Decisiones financieras difíciles
Enseñanza pastoral • Sermon • Submitted
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· 240 viewsEl rechazo de la ofrenda de Naamán por parte de Eliseo nos enseña la sensibilidad que debemos tener los siervos de Dios. La fe y dependencia total que tenemos de Él.
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Decisiones financieras difíciles
Decisiones financieras difíciles
2 Reyes 5:15-16 “Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. 16 Mas él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.”
Introducción
Introducción
Vivir por fe implica no depender de los recursos materiales o financieros para vivir sino de Dios. (Un ejemplo de vivir por fe es George Muller. 1836 comenzó a trabajar con huérfanos hasta 1894 cuando murió)
En la Biblia encontramos enseñanzas del derecho que tenemos como siervos de Dios de vivir de nuestro trabajo: 1 Corintios 9:14 “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.” Esto es legitimo y es bíblico.
Sin embargo, encontraremos ocasiones en las que deberemos rechazar las ayudas económicas por el bien nuestro y del ministerio.
Para ello debemos estar en intima comunión con Dios para ser sensibles a su instrucción.
Naamán
Naamán
Siria era la región al nor-oriente de Israel, con quienes mantuvieron guerras desde los tiempos de David.
Un importante comandante del ejército Sirio sufría lepra, una de las mujeres israelitas esclavizadas, sugirió que visitaran al profeta Eliseo en Israel.
Dentro de los planes de Dios estaba Naamán: 2 Reyes 5:1 “Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.” Naamán a pesar de que era un hombre impío, era usado por Dios.
La visión de Naamán y del rey Sirio era que el profeta tenía poder para sanarlo.
Por tanto el rey Sirio envía un cargamento millonario al rey de Israel para que lo sanase: 2 Reyes 5:5-6 “Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.”
Eliseo hacer llamar a Naamán a quien no recibe sino que lo envía a lavarse en el Jordán 7 veces.
Después de discutir con sus siervos accede quedando limpio de la lepra.
Lo que limpió a Naamán de la Lepra no fue el río sino la obediencia.
La gratitud
La gratitud
2 Reyes 5:15 “Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él...”
Este leproso sanado regresó a Eliseo para agradecer. Recuerda al leproso samaritano de los diez sanados que regresó a agradecer a Jesús. Lucas 17.
Es fácil agradecer cuando reconocemos que no lo merecíamos, pero cuando creemos que merecemos los favores de Dios difícilmente agradecemos, al contrario, a veces no estamos conformes e incluso reclamamos.
Cuando recibimos abundantes bendiciones en el ministerio nos sentimos alegres, pero cuando estas bendiciones disminuyen entristecemos porque creemos que merecemos más y se nos olvida agradecer, como lo hizo Naamán.
El Rechazo
El Rechazo
Naamán ofrece a Eliseo las riquezas que traía, pero Eliseo las rechazó. 2 Reyes 5:15 “...y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.”
Sorprendentemente Eliseo rechazó los regalos, no aceptó ni una sola moneda.
Siendo un siervo de Dios, vivía de las ayudas que recibía de la gente, tenía todo el derecho de recibir al menos una ofrenda moderada de parte de Naamán. 1 Corintios 9:11 “Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?”
Eliseo comprendía la situación, y sabía que no le convenía aceptar nada, pues debía hacer entender a Naamán que fue el Dios de Israel quien lo sanó y a Él debía darle la gloria, que se convirtiera al Dios vivo.
Tanto Naamán como su rey tenían la mirada en el hombre, no en Dios: 2 Reyes 5:6 “Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra.”
Esta fue una buena desición, pues debido a que Eliseo rechazó los regalos, Naamán reconoció a Dios. 2 Reyes 5:17 “Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová.”
Conclusión
Conclusión
Entendimiento y discernimiento:
El entendimiento y el discernimiento no consiste solamente en una corazonada o un sentir espontáneo, sino en un conocimiento del carácter y la voluntad de Dios descrita en su Palabra.
Es sumamente importante llenarnos de la Palabra de Dios para que El Espíritu Santo utilice el conocimiento adquirido para guiarnos. Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Proverbios 9:10 “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.”
Como siervos de Dios nos movemos por la voluntad de Dios y no por nuestras necesidades.
El tiempo de Dios:
La historia de Naamán nos recuerda que todo tiene su tiempo.... y que la codicia produce muerte, pues Giezi, codiciando las riquezas de Naamán, recibió la maldición de la lepra. 2 Reyes 5:26 “El entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?”
Al tiempo de Dios y a su manera vendrá la bendición.