PRINCIPIOS PARA UNA FAMILIA SALUDABLE
Notes
Transcript
PROPOSITO GENERAL : Enseñar a la Iglesia principios de orden dentro del hogar
PROPOSITO ESPECIFICO : Cuales son los principios para la una familia saludable
TEXTO : GENESIS 25:19-26
21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 23 y le respondió Jehová:
Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.
24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. 25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.[a] Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.
TEMA : LA FAMILIA
TITULO : UNA FAMILIA SALUDABLE
INTRODUCCION:
Son demasiados golpes los que reciben las familias en una sociedad donde los antivalores abundan. Muchos males azotan a los hogares en la actualidad. El divorcio, la pobreza, la crisis laboral y económica, la violencia, la enfermedad, la muerte encabezan la lista crasa de los elementos perjudiciales para las casas. Nadie se ve exento de atravesar valles de oscuridad, terror y fatalidad en el seno familiar. Ocasiones hay en que las puertas se cierran y la esperanza se desvanece. Sin embargo, en los pasajes de las Sagradas Escrituras encontramos aliento para caminar firmes con la fe en el omnipotente y buen Dios.
Lecturas hay impresionantes en las que las familias protagonistas tocaron fondo, para luego resurgir llenos de vigor espiritual, abundantes en bendición material, ricos en experiencia con el Altísimo. La amplitud de la gracia divina se manifiesta en hogares de distintos tipos. Las viudas necesitadas con hijos en condiciones tristes, los hombres sufridos, los padres que se refugiaron en la fe cuando no les quedaba salida de los problemas, todos fueron recipientes del favor divino.
En nuestra pesquisa encontramos doctrina e historia de las manifestaciones de la sabiduría y el poder de Jehová para hacer que las estériles den a luz para bendición de la familia, enviar provisión económica para suplir las necesidades de una casa, movilizar ángeles y profetas para acudir en auxilio de un hogar, sacar a mujeres de la prostitución para unirlas en matrimonio con los nobles de la tierra…
Nadie conoce a la perfección cómo ser un buen esposo o un buen padre. No existen escuelas de entrenamiento para la vida. Pero en la Biblia tenemos una guía especializada, y en sus narraciones somos instruidos a través de buenos y malos ejemplos, para que procuremos los primeros y evitemos los últimos. La familia de Isaac (Rebeca, Jacob y Esaú), nos brinda lecciones importantes.
PRINCIPIOS PARA TENER UNA FAMILIA BENDECIDA
1. La oración como medio de bendición para el matrimonio
(V. 21) Y oró Isaac a Jehová por su mujer
1.1. Características de su esposo
a. Era comprensivo
b. Era espiritual
c. No la juzgó
d. La apoyó en todo momento
e. La amó
f. La consoló
g. Sobrellevo las cargas emocionales de su esposa
1.2. Resultado de la oración de su esposo
a. Llego a tener gemelos
b. Logro vencer sus miedos
c. Restauro su nombre y su linaje
d. Fue madre de naciones
Rebeca era estéril. Pasaban los años y ella no podía embarazarse. En su medio ambiente resultaba oprobioso que una mujer no tuviera hijos, pero contaba con un esposo comprensivo y espiritual que no la juzgó ni la abandonó por su problema, sino que la apoyó en todo momento. Las penas son más llevaderas cuando contamos con una pareja que nos ama y nos consuela en la tribulación, que nos acepta como somos y nos ayuda a sobrellevar las cargas emocionales. La familia mantiene la armonía y la tranquilidad cuando los esposos se fortalecen mutuamente. Siempre será alentador un cónyuge que brinde amparo, protección y cuidado en las situaciones difíciles.
Isaac oró por Rebeca y su oración fue aceptada, y la respuesta del cielo le trajo doble bendición (Génesis 25:21, 24). Nada hay imposible para Dios. Si los esposos se unen en las tribulaciones para orar tendrán la satisfacción de experimentar el favor y la gracia del Todopoderoso para su familia. La tristeza de la esterilidad se trocó por la alegría de dar a luz gemelos. Cuando vengan los problemas difíciles no juzguemos; mejor oremos. No busquemos culpables, mejor encontremos soluciones. Otros en el lugar de Isaac hubieran procurado otra mujer, pero el hombre de Dios decidió enfrentar la situación con su esposa. La amaba de corazón y no la abandonó en su dolor. Se presentó ante el Señor con la petición específica y no cesó hasta que la respuesta llegó. Hacen falta esposos que luchen para sacar adelante a su familia, que se aferren a la oración hasta que las pruebas sean superadas y se alcance la bendición de lo alto.
2. La prudencia como disciplina en la crianza de los hijos
(v. 27) Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
2.1. Cuando no hay prudencia en la disciplina
a. Se hace diferencias entre los hijos (v.28)
b. No hay factores de unidad (v.27)
c. División entre los hijos (v. 34)
d. Llegan a matarse entre ellos (27:41)
e. Hay competencia obsesiva
La felicidad de Rebeca nunca fue completa debido a que desde el principio se marcó una línea que separó las lealtades de sus hijos. Los gemelos manifestaron diferencias desde el vientre (Génesis 25:22). Eran incompatibles en gustos y oficios; Esaú fue cazador diestro y hombre de campo, acostumbrado al trabajo rudo; Jacob era tranquilo, habitaba en tiendas. Los hermanos casi no tenían actividades en común, no convivían tanto.
Los padres en lugar de ser factores de unidad promovieron la división entre los hijos. Isaac prefería a Esaú porque le traía de su caza y preparaba guisos especiales para su padre, pero no le agradaba tanto la delicadeza de Jacob. Rebeca se enamoró del hogareño Israel (Génesis 25:28). Lo cuidaba y consentía más que al muchacho tosco. El trato de los progenitores provocó una competencia ruda entre ambos. Se volvieron desleales y aprovechaban cualquier oportunidad para sacar ventaja a costa de la desgracia del hermano. Cuando Esaú llegó cansado y hambriento su gemelo no le dio guisado; se lo vendió caro, a costo de su primogenitura. Génesis 25:29–34
La crisis empeoró cuando Isaac estaba en el lecho de enfermedad. Daría la bendición final a sus hijos. Legalmente la mayor era para el primogénito. Le pidió un guiso de caza fresca y preparó la mejor de sus bendiciones paternas (Génesis 27:1–4). Pero Rebeca quería esa gracia para su hijo menor. Urdió un plan para engañar al viejo e instruyó a su preferido para que robara a su hermano (Génesis 27:6–17). La tragedia sucedió a la traición y terminó perdiendo a sus gemelos en un solo día. Esaú prometió matar a Jacob después de la muerte de su padre (Génesis 27:41). La madre hizo huir a su consentido hacia la casa del tío (Génesis 27:42–45). Nunca volvieron a verlos juntos. Ella murió sin besar a ninguno de sus muchachos, pues uno no estaba y el otro la aborrecía.
Nada destruye más las estructuras del hogar que la imprudencia de manifestar preferencia por alguno de los hijos en detrimento de la autoestima de los otros. Generalmente, cuando no existe igualdad en el trato y en la expresión de cariño, ellos crecen resentidos con uno de los padres, y se crea una competencia dañina. Los hermanos compiten en lugar de formar equipo, se vuelven enemigos y a escondidas tratan de afectar a los demás para sobresalir ellos. Algunos crecen con la idea de que tienen más derechos en casa por ser los consentidos, y los demás tienen que soportar.
Cuidemos la forma en que tratamos a los hijos. Cada uno merece un trato digno, especial. Hemos de distribuir los cariños y las atenciones, los regalos y las caricias para que todos sepan que valen lo mismo. En nuestras casas no debe haber hijos resentidos, con baja autoestima. La prudencia y la disciplina nos ayudarán a tener una familia feliz, equilibrada y justa, donde se respiren la seguridad y la confianza suficientes para enfrentar la vida con éxito.
3. La esperanza en el Señor como remedio para los errores cometidos por los padres
a) La oración y la unidad de los padres, es el remedio
b) Dios no abandona a las familias que esperan en El. (Gen 28:13)
c) Dios bendijo al hijo errante
d) Le dio descendencia
e) Lo prosperó
f) Desaparecen los rencores (33:4)
g) Hay un verdadero perdón, un beso y una flor (33.4)
h) La oración fue respondida
Las consecuencias de nuestros actos las sufren los hijos. Pero no nos resignaremos a vivir siempre así. De seguro Isaac y Rebeca oraron por la reconciliación de sus vástagos; que Jacob se arrepintiera y Esaú lo perdonara. Murieron con la esperanza de que el poder de la paz acabara con el odio familiar.
Dios jamás abandona a las familias que esperen en él. En su huida Jacob encontró la bondad de Jehová muchas veces. El Señor protegió y bendijo al hijo errante (Génesis 28:10–17). Le dio descendencia, lo prosperó y lo hizo retornar a su tierra con las manos llenas. Ya no estaban papá ni mamá, pero milagrosamente habían desaparecido los rencores. El que había prometido matar a su hermano, al verlo de frente corrió a su encuentro y lo abrazó con fuerza. Se echó sobre su cuello y le plantó un beso lleno de cariño. El llanto de ambos dijo más que mil palabras y el perdón se otorgó con lágrimas (Génesis 33:4). La esperanza de los viejos no murió con ellos, sino que su oración fue respondida a su debido tiempo. Ahora aquellos jóvenes habían madurado y se amaban.
Conclusión
Fundamentemos el bienestar de los nuestros en la oración continua, en el mutuo aprecio por todos y en la prudencia en el trato a cada uno. Si cometemos errores, no tratemos de resolverlos en base a la sabiduría natural. Mantengamos firme la esperanza en la misericordia divina. El Señor contestará nuestras oraciones por la paz familiar. A su tiempo vendrá la reconciliación, la armonía y la felicidad anheladas.
APLICACIÓN:
Considera tu familia, tu hogar, en esta ocasión hemos visto un problema de padres a Hijos e hijos con hijo; también puede ver problemas entre esposos, entre hijos, entre familias, has siempre el uso correcto de los principios y tendremos familias saludables.