Habitos Continucion
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Introduccion
Introduccion
14 »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 »Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
Nuestro Señor nos llama ser Luz y esto lo vamos a lograr solamente si tenemos verdaderos hábitos acorde a la palabra de Dios.
Vosotros sois la luz del mundo. Mientras que la sal está oculta, la luz es obvia. La sal obra en secreto, la luz obra abiertamente. La sal actúa desde adentro, la luz desde afuera. La sal es más la influencia indirecta del evangelio, mientras que la luz es más su comunicación directa. La sal actúa principalmente por medio de nuestra vida, la luz actúa principalmente por medio de lo que enseñamos y predicamos. La sal puede retardar la corrupción, pero no puede cambiar la corrupción en incorrupción.
La luz actua diferente porque No solo pone al descubierto lo que está mal y es falso, sino que ayuda a producir lo que es justo y verdadero.
Por ello no podemos ser un ejemplo de pureza en el mundo si hemos comprometido nuestra propia pureza practicando malas acciones.
No podemos hacer escocer o producir la conciencia del mundo si continuamente vamos contra nuestra propia conciencia.
No podemos estimular la sed de justicia si hemos perdido la nuestra.
No podemos ser usados por Dios para retardar la corrupción del pecado en el mundo si nuestras propias vidas se han vuelto corruptas por el pecado.
Desarrollo
Desarrollo
Es por ello que nosotros como creyentes debemos Vivir de una manera Santa y apartada del Mal.
26 Sé santo porque yo, el Señor, soy santo. Te he separado de las demás naciones para que seas mío.
9 Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.
Nosotros debemos de vivir habitualmente de manera en la que Dios quiere que vivamos no debemos vivir conforme a nuestros propios deseos ,sino que debemos hacer morir las obras de la carne dejando de practicarlas.
Jesus nos muestra en
1 Juan 3:8 (RVR60)
8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Estas obras del diablo son:
Dudas, mentiras, rebelión, temor, discordia, codicia, muerte: todo lo que viene del mal separa al hombre de Dios.
La verdad de que Cristo vino para destruir el pecado no es solo una esperanza futura sino que es una realidad actual. Juan no está diciendo simplemente que los creyentes serán liberados del pecado cuando mueran, y que mientras tanto serán tan pecadores como lo fueron antes de su conversión a Cristo. Al recibir la salvación, los creyentes experimentan verdadera limpieza y separación de sus pecados lo que en un nivel práctico sigue ocurriendo a medida que se conforman más y más a la imagen de Cristo
17 Porque el Señor y el Espíritu son uno mismo, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Y nosotros no tenemos ningún velo que nos cubra la cara. Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él.
Habitualmente debemos de mantener la fe y la obediencia a Dios porque están unidas en el mismo manojo. El que obedece a Dios, confía en Dios, y el que confía en Dios, obedece a Dios. El que carece de fe, carece de obras, y el que carece de obras, carece de fe. No contrapongan la fe a las buenas obras porque hay una relación bienaventurada entre ambas, y si abundan en obediencia, su fe crecerá extremadamente.
Debemos tener el habito de cada dia hacer morir el deseo de la carne “Hay pecados que al dia de hoy que por tu nueva naturaleza no los prácticas te fue quitado” pero hay otros que sigues alimentando estos deseos y no los has separado de ti.
Nosotros habitualmente debemos vivir separados del mundo apartados para Dios, Cuando nosotros le decimos NO al mundo le decimos que SI a Dios.
13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Dios no violenta nuestra voluntad, debemos de tener nosotros el habito de rechazar la tentación para no amoldarnos al mundo y asi vivir de una manera agradable y perfecta delante de Dios.
1 Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios! 2 Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.
Debemos de presentarnos como sacrificio vivo diariamente nuestro habito debe ser negarnos a nostros mismos
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
Jesús explica lo que significa “tomar la propia cruz”: abstenerse de toda impiedad y de todo deseo mundano, y guardar Sus mandamientos
Amar nuestra propia vida es a menudo el mayor obstáculo para comprometernos por completo con Cristo. No obstante, Jesús llama a sus discípulos a la abnegación total, que de ser necesario incluye sacrificarse hasta el punto de morir a si mismo a los deseos carnales.
La cruz de un creyente no es una identificación mística o espiritual con la cruz de Cristo o con alguna idea de “vida crucificada”. Tales conceptos son extraños al contexto; además, la cruz de Cristo aún era futura cuando Jesús habló aquí. Los discípulos oirían cruz y pensarían solo en muerte física.
Una cruz es el sacrificio voluntario de todo lo que se tiene, incluso la vida, por causa de Cristo. Es algo que, al igual que el Señor mismo, un creyente debe enfrentar cuando el mundo incrédulo arremeta contra él debido a la relación que tiene con Dios.
Pero según el Señor sigue explicando, ningún sacrificio por Él se compara con lo que se recibe de Cristo. El que cree hallar su vida en las cosas del mundo, la perderá. La vida terrenal es temporal, y la persona que se aferra a ella por encima de todo lo demás se está aferrando a algo que no es posible conservar, y en el proceso pierde la vida eterna que no se puede perder
Ejemplo:
Cuando John Bunyan fue llevado ante el juez para ser sentenciado a la cárcel, declaró: “Señor, la ley de Cristo ha provisto dos maneras de obedecer: una es hacer lo que en mi conciencia estoy obligado a llevar activamente a cabo. La otra es que cuando no pueda obedecer de forma activa, estoy dispuesto a resignarme y sufrir lo que harán conmigo”.
Debemos entender que estamos en este proceso de Santificación, probablemente no estes viendo cambios en Ti o en los demas y esto se debe a que:
No tienes el habito de vivir totalmente dependiente de Dios
No tienes el habito de vivir totalmente gobernado por Dios
No tienes el habito de una constante Comunión con Dios
Si por el contrario tienes el Habito de
vivir totalmente dependiente de Dios
vivir totalmente gobernado por Dios
tener una constante Comunión con Dios
No es que no vayas a pecar sino que Dios que conoce la intenciones de nuestro corazón sabe cuando lo hiciste deliberadamente y cuando no fue intencional, tambien va a ser notorio como vas dejando de hacerlo es decir vas bajando las ocaciones de pecar.
Siempre tendremos areas que corregir porque Dios por medio de su palabra nos va mostrando cuales son y al ponerla por obra somos perfeccionados en El
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Entonces, los creyentes son vencedores invencibles, no por sí mismos ni por su propio poder, sino en Jesucristo y mediante su poder. Aunque su victoria final está asegurada, los cristianos aún pierden algunas de las batallas. Sucumben ante las tentaciones de Satanás, las seducciones del mundo y la corrupción de sus propios corazones, y caen en pecado. Pero si no siempre resultan victoriosos en las escaramuzas de esta vida, ¿cómo pueden estar seguros de que son verdaderos vencedores? Al reiterar, recordar y enriquecer con los temas ya conocidos antes en esta epístola, Juan ofrece tres características de un vencedor en
1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
fe en la verdad, amor por Dios y por los demás y obediencia a la Palabra
Conclusion
Conclusion
Debemos de estar convencidos que Dios esta haciendo su obra en cada uno de nosotros y que nos ira perfeccionando dia a dia si tenemos el habito de buscar cada dia su rostro
6 Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.
Él perfeccionará mi fe, mi amor, mi carácter y la obra de mi vida. Él hará esto porque ha comenzado una obra en mí y en cada uno de ustedes.