CRECER NO SE TRATA SOLO DE TI

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Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Jn 15:5
Introducción:
¿Qué observan en la imagen?
La realidad de las iglesias en Europa y parte de norte América, en especial EEUU, es que cada vez, hay más ausencia de jóvenes.
No quisiera que la realidad de Cristo Rey sea la misma. Quisiera que tu puedas crecer espiritualmente y así Dios nos pueda usar para guiar a más jóvenes a la salvación, y su crecimiento espiritual.
1. La realidad de nuestra iglesia, frente a la iglesia primitiva:
Hc. 2:41 – 47
Hc. 4:32 – 37
Hc. 5:12 – 16
Hc. 6:7 – 10
Hc. 8:5 – 8
¿Esa es nuestra realidad? ¿Eso esta pasando con nuestra iglesia?
No hablo de las señales y milagros, hablo la multiplicación que sufría la iglesia, hablo de la pasión que tenían por compartir el Evangelio, hablo de las personas que respondían con un Amen cuando se les predicaba.
¿Por qué es que eso no sucede ahora en Cristo Rey?
Eso quiere decir que hay algo que nosotros no estamos haciendo o hay algo que nosotros no estamos usando y ellos sí, porque todo lo que tenía la iglesia primitiva, nosotros la tenemos el día de hoy.
Para poder entender que sucedió con nosotros, tenemos que ver el cambio positivo que tuvo la iglesia, frente a Israel.
2. Pacto antiguo, frente al pacto neotestamentario
Israel vivió bajo el poder de Dios.
Vio constantemente el poder (misericordia, amor, bondad, perdón, ira, juicio)de Dios obrando en su nación. Desde que salió de la esclavitud de Egipto hasta los tiempos de Jesús.
(nombrar las señales y prodigios de Dios)
¿Tú crees si nosotros viviéramos todo lo que vivieron el pueblo de Israel, seriamos mejores cristianos?
Yo creo que sí. Y en un rato me entenderás.
Al principio leímos Jn. 15:5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
¿Quién es la vid?
En el antiguo pacto, la vid era una nación ¿te imaginas quién?
Hiciste venir una vid de Egipto; echaste las naciones, y la plantaste.
Sal 80:8
Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
Is 5:7
1 Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.
2 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.
4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
Is 5:1 – 4
Hablando como un agricultor, Dios hizo todo lo posible para que su vid, su viña, pueda dar buenos frutos, dio malos frutos (uvas silvestres).
Israel no produjo los frutos que, Dios esperaba que ellos produjeran ¿Por qué?
Pablo nos da la respuesta:
14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
2 Co 3:14 – 17
El entendimiento de ellos se embotó, se nubló.
Por falta del E.S., porque donde esta el E.S. hay libertad, el velo es descubierto.
En el añejo pacto, el problema no era el pacto, el problema era la ausencia del E.S.
6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
8 la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria.
9 Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.
10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
1 Co 2:6–16
¿Cómo fueron capaz de crucificar a Cristo?
Ellos que esperaban al Mesías, ellos que anhelaban su venida por liberación.
¿Cómo pudieron hacer eso? Fue porque no tenían al E.S.
Entonces, cuando yo te pregunte:
¿Tú crees si nosotros viviéramos todo lo que vivieron el pueblo de Israel, seriamos mejores cristianos?
La respuesta es SI.
Si nosotros tuviéramos el privilegio de poder ver todo lo que el pueblo de Israel vio, responderíamos mucho mejor que ellos, nos someteríamos a Dios, lo adoraríamos como es debido, daríamos los frutos buenos que Israel no pudo dar.
Pero ¿sabes por qué nuestra realidad sería distinta?
Es porque nosotros tenemos la morada del E.S.
Ellos no lo tenían (explicar cómo era la presencia momentánea del E.S.).
Nosotros, en Cristo tenemos nuevas y mejores promesas. Estamos bajo el nuevo pacto.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
He 8:6
El nuevo pacto lo hizo Dios Padre, con la iglesia a través del sacrificio de su Hijo Jesucristo. Y una de las más grandes promesas que Cristo dio a la iglesia, es la llegada del E.S.
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
Jn 14:16
Nosotros gozamos de esta promesa. Cristo fue quien nos hizo parte de un nuevo y mejor pacto, nos capacito para poder obedecerle, entender su Palabra, conocer nuestro pecado y todo eso gracias a la morada del Consolador en nosotros que somos hijos de Dios.
3. La realidad de nuestra iglesia, frente a la iglesia primitiva II:
Volviendo al principio:
¿Por qué es que la iglesia primitiva es distinta a nosotros?
¿Se dieron cuenta por qué?
¿Por qué es que no hay cada día nuevos convertidos?
¿Por qué es que no hay una iglesia con gozo, compartiendo constantemente la palabra de Dios en el templo y en las casas?
¿Qué no estamos haciendo? ¿Qué no estamos usando?
Lo que nos falta, es que nosotros no estamos dependiendo del E.S.
No estamos dependiendo de Él…
- Para nuestro crecimiento.
- Para el desarrollo de nuestra iglesia.
- Para la predicación y evangelización.
- Para estar fortalecidos.
- Para estar constantemente entendiendo más de la Palabra de Dios y aplicándola.
Solo estamos luchando (caminando) con nuestras fuerzas.
Porque enserio, si dependiéramos del E.S. seriamos distintos.
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Lc 24:49
Los discípulos no podían salir y cumplir con la gran comisión, sin antes haber recibido poder de lo alto.
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hch 1:8
Solo el E.S. podía conceder ese poder que el discípulo, el apóstol necesitaba para poder cumplir la gran comisión.
Deseemos tener una experiencia más profunda de la obra del E.S. en nuestras vidas.
John Stott
Tú y yo debemos de decir esas palabras.
4. Dos extremos:
- No es necesario
- Buscar experiencias exageradas
Conclusión:
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Jn 15:5
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