpla SU promesa de darle fuerzas al cansado. Estar cansado en el momento más oscuro de la noche, no es momento para abandonarlo, sino para confiar más en ÉL, porque la mañana está por llegar.
Repite este verso y dilo en primera persona
“...yo que confío en el Señor encontraré nuevas fuerzas; volaré alto, como con alas de águila. Correré y no me cansaré; caminaré y no desmayaré.
Palabra de Dios
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