La Gran Comisión Mateo 28:16-20

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Mateo
Mt 10:3 Mateo el publicano
Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Lk 5:28
Y dejándolo todo, se levantó y le siguió
En el capítulo 28 de Mateo, se narra la resurrección de Jesús (vv 1-10) y la negación de la resurrección de Jesús (vv 11-15).
Jesús citó a sus discípulos a un Monte, sería la reunión para planear una evangelización masiva. Jesús asegura a sus discípulos en cuanto a su poder, y les afirma que él estará con ellos siempre, hasta el fin del mundo.

La gran comisión Mt 28:16-20

(Mr. 16.14-18; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23)

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
I. Jesús, después de resucitar, ordenó a sus discípulos que vayan a su encuentro en un monte en Galilea (v 16-17).
Galilea
Jesús
Adoración:
Duda:
Anteriormente, Jesús había dicho a los discípulos (Mt 26:32; 27:7, 10) que él iba a verlos allí. Este no era el monte de la ascensión. La ascensión de Jesús ocurrió en el monte de los Olivos, cuarenta días después de su resurrección (Lc 24:50–51; Hch 1:4–11).
La Gran Comisión no fue dada exclusivamente a los apóstoles, ni aún a los 120 discípulos que estaban en el aposento alto, sino a toda la Iglesia. ¡Es para todos los cristianos, no solo para el liderazgo eclesial! Fue entregada al menos en tres ocasiones distintas: 1. En el aposento alto, la tarde de la resurrección (Lc 24:46–47; Jn 20:21). 2. En el monte de Galilea (Mt 28). 3. En el monte de los Olivos, momentos antes de la ascensión (Hch 1:8).
II. Jesús dijo a sus discípulos que él tiene autoridad sobre dodo en el cielo y en la tierra (v 18).
Jesús tiene autoridad que le fue concedida sobre el cielo y la tierra, él tiene el poder sobre todo, y es esto lo que Jesús pone al servicio de sus discípulos para realizar la misión (v 18).
Dice esto porque es el Mesías y porque ha resucitado de entre los muertos. No podría hacer esta tremenda declaración, si no fuera el Rey de toda la creación. Es esta la razón por la que muchos le adoraron cuando le vieron resucitado. Puesto que sólo a él se le debe adoración. Él como nuestro Señor nos pide lealtad total.
Potestad
III. Jesús envió a sus discípulos a hacer más discípulos que guarden sus mandamientos (v 19-20).
Jesús hace uso de su autoridad como Señor, y envía sus sievos a bautizar nuevos creyentes en su Nombre, puesto que es un ser divino, en quien la salvación es segura.
El verbo relevante en este caso es “ir” (28:19). Ciertamente la misión involucrará ir, aunque sea simplemente ir a otra persona, al vecino, a la persona con quien trabajamos día tras día. Siempre se tiene que atravesar cierto espacio. Puede haber diferencias culturales, de personalidad, de cosmovisión, de compromiso político. Jesús nos llama a cruzar estas barreras y a construir relaciones que serán el contexto de misión.
El ir será costoso, implica sacrificio. Pedro y Andrés dejaron su trabajo (4:20), y Jacobo y Juan a su padre (4:22).
El mandato es hacer discípulos. Jesús dicta la orden y da por sentado que así será. Que sus discípulos iran al reconocer su autoridad. Es verdad que a él lo asesinaron, y ese es el mismo riesgo que correrán los enviados, sin embargo, él resucitó, él obtuvo la victoria.
El discipulado, entonces, significa estar involucrado en la misión. Ser discípulo es ser misionero. Esto no es una tarea opcional; tampoco es responsabilidad de solo un grupo selecto y santo de creyentes. Entonces, cuando nos discipulamos el uno al otro, lo que tenemos que preguntarnos no es: “¿Dios está llamándote a la misión?”, sino: “¿Adónde te está llamando Dios a estar en su misión?” La misión empieza en casa, se extiende a los vecinos, colonias, barrios y ciudades cercanas, se extiende a los diferentes continentes, America, Europa, Oceanía, Asia, Antártida, o África, Jesús es Señor nuestro, y estamos listos para ir.
Discípulo: Aprendiz.
La clave del evangelismo es el discipulado. Luego de la confesión de fe y de arrepentimiento, viene este proceso de seguimiento. Los propósitos de la Iglesia son el evangelismo y el discipulado; son dos caras de una misma moneda. ¡No pueden ni deben separarse!
Todos los cristianos tienen que ser tener el estilo de vida de un testigo (1 Pe 3:15, y probablemente Col 4:2–6). Es la prioridad; es la Gran Comisión,
Ser discípulo no solo consiste en tener una relación espiritual con Dios, también de la manifestación en nuestras vidas de los valores del Reino de juicio, justicia y verdad. El evangelio va más allá de lo espiritual. Sus buenas nuevas trasforman cada dimensión de la vida con la presencia del Reino de Dios en la vida del creyente. Así que, ser discípulo significa realizar activamente la voluntad de Dios, y eso siempre será un proceso de ajustar nuestras vidas a su Reino.
Bautizo: representa el inicio del discipulado, servía como testimonio público de la fe puesta en Jesús y la identificación con la iglesia.
Algunos alcances teológicos de este pasaje son: la doctrina de la Trinidad y la autoridad de Cristo como Mediador. El elemento ceremonial del cristianismo, el bautismo, y la venida final de Cristo.
Aquí se enseña la fórmula del bautismo: en el nombre el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En Hch 2:38, se menciona que se hacía en el nombre de Jesús, puede que sea un resumen de esta fórmula más extensa, o puede ser que mezclaban ambas formas de hacerlo.
Enseñando: El discipulado incluye una enseñanza integral. Que lleve a una obediencia de todas sus enseñanzas.
Es responsabilidad de los discípulos enseñar bien, lo cual llevará a la práctica de los mandamientos y a la reproducción de más discípulos.
Jesús enseñó a sus discípulos sobre la vida del Reino (5:3–7:27), la misión del Reino (10:5–42), los misterios del Reino (13:3–52) y las relaciones dentro del Reino (24:3–25:46), todo con miras a prepararlos a cumplir mejor su misión. Ahora ellos tendrán el mandamiento de impartir a otros todo lo que Jesús les enseñó a ellos.
Jesús enseñó cómo tener una relación con él y con los demás, cómo someter una vida a la voluntad de Dios, cómo amar, cómo practicar un nuevo tipo de justicia.
Como discipuladores tenemos que enseñar a los nuevos creyentes cómo vivir en el mundo: sensibles a las necesidades de los otros, listos para luchar contra la injusticia, entrando en su cultura y sus propios problemas, no separándose del mundo.
Yo estoy: presencia majestuosa asegurada, en los días malos y en los días buenos. Hasta el fin de los tiempos. Mateo inicia llamando a Jesús (Emanuel), que signfica: Dios con nosotros, y finaliza diciendo, que su presencia estará siempre con nosotros.
Perijoresis: donde está el hijo está el Espíritu, donde está el Espíritu está el Padre y donde está el Padre está el Hijo. En realidad las tres personasde la esencia divina participan en todos los eventos de la redención. Con la presencia y el poder de Jesús podemos realizar la Gran Comisión.
Una noticia de un triunfo siempre es halagador, las multitudes disfrutan saber que su equipo favorito ganó el mundial, que su país salió ganador en las olimpiadas, o simplemente, se disfruta saber que una niña a la que se vió crecer es sobresaliente en lo que hace. Se disfruta más cuando se tuvo participación en el proceso de la victoria.
La proclama de la victoria de Cristo sobre la muerte, es una que trae gran gozo a la vida del ser humano. Cumplamos nuestra misión, no tenemos excusas para no hacerlo.
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