Palabras de edificación.

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 19 views
Notes
Transcript

Introducción:

Recordemos lo que hemos aprendido en la últimas semanas:
1 Corintios 12.12 “12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero, todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo.”
Romanos 15.14 “14 En cuanto a ustedes, hermanos míos, yo mismo estoy también convencido de que ustedes están llenos de bondad, llenos de todo conocimiento y capaces también de amonestarse los unos a los otros.”
Muchas veces hemos podido experimentar un cambio en nuestras vidas en muchas áreas, pero una de las más difíciles es en la forma de hablar.
Importancia del hablar en las Escrituras:
Santiago 3:1–2 NBLA
1 Hermanos míos, que no se hagan maestros muchos de ustedes, sabiendo que recibiremos un juicio más severo. 2 Porque todos fallamos de muchas maneras. Si alguien no falla en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Santiago 3.5-6 “5 Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. ¡Pues qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego! 6 También la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.”
Proverbios 13.3 “3 El que guarda su boca, preserva su vida; El que mucho abre sus labios, termina en ruina.”
Mateo 12.36 “36 »Pero Yo les digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.”
Es por eso que les invito a que leamos nuestro texto de hoy:
Efesios 4:29 (RVR60)
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Contexto:

El apóstol venía hablando a los creyentes de Efeso acerca de dejar todo aquello que pertenecía a la vida antigua, cuando no conocían al Señor. Les dice que ya no anden como los gentiles, en la vanidad de su mente; que se despojen del viejo hombre que está viciado y que renueven el espíritu de su mente; que se vistan del nuevo hombre que ha sido creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad; les dice que desechen la mentira y hablan la verdad; que cuando se enojen ni den lugar al diablo; les dice que ya dejen de robar y que se dediquen al trabajo honesto; mas adelante les dice que no contristen al Espíritu; que quiten de ellos la amargura, el enojo, la ira, la gritería, la maledicencia y toda malicia. Y entre todo esto que les dice les habla de que también deben cambiar su forma de hablar.

Desarrollo:

1. El mandamiento.

Efesios 4:29 (RVR60)
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación
Se habla de dos cosas: lo que no se debe y lo que si se debe hacer.

En primer lugar no se debe hablar palabras corrompidas.

Existe una forma incorrecta de hablar que también debe ser erradicada de nosotros igual que los pecados antes mencionados (como el robo, las iras, etc) porque pertenece a la vida antigua, cuando no conocíamos al Señor.
La perversión del hablar es una característica de los que no conocen al Señor: Romanos 3.13 “13 Sepulcro abierto es su garganta, Engañan de continuo con su lengua. Veneno de serpientes hay bajo sus labios;”
Tipos de palabras corrompidas:
Chismes: Proverbios 16.28 “28 El hombre perverso provoca pleitos, Y el chismoso separa a los mejores amigos.” ; Proverbios 11.13 “13 El que anda en chismes revela secretos, Pero el de espíritu leal oculta las cosas.”
Palabras que expresan amargura: Hebreos 12.15 “15 Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.”

En segundo lugar se nos manda a hablar palabras que sean de edificación.

El hablar correctamente, que sea de bendición es un mandamiento que debemos obedecer.
Esta parte del texto: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación” es traducida de otra manera, como por ejemplo la NBLA: “sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento”
Por lo tanto aquí está hablando de hablar aquello que edifique relacionado con una necesidad. Es decir que podamos hablar aquello que sea necesario para la persona con la cual hablamos.
Esto requiere de cierta sabiduría. Es necesario tener un buen almacén de sabiduría para poder ocupar en la necesidad específica.
Proverbios 15.23 “23 El hombre se alegra con la respuesta adecuada, Y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!”
Proverbios 16.13 “13 El agrado de los reyes son los labios justos, Y amado será el que hable lo recto.”
Mateo 12.35 “35 »El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.”

2. El propósito.

Efesios 4:29b (RVR60)
… “a fin de dar gracia a los oyentes”
Nuestras palabras deben tener un propósito claro.
¿Porqué hablamos?, ¿Qué queremos lograr con nuestras palabras? ¿para qué decimos tal o cual cosa?
El propósito debe ser impartir gracia a los que nos oyen.
Por así decirlo el hablar edificante es como un medio en que Dios imparte gracia a otros.
Con relación a los creyentes que a travez de nuestras palabras ellos crezcan en la gracia, reciban consuelo y dirijan su corazón al Señor.
En cuanto a los no creyentes, nuestras palabras les llevarán al conocimiento de la salvación, al conocimiento de la verdad.
Salmo 37.30-31 “30 La boca del justo profiere sabiduría Y su lengua habla rectitud. 31 La ley de su Dios está en su corazón; No vacilan sus pasos.”
Proverbios 10.21 “21 Los labios del justo apacientan a muchos, Pero los necios mueren por falta de entendimiento.”
Proverbios 10.31 “31 De la boca del justo brota sabiduría, Pero la lengua perversa será cortada.”

Conclusion:

¿Estamos conscientes de las palabras que decimos a los demás?¿Estamos escuchando las palabras que decimos al hablar?
Nuestra forma de hablar una forma en que mostremos a Cristo. Los que no conocen a Dios tienen suficientes palabras de amargura, de queja, de desánimo, por el contrario que los creyentes rebosemos de la sabiduría de Dios y que cada persona que hable con nosotros, después de habernos escuchado diga que ha recibido una bendición de Dios.
Related Media
See more
Related Sermons
See more