La siembra que transforma el llanto en risa

Salmo 126:5–6

5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Introducción

Los salmos son poemas de alabanza, lamento, sabiduría, profecía, confianza y agradecimiento. Fueron escritos por diferentes autores, no solamente David: Desde la época de Moisés (Salmo 90), hasta el retorno del cautiverio (Salmo 126), recorriendo un periodo aproximado de 1,000 años.

El presenta Salmo fue escrito cuando los judíos retornaron del cautiverio de Babilonia.

Es un himno que expresa el sentimiento por el retorno a Jerusalén. Salmo 126:1-2 “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.”

Sin embargo, también presenta la dura realidad a las que se enfrentaron al llegar a una tierra abandonada, en pobreza y destruida.

Llanto de dolor

Salmo 126:5 “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.”

Debemos reflexionar sobre esta afirmación “los que sembraron con lágrimas” ¿Por qué habría de llorar un agricultor al sembrar?

Ellos lloraban porque encontraron una tierra dura para trabajar, debían empezar de nuevo con muy limitados recursos que debían administrarlos muy bien para sobrevivir. Aun seguían bajo el yugo Persa.

Se presentaron con un dilema:

Emplear la reservas de grano para alimentar ahora a su familia, o sembrar una parte con la esperanza de una cosecha abundante en el futuro.

Decidieron sembrarla a costa de la limitada alimentación.

Dar para recibir

En la vida deberás enfrentarte a este dilema, gastar los recursos limitados que tienes, o sembrar una parte para obtener en el futuro una abundante cosecha. En lo material tienes una muy buena posibilidad de que de fruto, pero en lo espiritual con Dios esta 100% garantizado.

No se trata de dar lo que nos sobra, esto no es siembra. La verdadera siembra requerirá sacrificio.

Marcos 12:43–44 “43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.”

La siembra no se limita al dinero:

Hechos 3:4–6 “4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.”

Puedes dar tu tiempo, talentos, intercesión, compartir tus bienes.

Una manera de sembrar es ayudar a levantarse al que inicia, compartir tus conocimientos y experiencias para que otra persona también se levante. Mateo 10:8 “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”

Tu bendición no depende de tu conocimiento, tus contactos, tu capital, etc. Tu bendición depende de Dios.

Salmo 127:1–2 “1 Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. 2 Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.”

Es nuestro deber como cristianos ayudar y apoyar a nuestros hermanos en la fe:

Gálatas 6:10 “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”

Recompensa

Salmo 126:6 “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”

Los judíos que sacrificaron su semilla, sufrieron limitaciones por al menos 6 meses, pero su lamento se convirtió en alegría cuando la siembra produjo fruto en abundancia.

una grano sembrado se convirtió en una abundancia de alimento, tenían suficiente para alimentar a su familia, seguir sembrado y aun para vender el excedente y obtener ganancia.

Esta es la bendición de Dios, debemos estar dispuestos a sembrar, a dar lo poco o mucho que tengamos, para que en las manos de Dios sea multiplicada en abundancia.

Aquel muchacho que entregó (sembró) sus cinco panes y dos peces, obtuvo una cosecha abundante que lo alimentó a él con abundancia y a más de cinco mil personas. (Juan 6)

Conclusión

Le mentalidad del mundo es no dar, no sembrar, mejor comerse y disfrutar todo lo que tiene. Esto les satisfará por un tiempo, pero luego vendrá la escasez, la necesidad, y como no se sembró, no tendrá recursos para saciarse.

Pero la Biblia nos enseña lo contrario, y sus principios son verdad y son seguros. Hechos 20:35 “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.”

La siembra requiere sacrificio, entrega, créele al Señor como lo hicieron estos judíos que volvieron del cautiverio, como la viuda de Sarepta. (1 Reyes 17)

Este año que finalizamos, hagamos una revisión de los frutos de nuestra siembra, porque ya sea para bien o para mal sembramos cada día. Gálatas 6:8 “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”