Carácter bienaventurado del cristiano III
Introducción
I. Pacificador (9)
II. Buscador de lo justo (10)
Es bueno tener hambre y sed de justicia; pero también conviene saber que, si los tenemos, podemos padecer persecución.
III. Seguidor fiel (11-12)
Esta combinación de verbos es especialmente enfática. Sugiere aquella especie de arrebato de alegría que desborda el alma y se manifiesta en regocijo después de los látigos (Hechos 5:40–41) o en canto en la cárcel (Hechos 16:25). Es el gozo de haber sido tenido por digno de compartir el padecimiento de Cristo. Es el gozo inefable y glorioso que Abraham recibió al contemplar el día de Cristo (Juan 8:56), que David experimentó al saber que Jehová estaba a su diestra (Hechos 2:26), que surge en el corazón del creyente al ver, por la fe, la gloria de Cristo (1 Pedro 1:8) y que anticipa la gran alegría del día final: Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado (Apocalipsis 19:7).