La Noche antes de Amanecer 3
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· 10 viewsLa vida de Herodes
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último domingo del año. Momento de hacer una evaluación del año, ver en retrospectiva nuestras decisiones, actuar, compromisos que nos ayuden a re direccionar si es necesario. Y, por nuestra relación con Dios, lo veremos dese esta perspectiva.
En la historia del nacimiento y la vida de Jesús hay muchos personajes, desde quienes profetizaron cientos de años antes, los pastores, ángeles, sabios de oriente o reyes magos, quienes lo vieron nacer, sus discípulos, los acusadores falsos, soldados, quien le prestó su tumba, autoridades judías y romanas.
Veremos la historia de una autoridad impuesta por Roma, no era judío y por eso no fue bien recibido por ellos cuando lo impusieron. Fue un personaje políticamente muy talentoso e igual de ambicioso, se le reconoce por las construcciones que hizo: reconstruyó el templo de Salomón, hizo acueductos, fuertes, el puerto de Cesarea, hipódromos, un teatro para 4 mil personas, Masada una fortaleza, etc. y al final su ambición lo echó a perder, su nombre: Herodes.
Después que Julio César fue asesinado en el senado romano el año 44 a. C. su sobrino Octavio lo sucede, él y Marco Antonio deciden vengar la muerte de Julio César y matan a todos los responsables de su muerte (Bruto). Con el tiempo se dan cuenta que sólo uno de ellos puede ser el César en Roma y se enemistan. Cada uno tiene legiones que le son fieles, tienen mucho poder y forman alianzas.
Herodes se hace amigo de Marco Antonio y su esposa Cleopatra, la famosa Cleopatra a quien los romanos odian porque creen que ella quiere unir Roma con Egipto para ser la reina. Herodes organiza fiestas en su honor, los apoya con dinero, regalos y con tropas en todas las batallas que Marco Antonio tenía. Llegaron a ser amigos y aliados poderosos.
Octavio y Marco Antonio entran en guerra, Herodes sigue apoyando a Marco Antonio, pero le fue mal porque es derrotado en Alejandría y poco después Octavio es nombrado César Augusto, el primer Emperador de Roma.
Después de esas batallas Herodes está preocupado porque apoyó al perdedor, ahora sus opciones son suicidarse, intentar huir aunque sabe que tarde o temprano lo van a atrapar o adoptar un perfil bajo, perderse en el pueblo y esperar que lo ignoren; pero él no quiere pasar desapercibido su tristeza, él cree que está destinado para la grandeza.
Pero como era un político muy hábil y ambicioso decide hacer algo temerario. Se entera que César Augusto está en la Isla de Rodas, se embarca y llega hasta las puertas de su palacio a pedir audiencia para hablar con el emperador de Roma, el hombre más poderoso del mundo de la época y ¡su enemigo! Es enemigo de estado, lo buscan para matarlo y el llega hasta ahí ¿a qué viene?
César se entera que el que apoyó a su enemigo está en la puerta, le concede audiencia y Herodes da un discurso políticamente perfecto frente al César: “Como sabes fui amigo de tu enemigo y como puedes ver fui leal, lo apoyé desde el principio en las guerras hasta el final, así que lo que sabes de mí es que cuando juro lealtad a alguien ¡soy leal hasta el final! Y gran César Augusto te juro lealtad”.
César Augusto queda impresionado por este acto y decide perdonarle la vida y lo nombra rey de Judea, le entrega Samaria, Jericó, Gaza. Ese es Herodes, valiente, ambicioso, hábil, astuto y eso mismo lo metió en problemas, creía que podía controlar todo y lo hacía para dejar un legado.
Cambió su testamento 4 veces, tuvo 10 esposas, varios hijos. Cuando sentía favoritismo por un hijo, le decía que él sería el heredero, después empezaba a sospechar de ese hijo, se arrepentía de hacerlo heredero y ¡lo mandaba a matar! cambiaba el testamento para nombrar al favorito en turno, para después hacer lo mismo. Los hijos ya no querían ser ni favoritos ni herederos: de verdad papá, yo creo que vas a vivir para siempre, o le doy el lugar a mi hermano. Herodes asesinó a una de sus esposas. Mandó asesinar a Rabinos. Cuando se enojaba hacía feo, hacía de todo con tal de creer que tiene el control de su reino, quería tener el control de todas las cosas para dejar un legado y que su nombre fuera recordado por todas las generaciones.
Todos estamos dejando un legado intencional o no. Todos intentamos cuidar algo, construir algo.
Intentó consolidar su poder, asegurar que las generaciones continuaran su legado, pero en la historia veremos que recibe la peor noticia posible: El Nacimiento de Jesús. Para esos años, Herodes tiene aproximadamente 70 años, está muy enfermo, se cree que era del hígado o del riñón, algo muy doloroso. A casi 10 km de donde está, hace el REY, quién está aprendiendo a caminar. Leamos Mateo. Historia.
“Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes. Por ese tiempo, algunos sabios de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron:” (Mateo 2:1, NTV)
Los sabios van preguntando a la gente si saben dónde está el rey que ya ha nacido. Imagina cómo escuchan esa pregunta la gente que sabe de la crueldad de Herodes ¡quien es el rey!
“«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo».” (Mateo 2:2, NTV)
La gente se preocupa, les dicen que se callen, que no hablen tan fuerte; pero ellos insisten en saber dónde está, porque saben que están cerca y lo han venido a adorar.
“Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén.” (Mateo 2:3, NTV)
Claro toda Jerusalén se perturbó, porque cuando Herodes se perturba, es peligroso, puede hacer cualquier barbaridad, mucho más ahora que es anciano, terco, enfermo, con dolor y preocupado por su legado, su futuro y ahora ¡el reino en riesgo! La historia sigue:
“Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó: —¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?” (Mateo 2:4, NTV)
Imagina qué pensaron los que fueron llamados. Saben que cuando hay un problema Herodes los llama. Eran los líderes religiosos, y ellos responden:
“—En Belén de Judea —le dijeron— porque eso es lo que escribió el profeta: “Y tú, Belén, en la tierra de Judá, no eres la menor entre las ciudades reinantes de Judá, porque de ti saldrá un gobernante que será el pastor de mi pueblo Israel”.” (Mateo 2:5–6, NTV)
Es la peor noticia que Herodes puede recibir. Un nuevo gobernante. La historia sigue:
“Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez. Entonces les dijo: «Vayan a Belén y busquen al niño con esmero. Cuando lo encuentren, vuelvan y díganme dónde está para que yo también vaya y lo adore».” (Mateo 2:7–8, NTV)
Cuando lo encuentren por favorcito, díganme dónde está para que yo también lo adore.
“Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guió hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! Entraron en la casa y vieron al niño con su madre, María, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoro y le dieron regalos de oro, incienso y mirra.” (Mateo 2:9–11, NTV)
La palabra adorar solemos relacionarla con cantar, pero es mucho más, es reconocer que estás en la presencia de alguien que te obliga a asombrarte. Es la reacción natural y como acto seguido lo que te queda hacer física y mentalmente es rendirte, humillarte, someterte. Estos sabios, hombres ricos que viajaron largas distancias están delante de un bebé indefenso, pero ellos creen que este bebé es digno de adorar. Caen de rodillas y le adoran, le ofrecen oro, incienso y mirra.
A casi 10 km de ahí, Herodes está preocupado, preguntando ¿saben algo de los sabios? Quiere controlar las cosas. Toda su vida se trató de preservar, proteger y controlar. Está enojado, preocupado, la verdad es que no quiere ir a doblar su rodilla ante este bebé y ante nadie, no quiere adorar a nadie.
Quizá algo de eso hay en cada uno de nosotros ¡queremos usar a Dios! queremos que Dios me ayuda a construir mi reino, no me importa ir a la iglesia, leer la Biblia, orar, si eso me ayuda a construir mi reino, si eso ayuda a asegurar mi futuro ¡lo haré! Pero no quiero darle mi vida a Dios, no quiero rendirme, mucho menos someterme o adorarlo ¡no estoy dispuesto! Eso de humillarse ante Dios no se da de forma natural en nosotros.
“Cuando llegó el momento de irse, volvieron a su tierra por otro camino, ya que Dios les advirtió en un sueño que no regresaran a Herodes. Después de que los sabios se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño. «¡Levántate! Huye a Egipto con el niño y su madre —dijo el ángel—. Quédate allí hasta que yo te diga que regreses, porque Herodes buscará al niño para matarlo». Esa noche José salió para Egipto con el niño y con María, su madre,” (Mateo 2:12–14, NTV)
Esto es dramático.
“Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se puso furioso...” (Mateo 2:16, NTV)
Y, cuando Herodes se enfurece ¡la gente sufre, la gente muere! Pasó toda su vida queriendo controlar lo que pasaba a su alrededor, no importaba lo que fuera ¡él encontraría la forma de controlar el resultado! Cuando apoyó al líder equivocado en Roma buscó la forma de resolver, fue astuto para controlar la situación, muchas veces burló al destino y cuando pensó que tenía todo controlado, se dio cuenta que él había sido el burlado por un bebé y sus padres.
Decidió que no sería derrotado, mucho menos por un bebé-Rey. Da la orden que no podemos si quiera imaginar, ordena a sus soldados algo que ni siquiera se debería pensar, algo que nadie podría pensar, nadie, excepto el rey Herodes.
“...Entonces, basado en lo que dijeron los sabios sobre la primera aparición de la estrella, Herodes envió soldados para matar a todos los niños que vivieran en Belén y en sus alrededores y que tuvieran dos años o menos.” (Mateo 2:16, NTV)
Los soldados obedecen la orden y un día terrible, fueron al pueblito de Belén, pasaron de casa en casa, choza en choza diciendo ¡si no me entregan al niño rey todos morirán! Sacaron a todos los niños que podían ser de esa edad y ¡los asesinaron! frente a sus padres y si alguien quería interferir también lo mataban.
María vivió sabiendo todo eso ¿puedes imaginarlo? pero sucedió algo más. Los historiadores sugieren que ese mismo año Herodes muere de forma dolorosa, de hecho tuvo tanto dolor que intentó suicidarse, pero un primo lo salvó. Antes de morir ordenó que encerraran en el hipódromo a personas ilustres, queridas de la ciudad de Jerusalén, y dijo que cuando él muriera mataran a todos esos hombres para que -si no por cariño a él- la ciudad llorara por esos hombres el mismo día de su muerte. Sabía que cuando muriera, habría fiesta en Jerusalén.
Herodes murió y su hermana Salomé dejó libre a todas esas personas desobedeciendo sus ordenes.
“Cuando Herodes murió, un ángel del Señor se le apareció en un sueño a José en Egipto. «¡Levántate! —dijo el ángel—. Lleva al niño y a su madre de regreso a la tierra de Israel, porque ya murieron los que trataban de matar al niño».” (Mateo 2:19–20, NTV)
Herodes el Grande, rey de Judea en un giro providencial del destino, Herodes quién hizo cosas sorprendentes es conocido como una historia al margen de Jesús, el pequeño que apenas empezaba a caminar.
Te imaginas decirle a Herodes horas antes de su muerte: Sabes que tu nombre será conocido en la historia, 2 mil años a partir de hoy, la gente seguirá hablando de ti en todo el mundo y en lugares que aún no se descubren, la gente leerá tu historia y leerán de ti. Quizá él diría emocionado ¡qué bueno! así como quería ser famoso por mis grandes obras. Pues la buena noticia que serás recordado, pero la mala noticia es que serás un personaje secundario, no serás el personaje principal, ni serás recordado por tus obras. Eres una parte pequeña en la historia del pequeño que llegó a ser Rey y Salvador del mundo.
La gente hablará de lo que construiste, del puerto, acueductos, pero no serás conocido como Herodes el constructor, Bob el constructor será más famoso que tú, sino como Herodes el infanticida y estabas a tan sólo 10 km del lugar donde nació el Hijo de Dios y te perdiste la oportunidad.
80 años después, Herodes ha muerto, Jesús creció, hizo milagros, murió en la cruz, resucitó, se fue al Padre. 80 años después, han muerto César Augusto, Tiberias, Nerón, el templo de Jerusalén ha sido destruido completamente, los años de gloria del templo judío que Herodes re construyó, todo ha desaparecido.
El apóstol Juan, quién tomó a María como su mamá por orden de Jesús en la cruz, ella lo tomó como a su hijo. Juan oyó la narración del nacimiento, pudo preguntar a María ¿cómo fue esa huida a Egipto? ¿qué sentiste al saber que los hijos de tus amigas fueron asesinados todo por tu hijo Jesús?
Juan escuchó la historia, vio los milagros de Jesús, lo vio hacer cosas que nadie había hecho, también lo vio morir en la cruz. Se asomó a la tumba vacía donde habían puesto a su Salvador y no estaba ¡ha resucitado! Ahora Juan es anciano y recuerda las narraciones. Decide sentarse y resumir la historia y esto es lo que dice. Esto es importante para ti y para mí, por favor pon atención a esto, guárdalo en tu corazón en tu mente.
“En él estaba (TIEMPO PASADO) la vida, y la vida era (TIEMPO PASADO) la luz de la humanidad.” (Juan 1:4, NVI)
La luz de la humanidad ¡no sólo de los judíos! Al principio pensamos que era sólo para los judíos, pero recuerdo el día que nos dijo: “vayan por todo el mundo y enseñen lo que les he enseñado, no soy Mesías sólo de judíos”. Juan dijo: ahora me doy cuenta que ÉL vino por toda la humanidad. Después, como que se detiene, medita y vuelve al tiempo presente para darte a ti y a mí un mensaje:
“La luz brilla (TIEMPO PRESENTE) en la oscuridad,...” (Juan 1:5, NTV)
Ahora esa luz resplandece. Juan está en la isla de Patmos, exiliado por los romanos que siguen dominando esa región. Parece que los judíos y el templo no volverán a levantarse. El judaísmo ha desaparecido, sus amigos han muerto, pero ve la vida de Jesús, lo que vivió y dice: ¡Esa luz sigue brillando en este momento!
“La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla.” (Juan 1:5, NTV)
La oscuridad, las tinieblas no han podido vencerla, absorberla, ganarle, apoderarse, tomarlo por sorpresa. La oscuridad ha terminado ¡llegó la Luz!
Y esa historia nos trae a la historia de tu vida y de la mía.
¿Cuál será tu historia? ¿qué dirá tu historia en relación con la Luz del Mundo? ¿cuál será tu legado? será una historia de resistencia de lucha contra Dios o una historia en que aprenderás de los sabios. Será una historia de adoración o una igual que Herodes, queriendo construir tu reino, en lugar de aceptar la invitación a participar en el reino de Dios.
Será una historia de aferrarte a las cosas que de todas maneras vas a perder o será una historia de un hombre, una mujer, un joven que entrega, que rinde todo, porque de todos modos ¡no le pertenecían! Tu vida o tu historia será una de ¡a mi manera! o ¡a la manera de Dios! Dirás: sea hecha mi voluntad o ¡sera hecha tu voluntad!
En todas las batallas hay tensión, en cada uno de nosotros hay un mini Herodes, pero un día, y esto tú lo sabes, un día alguien dirá tu historia en relación con la historia de la Luz del Mundo, de Emanuel, de Dios ¿qué dirá esa historia? para no hacerte quedar mal tendrán que inventar algo o dirán que aunque hubo momentos en tu vida que te alejaste, aunque a veces perdiste la esperanza, aunque a veces parecía que la oscuridad sería para siempre, aunque la vida fue dura, te golpeó, te quitó un poco de luz, pero en un momento de tu vida, reconociste que la Luz sigue resplandeciendo, que aún hay vida, que Jesús el Cristo siempre ha sido tu Salvador y un día regresaste para entregarte por completo, para rendir todos tus tesoros, rendir toda tu vida, tu negocio, tus hijos, tu sexualidad, tu relación, tu matrimonio.
La pregunta a responder es ¿qué historia quiero contar? La buena noticia, la noticia increíble es que ¡las tinieblas no han podido absorber, extinguir esa luz en ti! ¡la oscuridad jamás podrá apagarla!
Quizá como Acaz en ocasiones en este año le has dado la espalda, ÉL sigue siendo fiel y te ofrece la oportunidad de volver a ÉL.
Todo lo que has vivido, experimentado, desgracias, oraciones no respondidas, relaciones fracturadas, hipocresía en la iglesia, negocio, toda esa oscuridad no ha podido quitar la luz que hay en ti ¡por eso estás aquí! por eso este mensaje con la oportunidad de tomar una decisión.
Esa Luz que brilla en tu oscuridad más densa, es porque la oscuridad no puede, no ha podido y no podrán apagar esa Luz. Hoy toma una decisión o confirma tu decisión tu compromiso con Jesús. Acércate más a ÉL o por primera vez y reconócelo como tu Salvador.
Los sabios de Oriente lo entendieron, porque al estar en la presencia del Santo, de la Luz, lo único que puedes hacer es ¡adorar!
Toma un tiempo para pensar lo que has escuchado y toma una decisión. Haz un compromiso con Dios, deja de construir tu reino. Quizá esto significa empezar o volver a reunirte en Casa todos los domingos, dejar el trabajo el domingo, decirle a tu familia que a partir del 2023 todos volverán a la iglesia. Es tiempo de tomar el discipulado, de invertir en alguien más.
Una vez que le has visto, esa luz no te dejará, no importa qué tan lejos te has ido, o qué tipo de pecados has cometido, esa Luz no se extingue. Dios por medio de Jesús entró a la oscuridad, las tinieblas del mundo; muchas personas responden adorando por tanto amor ¿cómo responderás tú?
Este último domingo del año que sea la preparación para el primer domingo del 2023 y una nueva vida, un nuevo compromiso.
Palabra de Dios
Oremos