Somos Familia
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Serie unánimes
Amamos a Dios y a las personas
somos familia
42Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
43Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales se hacían por los apóstoles.
44Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;
45vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno.
46Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
Si algo es evidente en el nuevo testamento a diferencia del antiguo testamento o si algo es evidente a partir de la venida de Jesús, sus enseñanzas y su obra redentora que se manifiesta despues en todos los demás textos bíblicos es el deseo de parte de Dios de ver unidad en su iglesia.
Dios quiere una iglesia que viva como lo que es: una familia.
La segunda meta para este año es, vivamos como una familia.
Todos los que habían creído
Cristianos.
Creído en qué?
22»Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre ustedes con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio de ustedes a través de Él, tal como ustedes mismos saben.
23»Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, y ustedes lo clavaron en una cruz por manos de impíos y lo mataron.
24»Pero Dios lo resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que Él quedara bajo el dominio de ella.
32»A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
33»Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen.
36»Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo»
La familia de Dios no son todas las personas, la familia de Dios son todos los que creen que Jesús hizo milagros, prodigios y señales de la gloria de Dios, que Jesús fue entregado y lo mataron pero resucitó y ahora ha sido exaltado a la diestra del Padre y es Señor y es Cristo. Es el mesías, el escogido.
19Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.
26Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
Somos una gran familia por lo que Dios hizo y no por nuestras acciones
12Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,
13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
no nacimos de sangre de Dios, ni de la voluntad de nuestra carne, ni de la voluntad del hombre
nacimos como hijos de Dios por la voluntad de Dios, Dios quiso que ahora seamos sus hijos. El nos adoptó.
No éramos hijos de Dios
Uno no puede hacer nada para hacerse hijo de alguien más, tampoco de Dios.
Fue Dios el que creó la manera de que esto sea posible, es Dios el que adopta, es el Padre el que adopta, es el padre el que da la oportunidad de ser hijos y de ser familia.
3 Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a Él.
Somos hijos de Dios.
Esto es maravilloso
Dios nos adoptó y nos trajo a ser parte de una familia.
Ser Familia
Pasan tiempo juntos
Estaban Juntos
Comian de casa en casa
partían el pan en los hogares
comían juntos con alegría y sencillez de corazón
Se ayudaban en medio de las necesidades
Tenían todas las cosas en común
Compartían según las necesidades
Cuidar a las viuas de la familia
6 Por aquellos días, al multiplicarse el número de los discípulos, surgió una queja de parte de los judíos helenistas en contra de los judíos nativos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.
2 Entonces los doce convocaron a la congregación de los discípulos, y dijeron: «No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir mesas.
3»Por tanto, hermanos, escojan de entre ustedes siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes podamos encargar esta tarea.
4»Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra»
5 Lo propuesto tuvo la aprobación de toda la congregación, y escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía.
6A estos los presentaron ante los apóstoles, y después de orar, pusieron sus manos sobre ellos.
cuidar a los huérfanos
27La religión pura y sin mancha delante de nuestro Dios y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo.
apoyar a los pastores
17Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza.
18Porque la Escritura dice: «No pondras bozal al buey cuando trilla», y: «El obrero es digno de su salario».
19No admitas acusación contra un anciano, a menos de que haya dos o tres testigos.
20A los que continúan en pecado, repréndelos en presencia de todos para que los demás tengan temor de pecar.
orar unos por otros
2Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones,
llorar y gozar unos por otros
15Gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran.
ayudar económicamente al hermano necesitado
17Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
hacer el bien
10Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.
ayudar al hermano a vencer su pecado
Hermanos , aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo.
perdonarnos unos a otros los pecados
32Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo.
Por qué es tan importante esta Meta
Porque lo necesitamos para sobrevivir
Se me ha dicho que los árboles secuoyas gigantes en California tienen raíces poco profundas. ¿Cómo pueden estar tan fuertes con raíces poco profundas? La respuesta es que estos árboles grandes están conectados unos a otros por sus raíces. Al entretejerse las raíces unas con otras, forman una red de fuerza que les capacita para resistir las tormentas. Los cristianos arraigados en Dios y unos con otros también pueden estar firmes en medio de las tormentas de la vida.
Hace poco vi, en una crisis familiar, la hermosura de este compartimiento demostrada. Se descubrió cáncer en una de las hijas, que requería cirugía extensiva. La noche antes de la operación, su hermano, quien es doctor, dejó su consultorio y manejó varios kilómetros para estar con ella durante este tiempo traumático. Se quedó por cuatro días hasta que ella estaba con bien en casa. El día siguiente, una hermana viajó varias horas para estar con ella por cinco días. Tres días después, la madre de la muchacha llegó para cuidarla a ella y su esposo por dos semanas, y el resto de la familia ofreció apoyo y aliento a través de llamadas telefónicas, cartas y oraciones fervorosas. Así es cómo una familia debería reaccionar en tiempos de necesidad. ¡La familia de Dios – la iglesia – debería, y muy a menudo lo hace, reaccionar de la misma manera!
Porque envía un mensaje al mundo
20»Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos,
21para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.
22»La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno:
23Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a Mí.
En una iglesia saludable los miembros tienen una expectativa de que es normal para los creyentes cuidarse y aconsejarse unos a otros con la Palabra. Es normal invertirse los unos en las vidas de otros. Nadie tiene que darles permiso para empezar a amarse unos a otros e invertirse los unos en las vidas de otros. No hay programa de consejería en el cual inscribirse, ninguna capacitación formal que deba hacerse, ni lista de pasos formalmente aprobados que se deben seguir a fin de ayudar a alguien que está batallando.
Se entiende; la mayoría de los cristianos mirarían la lista de problemas en la iglesia ¡y huirían en dirección opuesta! El temor, o la posibilidad de verse abrumados, o un deseo de no entremeterse en las cosas caóticas, todo eso ayuda a los cristianos promedio a no tratar de ayudar. Pero no hay excusa. Un cristiano que está armado con la Palabra y el Espíritu siempre puede hacer algo para ayudar.
10Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado,
El Señor me recogerá.