Efímero & Falible
Introducción
Cuerpo
Señor Eterno
Hombre pasajero
Hombre pecador
Los existencialistas franceses Jean-Paul Sartre y Albert Camus lo entendieron también. Sartre retrató la vida en su obra A Puerta Cerrada como el infierno: la línea final de la obra son las palabras de resignación: “Bueno, sigamos con esto”. Por lo tanto, Sartre escribe en otro lugar sobre la “náusea” de la existencia. El hombre, dice, está a la deriva en un bote sin timón en un mar interminable. Camus, también, veía la vida como absurda. Al final de su corta novela El Extranjero, el héroe de Camus descubre en un destello de perspicacia que el universo no tiene ningún significado y que no hay Dios para darle uno. El bioquímico francés Jacques Monod pareció hacerse eco de esos sentimientos cuando escribió en su obra El Azar y la Necesidad: “El hombre finalmente sabe que está solo en la indiferencia del universo”.