Persistencia en la Oración
Santiago • Sermon • Submitted
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· 48 viewsSin duda alguna todo creyente debería tener a la oración como una prioridad en su vida, sin ella es imposible vivir la vida cristiana.
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Santiago 5:13–18 (LBLA)
13 ¿Sufre alguno entre vosotros? Que haga oración. ¿Está alguno alegre? Que cante alabanzas. 14¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor; 15 y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados. 16 Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho. 17 Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.
INTRODUCCIÓN.
INTRODUCCIÓN.
Al estar terminando su carta, Santiago no quiere dejarnos con la sensación de que no tenemos alguna clase de esperanza, el cierra su carta en esta última sección alentándoos a recurrir a un recurso invaluable en la vida de todo creyente; la Oración.
La oración es sin duda alguna un alto y santo privilegio que los creyentes tenemos, es el medio que Dios ha establecido para que tengamos comunión completa, continua y constante con el.
La bendición de ser llamados hijos de Dios y de pertenecer a su familia, nos otorga además la oportunidad de acercarnos libremente y con confianza a su trono para hablarle de nuestras necesidades, nuestras dolencias y también para agradecerles sus bondades.
Algunos de los lectores de la carta, no estaban pasando por una situación; y es para ellos y para nosotros que el consejo de Santiago cobra un profundo sentido; el cristiano verdadero debe tener en cualquier momento de su vida una actitud permanente de oración.
I. LA ORACION Y LA ALABANZA.
I. LA ORACION Y LA ALABANZA.
Santiago 5:13 (LBLA)
¿Sufre alguno entre vosotros? Que haga oración. ¿Está alguno alegre? Que cante alabanzas.
La pregunta de Santiago sin lugar a dudas nos refleja algo que estaba pasando dentro de la iglesia: Algunos de los hermanos estaban pasando por algún tipo de sufrimiento, de aflicción.
De acuerdo al contexto inmediato del capítulo; podemos deducir que una parte de sufrimiento estaba siendo ocasionado por los ricos quienes los oprimían.
¿Cuál era el asunto de esto?. Alguno hermanos, estaban tomando una respuesta equivocada en medio de sus aflicciones; algunos se estaban quejando o hablando mal de quienes los estaban haciendo padecer.
Es cierto que Pablo escribe en sus cartas que cristiano debe vivir en gozo continuo “Estén siempre alegres” (1 Ts 5:16) “Alégrese siempre en el Señor” (Fil 4:4), sin embargo el cristiano no siempre vive en el pináculo de la fe sin que a veces de tiempo en tiempo hay dificultades en su vida.
No perdamos de vista que en el contexto de la carta Santiago comenzó su carta hablando de “tener por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas”.
Esas pruebas (dificultades, adversidades, problemas) diversas nos hablan de todo tipo, de cualquier índole, pueden ser físicas, mentales, personales, financieras, espirituales, religiosas, etc.
¿Cuál es la forma hacer frente a esas circunstancias? Que haga oración.
En una situación adversas, siempre lo más sencillo, lo más simple es quejarse, es repelar, es renegar, sin embrago; La orden de Santiago es Oren.
Oren en el original es un verbo imperativo en presente, lo que indica es es una acción permanente en los hijos de Dios; es como si dijese continuamente; no dejen de orar.
Jesús mismo nos mostró la forma en la que debemos responder en medio de las profundas angustias
Lucas 22:44 (NVI)
Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.
Es en los momentos donde la aflicciones sentimos que nos rebasan donde con más devoción y fervor el creyente debe orar y depositar sus cargas en Dios.
Pablo instó en sus cartas de forma permanente a la iglesia a tener una actitud continua hacía la oración.
Efesios 6:18 (TLA)
No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios.
Es sin duda alguna una lucha, la carne siempre tenderá a ver el mal de la situación, siempre querrá quejarse, pero el ejemplo de Jesús, la instrucción de Pablo y el mandamiento de Santiago, nos instan a responder orando aun en medio de las aflicciones.
¿Esta alguno alegre?. Eso quiere decir que no todos en la iglesia estaban pasando por dificultades, otros estaba en momentos de alegría de de gozo.
Alegre = tener buen ánimo, animarse, es estar alentado. Para aquellos que estan en un tiempo de paz, de descanso, la orden de Santiago es: Que cante alabanza.
La oración y la alabanza van siempre de la mano, estas van juntas.
Una vez más debemos poner atención, Santiago no esta sugiriendo, esta ordenando “Canten alabanza continuamente”.
Es muy común que cuando hay aflicción nuestro corazón mire hacía Dios y hagamos oración; pero cuando hay cierto remanso de paz, Dios ya no sea el centro de nuestra vida. Es lo Santiago quiere que comprendamos, la Oración no va separada de la alabanza, porque la alabanza es una oración de gratitud por las misericordias de Dios sobre nosotros.
Cante Alabanzas = Psallo; significa literalmente salmodie, esto es cantar salmos con la forma en la que se debe hacer , incluyendo el uso de instrumentos musicales.
El libro de los Salmos es un libro de cánticos, por medio de el aprendemos a Glorificar (dar gloria) al nombre de nuestro Dios de manera correcta; porque conducen la alegría hacia la gloria de Dios de donde procede, le dan el honor que merece y son expresiones de gratitud.
Salmo 149:1–5 (RVR60)
Aleluya. Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; Los hijos de Sion se gocen en su Rey. Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la salvación. Regocíjense los santos por su gloria, Y canten aun sobre sus camas.
Los cánticos (salmos) no son un programa de relleno en nuestra vida, en nuestras iglesias, son expresiones vivas de gratitud.
Los cánticos no deben ser sustituidos por grabaciones, (hoy estamos muy acostumbrados a que otros canten por nosotros, pero la iglesia, los creyentes deben cantar.)
Los cánticos son un mandamiento, porque forman parte de nuestra vida de oración.
Colosenses 3:16 (NBLA)
Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones.
Los creyentes (quienes forman la iglesia), estamos llamados a cantar ¿que debemos cantar? la Palabra de Cristo que mora en abundancia en nuestro ser.
II. LA ORACION Y FE
II. LA ORACION Y FE
Santiago 5:14–15 (LBLA)
14 ¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor; 15 y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.
El simple hecho de que Santiago lance esta pregunta, significa que es posible que alguien en la iglesia estuviera enfermo.
Enfermos = astheneó; estar débil; estar enfermo; doliente.
Por lo tanto debemos comprender que los creyentes se enferman. Desde que el mundo fue afectado por la caída, todos los hombres de esta tierra se enferman y a veces mueren a causa de eso.
Es posible de acuerdo al contexto que las aflicciones de las que Santiago habla en el verso 13, tuvieran que ver con alguna clase de padecimiento físico o quizá un debilitamiento en la mente, en la emociones, a causa de la aflicción que estan pasando.
¿Es acaso entonces la enfermedad un castigo de Dios por el pecado? No en todos los casos.
Filipenses 2:25–27 (NBLA)
25 Pero creí necesario enviarles a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de lucha, quien también es su mensajero y servidor para mis necesidades. 26 Porque él los extrañaba a todos, y estaba angustiado porque ustedes habían oído que se había enfermado. 27 Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir. Pero Dios tuvo misericordia de él, y no solo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza.
Juan 9:1–3 (NBLA)
1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y Sus discípulos le preguntaron: «Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?» 3 Jesús respondió: «Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.
La enfermedad es parte de las aflicciones propias de la vida en un mundo caído, corrupto y contaminado con por el pecado, y Dios las permite, para cumplir sus propósitos en los creyentes, y Santiago nos da uno ellos.
¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que Llame a los ancianos de la iglesia.
Los ancianos de la iglesia son los presbíteros, es decir los vigilantes, los encargados de velar por la iglesia. Los presbíteros eran quienes ejercían el gobierno y e liderazgo de la iglesia.
El trabajo de los ancianos de la iglesia es orar por lo miembros de la misma, y esto incluye a los que estan enfermos.
¿Esto nos impide el uso de la medicina para el tratamiento médico?, de ninguna forma. Dios de ninguna forma prohibe en la biblia el uso de la ciencia médica para la atención de las enfermedades, es más el puede derramar su sanidad por medio de estos medios.
En la antiguedad, había una compatibilidad entre estos dos asuntos: Los creyentes acudían al médico; tomaban algunos remedios para sus enfermedades, pero al mismo tiempo los lideres de la iglesia los llevaban en oración.
Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por el y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
En primer lugar debemos ver claramente que el énfasis de Santiago no radica en uso del aceite o en la actividad de ungir, sino recae en el hecho de la oración.
En el original tienen la idea de orara sobre de el, de volcarse sobre el enfermo; es decir que debían volcar su oración sobre el enfermo. Es muy posible que esta oración fuera también acompañada con la imposición de las manos con el fin de bendecirle.
y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
¿Que esta diciendo aqui Santiago? ¿Esta estableciendo un rito de ungimiento sobre los enfermos?, de ningún modo.
Debemos entender que el aceite era usado en los tiempo bíblicos como una medicina.
Jesús en la parábola del “Buen samaritano”, describió como el Samaritano uso del vino (antiséptico) y el aceite (relajante, calmante, limpia y suaviza la piel) para atender al hombre que cayo en manos de los ladrones.
La unción consistía no en verter el aceite sobre la cabeza de la persona, sino más bien frotarle con el fin de recuperar el tono muscular sobre todo quizá de un largo periodo de inactividad en cama.
Santiago, entonces aconseja aplicar este remedio médico, en el Nombre del Señor. Santiago lo que quiere resaltar, no es que la sanidad venga por el poder del aceite, o por el acto del ungimiento, sino más bien que ninguna clase de sanidad podría venir a una enfermo si no es por medio del poder curativo milagroso de Dios.
15 y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.
por ello su énfasis recae de nueva cuenta en la oración. Es por medio de la oración que Dios puede hacer una obra de sanidad en un enfermos.
Toda sanidad proviene de Dios, esta puede ser por medio de una acto milagrosos inmediato, por medio de los medios médicos científicos que hoy tenemos, o por medio de algún remedio.
¿Es entonces que Santiago nos esta diciendo que con estas palabras que Dios va a sanar a todos por lo que se ore por ellos?. De ningún modo es esto.
Como ya lo hemos mencionado, no todas las enfermedades son producto del pecado de los creyentes. Es en la vida de algunos creyentes que Dios utiliza la enfermedad como medida disciplinaria para hacerlos volver a el.
Los corintios habían dividido la iglesia en facciones, habían permitido que un hombre mantuviera relaciones ilícitas con la mujer de su padre en la iglesia, tenían pleitos civiles, y se permitían tomar la cena del Señor indignamente.
Eso trajo como consecuencia que hubiera entre ellos algunos enfermos y debilitados e incluso algunos que ya estaba durmiendo (muertos). Dios podía sanar, seguro que si, sin embargo tenía un trato con los miembros de su iglesia.
Pero en aquellos que no están bajo disciplina del Señor, la enfermedad por la cual estan padeciendo, tampoco puede ser sanada.
En el caso de Pablo, aún y cuando el oro por muchos enfermos, el mismo no recibió la sanidad en el aguijón de su carne; tampoco su hijo en la fe (Timoteo) recibió sanidad de sus males estomacales.
Es entonces que Santiago se esta contradiciendo por lo que dice: La oración de Fe restaurará al enfermo y el Señor lo levantará”
De ningún modo. Dios obra y traerá respuesta a las oraciones de los ancianos sobre la persona enferma de la forma en la que el juzgue más conveniente hacerlo.
Nosotros la iglesia, los ancianos debemos orar con fe, es decir una oración que no duda, que tienen plena convicción de que Dios obrará a su forma y en su tiempo.
Es el Señor el que tienen el poder de levantar (poner de pie, hacer despertar), a los enfermos. Dios es quien concede la sanidad, no ningún hombre.
¿Y si el enfermo por el cual estamos orando no sana?
Es posible que incluso esa persona por la que estemos orando pueda ponerse peor, ¿es acaso falta de Fe del hermano? o ¿es falta de fe de los que oraron?
En ninguna forma. La oración depende completamente del Señor, el concede sanidad y restauración como el decide. el nos has prometido levantar del lecho y sanar al enfermo.
Y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Para muchos esta frase les parece indicar que entonces la enfermedad es producto del pecado y que no pueden ser sanos por ello.
Santiago, ya menciono anteriormente el caso de Job, quien fue herido por una serie de llagas muy dolorosas que le cubrieron toda la piel; sin embrago al ver su historia, podemos observar que la condición de Job no tenía nada que ver con un pecado no confesado, sino con un trato de Dios para con el.
Pero después de decir esto, cabe agregar que la persona enferma debería examinar su vida para ver si hay en ella camino de perversidad.
Cuando un creyente esta participando de pecado, es posible que Dios permita la enfermedad con el fin de la disciplina, de que confiese sus pecados para que le sean perdonados.
1 Juan 1:9 (TLA)
Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
La confesión del pecado, restaura al creyente a una situación plena de comunión con Dios y es la solución al pecado del cristiano.
III. EL PODER DE LA ORACIÓN.
III. EL PODER DE LA ORACIÓN.
Santiago 5:16 (LBLA)
Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
Es decir en función a lo anterior; cuando la iglesia confiesa sus pecados y ora unos por otros; son ingredientes fundamentales para la restauración de sus miembros, ya sea física o espiritual.
Confesaos = exomologeó; reconocer, admitir, aceptar. Admitir un hecho punible o pecado. (imperativo, presente).
La confesión debe ser una práctica continua en la vida del cristiano. La confesión es homologarse, es estar de acuerdo con otro.
La falta de confesión de pecado en los creyentes obstruye el camino de la oración, pero también es al mismo tiempo un obstáculo en las relaciones interpersonales.
Confesar, significa admitir que hemos fallado delante de Dios por asuntos concretos.
Algunos entienden la confesión como el hecho de decirle a Dios, -perdóname por todos mis pecado, o mis errores o mis fallas-, pero sin decir en que fallamos. Esto simplemente no es confesar, porque no estamos admitiendo nuestro pecado claro con el que hemos ofendido a Dios.
Pero la confesión tiene un poder limpiador. Porque la confesión es señal de arrepentimiento, de petición de perdón por parte del pecador.
¿A quien debemos confesar nuestros pecados? Santiago dice que debemos hacerlos unos a otros.
¿Es acaso que Santiago esta avalando la confesión auricular a un hombre con esto? De ninguna forma.
Si vemos el contexto, Santiago nos dice que hay un poder limpiador cuando confesamos nuestros pecados a Dios, pero también lo hay cuando admitimos nuestros fallos ante nuestros hermanos.
Esta confesión tiene que ver con un tema de las ofensas personales. No esta hablando de una confesión de pecados pública dentro de la igleisa. Sino más bien de ponerse a cuentas con el hermano que hemos ofendido, para que nuestra oraciones no tengan estorbo.
1 Pedro 3:7 (NTV)
De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátala como es debido, para que nada estorbe tus oraciones.
Algunos matrimonios se pregunta, el porque parecería que sus oraciones no traspasan el techo o que el cielo es como de broce de tal forma que Dios no les escucha, la respuesta esta en la falta de confesión de las ofensas mutuas.
Santiago nos esta diciendo que la confesión conlleva a a pedir perdón al hermano por el agravio cometido. Así como pedimos perdón al Señor por nuestros agravios, y obtenemos perdón, de la misma forma, al confesar nuestros pecados equivale a pedir perdón a quien hemos ofendido.
… y orad unos por otros para que sean sanados.
La confesión va de la mano con la oración. Ofensor y ofendido oran el uno por el otro. El que ofende ora dando gracias a Dios por el perdón generoso del hermano ofendido, y el hermano ofendido ora por el causante de la ofensa pidiendo que Dios siga obrando sobre el.
William MacDonald: “También deberíamos orar unos por otros. En vez de guardar rencor y dejar amontonar los resentimientos, deberíamos mantenernos en comunión con otros mediante la confesión y la oración”.
Esa oración mutua, es la que trae sanidad, no solo física en el caso de una enfermedad del cuerpo, sino también trae sanidad en las relaciones, en la mente y en las emociones.
La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
¿ A quien se refiere Santiago cuando usa el termino justo? ¿Es acaso que se esta refiriendo a uno de los gigantes de la fe? No vemos de ninguna forma eso en su carta.
A lo largo de toda la enseñanza de la Biblia, vemos que u justo es aquel que Dios justifica por la fe: Abel, Noe, Abraham, etc.
Es decir cualquier creyente que ha puesto su confianza en Jesucristo como su Único y Suficiente Salvador, para el perdón de sus pecados; aquel que sus pecados le han sido personados y ora con fe, que esta en buena relación con Dios de modo que sus oraciones no tienen estorbo ante Dios.
Eficaz = energeó; energía; actuar, ser eficaz, trabajar, llevar a cabo como se espera cuando es utilizado.
NTV La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.
DHH La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
TLA La oración de una persona buena es muy poderosa, porque Dios la escucha.
Kistemaker Simon “En otras palabras, la oración que un creyente perdonado eleva con fe es un medio poderoso y eficaz de acercarse al trono de Dios. Y Dios “recompensa a los que le buscan fervientemente” (Heb. 11:6), ya que sus respuestas a la oración son por cierto poderosas y eficaces”
IV LA ILUSTRACIÓN.
IV LA ILUSTRACIÓN.
Santiago 5:17–18 (LBLA)
17 Elías era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.
Santiago recurrió a usar el ejemplo de un hombre muy estimado por los judíos como ejemplo de un hombre de oración; El profeta Elías.
1º Reyes 19:1–9 (RVR60)
Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Elias era un hombre con la mismas debilidades que cualquiera, sin embargo, era una hombre que echaba mano de la oración.
Y oro fervientemente y para que no lloviera y no llovió por tres años y seis meses.
La Oración levantada por un hombre al igual que nosotros, pero con fe, fue contestada conforme a su petición. Elías había orado alineado con la Palabra de Dios, En la ley había una advertencia a Israel, si ellos dejaban al Señor, el entonces cerraría la ventana del cielo y no traería lluvia (Dt 28:22-24).
La oración de Elias fue contestada, porque oro fervientemente, por que sus oraciones estaban alineadas a la voluntad de Dios.
Y otra vez oro, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo fruto.
De la misma forma como hubo respuesta en la primera oración, Dios respondió a la segunda oración de Elías, después que el pueblo confeso que solo Jehová es Dios en la batalla del monte Carmelo, Dios envío una abundante lluvia de tal modo que trajo fruto en una tierra que había estado seca por tres años y medio.
Es la historia de Elias un estimulo a nuestra vida a practicar la oración de intercesión a favor de otros.
Es evidente que la iglesia dedica hoy muy poco tiempo a la oración. Miembros, ancianos y pastores de iglesias tenemos un llamado de Dios a Incrementar considerablemente nuestro tiempo de oración para pedir por nuestros hermanos, por aquellos que estan lejos, y por dirección para su iglesia.
Si la iglesia espera la manifestación de milagros divinos, necesita dedicar y depender de la oración más que nunca.
Si la iglesia quiere cumplir con su llamado celestial y predicar el mensaje de forma poderosa y eficaz, debe reflexionar y tomar la seriedad y el tiempo necesario para orar.
Si Jesús el Dios encarnada, en cada decisión que tomaba en su vida, lo hacía en largos tiempos de oración, cuanto más unas criaturas débiles como nosotros debemos hacerlo.
La iglesia necesita regresar a la práctica de la oración de intercesión y hacerlo con fe.