El círculo vicioso de Israel

Jueces 3:7–11

7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. 8 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años. 9 Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. 10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. 11 Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.”

Introducción

Después de la muerte de Josué, los israelitas se deleitaron en hacer lo que Dios les había prohibido, contaminarse de las costumbres paganas de los pueblos gentiles que habitaban con ellos.

La conducta rebelde del pueblo de Israel es una muestra de la naturaleza pecaminosa del hombre.

Romanos 7:18–19 “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.”

En este caso, los israelitas llegaron al extremo de rendir culto a dioses paganos: baal y asera. Estos eran los dioses principales.

La adoración consistía en desenfreno, borracheras, orgías, prostitución y homosexualismo.

La adoración a baal fue un tropiezo muy grande para Israel pues lo vemos aun en los días de Elías. Atalía la hija de Jezabel y esposa del rey Joram de Judá, quiso eliminar la adoración al Dios de Israel al matar a toda su descendencia, pero Dios guardó a Joás por mano de Josaba.

Apostasía

Al hacer esto, Israel cayó en apostasía.

Apostasía significa: abandonar o rechazar la fe, rebeldía contra Dios.

Aunque Israel aun mantenía el tabernáculo y presentaban sus sacrificios y ofrendas, al permitir y participar de la adoración a dioses paganos, estaban cayendo en apostasía y contaminando la santidad.

El segundo mandamiento lo establece claramente:

Éxodo 20:4-5 “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.”

La apostasía hoy en día sigue manifestándose en la iglesia como en la época de los jueces. Al despreciar la Palabra de Dios por aceptar palabra de hombre caemos en apostasía, aun cuando se aparente estar en la luz:

1 Timoteo 4:1–3 “1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.”

La apostasía se disfraza de piedad, pero se diferencia cuando enseñan mandamientos de hombre y no de la Biblia.

El castigo

Jueces 3:8 “Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.”

En contra de aquellos que dicen que Dios es injusto al castigar cuando hacemos lo que queremos, debemos considerar estas verdades.

Israel había hecho un pacto con Dios: Éxodo 24:7–8 "7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.”

La tierra le pertenece a Dios, por lo tanto debía guardarla en santidad: Levítico 25:23 “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.”

Los israelitas estaban rechazando la protección y ayuda de Dios al abandonarlo, por tanto, aunque Dios es quien ejecuta el juicio, es porque así lo decidió Israel. Deuteronomio 30:19 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.”

Clamor

Jueces 3:9 “Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.”

El clamor y arrepentimiento sincero provocan la misericordia de Dios.

El valor del clamor está en la sinceridad más que en el método. 2 Crónicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Si clamamos a Él con sinceridad, Él nos perdona y nos rescata. La hipocresía por el contrario, nos aleja de Él y nos acarrea mayor condenación.

La ayuda

Jueces 3:9-10 “Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. 10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim.”

Aunque Israel había ofendido a Dios, cuando clamaron a Él, les envió su ayuda sin guardar ningún rencor.

Levantó a Otoniel, sobrino y yerno de Caleb, quien venció a sus enemigos con la unción del Espíritu Santo. (Josué 15)

Solamente Dios puede enviarte ayuda, no pongas tu mirada en la ayuda de este mundo, pues aunque Dios utiliza hombres para ayudarte, el merito y la gloria son para Él.

Conclusión

Jueces 3:11 “Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.”

Mientras Otoniel juzgó Israel, el pueblo se mantuvo en obediencia a Dios, lo cual les trajo paz, bendición y felicidad. Pero cuando murió Otoniel, el versículo 12 dice que volvieron hacer lo malo. Este ciclo se repite 13 veces en este libro.

Esto nos muestra la necesidad que tenemos de ser pastoreados, el concepto bíblico del pastor es de la persona que ejerce liderazgo, instrucción, corrección y cuidados.

Las personas que rechazan ser pastoreadas, fácilmente se desvían, por tanto padecen las consecuencias de su desición.

Es nuestra responsabilidad proveerles la instrucción bíblica, que es el alimento espiritual, para que puedan perseverar en los caminos del Señor.

Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”