La Noche antes de amanecer 2

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Estamos en la época del año que recordamos el origen de la Navidad. No es sólo feliz temporada, época del año, sino que por el nacimiento del Señor Jesús es Feliz Navidad. Muchos años antes que el Señor Jesús naciera se dijo que nacería. Testigos dejaron un registro de esa profecía, así que la historia confirma que esto sucedió en realidad. Jesús nace y se cumplen esas profecías de cientos de años antes.
Hoy veremos una historia que nos confirmará que Dios cumple lo que promete, actúa en la historia y en tu historia. Es necesario recordarlo porque a veces el cansancio nos hace sentir que Dios no está, creemos en ÉL, pero ¿por qué no actúa en mi vida? ¡no veo mejoría, no veo nada! ¿está haciendo algo en el mundo? ¿por qué hay guerras, conflictos, caos? por eso algunos piensan que la religión es un invento humano, algo creado por la sociedad para tener un sostén, para darle sentido a la vida.
Otros piensan que Dios es cruel porque no actúa como “debería” hacerlo, cuando más lo necesité este año ¡no apareció! El año para el matrimonio y ¡nada! para el hijo y ¡nada! el año para empezar la especialidad y ¡nada! para consolidar la empres y ¡nada!, la iglesia, relación, etc.
Otros piensan en Dios como una fuerza que puso todo en movimiento y después se sentó a ver cómo echábamos a perder la Creación.
Sin embargo cuando tenemos esos momentos de crisis, de oscuridad, anhelamos saber que nuestra vida tiene sentido, que quizá la oscuridad no me deja ver nada pero, hoy veremos, como la semana pasada, que Dios tiene el control, sigue haciendo algo, está activo en la historia y en nuestra historia.
El libro de Mateo en e NT narra el nacimiento de Jesús: “Un ángel visitó a María y le dijo: ‘vas a tener un bebé pero no será de tu marido, será un niño especial’”. María estaba comprometida con José, en esa época y cultura los padres arreglaban el matrimonio, comprometerse era considerado para fines legales un matrimonio, pero aún no se unían en lo físico. Mateo dice que José era un hombre justo que al enterarse del embarazo de María ¡la quiso dejar en secreto! para no hacerle daño, pues el castigo por infidelidad era la muerte. El ángel se le aparece a José y le dice: “el bebé que va a tener María es engendrado por el Espíritu Santo, así que no la dejes, cásate con ella, el bebé es Hijo de Dios, es Dios mismo encarnado”.
Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta:” (Mateo 1:21–22, NTV)
Mateo dice: para que todos entiendan, con el nacimiento de Jesús se cumple la promesa hecha cientos de años atrás. Esa profecía se hizo 733 o 735 años antes, cuando se hizo, quienes la escucharon no la entendieron y no causó gran impacto. ¿Recuerdas el tema de la semana pasada? Volvamos a repasarla.
735 años antes de nacer Jesús, el reino de Israel está divido en reino del Norte y del Sur: Israel y Judá, ambas capitales están en el territorio de Judá: Jerusalén (después Samaria) y Belén. El rey de Israel y Aram deciden unirse para pelear contra Asiria (o Siria), el gran imperio del momento. Acaz rey de Judá no quiere ir a la guerra, sabe que es suicida aun uniendo los 3 ejércitos.
Acaz es un rey que se alejó de Dios, puso ídolos en toda la nación, sacrificó a sus propios hijos al fuego; al no tener una relación con Dios, no lo buscará para pedir ayuda, que era lo que hacían los reyes anteriores, en tiempos de problemas le pedían ayuda a Dios: “líbranos, nos humillamos ante ti, somos tu pueblo” y Dios los rescataba. Acaz en lugar de hacer eso, envía un mensaje al rey de Israel llamado Pekaj diciendo: “No iré a la guerra contigo”.
El tiempo pasó, los Arameos rodean Judá, Israel atacó la zona de Jerusalén, Acaz puede detener ese primer ataque. Israel se retira y acampa fuera de Jerusalén. Acaz recibe la noticia que Aram avanza a su territorio, él sabe que su ejército no podrá defender el país por mucho tiempo, todo el pueblo tiene miedo y Acaz también. En ese momento de la historia, Dios envía un mensaje con el profeta Isaías, el mensaje es para Acaz y para todo el pueblo.
A la corte real de Judá había llegado la siguiente noticia: «¡Siria se ha aliado con Israel en contra de nosotros!». Por eso, el corazón del rey y el de su pueblo temblaron de miedo, como tiemblan los árboles en medio de una tormenta. Entonces el Señor dijo a Isaías: «Toma a tu hijo Sear-jasub y ve al encuentro del rey Acaz. Lo encontrarás al final del acueducto que conduce el agua al estanque superior, cerca del camino que lleva al campo donde se lavan las telas. Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son Rezín, rey de Siria y Peka, hijo de Remalías. Es verdad que los reyes de Siria y de Israel han conspirado contra él diciendo: “Atacaremos a Judá y lo conquistaremos y pertenecerá a nosotros. Después pondremos en el trono de Judá al hijo de Tabeel”. Pero esto dice el Señor Soberano: »“Esta invasión nunca sucederá, nunca se llevará a cabo; pues Siria no es más fuerte que Damasco, su capital, y Damasco no es más fuerte que Rezín, su rey. En cuanto a Israel, dentro de sesenta y cinco años será aplastado y destruido por completo. Israel no es más fuerte que Samaria, su capital, y Samaria no es más fuerte que Peka, hijo de Remalías, su rey. A menos que ustedes tengan una fe firme, no puedo hacer que permanezcan firmes”».” (Isaías 7:2–9, NTV)
Dios le habla a Acaz, quien le ha dado la espalda y aun así le dice: “te estoy dando otra oportunidad que me busques, te doy la oportunidad que regreses. Sabes que fui fiel con Abraham, con David, protegí a Israel en los días de Salomón, sabes que hice una promesa incondicional a tu nación ¡regresa a mí y observa tu liberación!”.
Pero Acaz por alguna razón ¡no cree esto! y le sigue dando la espalda a Dios.
«Acaz, pídele al Señor tu Dios una señal de confirmación. Hazla tan difícil como quieras: tan alta como los cielos o tan profunda como el lugar de los muertos».” (Isaías 7:11, NTV)
Antes que le des la espalda a Dios, antes que te vayas, quiero que sepas que Dios quiere ayudarte. Si no me crees, dice Dios que pidas algo ¡lo que quieras! algo sorprendente, inusual, loco, de forma que cuando lo veas cumplir reconozcas que sólo Dios pudo hacer eso y tengas la confianza que SU presencia está contigo.
Acaz tenía ejemplos de lo que Dios ha hecho en la historia de Israel: dividió el mar, el agua se convirtió en sangre, ángeles destruyeron ejércitos, etc. Dios le da una 2a. oportunidad con todo y que ha sido un rey que le ha dado la espalda.
Pero el rey se negó. —No —dijo el rey—. No pondré a prueba al Señor así.” (Isaías 7:12, NTV)
Si no vemos el contexto podríamos pensar que Acaz está siendo respetuoso: “quién soy yo para poner a prueba al Señor”, pero veremos que Acaz ya había decidido hacer algo por sus propias fuerzas.
La misma historia está en el libro de Reyes; ahí descubrimos que Acaz ya tenía un plan diferente, sabía que no podía enfrentar a esos ejércitos, va al templo de Jerusalén pero a sacar el tesoro, lo pone en una caravana, cruza el río Jordán, cruza Aram y llega a Asiria ¿qué quería hacer? ¡pedir al rey de Asiria que los defienda de Israel y de Aram! La carta es esta:
El rey Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, con este mensaje: «Yo soy tu siervo y tu vasallo. Sube a rescatarme de los ejércitos de Aram e Israel, que me atacan».” (2º Reyes 16:7, NTV)
Rey de Asiria, dependo de ti para que me protejas y a cambio soy tu siervo. El rey de Judá jura lealtad al rey de Asiria con tal que lo rescate. Lo que está diciendo es: “confío en ti para que me rescates” ¡Acaz decide depender del rey de Asiria -aunque lo esclavice- en lugar de Dios!
Así somos: muchas veces nos esclavizamos a algo, porque creemos que nos dará una retribución inmediata, o una “seguridad”. Isaías de alguna forma sabe esto y le dice a Acaz:
Entonces Isaías le dijo: —¡Escuchen bien, ustedes de la familia real de David! ¿Acaso no les basta con agotar la paciencia humana? ¿También tienen que agotar la paciencia de mi Dios?” (Isaías 7:13, NTV)
Acaz, Dios te ha dado la oportunidad de rescatarte, pelear por ti y lo has rechazado. Dios quiere intervenir a tu favor, te ha propuesto algo nunca antes visto, de pedirle lo que quieras y ¡lo has rechazado!
Muy bien, el Señor mismo les dará la señal...” (Isaías 7:14, NTV)
No quieres pedir una señal ¡Dios te dará una! no quieres involucrar a Dios ¡ÉL se va a meter! no quieres pedir nada espectacular ¡Dios lo hará de cualquier manera! no lo quieres invitar a tu reino ¡de todas formas va a entrar! no quieres depender de ÉL ¡De todas formas te va a defender porque tiene planes para ti y el pueblo!
Esto es importante, si dices ¿por qué hace Dios eso? ¿por qué insiste con alguien que no quiere nada con ÉL? La razón es porque años atrás hizo una promesa, un pacto con ellos, les dijo que los defendería y los protegería. YO seré su Dios aun en esos momentos que no quieres.
Acaz ¡lo ha rechazado! lo ignora. Lo que está diciendo es: “prefiero confiar en Asiria para que me defienda ¡No dependo de ti Dios! Y Dios dice: “Eso crees tú, no me importa, te voy a defender” Y para demostrarlo a ti, a Israel y al mundo, te doy una promesa, una señal y cuando esa señal se cumpla la nación y el mundo sabrá que YO SOY DIOS de Israel. Aunque la noche sea muy oscura, debes saber que llega la mañana porque YO SOY DIOS que cumple SU Promesa.
Isaías dice: Acaz, es tu oportunidad, Dios ha hecho señales poderosas, prepárate porque seguro será algo super asombroso, nunca antes visto.
“...¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).” (Isaías 7:14, NTV)
¿Esa es toda la señal? la joven tendrá un hijo. Una chica en edad de procrear ¡tendrá un hijo! Acaz escucha eso y ¡no se sorprende! quizá tú tampoco. Las jóvenes tienen hijos todo el tiempo. Acaz escucha la señal y no se impresionó y por eso no cambia el plan, porque eso ¡ni parece una señal!
Isaías continúa: “Te diré lo que pasará, escucha lo demás que sucederá para que cuando lo veas sepas que Dios es quien dice que es y cumple lo que promete”.
Además de la joven teniendo un hijo, Israel y Aram no tendrán éxito en su campaña contra ti porque YO los protegeré, es más, usaré a los Asirios para disciplinar al reino del Norte: Israel, pero no te alegres, porque después los Asirios también juzgarán a Judá: pero como prometí estar contigo, después enviaré a otra nación a juzgar a Asiria y puedes apostar lo que quieras que esto sucederá y lo se porque la joven tendrá un hijo”.
Isaías vuelve a hablar de la promesa en el cap. 9. Recuerda esto es 735 años antes que nazca Jesús.
Pues nos ha nacido un niño, un hijo se nos ha dado; el gobierno descansará sobre sus hombros, y será llamado: Consejero Maravilloso, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isaías 9:6, NTV)
Acaz y todo el que tenga oídos, entiende lo que este verso dice: Es un bebé, pero no cualquier bebé, es ¿el Hijo de Dios y de alguna forma Dios mismo? Es Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Debes saber que antes de esta profecía, no hay nada parecido en la historia, nada de que nacería un bebé que sería Dios mismo -está el Dalai Lama encarnación de un dios, pero es reciente-. Esto era algo nuevo, casi parece una blasfemia.
Aun así, Acaz da la espalda a Dios. Va a los Asirios para ejecutar su plan, ignorando al profeta aunque en realidad ignora a Dios. ¡Cuidado con desechar las palabras del mensajero de Dios!
Así como Dios dijo, los asirios pelearon contra Israel y en 12 años Israel fue devastado por la guerra. Israel se rinde. En los siguientes años, Asiria trajo esclavos de otras naciones a vivir a Israel y para cuando Jesús nace, toda esa región se conoce como Samaria, viven personas que no son ni judíos puros ni asirios puros, para fines prácticos la zona dejó de ser judía.
Como Isaías profetizó, 20 años después el ejército asirio marchó del reino del norte al Sur, hasta Jerusalén, el rey ya no es Acaz, se llama Ezequías y también usa el tesoro del templo y lo da al rey de Asiria. 90 años después, así como dijo el profeta Isaías, los babilonios al mando de Nabucodonosor atacan al imperio Asirio que se pensaba invencible y ¡lo derrota! Avanza hacia el sur y destruye el templo y las murallas de Jerusalén, se llevan a los jóvenes más capaces como esclavos, entre ellos el joven Daniel.
Parece que Babilonia sí es invencible ¡son tremendos! pero no fue así, porque llegaron los Persas y conquistan la ciudad,a su rey lo conocían como el rey de reyes, ellos reinan cerca de 300 años, estos persas sí son invencibles ¡son tremendos!
Llega Alejandro Magno, el grande, conquista toda esa parte del mundo para los griegos. Entran a Jerusalén y derrota a Dario, rey de Persia. Alejandro Magno llegó a ser uno de los líderes más importantes de la historia. Grecia se expande. Ellos sí son invencibles ¡son tremendos!
Pero llega el imperio Romano y conquistan casi todo el mundo conocido. Las personas se han olvidado del rey Acaz, de la profecía de Isaías. Una profecía que de todos modos no la habían entendido. Los que viven en Jerusalén y los alrededores se preguntan si Dios los ha olvidado por completo, porque no se ve la luz del día por ninguna parte, sólo ven oscuridad.
No hay evidencia de Dios, ni historia reciente de SU presencia. No han visto la Mano de Dios de ninguna forma. Solo ven ejércitos de otras naciones entrando y saliendo de su ciudad. No tienen poder militar ni político, económico ¡ningún poder! ¿Dónde está Dios? ¿dónde la promesa? ¿dónde el Mesías? ¿dónde la época dorada de Israel? Me llueve sobre mojado.
Hasta que por alguna razón que sólo Dios sabe, 735 años después, cuando todo está como ÉL quiere, envía un ángel a María y le dice: “tú eres la elegida, la chica escogida de quién hablo el profeta Isaías”.
José se entera que María está embarazada y él no tuvo nada qué ver, la quiso dejar en secreto para no causar un gran escándalo. Pero Dios se le aparece en sueños y le dice: “ella tendrá un hijo y tú le pondrás Jesús, porque ÉL Salvará a Su Pueblo de sus pecados. Todo esto es para que se cumpla lo que Dios dijo por medio del profeta”.
En otras palabras: José, la mujer que te ha causado dolor, avergonzado, la que creó todo un escándalo en Nazaret, a ella se refería el profeta cuando dijo la profecía hace 735 años. La profecía que parecía que no tenía sentido, la que nadie entendió.
José despierta y hace lo que el ángel del Señor le ordenó y se casa con María.
La oscuridad ha terminado, llegó la luz. Parecía que Dios se había olvidado, que los había abandonado, pero Dios estuvo activo todo el tiempo cumpliendo SU promesa. La prueba que Acaz no pidió porque no confió en Dios, ÉL mismo la dio: “les daré una señal, porque quiero que Israel y el mundo y Casa de Fe sepa que YO soy Dios de las naciones, Dios de la historia y cumplo mis promesas”.
Quizá en esta recta final del 2022 te has preguntado ¿dónde está Dios? A veces el dolor, el cansancio nos hace decirle ¿dónde estás? Y llega esta época del año, Navidad, en que Dios habla en medio de la historia y lo hace de una forma que ¡Nadie lo puede negar! Es Dios diciendo ¡aquí estoy! tengo el control de tu vida, trabajo, futuro, familia, hijos, iglesia; así como prometí a Israel que el Mesías vendría, así como le dije al rey Acaz que la joven daría un hijo que se llamaría Emanuel, el Hijo de Dios, así puedes estar seguro que cumpliré todas mis promesas.
2 mil años después aquí estamos, en este espacio de tiempo, igual que Israel. Entre el tiempo de la promesa y del cumplimiento. Así como Jesús vino y murió por nuestros pecados, la promesa que nos dijo que regresará por nosotros se cumplirá. La promesa de tu familia, que tendrás hijos, tendrás alimento, paz en el corazón se cumplirá.
Mientras se cumple SU Promesa puedes confiar en ÉL para recibir Gracia y Misericordia, puedes confiar en ÉL aun en medio de la oscuridad, porque ¡ÉL cumple Su promesa! Tanto si lo puedes ver como si no ¡sigue confiando! ¡sigue dependiendo de ÉL! Mientras tanto Dios me dice que te diga:
Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son...
En otras palabras lo que sea que te causa incertidumbre, una crisis, lo que te desanima, te cansa, desde la perspectiva de Dios, ÉL ya hizo lo que tiene que hacer, para ÉL es caso cerrado, asunto concluido a tu favor.
Lo que sea que te da miedo: tus hijos, el futuro, marido, negocios, un hijo, finanzas, padres, todo lo que te haga preguntar ¿dónde está Dios? ÉL te dice: son tizones apagados, no tengas miedo ¡tengo el control! ¡verás la luz! recuerda que SOY Dios que cumple SU promesa, si no me crees vuelve a salir esta noche -para ir a Casa-, al salir de Casa observa el cielo, mira la luna y las estrellas.
Dios nos dio la señal, la joven estuvo embarazada, dio a luz un Hijo, lo llamaron Emanuel, ahora puedes tener esa seguridad cada día ¡Dios con nosotros! Dios contigo, Dios conmigo donde estés.
La oscuridad antes del amanecer parece que durará para siempre, pero no es así. Por eso celebramos la Navidad, porque es más que recordar un bebé en una cuna, se trata de Dios que interviene en la historia, el Dios de la historia cumple SU Palabra, la cumplió en el pasado, la cumplirá en estos días, cada día de tu vida, hasta cuando ÉL regrese y quite el pecado, el dolor, llanto, enfermedad y muerte.
Palabra de Dios, si lo crees di:
Amén
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